Eje cronológico de los Reyes Católicos

2. LA PREHISTORIA Y LA Edad Antigua

2.2. Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: fenicios, griegos y cartagineses


Los pueblos prerromanos se asentaron en la Península entre los siglos XII y VI a. C. Los tartessos, asentados en el bajo Guadalquivir, eran un pueblo culto, urbano, pacífico y desarrollado, con una economía agraria, minera y comercial, especialmente de metales. En la zona mediterránea y meridional, el contacto de fenicios y griegos con el sustrato indígena peninsular supuso la aparición de diferentes pueblos (turdetanos, bastetanos, etc.) que englobamos bajo el nombre de íberos, se organizaban en ciudades-estado, con una sociedad patriarcal y belicosa, una economía agropecuaria, lengua y  escritura propias y un arte refinado. Los celtas (s VIII-VI) procedentes de Centroeuropa, conocían el hierro, tenían una economía pastoril y una sociedad patriarcal, jerarquizada y guerrera, se ubicaron en el norte junto con galaicos, cántabros, astures y vascones, estos,tenían una cultura castreña y una economía agraria. Se denominan colonizaciones históricas a los intercambios de culturas más avanzadas con la Península Ibérica: los fenicios (s. VIII a C.), fundadores de Cartago, se establecieron en el sur, se dedicaban al comercio marítimo, difundieron su alfabeto y crearon factorías metalúrgicas y saladeros de pescado. Su principal enclave era Gadir. Los griegos (s. VII a. C.), fundadores de Ampurias y Roses, tuvieron relaciones comerciales con Tartessos, introdujeron nuevos tejidos, cultivos, la cerámica y el uso de la moneda. Los cartagineses (s. VI a. C.), fundadores de Ibiza y Cartago Nova, echaron a los griegos y firmaron con Roma el Tratado del Ebro (226 a C), que limitaba su dominio al sur de este río.


2.3. Conquista y romanización: la pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica


La conquista de la península Ibérica por Roma consta de tres etapas: la primera en el año 218 a.C. Con el comienzo de la Segunda Guerra Púnica contra Cartago por incumplir el Tratado del Ebro que limitaba sus dominios. . Publio Cornelio Escipión logró extender la conquista hacia el Sur, expulsando a los cartagineses. En la segunda, del 154 a133 a.C. Tras vencer a los lusitanos al mando de Viriato se sometíó a tribus celtíberas, a pesar de la heroica resistencia de Numancia. Las luchas internas de Roma dieron lugar a enfrentamientos bélicos en la Península entre Pompeyo y César. La tercera, completa la conquista en el 19 a. C con las guerras cántabro-astures. La romanización consistíó en la imposición del modelo de sociedad, la economía, la administración, el derecho, la lengua- el latín-  y  la cultura de Roma. Se adoptó la religión romana, partir de Augusto, se fue extendiendo el culto al emperador. En el siglo III se introdujo el cristianismo. Para ejercer en el control político y administrativo se realizó una división provincial, Citerior y Ulterior (198 a C.) Cada provincia se subdividía en conventos jurídicos, con el fin de facilitar la administración de justicia, la recaudación de impuestos y agilizar el reclutamiento de soldados. Desde el inicio de la conquista, Roma impuso un régimen económico basado en la explotación de los recursos a gran escala, como la explotación de minas, cuya propiedad tendrá el Estado, y una agricultura especializada, utilizando técnicas del cultivo como el barbecho, el regadío, el arado romano y los abonos. El comercio se vio favorecido por las numerosas calzadas y puertos y por un sistema monetario muy eficaz. En la sociedad patriarcal, la población indígena se mezcló con la romana y se estructuró según los mismos grupos sociales existentes en Roma, con hombres libres y esclavos.

2.4. Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: instituciones y cultura


Los visigodos, pueblo germánico, llegaron a la Península, desde Tolosa (Galia), como aliados del debilitado Imperio Romano, con el fin de combatir a las invasiones bárbaras (suevos, vándalos y alanos).Formaron el reino visigodo, con capital en Toledo, (año 554). Fue dirigido por una monarquía electiva entre la nobleza. Los poderes del rey eran amplios: juez supremo, jefe del ejército, legislador, encargado de la guerra,..El rey Leovigildo unificó la política y territorialmente Península, Recaredo establecíó la unidad religiosa bajo el catolicismo, abandonando el arrianismo y Recesvinto, elaborará la unidad jurídica, legislando los derechos y deberes con el Fuero Juzgo.

