Regimen franquista resumen

15.1. La creación del Estado franquista: Fundamentos ideológicos y apoyos sociales. Evolución política y coyuntura exterior. Del aislamiento al reconocimiento internacional. El exilio La naturaleza del Estado franquista surgido tras el final de la guerra civil ha provocado controversias entre los historiadores. En general, salvo aquellos autores y grupos especialmente partidarios de aquel régimen político, ha habido coincidencia en que nos encontramos ante una dictadura. En efecto, no hubo elecciones libres, ni libertades políticas; hubo, asimismo, presos políticos y represión de toda discrepancia. Más allá de este denominador común, ha habido autores que han definido el franquismo como una dictadura fascista. Se basan en la existencia de símbolos fascistas (yugo y flechas, saludo con el brazo en alto), de un partido único (FET de las JONS que en un momento determinado pasó a llamarse Movimiento Nacional), de un líder  o de un sindicato vertical que agrupaba a empresarios y obreros. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en Alemania o Italia, el partido no tuvo el poder real, pues quedó reducido a ser un organismo que suministraba los miembros de la administración (cargos públicos); por otra parte, el líder (a Franco se lo denominó caudillo en la propaganda) no se basó en un carisma claro. Otros autores han hablado de una dictadura militar por el peso del Ejército. Este, sin duda, fue el sostén de la dictadura, sus miembros gozaban de prestigio e influencia y de ciertas ventajas económicas (economatos, farmacias, viviendas). Sin embargo, a diferencia de la dictadura de Primo de Rivera, tampoco fue la institución gobernante. Finalmente, se ha hablado de una dictadura eclesiástica. La Iglesia convirtió la guerra civil en una cruzada y respaldó en todo momento a Franco. Tuvo un gran peso en la vida del régimen, pues controlaba la censura y las costumbres (especialmente en los primeros tiempos); pero, aun siendo influyente, tampoco monopolizó el poder.De ahí que en los últimos años se prefiera hablar de una dictadura personalista en la que Franco reunió todo el poder y marcó la evolución política, como demuestra que tras su muerte su régimen político no le pudiera sobrevivir.Durante la guerra civil el bando franquista había estado integrado por diversos grupos, lo que marcó una variedad ideológica, con predominio de unos sectores u otros según el momento. En todo caso, predominó una ideología anticomunista, nacionalista y centralista que identificaba España con la tradición y el catolicismo.Los apoyos sociales del régimen se encontraron en las clases altas que había visto peligrar sus propiedades durante la II República. De hecho, una de las primeras medidas del franquismo fue la contrarreforma agraria que anuló lo hecho por la república en el campo, manteniendo el latifundio tradicional. Junto a ellos, la Iglesia y los sectores más católicos y el Ejército también sostuvieron el sistema. Finalmente, el mantenimiento del régimen franquista dependió mucho del conformismo de una población impactada por el trauma de una guerra que no se deseaba repetir y atemorizada por la represión.La evolución política de los años posteriores a la guerra civil se caracterizó por una durísima represión (con decenas de miles de presos políticos y frecuentes fusilamientos). Coincidiendo con los primeros años de la Segunda Guerra Mundial predominaron los rasgos fascistas. En esa fase tuvo gran influencia el cuñado de Franco Serrano Súñer, que era germanófilo, y existió un predominio de la FET de las JONS y de los militares. Se apoyó a Alemania con el envío de la División Azul a Rusia y con la entrega de suministros (trigo, aceite, wolframio). Sin embargo, a medida que Alemania e Italia comenzaron a ser derrotadas desde 1943 se produjo un alejamiento y un giro político. El régimen proclamó su nacional-catolicismo (anticomunismo y defensa de la tradición cristiana)La propaganda defendió de forma creciente el anticomunismo y buscó dotarse de una apariencia de sistema político con instituciones permanentes, lo que dio lugar a la aprobación de varias leyes fundamentales: así se daba la apariencia de tener una Constitución. Entre esas leyes destacaron: la ley de las Cortes, por la que se creaba una especie de parlamento; el Fuero de los españoles, que concedía