Bandung y el nacimiento del tercer mundo

Construcción DE LA Unión Europea
Ante el existo de la CEE, los países integrantes se propusieron seguir avanzando hacia
la uníón económica, pero también sentar las bases de progresos posteriores en el
territorio político y social.
El avance decisivo fue con el Tratado de Maastricht, que creó la Uníón Europea en
1992.
La Uníón Europea (UE) es una entidad jurídica independiente de los Estados que
la componen, que poseen competencias exclusivas de carácter económico. El Tratado
establecíó los tres grandes pilares:
-Los acuerdos establecidos en los Tratados Comunitarios, que recogen las políticas de la
Uníón.
-La Política Exterior y de seguridad común, abarca la cooperación entre gobiernos.
-La Justicia y los asuntos de Interior atiende a temas como el terrorismo.
El tratado creo la Ciudadanía Europea, permite circular y residir libremente en los
países de la Comunidad, así como el derecho a votar.
Las principales instituciones fueron creadas por el Tratado de Roma, son:
-El Parlamento Europeo: posee el poder legislativo y sus miembros son elegidos por los
ciudadanos cada cinco años.
-La Comisión Europea: en la institución ejecutiva de la UE, actúa como gobierno
comunitario. Se eligen cada cinco años y esta compuesta por 27 mujeres y hombres.
Posee cuatro funciones importantes: la legislación del Parlamento y del Consejo,
gestionar el presupuesto, hacer cumplir la legislación…
-El Consejo de la Uníón Europea: es el poder ejecutivo de la Uníón es el principal
organismo de toma de decisiones, su principal función es aprobar leyes junto con el
Parlamento, desarrollar una Política Exterior de Seguridad Común…
Junto a estos tres pilares hay otras instituciones como el Tribunal de Justicia, el Banco
Central Europeo, el Defensor del pueblo…
El 1 de Enero de 1995 fue lugar la cuarta ampliación de la Comunidad, con la entrada
de Austria, Finlandia y Suecia. Así nacía la Europa de los quince, actualmente la
Comunidad la integran 27 países, los últimos en integrarse fueron Bulgaria y Rumanía.

La descolonización puso de manifiesto la existencia de un fenómeno masivo de desigualdad económica a escala planetaria, considerado por muchos como el problema más acuciante del mundo actual.

El primer intento de reunir a los Estados afectados por la dominación colonial para reivindicar sus derechos fue la conferencia que se convocó en Nueva Delhi en 1947. Pero no fue hasta en 1955 en Bandung donde los nuevos estados surgidos de la descolonización adquirieron por primera vez un lugar preeminente en la política internacional en la que estuvieron presentes los grandes líderes Nehru, Nasser y Sukarno. Los acuerdos de Bandung reafirmaron el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, la soberanía y la igualdad de todas las naciones, la condena a la discriminación racial y el rechazo a toda intervención extranjera de los asuntos internos de un Estado. La Conferencia dio paso a una nueva actitud colectiva: la no alineación, una singular orientación política fundamentada en la voluntad de oponer la independencia y la soberanía nacional a las injerencias y la dominación de las grandes potencias.

En la década de los 50, un demógrafo utilizó la expresión Tercer Mundo para definir a los países de Asía, África y América Latina que no querían alinearse con ninguno de los dos bloques y compartían carácterísticas comunes derivadas, la mayoría de ellas, del subdesarrollo económico. La imprecisión y vaguedad del término señaló la necesidad de definir que se entendía por subdesarrollo. El subdesarrollo era debido a que en la mayoría de países la independencia política no fue acompañada de una económica. En unos países la economía estaba controlada por la polis y en otros los países ricos condicionaban las decisiones de los nuevos gobiernos independientes. Esta situación se conoce como neocolonialismo.

Los rasgos del neocolonialismo en el tercer mundo son diversos. En primer lugar, surgíó una fuerte dependencia comercial, que está relacionado con el intercambio desigual, que consiste en el hecho de que los países subdesarrollados exportan materias cuyo precio es bajo pero importan productos elaborados en los países ricos, de precio más elevado. En segundo lugar, el tercer mundo tiene una gran escasez de capital y depende financieramente del mundo desarrollado. Estos países a menudo recurren a los países ricos para pedir préstamos. Los países ricos recurren a los países subdesarrollados para aprovechar su mano de obra barata y ventajas fiscales. En tercer lugar, existe una dependencia tecnológica. Como los países subdesarrollados no tienen tecnología deben comprársela a los países avanzados. Esto obliga al pago de royalties, que en relación a su renta, es muy elevado. Todo ello acaba obstaculizando la acumulación de capital en los países pobres y favoreciendo su descapitalización.

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