La Revolución Industrial: Transformaciones y Desarrollo Económico

Apartado 1: La Revolución Industrial

La industria antes de la Revolución Industrial

En Gran Bretaña tuvo lugar la primera manifestación, se materializó en el continuo crecimiento de la producción y en el aumento de la población y de los ingresos medios de los habitantes. En la actualidad se prefiere hablar de industrialización. En el caso británico, las transformaciones económicas y sociales fueron más lentas de lo que el término revolución induce a pensar.

La industria casera: La protoindustrialización

En el S.18, era frecuente que las familias campesinas simultanearon el trabajo agrícola con la elaboración de productos textiles. Para definir este hecho, se acuñó el concepto de protoindustrialización. Hasta 3/4 partes de las familias campesinas se ocupaban de esta producción manufacturera, que proporcionaba unos ingresos complementarios. Pronto se encontraron muchos más casos que mostraban que no solo producía mercancías textiles para atender la demanda de lugares cercanos, sino también excedentes destinados a mercados lejanos.

Primera fase: se trataba de un proceso autónomo. Los campesinos eran dueños de sus instrumentos de trabajo y llevaban parte de su manufactura a los mercados, donde las intercambiaban por un precio acordado (domestic system).

Segunda fase: el comerciante suministraba materias primas, distribuía por los domicilios de los campesinos los instrumentos para hilar y tejer, y fijaba los precios. Los campesinos recibían una especie de salario (putting out system).

Tercera fase: los problemas de suministrar materias primas y controlar la producción de las familias campesinas se resolvieron con la concentración del capital de los comerciantes y reuniendo en un mismo local a los trabajadores y las máquinas y herramientas (factory system).

Apartado 2: La Revolución Industrial Británica

El factor demográfico: en Gran Bretaña, durante el S18 se inició un crecimiento continuado de la población en el que influyeron diferentes factores. Disminución de la mortalidad, mientras que la natalidad seguía creciendo. La consecuencia fue un espectacular crecimiento de la población. El crecimiento de la población fue un sector esencial en el progreso económico ya que, a mayor población, mayor demanda de productos. El factor demográfico no fue el último determinante en la industrialización, este aumento no tuvo como consecuencia un proceso de industrialización. La presión demográfica por sí sola no bastaba para poner en marcha un proceso industrializador.

Las transformaciones agrarias

Los cambios en la agricultura fueron de tal envergadura que se ha afirmado la existencia de una revolución agrícola en Gran Bretaña. Cuando comenzó a desarrollarse la gran industria, ya se practicaba una agricultura avanzada: una elevada productividad, un avanzado grado de mecanización y unos propietarios que no se planteaban esa actividad como rentistas, sino como empresarios. Esta revolución agrícola se puso de manifiesto en las numerosas transformaciones técnicas, y en las reformas de la estructura y la distribución de la propiedad.

El papel del comercio internacional: al constante crecimiento de la demanda interior se añadió la demanda exterior. La exportación de tejidos aumentó notablemente y, hacia 1750, las 3/4 partes de las mercancías salidas de los puertos británicos se dirigían a los puertos europeos.

Los transportes: en Gran Bretaña, el transporte y las comunicaciones eran fáciles y baratos. Durante el S18 se desarrolló un sistema de canales interiores, se mejoraron los procedimientos de construcción y mantenimiento de los caminos. La facilidad del transporte aproximaba la oferta y la demanda de productos, lo que favorecía la formación de un mercado interior. Gran Bretaña fue pionera del ferrocarril.

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