Qué implicación tiene la aceptación del sur sufragio universal para la burguesía

1cambios revolucionarios y sus limitaciones


En España en el Siglo XIX se produjeron transformaciones y desaparecieron las estructuras políticas, económicas y sociales del Antiguo Régimen. Pero el alcance limitado de las mismas dejó ha España retrasada respecto a las grandes potencias europeas. Absolutismo: dio paso a un sistema liberal.
Este cambio se produjo en un ambiente inestable por culpa de guerras civiles, golpes de Estado militares y la pérdida del Imperio colonial. La población crecíó de forma moderada, y la economía se modernizó, aunque los progresos fueron lentos y menos intensos que en otros países europeos, asique España siguió siendo un país agrario. 3Se establecíó una nueva sociedad de clases basada en la riqueza. Pero los terratenientes mantuvieron una gran influencia, la burguésía y el proletariado crecieron poco, y el campesinado siguió siendo mayoritario.
1.2el reinado de Carlos IV (1788-1808) Carlos IV accedíó al trono en 1788 con 40 años, y enseguida dejó el poder en manos del primer ministro Manuel Godoy. Durante su reinado el Antiguo Régimen entró en una crisis política debido al la influencia de la Revolución Francesa. Por temor a que se extendiera por España, se cerró la frontera. La finalización de reformas ilustradas consideradas la inspiración de la revolución; y la declaración de la guerra a Francia después de la ejecución Luis XVI en 1793. Durante la guerra, Francia invadíó el País Vasco y Navarra, lo que obligó a Godoy a firmar el Tratado de Paz de Basilea en 1795. En 1807, Godoy cambió su política y se alió con Napoleón. El ejército francés utilizó esto como excusa para entrar en España. Pero los puntos estratégicos de ocupar la península mostraban su intención de invadir España. Este hecho provocó el motín de Aranjuez(1808), una sublevación popular contra la política de Manuel Godoy instigada por el heredero del trono Fernando VII. Como consecuencia, Carlos IV derrocó a Godoy y abdicó a su hijo Fernando. Napoleón aprovechó hábilmente el desacuerdo real: atrajo a padre e hijo a Bayona, logró abdicar a ambos en él (abdicaciones de Bayona), y cedíó el trono de España a su hermano José Bonaparte.


1.3La reformación de grupos ideológicos José I Bonaparte en España desde 1808 hasta 1013. En este tiempo, introdujo el llamado Estatuto de Bayona, que establecía un sistema político conservador en el que bel rey tenía el poder ejecutivo y la iniciativa para proponer leyes, y realizó algunas reformas. Entre ellas, el establecimiento de derechos para los presos, la anulación de la tortura y la supresión de los privilegios de la nobleza. Estos sucesos dividieron a los españoles en 2 grupos ideológicos. Afrancesados aceptaron la nueva monarquía y apoyaron sus reformas. Constituyeron un reducido grupo de españoles integrado por miembros de la nobleza y del alto clero y por funcionarios. Patriotas se negaron a aceptar a un monarca extranjero, impuesto por las armas. En este grupo se incluyeron la mayoría del pueblo, que defendíó la soberanía de Fernando VII y los valores tradicionales (Dios, patria, rey); y los liberales, en su mayoría burgueses y profesionales liberales que querían acabar con el Antiguo Régimen y elaborar una constitución


2 La guerra de la Independencia la revolución liberal (1808-1814)


El destronamiento de los Borbones y la invasión de las tropas francesas provocó un doble proceso: una guerra de liberación contra la Invasión francesa; y el inicio de una revolución liberal contra el absolutismo. Esta última se llevó a cabo en las Cortes de Cádiz.

2.1 La guerra de la Independencia

La irrupción de los franceses provocó el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de Mayo de 1808. Su extensión a otras ciudades supuso el inicio de la guerra de la Independencia. En las ciudades, la lucha contra la ocupación se realizó mediante la resistencia y el levantamiento contra los franceses. Y en el campo, mediante guerrillas, o ataques por sorpresa al enemigo.
En la primera fase de la guerra se frenó el avance francés, ante la resistencia encontrada en ciudades como Girona, Zaragoza, Valencia y Cádiz, y la victoria en la batalla de Bailén (1808). Napoleón acudíó entonces a España con 250 000 soldados y recupero casi todo el territorio.
A partir de 1812, aprovechando los problemas de Napoleón en Rusia y con ayuda de un ejército británico desembarcado en Portugal, los franceses fueron derrotados en Arapiles, Vitoria y San Marcial. Como consecuencia, Napoleón reconocíó a Fernando VII como rey de España y de las Indias en el Tratado de Valençay (1813), y se re tiró de España.

