Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


14.2. La Dictadura de Primo de Rivera


Hubo varias causas para el Golpe de Estado de Primo de Rivera:
Deterioro político del sistema de la Restauración que provocó una inestabilidad de los gobiernos; desordenes públicos (como el pistolerismo) y sociales; presencia constante del ejército en la vida pública; y hubo un ascenso de los fascismos gracias a la crisis del liberalismo.
Como capitán general de Cataluña, Primo de Rivera pidió plenos poderes para acabar con el terrorismo. Se pronunció el 13 de Septiembre de 1923, en Barcelona, contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y exigíó que el poder pasase a manos militares. En su discurso se pudo apreciar  pretensiónes regeneracionista, centrándose en la crítica de la vieja política y presentando un claro componente populista y hablo de su pretensión de acabar con el caciquismo. Con todo esto, triunfó sin resistencia con apoyo de la burguésía catalana, el PSOE y la UGT colaboraron con la dictadura, el propio rey legitimó el pronunciamiento y nombró a Primo de Rivera presidente.
Entre los años 1923-1925, Primo de Rivera llevo su directorio militar.
En este Directorio suspendíó el régimen constitucional, gobernó con decretos, militarizó la administración y reprimíó al obrerismo radical. También recogíó algunos presupuestos de la política intervencionista de Maura; reformó la administración local dividíéndola en Estatuto municipal y Estatuto provincial, lo que hizo que hubiera una mayor autonomía y representación corporativa. Se disolvieron los ayuntamientos y se sustituyeron por juntas municipales. Como medida de control social promovíó el somatén. Fomentó el nacionalismo de estado con carácter unitario, entró en contradicción con los nacionalismos periféricos y suprimíó la Mancomunidad de Cataluña. Soluciónó el problema de la Guerra de Marruecos y para ello, llevó a cabo el desembarco Franco-español de Alhucemas (1925) y acabó con Abd el-Krim.
Entre 1925-1930, tiene lugar el directorio civil de Primo de Rivera, en el que los ministros militares, que se ocupan de los asuntos políticos y del orden público, conviven con los ministros civiles, que se ocupan de la gestión de los jóvenes mauristas o católicos sociales. El nuevo régimen se sienta sobre unas bases políticas del modelo liberal y aquí se destaca: la Uníón Patriótica, impulsada por Primo de Rivera, pretendía ser un partido único que estaba dividido en cuerpos intermedios que regulaban las relaciones sociales y permitían ordenar todos los ámbitos de la sociedad; tenía una representación de carácter corporativo de elección indirecta. La Asamblea Nacional consultiva, formada por representantes de las instituciones locales, centrales y profesionales.
En cuanto a la economía estaba muy controlada por la dictadura. Primo de Rivera se benefició de la buena coyuntura económica internacional y se centro en fortalecer el mercado nacional y apoyar la producción Interior. Reguló los precios y creó el Consejo de Economía Nacional. También realizó obras públicas como la construcción de carreteras, de las Confederaciones Hidrográficas y tuvo varios planes hidroeléctricos. Se crearon monopolios como Telefónica y CAMPSA. En cuanto a la política agraria se realizó un proyecto de reforma agraria y se concedieron fondos a los colonos para comprar terrenos. Por último también surgíó la Organización Corporativa Nacional y se realizaron Comités Paritarios  para evitar conflictos sociales que contaban con la colaboración de la UGT.
El estallido de la crisis económica internacional y la permanencia de Primo de Rivera en el poder hicieron que surgiera la oposición de  intelectuales como Unamuno y Ortega Blasco Ibañez, y de los estudiantes universitarios. También hubo enfrentamientos con el catalanismo por la supresión de la Mancomunidad y se produjeron conspiraciones militares como la de Sanjuanada.
En 1929, se retiran los capitales extranjeros, se realizan unas indemnizaciones a las compañías extranjeras, se produce una depreciación de la peseta y hay un déficit presupuestario. Esto da lugar a que los sector sociales abandonen el apoyo a Primo de Rivera y que este dimita en Enero de 1930.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, el general Berenguer forma un gobierno con el objetivo de volver al régimen constitucional. Este gobierno es conocido con el nombre de la “Dictablanda”. Ahora bien, los conservadores y liberales se negaron a participar en el gobierno, que solo estuvo apoyado por miembros de la oligarquía financiera y caciquil. La vuelta al régimen constitucional tuvo una gran lentitud por restablecer las libertades constitucionales y presentar un error al desarrollar una política restrictiva en las inversiones y en el gasto público en un momento de crisis económica. En 1930 las fuerzas antimonárquicas firman el Pacto de San Sebastián. Para coordinar la labor de oposición se organiza un Comité Revolucionario encargado de contactar con los militares republicanos y buscar el apoyo obrero. En Diciembre de este mismo año fracasaron la Sublevación de Jaca, liderada por Fermín Galán y García Fernández que fueron fusilados; y la Sublevación de Cuatro Vientos, liderada por Ramón Franco y Queipo de Llano. Se produjo una sublevación de los sindicatos y FUE se manifestó a favor de la república de Ortega, Marañón y Pérez de Ayala. Así fue como Berenguer sin apoyos políticos dimitíó y fue sustituido por el almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales en Abril. Aunque la mayoría de los concejales elegidos eran monárquicos, los republicanos habían ganado en las capitales de provincias y ciudades importantes donde el sufragio era más abierto y limpio. La abstención fue elevada en el campo y en las zonas monárquicas donde los republicanos se abstuvieron.

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