Reinos Medievales en la Península Ibérica: Visigodos, Reconquista y Organización Política

El Reino Visigodo: Origen y Organización Política

En el año 409, diversos pueblos germánicos (suevos, vándalos y alanos) entraron y se asentaron en Hispania. Los visigodos, como pueblo federado de los romanos y asentados en la Galia, entraron en la península ibérica para expulsar a estos invasores por encargo de Roma. Tras expulsar a vándalos y alanos, fueron vencidos por los francos en la batalla de Vouillé (507). A consecuencia de esta derrota, se replegaron definitivamente en Hispania, formando un reino independiente con capital en Toledo, que perduró hasta la invasión musulmana del 711.

Varios monarcas visigodos trabajaron para consolidar el reino mediante la unificación de la población visigoda y la hispanorromana:

  • Leovigildo: Llevó a cabo la unificación territorial al vencer a los suevos.
  • Recaredo: Impulsó la unificación religiosa al convertirse al catolicismo en el III Concilio de Toledo.
  • Recesvinto: Estableció la unificación jurídica con un único código de leyes para ambos pueblos (Liber Iudiciorum).

El poder se centraba en una monarquía electiva, lo que provocó numerosos conflictos por la sucesión y una constante inestabilidad política. Las principales instituciones de gobierno eran el Aula Regia (un consejo asesor) y el Officium Palatium (la administración central). Los Concilios de Toledo, inicialmente asambleas eclesiásticas, adquirieron un gran poder político y legislativo, llegando a sancionar las decisiones del rey.

La Formación de los Reinos Cristianos y la Reconquista

Los Primeros Núcleos de Resistencia

Tras la conquista musulmana, los primeros núcleos de resistencia cristiana se organizaron en el norte peninsular.

  • El reino de Asturias fue el primero, constituido en el 722 por Don Pelayo tras la batalla de Covadonga. Tras expandirse por Galicia y el valle del Duero, pasó a denominarse reino de León (siglos IX-X). En el siglo X, Fernán González proclamó la independencia del condado de Castilla.
  • En el Pirineo occidental, se constituyó el reino de Pamplona en el siglo IX, tras la victoria sobre el ejército carolingio en Roncesvalles.
  • En el Pirineo oriental, Wifredo el Velloso unificó los condados catalanes y los independizó de facto de la Marca Hispánica carolingia.

Etapas de la Reconquista

El proceso de expansión de los reinos cristianos, conocido como la Reconquista, se puede dividir en tres grandes etapas:

  1. Primera etapa (siglos VIII-X): El reino de Asturias y los condados catalanes ocupan territorios prácticamente deshabitados hasta el valle del Duero y la Plana de Vic, respectivamente.
  2. Segunda etapa (siglos XI-XIII): Los reinos cristianos continúan su avance hacia el sur, conquistando plazas clave como Toledo y llegando hasta el valle del Ebro. La llegada de los almorávides y, posteriormente, de los almohades desde el norte de África frenó temporalmente este avance. Se firmaron tratados entre los reinos cristianos para delimitar sus áreas de expansión, como el Tratado de Cazorla. La victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) fue decisiva y permitió la conquista de Murcia, las Islas Baleares y Valencia.
  3. Tercera etapa (siglos XIV-XV): La fase final se centró en el último reducto musulmán en la península y culminó con la conquista del Reino nazarí de Granada en 1492 por parte de la Corona de Castilla.

Modelos de Repoblación

Paralelamente a la conquista, se llevó a cabo la repoblación del territorio, que adoptó diferentes modelos según la época y el lugar:

  • Presura o aprisio (siglos IX-X): En las tierras despobladas del valle del Duero, pequeños grupos de campesinos ocupaban una tierra y el rey reconocía su propiedad.
  • Repoblación concejil (siglos XI-XII): Se crearon concejos (municipios) a los que se les otorgaron fueros (cartas de privilegios) para atraer pobladores a zonas de frontera.
  • Encomiendas y repartimientos (siglo XIII): En el sur, se entregaron grandes extensiones de tierra (encomiendas) a las órdenes militares que participaron en la conquista, y se realizaron repartimientos de latifundios entre los nobles.

Organización Social y Política en los Reinos Cristianos Medievales

Organización Política: Rey y Cortes

Los reinos cristianos estaban gobernados por reyes, asesorados inicialmente por la Curia Regia, un consejo de nobles y clérigos. A partir del siglo XII, aparecieron las Cortes, asambleas en las que estaban representados los tres estamentos (nobleza, clero y representantes de las ciudades). Su función principal era asesorar al rey y, sobre todo, votar la concesión de nuevos impuestos o subsidios.

El Régimen Señorial

El régimen señorial fue el sistema de organización social, económica y jurídica predominante, basado en la concesión de territorios (señoríos) por parte del rey a un noble o eclesiástico. Existían dos tipos:

  • Señorío territorial: El señor poseía la propiedad de la tierra y los campesinos que la trabajaban debían pagarle rentas.
  • Señorío jurisdiccional: Además de la tierra, el señor ejercía funciones de gobierno y justicia en su territorio, como impartir justicia, nombrar autoridades y cobrar impuestos. Este régimen supuso una importante pérdida de poder para el rey en favor de la nobleza y el clero.

La Sociedad Estamental

La sociedad medieval era estamental, es decir, estaba dividida en grupos sociales cerrados con diferentes derechos y obligaciones, definidos por el nacimiento.

  • Nobleza y clero: Eran los estamentos privilegiados. Poseían la mayor parte de la tierra, no pagaban impuestos directos y ocupaban los altos cargos. Su función teórica era defender a la sociedad (nobleza) y rezar por la salvación de las almas (clero).
  • Estado llano o Tercer Estado: Abarcaba a la inmensa mayoría de la población (campesinos, artesanos, burgueses), carecía de privilegios y sostenía económicamente al reino con su trabajo e impuestos.

La movilidad social entre estamentos era prácticamente inexistente.

Modelos Políticos: Las Coronas de Castilla, Aragón y el Reino de Navarra

La Corona de Castilla: Hacia el Autoritarismo Monárquico

En la Corona de Castilla, el poder real tendió a fortalecerse, desarrollando un modelo político más autoritario. El rey se apoyaba en varias instituciones centrales: el Consejo Real como órgano asesor, las Cortes con la función principal de aprobar subsidios, la Audiencia (o Chancillería) para la administración de justicia, y la Hacienda Real para la gestión de los impuestos y el patrimonio.

La Corona de Aragón: El Modelo Pactista

La Corona de Aragón (formada por los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña) era una confederación de territorios. Cada uno mantenía sus propias leyes e instituciones, lo que limitaba el poder del monarca y le obligaba a gobernar mediante el pactismo, es decir, negociando con las Cortes de cada reino. Cada reino tenía sus propias Cortes. De ellas surgieron delegaciones permanentes para vigilar el cumplimiento de lo pactado, como la Generalitat en Cataluña. El rey nombraba a un virrey como su representante en cada territorio donde no residía.

El Reino de Navarra

En el Reino de Navarra también predominó el pactismo. Sus principales instituciones de gobierno fueron el rey, las Cortes, el Consejo Real, la Cort General (tribunal supremo) y la Cámara de Comptos (encargada de las finanzas).

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