La Segunda República Española: Introducción y Contexto
Tras la dimisión de Primo de Rivera, el gobierno recayó sobre el general Berenguer, quien intentó restaurar la legalidad anterior “como si nada hubiese pasado”, un periodo que Ortega y Gasset denominó el “error Berenguer”. Ante esta situación, la oposición se unió en el Pacto de San Sebastián con el objetivo de derrocar a la Monarquía. Berenguer tuvo que enfrentarse a la sublevación militar de los capitanes Galán y García Hernández en Jaca. Estos acontecimientos provocaron su sustitución por el almirante Aznar, quien decidió celebrar elecciones el 12 de abril de 1931 para medir el apoyo con el que aún contaba la monarquía. Aunque los monárquicos obtuvieron más votos en general, los republicanos lograron una victoria contundente en las ciudades, interpretando este voto urbano y libre como un claro respaldo a la República. Los monárquicos aceptaron el resultado y, el 14 de abril de 1931, el rey Alfonso XIII se exilió, aconsejado por Romanones, proclamándose así la Segunda República Española.
1. Gobierno Provisional y Constitución de 1931
El poder fue asumido por un Gobierno provisional, compuesto por figuras destacadas de diversas tendencias políticas:
- Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura (Derecha Republicana)
- Francisco Largo Caballero y Indalecio Prieto (PSOE)
- Manuel Azaña (Acción Republicana)
- Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio (Partido Radical)
- Santiago Casares Quiroga (Partido Republicano Gallego)
Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente del Gobierno provisional e inició una intensa labor legislativa. No obstante, tuvo que enfrentarse a desafíos significativos, como la proclamación del Estado Catalán por Francesc Macià y una creciente agitación anticlerical, en parte como respuesta a la pastoral del cardenal Segura. En este clima de efervescencia política, se convocaron Cortes Constituyentes, que resultaron en una mayoría de izquierdas.
El 9 de diciembre de 1931, se aprobó una nueva Constitución, que definía a España como una república democrática de trabajadores de toda clase. Conforme a lo estipulado en ella, Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República y Manuel Azaña formó Gobierno. Entre las características más relevantes de esta Constitución, destacan:
- Separación de poderes: El poder legislativo residía en las Cortes unicamerales, y el ejecutivo en el Gobierno (de estructura dualista), formado por el presidente de la República y el jefe de Gobierno.
- Sufragio universal: El Congreso era elegido por todos los ciudadanos mayores de 23 años.
- Amplios derechos sociales e individuales: Recogidos en el Título III.
- Separación de Iglesia y Estado: Se suprimió la retribución del clero (artículos 26 y 27).
2. El Bienio de Izquierdas (1931-1933)
Manuel Azaña constituyó un Gobierno con republicanos de izquierda (incluyendo socialistas e independentistas) y planteó un ambicioso programa reformista que, sin embargo, chocó con la realidad de un país poco preparado para asumir cambios tan profundos. Las principales reformas fueron:
a) La Reforma Agraria
Se pretendía crear una clase de nuevos propietarios afines a la República, con el objetivo de acabar con el latifundismo. Para ello, se contemplaba la expropiación, mediante indemnización, de las grandes propiedades. En 1932, se aprobó la Ley de Bases para la Reforma Agraria y se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA) para su implementación. Sin embargo, su materialización fue limitada debido a la falta de presupuesto y a la complejidad de la tarea.
b) El Problema Religioso
La Iglesia era percibida por el Gobierno como un obstáculo para el progreso y la modernización. Por ello, se adoptaron una serie de medidas entre 1932 y 1933:
- Disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes.
- Prohibición a las órdenes religiosas de ejercer la enseñanza.
- Supresión de la dotación económica al clero.
- Implantación del divorcio y secularización de los cementerios.
Estas medidas generaron una profunda división en la sociedad, convirtiendo la defensa de la religión en la bandera principal de la derecha a partir de 1933.
c) El Problema Militar
El Ejército, fuertemente ligado a la Monarquía, mostró reticencias a aceptar el nuevo régimen. Para asegurar su lealtad y modernizarlo, se llevaron a cabo las siguientes medidas:
- Paso a la reserva de aquellos militares que no jurasen lealtad a la República o no tuviesen destino definitivo.
- Anulación de la Ley de Jurisdicciones.
- Supresión de las capitanías generales.
- Reducción del número de Divisiones.
- Cierre de la Academia General Militar de Zaragoza.
- Creación de la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público leal al régimen.
d) El Problema Regional
Se abordó la cuestión de las autonomías regionales. Se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, mediante el cual Cataluña se convertía en una región autónoma con gobierno propio (la Generalitat). Francesc Macià fue elegido presidente de la Generalitat y Lluís Companys, presidente del Parlamento catalán. Al Gobierno central le quedaban reservadas competencias clave como el orden público, la defensa nacional y las relaciones exteriores. El País Vasco también aprobó un proyecto de Estatuto en 1932, pero su materialización se vio frustrada por la llegada de la derecha al poder.