Formaban parte del Officium personajes de alto rango que, con el título de Comes, estaban al frente de diferentes servicios: Comes del Tesoro Regio, Comes de administración de las tierras de la Corona, Comes de recaudación de impuestos, Comes de los gastos del monarca y de su casa.

Sus instituciones más importantes fueron: Officium Palatinum, en el que intervénían dos órganos de gestión, el Aula Regia o Consejo del Rey y los Concilios. El Aula Regia era una asamblea integrada por mandos militares, administradores y, más tarde, obispos,  asesoraban al monarca. Los Concilios de Toledo, reuniones de obispos y nobles que desde el año 589 legislaron en los ámbitos civil y religioso. Las administraciones provinciales estaban gobernadas por un dux, -duque- y auxiliado por los comités –condes-. Practicaban una economía rural, latifundista y autárquica. Construyen pequeñas iglesias de piedra y sobresale su orfebrería, (tesoro de Guarrazar. Toledo). Los intentos de los monarcas visigodos de nombrar como herederos a sus hijos frente a la tradición electiva, provocaron la aparición de facciones nobiliarias. Esto aumentó la debilidad del reino y facilitó la llegada de los musulmanes en el 711.


3. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA Edad Media: AL-ÁNDALUS


3.1. Evolución política de Al-Ándalus: Conquista, emirato y califato de Córdoba

En el 711 los beréberes, a las órdenes de Tariq, desembarcaron en Gibraltar y derrotaron al último rey visigodo Rodrigo en las proximidades del río Guadalete. Conquistaron la  Península en menos de cuatro años, exceptuando las zonas montañosas cantábrica y pirenaica. La conquista se vio facilitada por las luchas internas de la nobleza visigoda y el sistema de conquista basado en las capitulaciones, según las cuales los conquistados podían conservar la propiedad de sus bienes a cambio de un tributo. Los musulmanes y los beréberes se enfrentaron, venciendo los primeros, quienes llamaron Al Ándalus a la Península Ibérica, que formará un emirato dependiente de Imperio Árabe que tenía su capital en Damasco,. En el 755 se creó el emirato independiente, gobernado por el emir Abd al Rahman I de la dinastía omeya. Tendrá todos los poderes excepto el religioso. El califato se inicia con Abd al Rahman III en 929, convirtiéndose en líder espiritual de Al Ándalus. Córdoba, la capital, alcanzará una enorme prosperidad económica y cultural, continuada por Al Hakam II, gran protector de las ciencias y las artes. Posteriormente, Hishán II confió en su ministro Al Mansur (Almanzor), que impuso una dictadura en el califato. En 1009 el califa Hishán II fue destronado, estallando una Guerra Civil. En 1031 se desintegrará el califato en treinta reinos o Taifas.


3.2. Al-Ándalus: la crisis del Siglo XI. Reinos de taifas e imperios norteafricanos

Los musulmanes llegaron a la Península en el 711. En primer lugar establecieron un emirato y después un califato que entro en crisis en 1009 producíéndose una guerra, la desintegración del califato y el surgimiento de los reinos de taifas en 1031. Entre ellos sobresalieron los de Zaragoza, Badajoz, Toledo, Sevilla, Córdoba y especialmente  Granada, que al dominar Málaga y su comercio perduró, con la dinastía Nazarí, hasta 1492 que fue conquistada por los Reyes Católicos. Esta etapa se caracteriza por los continuos enfrentamientos entre las taifas para mantener su independencia haciendo frente a la cada vez más poderosa amenaza cristiana. La debilidad política y militar de estos reinos no impidió un excelente desarrollo de la cultura y las artes. A partir de la toma de Toledo por Alfonso VI de Castilla en 1085, los reinos cristianos pasaron a tener la hegemonía en el territorio peninsular y obligaron a las taifas al pago de parias (tributos) y a pedir ayuda a bereberes norteafricanos, almorávidesy almohades. Los almorávides, derrotan a Alfonso VI en la batalla de Sagrajas en 1090 y logran reunificar Al-Ándalus, convirtiéndola en una provincia de su Imperio y acabando con las taifas hasta principios del Siglo XII cuando sus rivales, los almohades, se hicieron con sus territorios. La alianza de los reinos cristianos terminó con ellos en  la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. La última incursión en Andalucía la realizarán los benimerines que serán detenidos por los castellanos en 1340 en la batalla del río Salado.