2.2 Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

La revolución liberal contra el absolutismo ocurríó de forma paralela a la guerra. Ante el vacío de poder creado por la ausencia de los re yes, los patriotas crearon juntas provinciales de defensa, para dirigir la guerra. El poder lo asumíó una Junta Suprema Central, con las funciones de coordinar la guerra y realizar las reformas políticas y sociales que necesitaba el país. Para ello, la Junta Suprema convocó unas Cortes en Cádiz (1810), elegidas por sufragio universal masculino. Entre los diputados de las Cortes había absolutistas, defensores de la soberanía real y del mantenimiento del Antiguo Régimen; y liberales, partidarios de la soberanía nacional y de acabar con el Antiguo Régimen. Estos últimos lograron la mayoría, y consiguieron que las Cortes realizasen reformas legales y aprobasen una constitución.
Las leyes aprobadas establecieron la libertad de imprenta (1810), y abolieron los señoríos (1811), los gremios (1813) y la Inquisición (1813). Con ellas se atacaban los fundamentos del Antiguo Régimen.
La Constitución de 1812, la primera en la historia de España, reconocía derechos individuales, como la igualdad ante la ley, y establecía la soberanía nacional y la división de poderes. Así, el absolutismo se sustituía por un sistema político liberal.


3El reinado de Fernando VII.3.1 Las etapas del reinado


En 1814, tras la guerra de la Independencia, Fernando VII regresó a España, donde fue recibido con grandes manifestaciones de jubilo por el pueblo Su reinado (1814-1833) pasó por tres etapas, marcadas por los enfrentamientos entre absolutistas y liberales.

El Sexenio Absolutista (1814-1820)

Fernando VII abolíó la Constitución de 1812, anulando así la obra de las Cortes de Cádiz y persiguió a los liberales. Algunos se exiliaron, y otros trataron de alcanzar el poder mediante pronunciamientos o golpes de Estado militares.

El Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820 triunfó el pronunciamiento del comandante Rafael de Riego en Las Cabezas de San Juan (Se villa). Asustado, Fernando VII juró la Constitución de Cádiz y aceptó que los liberales restablecieran la obra de las Cortes de Cádiz, como la supresión de los señoríos, la eliminación de la Inquisición, etc. Mientras tanto, Fernando VII lograba la ayuda de las potencias absolutistas de la Santa Alianza. Esta envió en 1823 un ejército francés, los llamados «Cien Mil Hijos de San Luis», que invadíó España y permitíó al rey restablecer el absolutismo.

La Década Ominosa (1823-1833)

Se inició con la represión de los liberales. La situación cambio en 1830, con motivo del problema sucesorio, pues al nacer su hija Isabel, Fernando VII derogó la Ley Sálica que impedía heredar el trono a las mujeres. Don Carlos, hermano de Fernando VII y hasta entonces su sucesor, no la acepto y recibíó el apoyo de los absolutistas, lo que obligó a María Cristina, esposa de Fernando VII, a apoyarse en los liberales.

3.2 La independencia de la América española

En los últimos años del reinado de Fernando VII se produjo la independencia de las colonias españolas en América. El proceso fue pro movido por los criollos’, descontentos por su marginación política, los fuertes impuestos que pagaban y su discriminación social respecto a los peninsulares. Y se vio impulsado por la difusión de las ideas liberales y revolucionarias europeas; y por la ayuda militar de Estados Unidos y de Reino Unido. Se llevó a cabo en dos etapas:

La primera etapa (1810-1814)

coincidíó con la guerra de la Independencia, durante la cual se formaron juntas revolucionarias dirigidas por los criollos. Estas mostraron pronto tendencias independentistas, encabezadas por Simón Bolívar y José de San Martín; pero fueron reprimidas tras el regreso de Fernando VII a España, La segunda etapa (1815-1825)
tuvo lugar en el reinado de Fernando VII, que rechazó conceder cierta autonomía a las colonias. Gracias al apoyo británico y estadounidense, España fue derrotada en Pi chincha (1822) y Ayacucho (1824), y su Imperio colonial quedó reducido a Cuba y Puerto Rico, en América; y a Filipinas, en Asía. Las nuevas repúblicas surgidas tras la independencia no lograron unirse, y quedaron en manos de jefes militares.