3. Caída del Bienio de Izquierdas
Las reformas impulsadas por el bienio encontraron una fuerte oposición en sectores como el Ejército, la Iglesia y los terratenientes. En agosto de 1932, el general Sanjurjo se sublevó en Sevilla, aunque su intento fracasó y fue condenado a cadena perpetua.
La tensión social también se manifestó en el campo. La protesta de los braceros sin tierra culminó en 1933 con los trágicos sucesos de Casas Viejas (Cádiz), donde un grupo de anarquistas proclamó el comunismo libertario y asaltó el cuartel de la Guardia Civil, siendo duramente reprimidos. Este incidente, sumado a la crisis económica, agudizó el rechazo al Gobierno de Azaña. Ante la creciente inestabilidad, el presidente Alcalá Zamora encargó el gobierno a Martínez Barrio, quien preparó elecciones para el 19 de noviembre de 1933.
4. El Bienio de Centro-Derecha (1933-1935)
En el panorama político de la derecha, surgieron nuevas formaciones y alianzas:
- En 1931, José Martínez de Velasco creó Acción Popular.
- En 1933, José María Gil Robles organizó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).
- En la extrema derecha, se crearon el Bloque Nacional de José Calvo Sotelo y la Comunión Tradicionalista.
- José Antonio Primo de Rivera fundó Falange Española y Onésimo Redondo, las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista).
Las candidaturas de derechas ganaron las elecciones de 1933, siendo la CEDA el partido más votado. Sin embargo, Alcalá Zamora prefirió encargar el gobierno al Partido Radical de Alejandro Lerroux. Lerroux frenó las reformas del bienio anterior y concedió la amnistía a los sublevados en la Sanjurjada, lo que generó descontento y llevó a su sustitución por Ricardo Samper.
Las presiones de Gil Robles motivaron la vuelta de Lerroux al poder y la designación de Gil Robles como ministro de Guerra, lo que desencadenó la “Revolución de Octubre” de 1934.
5. La Revolución de Octubre de 1934
Este levantamiento tuvo su mayor gravedad en Cataluña, donde Lluís Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, una acción que fue rápidamente reprimida por el general Batet.
En Asturias, la Alianza Obrera dirigió una revolución de carácter más social. Los sublevados se hicieron con el control de las cuencas mineras y en Mieres proclamaron la República Socialista. Un Ejército, dirigido por el general Franco, controló la situación mediante una dura represión, lo que provocó una ruptura definitiva y una polarización aún mayor entre la derecha y la izquierda en España.
6. Caída del Bienio de Derechas
En el verano de 1935, el escándalo del estraperlo (un caso de corrupción relacionado con el juego) desacreditó al Partido Radical. Gil Robles esperaba que Alcalá Zamora le confiara el poder, dada la fuerza de la CEDA, pero el presidente nombró a Manuel Portela Valladares como jefe de Gobierno, quien preparó nuevas elecciones para el 16 de febrero de 1936.
7. El Frente Popular (1936)
Las fuerzas de izquierda acudieron unidas a las elecciones de 1936 bajo la coalición del Frente Popular. Aunque los anarcosindicalistas quedaron al margen de la coalición, votaron a su favor. La derecha, por su parte, concurrió dividida entre el Bloque Nacional, la CEDA y Falange Española.
La unión electoral proporcionó el éxito a la izquierda. Manuel Azaña fue encargado de presidir el nuevo Gobierno y nombró a Santiago Casares Quiroga jefe de Gobierno.
8. Antecedentes de la Guerra Civil Española
Tras la victoria del Frente Popular, la izquierda generó un ambiente revolucionario que no dio tregua al Gobierno, mientras que la derecha adoptó una postura cada vez más radical y contrarrevolucionaria. El enfrentamiento político se trasladó de las instituciones a las calles y los campos, con un aumento de la violencia.
Se sucedieron asesinatos de militantes de las distintas tendencias, una oleada de huelgas y una revolución campesina. El asesinato del teniente de la Guardia de Asalto, José Castillo, fue seguido, en represalia, por el de José Calvo Sotelo, líder monárquico. Estos hechos aceleraron la intervención militar. El 17 de julio de 1936, las tropas de la Comandancia de Melilla se sublevaron, marcando el inicio de la Guerra Civil Española.
Conclusión: El Legado de la Segunda República
La Segunda República Española intentó resolver los problemas crónicos y estructurales de España, como la cuestión agraria, religiosa, militar y regional. Sin embargo, careció de la capacidad de consenso y el tacto político necesarios, y quiso implantar medidas para las que una parte significativa de la sociedad no estaba preparada o que generaron una fuerte resistencia.
El fracaso del Bienio de Izquierdas propició unas elecciones que dieron el triunfo a la derecha, la cual frenó todas las reformas, motivando una mayor radicalización de la izquierda y un aumento exponencial de la tensión social. Esta escalada de confrontación culminó en el golpe militar del 17 de julio de 1936. La República no pudo superar este desafío y sus representantes acabaron en el exilio, mientras en España se establecía la dictadura de Francisco Franco, poniendo fin a un periodo de profundas transformaciones y conflictos.