3.3. Al-Ándalus: la organización económica y social

Los musulmanes llegaron a la Península en el 711 y se asentaron en Al-Ándalus hasta que los Reyes Católicos conquistaron el Reino Nazarí en 1492. Su economía fue superior a la de los reinos cristianos, estaba fundamentada en una próspera agricultura y comercio. La producción agrícola se centraba en la tríada mediterránea y en cultivos como el arroz, naranjo, azafrán. Destacó por la difusión del regadío a través de acequias y norias. Las actividades artesanales prosperaron y permitieron un comercio interior en los zocos y un comercio exterior dirigido fundamentalmente al norte de África y al Mediterráneo oriental. Utilizaron para los intercambios el dinar de oro, y el dírhem de plata. En la sociedad destacó la importancia de los núcleos urbanos y la variedad de grupos étnicos conviviendo en tolerancia. Su tramo urbano es de callejas laberínticas y con casas de amplios patios interiores, mezquitas, baños públicos… Existían diversos grupos sociales, según los criterios: los árabes (sirios y Yemeníes) en la élite, los sirios en el ejército, los beréberes como mercenarios. Por sus creencias religiosas estaban los mozárabes (cristianos), los muladíes (cristianos convertidos al Islán) y los judíos. Desde un punto de vista socioeconómico se distinguía la jassa o clase superior formada por aristócratas, la al-ayan o clase media formada por comerciantes y la umma o clase popular y los esclavos. La tolerancia fue uno de los rasgos más llamativos de la sociedad andalusí, aunque no fue igual en todos los periodos.


4. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA Edad Media: LOS REINOS CRISTIANOS

4.1. Los reinos cristianos en la Edad Media: los primeros núcleos de resistencia

El primer grupo de resistencia se producirá en Covadonga (722), batalla por la que un grupo de astures dirigidos por Don Pelayo se enfrentarán a unas tropas musulmanas, acontecimiento de valor simbólico, pues habrá que esperar al año 739 para que Alfonso I configure el reino de Asturias. Alfonso II establecíó la capital del reino en Oviedo. Es en esta época se descubre el sepulcro del apóstol Santiago.  A comienzos del Siglo X los castellanos consolidan  sus dominios separándose de León y convirtiendo a Fernán González en el primer conde de Castilla. El emperador Carlomagno ocupó un territorio en la falda de los Pirineos conocido como Marca Hispánica. Tras la batalla de Roncesvalles, los territorios fueron ocupados por francos y andalusíes hasta que Íñigo Arista, en 810, fundó el reino de Navarra; este se disputaba con los francos los territorios pirenaicos de la zona de Jaca hasta que Aznar Galindo formó el condado de Aragón. Por último, Wifredo el Velloso reunirá los condados catalanes que más tarde, Siglo XI, se unificarán bajo la autoridad del conde de Barcelona. La formación del reino de Castilla y León coincidirá con  las taifas, en el Siglo XI. La Corona de Aragón se formará con el matrimonio de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona con la princesa aragonesa Petronila.


4.2. Los reinos cristianos en la Edad Media: principales etapas de la reconquista

La reconquista es el periodo de la historia en el que los reinos cristianos recuperaron las tierras que los árabes habían empezado a conquistar en el 711. Comienza con la simbólica batalla de Covadonga liderada por el noble visigodo Don Pelayo en el 722. Se distinguen varias fases:

1)Formación de los primeros núcleos de resistencia (Asturias, Navarra, Aragón y Cataluña) y primeros avances (siglos VIII al X), que fueron tímidos. La primera expansión importante fue la conquista de la Tierra de Nadie por Alfonso I. El establecimiento de León como capital del reino asturleonés consolidó los avances. Destaca además la creación del condado de Castilla para proteger el flanco oriental del reino asturleonés.
2) Segunda etapa (Siglo XI hasta la primera mitad del XII). Sancho III logró la máxima extensión del reino de Navarra. El final del Califato cordobés y la debilidad de los primeros reinos de taifas favorecíó la conquista de Toledo en 1085 para Castilla-León por Alfonso VI. Fundamental para Aragón fue la conquista de Zaragoza por Alfonso I El Batallador en 1118. Ramón Berenguer IV conquistó Tortosa y Lérida para Cataluña, mientras que en 1147 Portugal ocupó Lisboa.

3) En la tercera etapa, y tras la victoria cristiana de Las Navas de Tolosa (1212), se iniciaron las grandes conquistas de Fernando III el Santo en Andalucía para Castilla (conquista de Córdoba, Jaén y Sevilla), y de Valencia y Baleares por Jaime I el Conquistador para la Corona de Aragón.