4La consolidación (1833-1874)4.1La época isabelina (1833-1868)


La etapa de las regencias

A la muerte de Fernando VII accedíó al trono su hija, Isabel II, que contaba con solo tres años. Por eso, durante su minoría de edad ejercieron la regencia su madre, María Cristina (1833-1840), y el general Espartero (1840-1843). En este período, el problema sucesorio desencadenó una Guerra Civil, la primera guerra carlista (1833 1839), que enfrentó a los absolutistas, defensores de don Carlos, con los liberales, partidarios de Isabel. La contienda finalizó en 1839, con la victoria de Isabel y el llamado Abrazo de Vergara.

El reinado de Isabel II

En 1843, Isabel II fue declarada mayor de edad y se inició su reinado personal. Durante el mismo se con solidó el régimen liberal, basado en un sistema de partidos políticos. El reinado, sin embargo, se caracterizó por una gran inestabilidad política, motivada por el enfrentamiento entre dos partidos liberales: el moderado, integrado por la alta burguésía y algunos sectores de la clase media (profesionales liberales, propietarios, jefes y oficiales del Ejército, etc.); y el progresista, formado por las clases medias urbanas, como pequeños comerciantes y empleados. Al llegar al poder, cada partido trató de imponer sus ideas, redactando una constitución a su medida.

En la llamada Década Moderada (1844-1854)

se impuso la Constitución de 1845.

En el Bienio Progresista (1854-1856)

se redactó la Constitución de 1856, que no llegó a publicarse.

Y en los últimos años del reinado (1856-1868)

se alternaron en el poder los liberales moderados y un nuevo partido de centro, la Uníón Liberal. Además, surgieron nuevos partidos opuestos al régimen liberal: los demócratas, defensores del sufragio universal masculino; y los republicanos, que querían abolir la monarquía. En 1866, los demócratas, los republicanos, los pro gresistas y la Uníón Liberal firmaron el Pacto de Os tendé, para derrocar a la reina y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino.


5La modernización económica. La población y la agricultura


5.1 El crecimiento demográfico


Entre 1788 y 1874 la población española crecíó con moderación, pasando de 10,5 a 16,5 millones, Las causas fueron las mejoras en la alimentación, por la difusión del cultivo de maíz y patata y la extensión de los cereales, y los avances de una incipiente medicina preventiva, La mayoría de la población se concentraba en la periferia peninsular y vivía en el campo. La migración más destacada del periodo fue el éxodo rural hacia las nuevas capitales provinciales y aquellas ciudades de Cataluña, el País Vasco y Madrid que implantaron industrias modernas. Como consecuencia, crecíó la población urbana.

5.2 Las transformaciones agrarias

La abolición del régimen señorial


Las Cortes de Cádiz decretaron en 1811 que los señoríos jurisdiccionales, en los que el señor desempeñaba funciones públicas, como la administración de justicia, pasasen al Estado. Y que los señoríos territoriales, en los que el señor solo obténía recursos económicos de la tierra, pasasen a propiedad particular, generalmente de las grandes familias que los habían explotado durante siglos.

La desamortización

Los liberales decretaron la desamortización o venta de los bienes amor tizados, es decir, vinculados a ciertas instituciones como la nobleza, el clero, o los municipios, que hasta entonces no podían venderse. Las primeras medidas desamortizadoras se aprobaron en las Cortes de Cádiz y en el Trienio Liberal; pero el proceso recibíó su impulso definitivo durante el reinado de Isabel II. Para ello, en sucesivas leyes, el Estado confisco y subastó los bienes del clero y abolíó los mayorazgos de la nobleza (desamortización de Mendizábal, 1836-1837); y decretó la venta de las tierras comunales, de los bienes de propios de los ayuntamientos y de todos los demás bienes amortizados o de «manos muertas» (desamortización general de Madoz, 1855). Los objetivos de estas leyes eran obtener recursos para el Estado y facilitar el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra. Pero los resultados no fueron los esperados. El sistema de venta por su basta benefició a la nobleza y la burguésía, que crearon grandes latifundios; y perjudicó a los pequeños propietarios, que no pudieron comprar tierras y se arruinaron tras la venta de las tierras municipales. También resultaron perjudicados los arrendatarios y los jornaleros, ya que los nuevos propietarios endurecieron sus condiciones de trabajo.

