Partidos dinásticos restauración

Los principios de la restauración. La Constitución de 1876

Los principios de la restauración

Cánovas va a diseñar los mecanismos del sistema político de la restauración. El sistema tenía como base de poder un turno pactado entre los dos partidos dinásticos. Por tanto, se establecía un sistema de alternancia que se basaba en el modelo inglés y sometido a la voluntad de la corona. Cánovas buscaba acabar con los pronunciamientos militares que habían protagonizado la vida política española y que la corona actuase de forma independiente sin ningún tipo de exclusividad con algún partido político. En definitiva se quería crear un sistema político basado en el consenso y estabilidad política. Cánovas no creía en la capacidad del pueblo para decidir, por ello el sistema funciona sin democracia. El sistema se basa en un carácter oligárquico y elitista del poder. Los gobernantes eran notables, tenían autoridad, poder económico y prestigio. Defendían sus intereses y les interesaba el control del proceso electoral.

Para que estas élites mantuvieran el poder, era necesario controlar a la causa electoral y para ello se lleva a cabo el “caciquismo”. El cacique era un jefe local de un partido era influyente, se encargaba de proporcionar empleos y gracias a su poder obténía y ofrecía favores a cambio de facilitar las victorias de las elecciones de un partido. En este sistema, la opinión del pueblo y sus votos eran decisivos, ya que los distritos rurales supónían el 70% del total. Andalucía era una regíón idónea para las prácticas caciquiles, porque era un área rural, atrasada, muchos analfabetos y porque había muchos terratenientes y muchos jornaleros.

El mecanismo del sistema funcionaba al revés. Primero el rey encargaba al líder de uno de los dos partidos la formación del gobierno. El paso siguiente, consistía en la convocatoria de elecciones. Cánovas y Sagasta a través de su ministro de gobernación tomaban las medidas para asegurar la victoria electoral. Para ello se preparaba el proceso electoral de dos maneras: -Publicar una ley electoral favorable. -Contar en cada provincia con personajes influyentes que organizasen las elecciones en colaboración con los caciques.

El ministerio de gobernación se encargaba de controlar el proceso electoral a través de los gobernadores civiles y elaboraba el “encasillado” que era un acuerdo entre conservadores y liberales, donde antes de las elecciones se decía que cargos caían en el gobierno y cuales en la oposición. La restauración era un régimen oligárquico liberal donde la hegemonía la llevaba el ejecutivo aliado al poder local. El sistema va a tener que hacer frente a problemas como eln surgimiento de los nacionalismos periféricos, pérdida de las últimas colonias (1898), aparición de los partidos no dinásticos (carlistas a la derecha, republicanos y partidos obreros a la izquierda), impulso del movimiento obrero.

La Constitución de 1876

Entre el 1 de Enero de 1875 y Diciembre de 1876, Cánovas tiene la doble misión de presidir el gobierno provisional y elaborar un nuevo texto constitucional. La Constitución de 1869 no se podía mantener por ser demasiada progresista, pero no se podía volver a la de 1845 porque era excluyente, se buscaba un nuevo texto que pudiera ser aceptado por las distintas tendencias políticas presentes en el sistema político español de la época. Quedaban fuera del sistema los republicanos y el movimiento obrero, especialmente el PSOE que era antidinástico y anti burgués, los carlistas seguían en el otro extremo de la oposición política. Las cortes constituyentes fueron constituidas mediante sufragio universal masculino para intentar que en las cortes estuviesen representadas todas las tendencias. Su misión era aprobar un nuevo texto constitucional que representase a los españoles. En la nueva constitución la base del poder la forman la monarquía y cortes, así tenemos una soberanía compartida. Las cortes tienen el poder legislativo y se dividen en dos cámaras, el congreso de los diputados y el senado. De la Constitución de 1869 se mantienen unas libertades como inviolabilidad del domicilio, libertad de opinión, reuníón y asociación aunque podían ser suspendidas. El temor de la monarquía no se discutía por considerarla superior a la constitución. El rey tenía el poder ejecutivo y su persona era inviolable y la responsabilidad política caía en los ministros. El artículo 11 fue de los más discutidos ya que definía el Estado español como católico, como su religión. Una vez aprobada la constitución, esta dejaba en manos de la cortes la aprobación de las leyes electorales. Los conservadores preferían el voto censitario, mientras que liberales optaron por el sufragio universal masculino.

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