4) Por último (reducida Al-Ándalus al reino nazarí de Granada, que mantuvo su independencia dos siglos mediante el pago de parias) los Reyes Católicos completaron la Reconquista en Enero de 1492.


4.3. Los reinos cristianos en la Edad Media: las formas de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y organización social.

Tras la conquista de una tierra se produce la repoblación es decir, su ocupación efectiva, y la explotación económica. Durante la Reconquista, hubo diferentes modelos de repoblación:

Presura: Se desarrolló durante los siglos VIII al X, en zonas del valle del Duero, Galicia y del piedemonte pirenaico; los campesinos ocupaban libremente la tierra, y su posesión era posteriormente reconocida por el rey. Fue el origen, en muchos casos, de minifundios.

Repoblación concejil: en el Siglo XI, en zonas del valle del Ebro y el Tajo; los reyes otorgan fueros o cartas pueblas, que concedían libertades y privilegios para atraer a la población a una zona peligrosa de frontera.

Repoblación de las Órdenes Militares (Calatraba, Santiago,..), a partir del Siglo XII, en zonas de escasa población conquistadas por estas organizaciones, cuya consecuencia fue la creación de grandes latifundios. Levantarán numerosos castillos y establecerán extensos dominios señoriales

Donadíos: En el Siglo XIII, grandes extensiones territoriales, latifundios, de zonas del Valle del Guadalquivir y Levante fueron repartidas por el rey entre la Nobleza, la Iglesia y las Órdenes Militares.

La sociedad estaba organizada en tres estamentos: nobleza (los que luchan), clero (los que rezan) y campesinos (los que trabajan). Los dos primeros eran los estamentos privilegiados. El desarrollo urbano propiciará la aparición de un nuevo grupo social: la burguésía. También había minorías étnicas y religiosas (judíos y mudéjares).


5. LA BAJA Edad Media. CRISIS DE LOS Siglo XIV Y XV

5.1. Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: organización política e instituciones en el reino de Castilla y en la Corona de Aragón.

La Corona de Castilla se intentó la centralización administrativa, pero se produjeron constantes intentos de la nobleza por controlar al monarca. Con Fernando III el Santo (1230), se produce la uníón definitiva de Castilla y León. La concesión de las “mercedes enriqueñas” otorgadas por Enrique II (primer rey Trastámara) debilitó su poder. Durante los reinados de Juan II y Enrique IV hubo importantes conflictos internos entre monarquía y nobleza.  La sucesión del reino se hacía por línea masculina y por primogenitura. El rey legislaba, gobernaba y juzgaba, pero estaba obligado a hacerlo con equidad. Además, contaba con instituciones: la Curia Regia (órgano de consulta y tribunal real), el Consejo Real (órgano consultivo) y las Cortes (asamblea estamental formada por representantes de la nobleza, el clero y algunas ciudades, que concedía subsidios al rey y podía presentar peticiones al monarca). La Audiencia era la institución jurídica principal. El Concejo era la asamblea de vecinos para tratar asuntos de interés local, al frente estaba el regidor. Para controlar a estos, el rey nombró a los corregidores.

La Corona de Aragón surge en 1137 con el matrimonio de Ramón Berenguer IV y Petronila. Estuvo formado por los reinos deAragón, Cataluña y Valencia (que tenían Cortes propias), más el reino de Mallorca (que no las tenía). Tenían un rey común, pero  fueron monarcas débiles, pactistas. Cada territorio tenía sus propios fueros e instituciones, como la diputación o Generalitat, que se aseguraba del cumplimiento de lo establecido en las Cortes. El periodo se caracterizó por numerosos conflictos internos, como el de los payeses de remensa, y el enfrentamiento entre la Biga y la Busca. La introducción de la dinastía Trastámara tras el Compromiso de Caspe no supuso el fortalecimiento de la monarquía.


