España 1808-1874: El Complicado Camino hacia el Liberalismo

La Difícil Implantación del Régimen Liberal en España (1808-1874)

Absolutismo y Liberalismo: El Conflicto Ideológico (1808-1834)

La Guerra de la Independencia (1808-1814): Lucha Nacional y Pugna Política

La guerra fue una lucha por la independencia nacional, pero ante el evidente vacío de poder que se produjo a lo largo de ella por la huida masiva de las autoridades, fue convirtiéndose también en una lucha por el futuro ordenamiento de la sociedad española. El sistema del Antiguo Régimen estaba definitivamente cuestionado, aunque su agonía iba a ser larga y sangrienta debido a las fuertes resistencias de los privilegiados. La guerra comenzó a mostrarse larga y difícil. El pueblo no estaba preparado para enfrentarse a la gran armada de Napoleón y creó la guerrilla como sistema defensivo. Todos estaban unidos contra el invasor, aunque los criterios sobre la organización política del país eran distintos. Fueron tres las corrientes ideológicas más representativas que se enfrentaron en el marco de la guerra: absolutistas, liberales e ilustrados carloterceristas.

Corrientes Ideológicas en Contienda:
  • Absolutistas: Encuadrados en el partido más conservador, respondían a un planteamiento simple: dado que el poder era de origen divino y el rey era su representante, el Estado existía solo en función del monarca. El Estado era un patrimonio del que el rey podía disponer libremente, sin necesidad de consultar con la nación. Es, pues, el monarca el único que decide quiénes y cómo van a participar en la vida pública. Una participación simplemente consultativa y nunca decisoria. De ahí que el programa de los absolutistas durante la guerra fuera de carácter restaurador: el rey en su trono, los franceses en sus fronteras y la Iglesia en su ambiguo resplandor.
  • Liberales: Eran opuestos a los absolutistas. Su base ideológica fundamental era la defensa a ultranza del individualismo y de los principios de libertad, igualdad y propiedad, que defendían como pilares para un armónico sistema de relaciones sociales. Para los liberales, el comportamiento humano estaba determinado por la búsqueda de la felicidad, lo que ellos identificaban con la riqueza y, por tanto, con una propiedad libre, individual y absoluta, muy diferente de la sociedad feudal. La sociedad debía jerarquizarse no por un criterio estamental (que no reflejaba la capacidad y el trabajo de cada cual), sino por el acceso a la propiedad. Desde estas ideas, los liberales propondrán su propio sistema político: el Estado es la suma del territorio y la nación constituye una realidad inalienable. Por eso, ni un monarca ni una dinastía son indispensables; la nación está por encima de ellos, lo que los convertirá teóricamente en los más patriotas, pues ellos solo luchaban por la nación. Partiendo de esta base, se comprende que para los liberales la soberanía residiera teóricamente en toda la comunidad y que el sistema constitucional parlamentario fuera propuesto por ellos como única representación de dicha soberanía.
  • Ilustrados carloterceristas (Afrancesados): Adoptaron una actitud de colaboración con el nuevo rey José I, por lo que se les ha conocido tradicionalmente como los afrancesados. Muchos de ellos lo fueron a la fuerza; otros juraron fidelidad y colaboración con el invasor en la sincera creencia de que era lo mejor para el país. Estos afrancesados tenían un programa político articulado en torno al absolutismo ilustrado e intentaban hacer de esta teoría política una transición entre el absolutismo y el liberalismo. Por eso, los afrancesados no necesitaban ser fieles a una dinastía concreta, sino a un rey ilustrado que apoyara las reformas que el país necesitaba.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812: Un Hito Revolucionario

En medio del fragor de la lucha, y con la ciudad rodeada de tropas francesas, tuvo lugar el proceso constituyente de las Cortes de Cádiz (1810). Es verdaderamente significativo que, habiendo más representantes absolutistas que liberales, saliera redactado un texto básicamente liberal. Para los absolutistas, las Cortes solo se convocaban para mejor dirigir la guerra, y su forma de procedimiento debía ser estamental: cada estamento, un voto. Para los liberales, además de dirigir la guerra, se trataba de una buena oportunidad para reformar en profundidad el país. El triunfo liberal se vio favorecido por el hecho de que, al estar Cádiz militarmente sitiada, muchos representantes de otras provincias no pudieron acudir, siendo sustituidos por hombres de la ciudad reclutados entre las filas de la burguesía progresista. Cádiz era una ciudad liberal y moderna, en la que hasta su clero tenía ideas liberales. Sin embargo, de no ser por la guerra, nunca se hubiera producido el proceso constituyente.

La Constitución de Cádiz de 1812 es una constitución revolucionaria porque ata al rey, impidiéndole que pueda disolver o desconvocar las Cortes, y estableciendo una serie de mecanismos por medio de los cuales las Cortes, si no las convoca el rey, pueden reunirse por su propia iniciativa. La Constitución establecía por primera vez en España una monarquía constitucional, traspasando la soberanía a la nación y estableciendo la separación de poderes, la libertad de imprenta, la libertad de trabajo y otros derechos que rompían con las limitaciones de la sociedad estamental. En general, la obra legislativa de Cádiz no pasó de ser un reformismo moderado, que lograba triunfar en algunas cuestiones.

El Regreso de Fernando VII y la Restauración Absolutista

Fernando VII no se encontraba en España durante este tiempo. Cuando se produjo su regreso en 1814, apoyado por las fuerzas absolutistas, el rey no dio el visto bueno al trabajo hecho por las Cortes de Cádiz. Por decreto de 4 de junio de 1814, declaró abolida la obra de los legisladores de Cádiz y se volvió de nuevo al Antiguo Régimen. El hecho de volver al Antiguo Régimen puso en fuga al grupo de los liberales y de los afrancesados, y se retornó a la legislación que había sido suprimida por las Cortes de Cádiz.

Impacto Socioeconómico y Pérdidas Territoriales

Crisis Económica en un Contexto de Inestabilidad Política (1814-1833)

En el terreno económico, los vaivenes experimentados por España entre 1814 y 1833 en la política afectaron gravemente a la economía nacional. Se produjo:

  • Caída de precios.
  • Ruina de los agricultores.
  • Hundimiento de la industria.
  • Colapso del comercio.
  • Ruina del Estado.

La Emancipación de las Colonias Americanas y sus Repercusiones

Durante las primeras décadas del siglo XIX, un proceso que culminó en su mayor parte hacia 1824, se produjo el movimiento de emancipación de las colonias americanas. Progresivamente, se fueron independizando todas las colonias, desde México hasta Argentina. En 1824, España solo mantenía presencia en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La pérdida de estos territorios influyó negativamente en el comercio español.

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