Comentario de texto decreto de desamortización de Mendizábal

Mendizábal


En este texto se recoge elpreámbulo al Decreto redactado por Juan Álvarez Mendizábal, jefe del gobierno progresista del momento. Aparece publicado en La Gaceta de Madrid, el 21 de Febrero de 1836. Es un texto de carácter jurídico, a la vez que argumentativo, pues cuenta también con gran matiz subjetivo que contemplaremos en el intento del autor por “persuadirnos” mientras expone el tema que trata. En este momento, María Cristina actúa como reina gobernadora ante la minoría de edad de su hija,  Isabel II. Podemos contemplar cómo el autor se dirige a ella como destinataria del texto, mediante expresiones como “No es, señora” y “someter a la augusta aprobación de V. M.” Pero al mismo tiempo, se esta destinando a todo ciudadano espalo, ya que es publicado en el Boletín oficial de la época, y por tanto se hace público. Esto es, precisamente, porque se trata de una medida muy polémica y extrema, que hay que comunicar cautelosamente a ciudadanos, y especialmente a la jefa de regencia. En el texto se expone la presentación de la utilidad de la desamortización.
Esta se había llevado a cabo dos días antes de que se publicara el comunicado, y una segunda sería realizada el dia ocho de Marzo del mismo año. España había salido de un modelo de gobierno absolutista recientemente, tras la muerte de Fernando VII en 1833, y venía arrastrando numerosos problemas económicos desde el Siglo XVIII. A esto, había que sumarle la necesidad de financiar la guerra Carlista abierta desde 1833 y el coste de la guerra independentista americana de las décadas anteriores. Esta sería la primera desamortización llevada a cabo tras la abolición del Antiguo Régimen, por lo que se enfrentaría a las todavía presentes críticas al liberalismo. Mª Cristina se había acercado a los progresistas, gobierno progresista (1835-1837). El carácter liberal de Mendizábal se refleja en las reformas que quiere llevar a cabo. En el texto se cita la felicidad pública y se hace referencia al orden y libertad que implican el reinado de Isabel II, y sobre todo, al carácter económico que poseerá esta nueva reforma.
Mediante su imposición, según cuenta el autor, se contribuirá a saldar la deuda nacional y desobstruir los canales de la industria y de la circulación económica. Así pues, hace alusión a la importancia del bien de los ciudadanos, denuncia la crisis financiera que ha dejado el reinado de Fernando VII, y critica, de paso, al Antiguo Régimen, afirmando que él puede salvar al país. Quiere remarcar la existencia de la riqueza muerta, que reside en manos de la Iglesia. A través de la mejora de la economía se conseguirá la mejora del gobierno y la estabilización de la situación de España. El objetivo de la desamortización es pues, primordialmente económico. El proyecto de Mendizábal es pasar a vender en subasta los bienes que hayan sido expropiados. De este modo, podrá crearse una clase de burguésía propietaria de tierras, que dinamice y atribuya fluidez a la economía. Si esto funcionara, este grupo pasaría a ser la base sobre la que se asentaría la sociedad liberal progresista. Además, se conseguiría el avance de España, que hasta el momento se encuentra muy por detrás del resto de Europa, tanto social como económicamente. Así, el proceso de Desamortización afecta especialmente a terrenos eclesiásticos y señoriales. Se subastan los bienes del clero regular nacionalizado, y un año más tarde, se aplica esta medida también en el clero secular. De este modo, muchas de las riquezas “muertas” que poseían pasan al mercado, al mismo tiempo que se desmantela el sistema feudal que se había implantado durante el Antiguo Régimen. Es una medida que entra en programas ilustrados ya desde el s. XVIII, con el conde Floridablanca, en las Cortes de Cádiz. La Iglesia, evidentemente, reacciona negativamente ante esta medida, y pasa a excomulgar a compradores y ex propietarios, lo que frena la eficacia de la Desamortización. Además, las tierras son compradas por gente con poder y muy rica, y los campesinos pasan a no tener la posibilidad de cultivar, siquiera en las tierras públicas, ya que también estas han sido compradas. De este modo, la nobleza aumento su patrimonio, pero el objetivo de modernizar la agricultura y crear un grupo de burguésía no se consiguió. Además, hubo un gran sector de la sociedad (carlistas) que pasó a oponerse al liberalismo, por el resultado de esta reforma. Los sectores eclesiásticos comenzaron a presionar a María Cristina, por lo que finalmente, Mendizábal abandona la jefatura, aunque sigue siendo jefe de Hacienda. Por otro lado, esta reforma si que tendría un futuro impacto positivo, pues fue precursora de otras desamortizaciones, como la de Espartero en 1841 y la de Madoz en 1855, que duraría hasta 1924, y fue más controlada. En el ámbito económico, a pesar de no saldar completamente la deuda de Hacienda (a causa de los gastos generados por la Guerra Carlista), sí que la atenuó. Además, supuso un enorme impulso de España hacia el sistema capitalista que imperaba ya en el resto de Europa.

Antiguo Régimen


El Antiguo Régimen fue el sistema económico, político y social establecido en Europa durante los s. XVI a XVIII, periodo que abarca desde el final de la época medieval y feudal hasta el comienzo de las revoluciones liberales a inicios del Siglo XIX. Desde el punto de vista político se caracteriza por el absolutismo monárquico, que se justificaba afirmando que era Dios quien elegía al Rey, quién tenía todo el poder (“monarquía absoluta de derecho divino”). Las Cortes o Parlamentos pierden su poder, excepto en algunos países (Gran Bretaña). La sociedad en el Antiguo Régimen estaba dividida en tres estamentos: los nobles y el clero son los privilegiados, quienes poseen la mayor parte de las propiedades y no pagan impuestos. El tercer estamento estaba formado por el resto del pueblo, que carecían de privilegios y tenían que pagar impuestos, aunque un pequeño grupo, la burguésía, comienza a tener una fuerte capacidad económica e intelectual; pero al no poder acceder a la política, serán los promotores de las revoluciones que acaben en Europa con el Antiguo Régimen a partir del s. XVIII (la crisis del Antiguo Régimen). La mayor parte de la población eran campesinos sometidos a un régimen señorial, al que debían entregar la mayor parte de la cosecha, por lo que se manténían en el límite de la supervivencia. La mortalidad estaba muy relacionada con las malas cosechas y las plagas, y limitaba los periodos cíclicos de crecimiento demográfico. La economía estaba basada en la agricultura, de tipo señorial, que era la principal fuente de riqueza, y la industria de tipo artesanal, organizada principalmente en forma de gremios (aunque aparece el sistema de manufacturas a partir del s. XVII). Solo tenían importancia el comercio colonial y de los productos de lujo porque al ser básicamente una economía agraria de autoconsumo, no había apenas productos para la venta para el mercado local.

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