Origen y Desarrollo del Nacionalismo Catalán, Vasco y Regionalismo Gallego (Siglo XIX)

Orígenes y Evolución de los Nacionalismos y Regionalismos en la España de la Restauración

El regionalismo es la ideología matriz de la que nacen estos movimientos. Se extiende por toda Europa a lo largo del siglo XIX y consiste en la valoración de la cultura de una región: la lengua, la literatura en ese idioma propio, los monumentos, etc. En España, surgieron varios focos de regionalismo (como en Galicia, Andalucía y Valencia), pero solo en Cataluña y el País Vasco se desarrolló un verdadero nacionalismo, entendido como el deseo de una identidad política propia.

El sistema político de la Restauración (1874-1923) marginaba a los partidos minoritarios, que rara vez conseguían obtener representación parlamentaria suficiente para constituir una minoría parlamentaria.

El Nacionalismo Catalán: De la Renaixença a la Lliga Regionalista

El desarrollo socioeconómico catalán vino seguido de un renacimiento cultural y del uso del catalán como lengua vehicular. A partir de 1830, nace la Renaixença, un movimiento literario cuyo objetivo era la recuperación de la lengua y de las señas de identidad catalana.

La Transición a la Actividad Política

En la década de 1880, el catalanismo cultural dio paso a la actividad política, afirmando la existencia de una nacionalidad catalana y reivindicando un mayor autogobierno. Las primeras corrientes políticas fueron:

  • Tradicionalismo Católico: Una corriente de centroderecha que defendía los intereses de la burguesía textil catalana, buscando compartir el poder central con la burguesía terrateniente y financiera de Madrid.
  • Progresismo Federalista: De carácter más popular y principios republicanos federalistas, alentada por Valentí Almirall, quien en 1882 fundó el Centre Català y propuso la autonomía de Cataluña.

Un paso importante para la consolidación del catalanismo fue la creación en 1891 de la Unió Catalanista, cuya primera Asamblea (1892) aprobó las bases para la Constitución Regional Catalana (conocidas como las Bases de Manresa).

La crisis del sistema político de la Restauración, tras el Desastre de 1898, acrecentó el interés de la burguesía catalana por tener su propia representación política. En 1901 se creó la Lliga Regionalista, liderada por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó.

El partido aspiraba a participar activamente en la política nacional y a tener representantes en las instituciones. Su éxito electoral convirtió a la Lliga en el principal partido de Cataluña durante el primer tercio del siglo XX.

El Nacionalismo Vasco: Fueros, Industrialización y Sabino Arana

La abolición de los fueros en 1876 provocó una reacción de defensa de las instituciones reprimidas y, por ende, de la lengua y cultura vascas. Sin embargo, en 1878 se aprobaron los Conciertos Económicos, que permitieron a las provincias vascas mantener un sistema exclusivo de autonomía fiscal.

A diferencia de lo sucedido en Cataluña, en el País Vasco el nacionalismo no se basó solo en la lengua (cuyo uso estaba restringido a las áreas rurales), sino en la singularidad de la etnia vasca y en el rechazo hacia costumbres llegadas de fuera. Esto implicó una idealización del mundo rural tradicional vasco, justo en un momento en que Vizcaya y Guipúzcoa se estaban industrializando y recibían numerosos inmigrantes de otras zonas de España.

La Fundación del PNV

Sabino Arana es la figura más destacada de este primer nacionalismo. Desde 1890, proclamó que los vascos constituían una nación particular e independiente del resto de España. En 1895, fundó el PNV (Partido Nacionalista Vasco) en Bilbao.

Arana popularizó el término Euskadi, un nuevo nombre para su patria, una bandera propia (la Ikurriña) y un lema: «Dios y Ley Antigua» (Jaungoikoa eta Lege Zaharra). El movimiento estaba impregnado de un gran sentimiento católico y de defensa de la tradición, buscando impulsar la lengua y las costumbres vascas.

Más tarde, la postura de Arana se suavizó y aceptó que la autonomía debía conseguirse desde la legalidad y dentro de la unidad de España. Esta evolución facilitó su acercamiento a la burguesía vasca, que veía en el nacionalismo un posible aliado ante el incremento del movimiento obrero derivado de la industrialización de Vizcaya a partir de 1880.

El Regionalismo Gallego: El Rexurdimento y la Demanda de Descentralización

A mediados del siglo XIX, intelectuales y literatos gallegos emprendieron el camino de convertir la lengua gallega, usada sobre todo en el medio rural, en una lengua literaria. Nace así el Rexurdimento, cuya figura de mayor influencia fue la poetisa Rosalía de Castro.

Minorías cultas, insatisfechas con la situación del país, empezaron a responsabilizar del atraso económico gallego a la subordinación política de Galicia, que forzaba a los gallegos a la emigración.

En la última etapa de la Restauración, este movimiento fue adquiriendo carácter político. Destacan figuras como Alfredo Brañas y Manuel Murguía, quienes reclamaban una descentralización administrativa y el uso oficial del gallego.

Este ambiente favoreció la convocatoria de la Asamblea Federal de la Región Gallega (1887), que aprobó el Proyecto de Constitución para el Estado Galaico.

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