6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO


6.1. Los Reyes Católicos y la uníón dinástica: integración de las Coronas de Castilla y de Aragón

La uníón dinástica entre Castilla y Aragón es el punto de arranque del Estado Moderno que se producirá tras el matrimonio secreto de Isabel I y Fernando II en 1469. Por el Tratado de los Toros de Guisando (1468), Enrique IV había reconocido a su hermana Isabel como heredera del trono castellano, en contra de los intereses de su hija de Juana. En 1474, a la muerte de Enrique IV, en la Concordia de Segovia se establecíó el pacto de Gobierno conjunto de ambos monarcas en sus respectivos Estados.  En 1479, tras la victoria de Isabel I sobre los seguidores de Juana la Beltraneja, fueron proclamados soberanos de la Monarquía Hispánica. La uníón dinástica supuso una uníón política con tres objetivos comunes para las dos coronas: el dominio peninsular, conquista de Granada, la unidad religiosa, para lo que crearon la Inquisición, que acabó convirtiéndose en un instrumento político al servicio de la Monarquía, y la centralización del poder, procurando rebajar el poder nobiliario que había provocado revueltas en Castilla y Aragón. Esta unidad no supuso la unidad territorial e institucional de las dos Coronas, ya que mantuvieron sus instituciones políticas, sus sistemas de recaudación de impuestos, sus monedas, sus lenguas, sus leyes, sus aduanas y sus tradiciones. En la Corona de Aragón cada uno de sus componentes (Reinos de Aragón, Mallorca y Valencia, y Principado de Cataluña) tenía monedas, pesos y medidas e instituciones propias como la Generalitat, que eran Cortes permanentes. Su política matrimonial, emparentando a sus hijos con las monarquías europeas, era la base de su política internacional.


6.2. Los Reyes Católicos: la conquista del Reino Nazarí y la incorporación de Navarra

Fue una empresa de larga duración en la que la Corona de Castilla tuvo que emplear todos sus recursos militares y financieros. Al acabar la Guerra Civil castellana, el reino granadino se encontraba en una profunda crisis, gracias a ello, los castellanos pudieron dar comienzo a la conquista del reino. La guerra tuvo tres fases: en la primera (1484-1487) se ocupó la parte occidental del reino nazarí. Boabdil firmó un tratado con los Reyes Católicos por el cual entregaría Granada a cambio de un señorío. En la segunda fase (1488-1490) los castellanos conquistaron la parte oriental del territorio. El año 1489 fue decisivo, se entregó Guadix, Baza, Almería y toda su comarca. En la tercera fase (1490) se exigíó a Boabdil que entregase Granada, pero el levantamiento de la población lo impidió. En 1491 firmó con los Reyes Católicos las Capitulaciones en el campamento de Santa Fe, en las que se acuerda respetar la libertad personal y religiosa de los granadinos, que poco después se incumplirían. El 2 de Enero de 1492  Boabdil entregó  la Alhambra, lo que significó el final de la existencia de Al-Ándalus.

La anexión de Navarra se produce debido a la rivalidad hispano-francesa por el dominio de Italia. Fernando el Católico, regente de Castilla a la muerte de Isabel, pidió permiso de paso por Navarra para atacar a Francia. Navarra se negó, ante lo que Fernando obliga al duque de Alba a ocupar el reino. Navarra se incorporará a la Corona de Castilla, en 1513, manteniendo sus fueros.


6.4. Los Reyes Católicos y la organización del Estado: instituciones de Gobierno


La unidad nacional no se produjo con los Reyes Católicos, solamente fue una unidad dinástica, pues cada reino conservó sus instituciones, lenguas y costumbres, a excepción de la Corona y la Inquisición. Ésta, que propuso la unidad religiosa, fue creada en 1478 para velar por la pureza de la fe y las costumbres, pero se convirtió en un instrumento político y de control al servicio de la Monarquía. El Derecho de Patronato, en Canarias y Granada, les permitíó intervenir en cuestiones como el nombramiento de la jerarquía, el control de documentos y el cobro de diezmos eclesiásticos. Para controlar las principales órdenes militares, Fernando II se hizo nombrar Maestre. Los Reyes Católicos se apoyaron sobre todo en el reino de Castilla, éste remodeló  el Consejo Real en las Cortes en Toledo en 1480, dividíéndose en distintas salas: Estado, Hacienda, Audiencia. Las Leyes de Toro (1505) fortalecieron la institución del Mayorazgo. Hacienda recuperó las rentas reales al incorporándose a la Corona los maestrazgos- grandes señoríos-. Se generalizaron los corregidores, como representantes del poder real en los municipios teniendo amplios poderes, se controlarán las órdenes militares. Y se  instauró la Santa Hermandad para mantener el orden público. Aragón, apenas modificó sus instituciones. Fortalecíó las atribuciones de los lugartenientes generales y establecíó el régimen insaculatorio, procedimiento electoral de sorteo, en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.


