De los Reinos Medievales al Imperio Español: Reyes Católicos y Austrias

La Baja Edad Media en la Península Ibérica: Castilla y Aragón

Durante la Baja Edad Media, en la Península Ibérica coexistían varios reinos: Castilla, Aragón, Navarra, Portugal y el reino nazarí de Granada. Los dos más importantes, Castilla y Aragón, presentaban formas de gobierno muy diferentes.

La Corona de Castilla: Hacia una monarquía autoritaria

En Castilla, el rey intentó concentrar cada vez más poder, lo que provocó numerosos conflictos con la nobleza. Se sucedieron guerras civiles, como la que enfrentó a Pedro I con su hermanastro Enrique II. La victoria de este último instauró la dinastía Trastámara. A cambio de su apoyo, los nobles recibieron tierras y privilegios (las mercedes enriqueñas), pero, progresivamente, el rey fue reforzando su autoridad hasta consolidar una monarquía autoritaria, donde el monarca acumulaba un gran poder. Para ello, se crearon instituciones clave para el control del reino:

  • El Consejo Real.
  • La Audiencia (alto tribunal de justicia).
  • La figura del corregidor, representante del rey en las ciudades.

Las Cortes, por su parte, tenían un poder limitado y su función principal era la aprobación de nuevos impuestos.

La Corona de Aragón: El modelo pactista

En la Corona de Aragón, el poder del rey estaba más limitado, ya que debía pactar con las Cortes de cada territorio, en un modelo conocido como monarquía pactista. No era un reino unificado, sino una confederación de territorios (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca), cada uno con sus propias leyes e instituciones. Las más importantes eran las Cortes, la Generalitat (en Cataluña y Valencia), el Justicia de Aragón y los virreyes.

Crisis económica y social

El siglo XIV fue una época de profunda crisis demográfica y económica, marcada por la peste negra y las malas cosechas. La población disminuyó drásticamente, lo que provocó revueltas campesinas, como la de los irmandiños en Galicia o la de los payeses de remensa en Cataluña, que luchaban contra los abusos señoriales. En las ciudades también hubo conflictos, como el enfrentamiento en Barcelona entre la Biga (alta burguesía) y la Busca (clases populares y artesanos). Además, se produjeron violentos ataques contra las comunidades judías (pogromos) por motivos religiosos y económicos. La economía castellana se basaba en gran medida en la ganadería ovina, controlada por la Mesta, mientras que la aragonesa destacaba por su dinámico comercio en el Mediterráneo.

El Reinado de los Reyes Católicos: La Unificación de España

El matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en 1469 supuso una unión dinástica, pero cada reino mantuvo sus propias leyes, instituciones y fronteras. Tras una guerra civil contra los partidarios de su sobrina, Juana «la Beltraneja», Isabel consiguió afianzarse en el trono de Castilla.

Consolidación de la monarquía autoritaria

Los Reyes Católicos sentaron las bases de una monarquía autoritaria, reduciendo el poder de la alta nobleza y fortaleciendo la autoridad real. Para ello, llevaron a cabo una serie de reformas:

  • Creación de un sistema de Consejos especializados.
  • Reforma de la justicia con las Audiencias.
  • Reorganización de la Hacienda.
  • Creación de un ejército permanente.
  • Establecimiento de la Santa Hermandad para mantener el orden en las zonas rurales.

Unificación religiosa y territorial

Buscaron también la unidad religiosa como forma de cohesión social. En 1492, decretaron la expulsión de los judíos que no se convirtieron al cristianismo. Años más tarde, obligaron a los musulmanes a bautizarse, pasando a ser conocidos como moriscos. Para perseguir la herejía y vigilar a los conversos, crearon el Tribunal de la Santa Inquisición. En cuanto a la unificación territorial, sus principales logros fueron la conquista del reino nazarí de Granada en 1492, la anexión del reino de Navarra en 1512, la finalización de la conquista de las Islas Canarias y el inicio de la expansión por el norte de África.

Política exterior y expansión atlántica

En ese mismo año crucial de 1492, apoyaron el proyecto de Cristóbal Colón, que culminó con el descubrimiento de América e inició la expansión por el Nuevo Mundo. En política exterior, su objetivo principal fue aislar a Francia, para lo cual establecieron alianzas con otros reinos europeos mediante una hábil política de matrimonios de sus hijos.

El Imperio de los Austrias Mayores: Carlos I y Felipe II

Durante el siglo XVI, la dinastía de los Austrias (o Habsburgo) gobernó el vasto imperio español. Los dos primeros monarcas son conocidos como los Austrias Mayores: Carlos I y Felipe II.

El Imperio universal de Carlos I (1516-1556)

Carlos I de España y V de Alemania heredó un enorme imperio que incluía la Corona de Castilla y sus posesiones en América, la Corona de Aragón con sus territorios en Italia, los Países Bajos, Austria y, además, fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Esta acumulación de poder le generó múltiples conflictos. A su llegada a España, fue recibido con hostilidad por ser considerado un rey extranjero que gobernaba con consejeros flamencos. Este descontento provocó dos graves revueltas internas: la de las Comunidades en Castilla y la de las Germanías en Valencia, ambas sofocadas por el ejército real. En política exterior, sus principales frentes de batalla fueron la rivalidad con Francia, la lucha contra el Imperio otomano y el conflicto con los príncipes protestantes alemanes. A pesar de sus esfuerzos por mantener la unidad religiosa del Imperio, finalmente tuvo que firmar la Paz de Augsburgo (1555), que reconocía la libertad religiosa de los príncipes. Durante su reinado, se conquistaron los imperios azteca e inca. Agotado, abdicó y se retiró al monasterio de Yuste.

El Imperio hispánico de Felipe II (1556-1598)

Su hijo, Felipe II, heredó la mayor parte de sus territorios, excepto el Sacro Imperio. Estableció la capital permanente en Madrid en 1561 y continuó la política de su padre de defensa del catolicismo y centralización del poder. En el ámbito interno, tuvo que hacer frente a la rebelión de los moriscos en las Alpujarras, que fue duramente reprimida, y a las alteraciones de Aragón por el caso de su antiguo secretario Antonio Pérez. Su política exterior estuvo marcada por grandes éxitos y fracasos: venció a los turcos en la batalla de Lepanto (1571), se anexionó Portugal y su imperio en 1580, pero fracasó en su intento de invadir Inglaterra con la «Armada Invencible» (1588) y se vio envuelto en una larga y costosa guerra en los Países Bajos. Su reinado representó el apogeo del poder español, pero el inmenso coste de las guerras acentuó la crisis económica y el endeudamiento de la Corona.

La Expansión Atlántica: Descubrimiento y Conquista de América

Bajo el reinado de los Reyes Católicos, Castilla culminó su expansión atlántica con el descubrimiento de América en 1492. En aquella época, Castilla y Portugal competían por el control de las rutas comerciales hacia Asia para obtener especias y metales preciosos. Portugal había tomado la delantera al establecer una ruta hacia la India bordeando África. Por ello, Castilla decidió apoyar el audaz proyecto de Cristóbal Colón, que proponía llegar a Asia navegando hacia el oeste.

El proyecto de Colón y el reparto del mundo

Colón firmó con los Reyes Católicos las Capitulaciones de Santa Fe, un acuerdo por el que era nombrado almirante, virrey y gobernador de las tierras que descubriera. La expedición partió de Palos de la Frontera y el 12 de octubre de 1492 llegó a una isla del Caribe (San Salvador), creyendo haber alcanzado las costas de Asia. Realizó cuatro viajes en total y murió sin ser consciente de haber descubierto un nuevo continente. Para evitar conflictos con Portugal, se firmó el Tratado de Tordesillas (1494), que trazaba una línea divisoria en el Atlántico: las tierras al oeste serían para Castilla y las del este para Portugal, lo que explica que Brasil se convirtiera en colonia portuguesa.

La conquista de los grandes imperios

Durante el siglo XVI se llevó a cabo la conquista de América. Los episodios más importantes fueron:

  • La conquista del Imperio azteca (actual México) por Hernán Cortés entre 1519 y 1521, gracias a la superioridad militar, la alianza con pueblos sometidos y el impacto de las enfermedades.
  • La conquista del Imperio inca (región andina) por Francisco Pizarro entre 1531 y 1533, quien supo aprovechar la guerra civil que enfrentaba a los propios incas.

Organización del Imperio Americano

España organizó los nuevos territorios en virreinatos, siendo los primeros los de Nueva España y Perú. Para su gobierno desde la península, se creó el Consejo de Indias. El comercio con América se monopolizó desde Sevilla a través de la Casa de Contratación, que organizaba las flotas y recaudaba el impuesto real (el quinto real). La Corona intentó proteger a la población indígena con legislaciones como las Leyes de Burgos (1512) y las Leyes Nuevas (1542), que prohibían su esclavitud. Sin embargo, en la práctica, los indígenas fueron sometidos a duros sistemas de trabajo, como la encomienda y la mita (trabajo forzoso, especialmente en las minas).

Otras grandes exploraciones

Las exploraciones continuaron: Vasco Núñez de Balboa descubrió el océano Pacífico en 1513. La expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano completó la primera vuelta al mundo entre 1519 y 1522, demostrando empíricamente la esfericidad de la Tierra. Durante el reinado de Felipe II, se conquistaron las Islas Filipinas en 1571, consolidando la presencia española en Asia.

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