algunos derechos, pero no los garantizaba; la Ley de Referéndum que preveía convocarlos para que el pueblo español decidiese en algunos asuntos; la Ley de Sucesión, que creaba una monarquía sin rey, que sería propuesto en un futuro por Franco, quien actuaba como regente.Tras la guerra España quedó aislada internacionalmente porque era el único país superviviente del bando perdedor de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, fue condenada por la ONU como país fascista y no se benefició de las ayudas económicas del Plan Marshall dado por los EEUU a los demás países europeos. Sin embargo, la situación de Guerra Fría (enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS) tras la Segunda Guerra Mundial alivió esa soledad. La posición estratégica española (entrada del Mediterráneo) animó a Estados Unidos a apoyar a Franco, aunque fuese dictador, para evitar que un cambio político pudiese llevar al país al comunismo. En ese sentido, el anticomunismo del régimen franquista supuso una baza para ser aceptado en el exterior. En ese proceso resultó clave la firma de un Concordato con el Vaticano y de los Acuerdos con Estados Unidos. Por otra parte, y dentro de un contexto general de descolonización España concedió la independencia a Marruecos, aunque ocnservó Guinea y el Sahara OccidentalFinalmente, el exilio fue la salida forzosa para muchos de los derrotados en la guerra. La mayoría se refugió en Francia y de allí algunos acabaron en la URSS o en Latinoamérica; otros lucharon en la resistencia contra los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. En los años 1950-1960 muchos regresaron a España, aunque otros tuvieron que esperar a la muerte de Franco en 1975.15.2 La consolidación del régimen franquista. Las transformaciones económicas: de la autarquía al desarrollismo. Los cambios socialesLa década de los 1960 representa un cambio esencial en el franquismo, que consigue alcanzar una elevada aceptación social. Esta tuvo que ver con la mejora económica conseguida en esa década. 1957 supuso un punto de inflexión en la España de Franco por el fracaso de la política económica autárquica. La autarquía, que es una política económica caracterizada porque un país busca autoabastecerse, se vio favorecida por el aislamiento a que fue sometido el país por las demás naciones occidentales; pero también respondió al ideal del fascismo, que entendía que un país no podía ser una potencia militar si dependía económicamente de sus vecinos.Según los economistas, salvo que un país sea muy grande es muy difícil lograr una  autarquía, ya que hay actividades para las cuales la economía de un lugar no está preparada. Por tanto, muchos productos son muy caros y otros escasearán. Eso fue lo que ocurrió en la España de la postguerra: persistió durante años la escasez, el racionamiento (que propició un lucrativo negocio de estraperlo para algunas personas vinculadas al régimen franquista) y la carestía. La mala situación explicó que, pese a la fuerte represión, se incrementara el malestar e incluso hubiera algunas huelgas. El temor del franquismo, que fue un régimen que supo actuar con relativa flexibilidad  en muchos momentos, a que el malestar provocase su caída aceleró un cambio concretado en un nuevo gobierno que acabó aprobando el Plan de Estabilización de 1959.En ese Gobierno predominaba el OPUS DEI, un grupo de elite, muy vinculado a la Iglesia católica, de carácter tecnócrata. Su política consistía en aumentar la libertad económica, manteniendo la dictadura política y el control de la moral según pautas católicas. Dicho grupo impulsó el Plan de Estabilización que defendió el fin de la autarquía, la apertura al comercio exterior y una menor intervención del Estado. Este último aspecto suponía que muchas empresas sostenidas por ese Estado dejarían de estarlo con lo cual aumentaría el paro y el Estado reduciría los gastos a fin de contener la inflación.El resultado del Plan fue positivo gracias a una unión de circunstancias: en primer lugar, la apertura española coincidió con el fuerte crecimiento de Europa que necesitaba mucha mano de obra. Eso fomentó la emigración española al Norte de Europa (Alemania, Francia, Países Bajos, Inglaterra): con ello se redujo el paro y aumentaron las remesas de los emigrantes en divisas (que permitieron a España hacer compras en el exterior). En