Las mejoras agrarias

Consistieron en un aumento de la superficie cultivada, sobre todo de cereales y de vid; una lenta introducción de adelantos técnicos, como uso de fertilizantes y de máquinas; y la extensión del regadío, mediante la construcción de presas y canales.


La modernización económica (Y). La industria y otros sectores


6.1 La Revolución Industrial en España


Una industrialización lenta y parcial


La Primera Revolución Industrial se inició en España hacia 1830. Pero se desarrollo lentamente y de forma parcial, por lo que quedó retrasada respecto a sus competidores europeos. Entre las causas del lento despegue industrial se han señalado:
La baja demanda de artículos industriales, debida al modesto crecimiento de la población y al empobrecimiento del campesinado.
El escaso espíritu emprendedor de la burguésía, que basaba su prestigio social en la posesión de la tierra. Por eso, no invirtió su capital en la industria y lo dirigíó a la compra de bienes desamortizados.
Otros factores fueron el atraso tecnológico y la escasez de materias primas, que obligó a costosas importaciones de máquinas y de recursos; y la inestabilidad política, que no impulsó una política económica coherente.

Los principales sectores industriales


Los sectores industriales básicos fueron la minería, la siderurgia y el sector textil.
La minería conocíó una fuerte expansión a partir de 1860, y convirtió a España en una importante explotadora de minerales como plomo, hierro, Mercurio y cobre. Pero, en buena parte, los minerales se exportaban, en perjuicio de su utilización por la industria nacional.
La siderurgia se inició en Andalucía (1830-1865). Pero ante la inexistencia de carbón mineral, se trasladó primero a Asturias (1865 1880), con abundantes recursos de carbón; y desde 1880, al País Vasco, donde existían minas de hierro.
El sector textil del algodón se concentró en Cataluña. Las fábricas usaron primero máquinas hidráulicas, por lo que se localizaron a lo largo de los ríos. Luego emplearon máquinas de vapor, que las ubicó junto a los puertos importadores de carbón. También se desarrolló en Cataluña una importante industria lanera, que importó la lana de Australia y Alemania.

6.2 Otros sectores económicos

La modernización del transporte fue posible gracias a la Ley de Carreteras de 1851, la Ley de Ferrocarriles de 1855 y la llegada de capital extranjero. La red de carreteras se amplió, hasta alcanzar 16 807 km en 1874. La red ferroviaria se inició con la construcción de las líneas Barcelona Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851). Desde 1855 se construyó una red radial, que conectaba Madrid y los principales puertos. También se inauguraron los primeros tranvías, arrastrados por mulas, en ciudades como Madrid y Valencia.
El sistema comercial se unificó con la introducción, en 1858, del sistema métrico decimal. No obstante, el comercio interior fue es caso por la reducida demanda interna. Y el comercio exterior sufríó la pérdida de las colonias americanas, que hasta entonces habían compensado la escasa capacidad de compra de la población española.
Las finanzas y el capitalismo crecieron de forma limitada. Se crearon sociedades anónimas; bancos públicos (Banco de España, 1856); bancos privados (Bilbao y Santander, fundados en 1857); y las Bolsas de Madrid (1831) y Barcelona (1851).


4.2 El Sexenio Revolucionario (1869-1874)


En 1868 triunfó una nueva revolución, conocida como «La Gloriosa», y la reina se exilio. Se formó entonces un Gobierno Provisional que promulgó la Constitución de 1868, de carácter más democrático, pues reconocía los derechos de expresión, prensa, reuníón y asociación; la soberanía nacional; la división de poderes y, por primera vez en la historia española, el sufragio universal masculino. A continuación, siguieron dos períodos con distinta forma de Estado.

La monarquía democrática (1871-1873)

recayó, por elección del Gobierno, en el italiano Amadeo de Saboyá. Este tuvo que enfrentarse con la oposición política de los republicanos y de los partidarios de los Borbones; y con varias insurrecciones militares. Ante esta situación, Amadeo abdicó en 1873 y se proclamó la Primera República.

La Primera República (1873-1874)

fue un período de gran inestabilidad política. Los republicanos estaban divididos entre unionistas, partidarios de un Estado centralista; y federalistas, defensores de un Estado descentralizado. Además, una nueva guerra carlista, la guerra en Cuba y la insurrección de ciertos municipios, como Cartagena, que se proclamaron cantones o repúblicas independientes, provocaron varias crisis de gobierno. Esta situación favorecíó la restauración de la monarquía borbónica en 1874.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *