La Restauración Absolutista de Fernando VII: El Manifiesto de los Persas y el Fin de las Cortes de Cádiz

Análisis del Manifiesto de los Persas (1814)

Nos encontramos ante una fuente primaria, un texto histórico de tipo político, el «Manifiesto de los Persas», redactado por diputados absolutistas de las Cortes Ordinarias reunidos tras la Guerra de la Independencia.

El destinatario es el rey Fernando VII, a quien se intenta persuadir para que derogue la Constitución de 1812 y restablezca la monarquía absoluta y, con ella, el Antiguo Régimen. El documento está datado el 12 de abril de 1814, momento en el que, tras la finalización de la Guerra de la Independencia y la firma del Tratado de Valençay, el monarca regresa a España.

Argumentos Centrales del Manifiesto

  • Los diputados afirman que la ausencia del monarca durante la Guerra de la Independencia provocó un estado de desgobierno, lo que evidencia la necesidad del absolutismo. Para ello, apelan a una costumbre persa que dará nombre al manifiesto.
  • Expresan que durante este periodo de «desgobierno» se vieron obligados, tanto ellos como los territorios a los que representaban, a votar en contra de sus principios e ideas.
  • Se dedican a la defensa de la monarquía absoluta como institución legítima y necesaria, por derecho y tradición. Se incide en la necesidad de la autoridad real para garantizar el orden, la justicia y la obediencia, en oposición al liberalismo que representaban las Cortes de Cádiz.

Por todo ello, en el último párrafo, solicitan la disolución de las Cortes de Cádiz y de su labor legislativa, incluida la Constitución, y la convocatoria de las antiguas Cortes estamentales.

Contexto Histórico y Evolución del Problema

El reinado de Carlos IV coincidió con la convulsa época de la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico. La política exterior, dirigida por Godoy, derivó en una sumisión a Francia que culminó con el Tratado de Fontainebleau. Este acuerdo, que autorizaba el paso de tropas francesas para invadir Portugal, reveló las verdaderas intenciones de Napoleón: ocupar toda la Península Ibérica.

La Guerra de la Independencia y la Soberanía Nacional

El descontento popular estalló en Madrid el 2 de mayo de 1808, insurrección que se extendió rápidamente por el país, iniciando la Guerra de la Independencia. Ante el vacío de poder provocado por la retención de los reyes en Bayona, los españoles asumieron la soberanía nacional.

Se crearon Juntas Locales y Provinciales, coordinadas por una Junta Suprema Central establecida en Cádiz. Esta Junta dirigió la guerra y convocó Cortes, que aprobaron la Constitución, el 19 de marzo de 1812.

Las Cortes de Cádiz y el Liberalismo

La Constitución de 1812, de carácter liberal, proclamó la soberanía nacional (con monarquía constitucional), la división de poderes (legislativo en Cortes con el rey, ejecutivo en el rey con limitaciones, y judicial en los tribunales), el sufragio universal masculino indirecto y una amplia declaración de derechos individuales (educación, libertad de imprenta, propiedad, igualdad), incluyendo a los ciudadanos de ambos hemisferios. Definió la nación española como libre e independiente, no patrimonio de familia alguna, aunque mantuvo el catolicismo como religión única y una organización territorial en provincias y ayuntamientos electivos.

Las Cortes de Cádiz también llevaron a cabo una importante labor legislativa, cuyo objetivo fue eliminar el Antiguo Régimen y establecer un sistema liberal. Así, se:

  • Suprimieron los señoríos jurisdiccionales.
  • Abolieron los gremios, es decir, se instauró la libertad de comercio y de trabajo.
  • Abolieron los privilegios de la Mesta, lo que favoreció a la agricultura y a la industria.
  • Abolió el tribunal de la Inquisición, incompatible con los principios liberales y los derechos humanos.

El Germen de la Independencia Americana

En cuanto a los territorios americanos, aunque fueron reconocidos como parte de la Nación española, su escasa y desigual representación en las Cortes de Cádiz generó descontento entre las élites criollas, lo que impulsó desde 1810 la formación de juntas autónomas en América, que constituirán el germen del movimiento libertador.

El Reinado de Fernando VII (1814-1833)

Con la derrota napoleónica y el Tratado de Valençay (1813), Fernando VII regresó a España. Apoyado por los absolutistas (Manifiesto de los Persas), su primera decisión fue abolir la Constitución y toda la labor legislativa de Cádiz, restaurando el absolutismo. Su reinado se dividió en tres etapas:

  1. Sexenio Absolutista (1814-1820): Se restauró el Antiguo Régimen y se persiguió a los liberales, quienes protagonizaron diversos pronunciamientos reprimidos.
  2. Trienio Liberal (1820-1823): El pronunciamiento del coronel Riego obligó al rey a jurar la Constitución. Los liberales en el gobierno aplicaron las reformas gaditanas, pero se dividieron en moderados y progresistas, generando inestabilidad. La intervención de los «Cien Mil Hijos de San Luis» restauró el absolutismo.
  3. Década Ominosa (1823-1833): Se reinstauró el absolutismo y se reprimió duramente a los liberales. Los absolutistas se dividieron entre reformistas y realistas puros (o apostólicos), estos últimos partidarios del hermano del rey, Carlos María Isidro.

Durante el reinado de Fernando VII, la conflictividad política fue una constante, marcada por la pugna entre absolutistas y liberales. El pronunciamiento militar se convirtió en el único instrumento de los liberales para intentar modificar el sistema político. El éxito efímero de algunos (Trienio Liberal) y el fracaso de muchos de estos movimientos conllevó duras consecuencias para los liberales: represión violenta, encarcelamientos, pérdida de derechos y, en no pocos casos, el exilio forzoso, que contribuyó a la dispersión y debilitamiento del liberalismo español en estas décadas.

El Problema Sucesorio y el Origen del Carlismo

El último periodo del reinado viene marcado por el problema sucesorio, que culminó con la derogación de la Ley Sálica y la promulgación de la Pragmática Sanción (1830). El nacimiento de Isabel II marcó el inicio de nuevas corrientes que van a definir la vida política durante el siglo XIX.

El absolutismo, transformado en carlismo, defenderá el derecho del hermano del rey al trono, el infante D. Carlos, dando lugar a las guerras carlistas. Esto obligará a los isabelinos a apoyarse en los liberales, los cuales se van a dividir entre los que luchan por la soberanía nacional y una mayor amplitud de derechos (progresistas) y los moderados que buscaban fórmulas de compromiso con la monarquía.

En definitiva, las tensiones políticas y sociales latentes durante el reinado de Fernando VII se van a prolongar durante el reinado de su hija y todo el siglo XIX, periodo en el que tradición y modernidad estarán en conflicto o en un inestable equilibrio.

Glosario de Conceptos Clave

Afrancesados
Españoles que apoyaron a José I Bonaparte y las ideas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. Creían que Francia traería modernización y reformas ilustradas.
Juntas
Órganos de gobierno formados por ciudadanos o autoridades locales en 1808 para resistir la invasión francesa y gobernar en nombre de Fernando VII. Se coordinaron en la Junta Suprema Central.
Junta Suprema de Canarias
Institución creada en las Islas Canarias durante la Guerra de la Independencia para organizar la resistencia y mantener la lealtad al rey frente a Napoleón.
Soberanía Nacional
Principio del liberalismo que afirma que el poder político reside en la nación (el conjunto de los ciudadanos) y no en el rey. Fue proclamado en la Constitución de 1812.
Cortes
Asamblea representativa donde están los diputados elegidos para hacer leyes y aprobar presupuestos. Las Cortes de Cádiz representaron el nacimiento del parlamentarismo moderno en España.
Pragmática Sanción
Decreto de 1830 por el que Fernando VII permitió reinar a su hija Isabel, anulando la Ley Sálica que excluía a las mujeres. Provocó el conflicto con los carlistas.
Carlismo
Movimiento político tradicionalista que defendía los derechos al trono de Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, y una monarquía absolutista y católica frente al liberalismo isabelino.
Pronunciamiento
Sublevación militar (a menudo con apoyo civil) típica del siglo XIX, con el objetivo de cambiar el gobierno o el sistema político. Ejemplo: el pronunciamiento de Riego en 1820.
Soberanía Compartida
Sistema político del liberalismo moderado en el que la soberanía se reparte entre el rey y las Cortes (por ejemplo, la Constitución de 1845).
Sufragio Censitario
Sistema electoral en el que solo pueden votar los ciudadanos que cumplen ciertos requisitos de renta o propiedad. Limitaba la participación política a las clases acomodadas.
Criollo
Persona nacida en América de padres europeos (españoles). Eran ricos y cultos, pero sin poder político, lo que les llevó a liderar los movimientos de independencia.
Latifundio
Extensa propiedad agrícola en manos de un solo propietario, típica del sur de España. Se caracterizaba por baja productividad y trabajo jornalero.
Propiedad Vinculada
Bienes (como mayorazgos o tierras eclesiásticas) que no podían venderse ni dividirse, transmitiéndose intactos dentro de una familia o institución. Suprimida por las desamortizaciones liberales.

Contraste de Soberanías

La distinción entre soberanía nacional y soberanía compartida ayuda a entender la evolución del liberalismo español:

  • Soberanía Nacional: El poder reside en el pueblo (liberales progresistas).
  • Soberanía Compartida: El poder se reparte entre el rey y las Cortes (liberales moderados).

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