segundo lugar, el crecimiento y la mejora del nivel de vida europeos permitió la aparición de un turismo de masas que buscaba el sol y los bajos precios españoles. Con ello el país recibió muchas divisas, además de que se crearon muchos puestos de trabajo. En tercer y último lugar, España disfrutó de una renta de situación (el estar en Europa, cerca del mercado europeo, y los bajos precios y salarios, estimularon la entrada de inversiones extranjeras). Además desde el Gobierno se impulsó un cierto intervencionismo, guiado por criterios desarrollistas (impulsar y extender el crecimiento mediante una planificación que impulsó la construcción de regadíos (en un seguimiento de los principios regeneracionistas) y de ayudas a ciertas regiones para crear polos de desarrollo y generalizar el desarrollo industrial.Como consecuencia de todas estas políticas se produjo un importante crecimiento industrial (España se convirtió en la décima potencia industrial del mundo) y una mejora general del nivel de vida. Sin embargo, pese a las políticas de polos de desarrollo la industria siguió concentrada en Cataluña, el País Vasco y también Madrid; asimismo, fue una industria descompensada con fuerte peso de actividades básicas necesitadas de mucha energía y poco desarrollo tecnológico.La sociedad española se vio afectada por estos cambios. Como decíamos, se produjo una mejora del nivel de vida y España se convirtió en una sociedad de consumo, cuestión que se vio reflejada en algunos productos, símbolo del bienestar. Entre ellos destacaron el SEAT 600, la TV, que entró en la mayoría de los hogares y el acceso general a la vivienda en propiedad; también apareció el turismo interior (a las playas).Tales mejoras supusieron un crecimiento de la clase media que rompió la tradicional polarización de la sociedad española (por ejemplo, aumentó el porcentaje de españoles que podían estudiar). No obstante, persistieron las desigualdades y muchos sectores de la población española mantuvieron un bajo nivel de vida.El país cambió porque el desarrollo industrial  disparó el éxodo rural. En las periferias de Madrid, Barcelona o Bilbao y en los pueblos próximos se produjo un espectacular crecimiento de población (Getafe, por ejemplo, pasó en una década de 5.000 a 140.000 habitantes). Tal fenómeno estuvo acompañado de situaciones de chabolismo y de falta de servicios (calles sin asfaltar, falta de colegios, hospitales…).Por último, se debe señalar que estos cambios sociales propiciaron la apertura de la sociedad española. La emigración a las ciudades y la llegada de turismo extranjero intensificó la secularización; es decir, se redujo el peso de la Iglesia en las costumbres; también fue más difícil reprimir a los españoles por cosas que hacían los turistas extranjeros. Por otra parte, aumentó el conformismo de los españoles respecto al régimen franquista.Desde el punto de vista político, éste cambió. Si bien se mantuvo la dictadura (por ejemplo, funcionó la censura, un Tribunal de Orden Público que juzgaba por delitos políticos fuera del cauce de la justicia ordinaria) estaba fue mucho menos represiva que en las décadas anteriores (de los cuarenta y comienzos de los cincuenta) y, por ejemplo, ya no hubo fusilamientos masivos. El franquismo se desprendió de algunos rasgos que recordaban al fascismo: por ejemplo, el partido único FET de las JONS cambió su nombre por el de Movimiento Nacional y se propiciaron elecciones (aunque sin libertades) para las Cortes. Asimismo, el régimen dejó de basar su legitimidad en la cruzada y la victoria en la Guerra civil y pasó a hacerlo en los logros económicos y la estabilidad (se celebraron los XXV años de paz) y se aprobó en referéndum la sucesión de Franco por Juan Carlos de Borbón cuando aquél muriese. Franco mantuvo el poder absoluto manteniendo el equilibrio entre las diferentes familias del régimen, cuyas enemistades se hicieron evidentes en momentos. Fue el caso del Escándalo MATESA en 1969 que desprestigió al franquismo (acusaciones contra las ayudas irregulares por parte del Gobierno a una empresa ligada al OPUS DEI). Este asunto ocultó una lucha de poder entre Falange y el OPUS que se saldó con el triunfo de estos últimos pues Franco cambió el gobierno sacando a los ministros falangistas, como Fraga Iribarne.

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