7. EXPANSIÓN ULTRAMARINA Y CREACIÓN DEL Imperio COLONIAL

7.1 El descubrimiento de América

En 1486 Cristóbal Colón, un marino de posible origen genovés, ofrecíó a los Reyes Católicos un arriesgado proyecto, previamente rechazado por las cortes europeas: llegar a las indias a través de una nueva ruta por el Atlántico. Las Capitulaciones de Santa Fe del 17 de Abril de 1492 recogen las elevadas exigencias de Colón: título de Almirante, virrey, gobernador de territorios conquistados, la obtener la décima parte de los bienes…  El  3 de Agosto de 1492, con la colaboración de Martín Alonso Pinzón, partieron de Palos de Moguer (Huelva) la nao Santa María y las carabelas, Pinta y Niña y el 12 de Octubre llegaron a la isla de Guanahaní, a la que bautizaron como San Salvador y desde la que pasaron a la isla de Cuba y la Española. Pronto se supo que era un nuevo continente por explorar. Dos años después, en 1494, se firmó el Tratado de Tordesillas, que actualiza en de Alcaçovas (1479),entre España y Portugal, por el que se distribuían los territorios de América. Este nombre lo toma en honor del navegante y cartógrafo Américo Vespucio, primero en ser consciente de que se había descubierto un nuevo continente. América se consideró una extensión de Castilla, por lo que centralizó las relaciones comerciales creando la Casa de la Contratación en 1503 y el Consejo de Indias en 1524 para regular todos los asuntos americanos.

Exploraciones destacables posteriores fueron las de Alonso de Ojeda (Norte de Sudamérica), Núñez de Balboa (descubrimiento del Pacífico), Magallanes y Elcano (primera vuelta al mundo).


7.2. Conquista y colonización de América

Tras el descubrimiento de América en 1492, los territorios se incorporaron a la Corona de Castilla durante el reinado de Carlos V siguiendo el modelo castellano. Se hizo con gran rapidez gracias a que los conquistadores formaron grandes ejércitos de indígenas, aprovechando los enfrentamientos entre ellos. Hernán Cortés conquistó el Imperio Azteca (actual México); después de capturar al emperador Moctezuma, el Imperio pasó a denominarse Virreinato de Nueva España. En 1531 una expedición dirigida por Pizarro y Almagro inició la conquista del Imperio Inca (Perú, Argentina, Bolivia, Chile). Apresaron al emperador Atahualpa y el Imperio tomó el nombre de Virreinato del Perú. Los límites del territorio se fijaron con Portugal en el Tratado de Tordesillas (1494). Los virreinatos contaban con el poder político y militar, las Audiencias, las Gobernaciones y las Capitánías Generales. Las tierras se explotaron con mano de obra indígena mediante encomiendas, sistema que sería, después, abolido. La expansión religiosa fue protagonizada por los jesuitas. El dominico Fray Bartolomé de las Casas fue el defensor los derechos de los indígenas. Carlos V promulgó las Leyes de Nuevas Indias que reconocían a los indígenas como súbditos de la Corona y prohibía el sistema de la encomienda
. Para la regulación del comercio con América en España se crearon la Casa de la Contratación y el Consejo de Indias.


7.3. Gobierno y administración en el Imperio colonial

Los territorios de América se incorporaron a la Corona de Castilla durante el reinado de Carlos V y adoptando su modelo político-administrativo. España y Portugal fijaron los límites del territorio firmando el tratado de Tordesillas (1494).. Desde 1502, la Corona establecíó Gobernadores, que desde las Antillas fueron enviando las expediciones de conquista al continente. Concluida la conquista, América se dividíó en dos grandes virreinatos: Nueva España, formada por el Imperio Azteca (México) y Perú, formada por el Imperio Inca (Perú, Argentina, Bolivia y Chile). Los Virreyes fueron la máxima autoridad en las Indias, contaban con el poder político y militar y eran miembros de la alta nobleza o de la familia real.  Su actuación estuvo sometida a inspección periódica, las visitas, aunque en la práctica gozaron de una enorme autonomía, propiciada por la enorme distancia entre España y América. Por debajo de los virreyes estaban las Reales Audiencias,  órgano administrativo y tribunal de justicia con jurisdicción sobre los distritos, territorios en los que se dividían los virreinatos. En las ciudades, se creó un Cabildo (municipio), con un concejo (asamblea de los colonos) gobernado por un Alcalde Mayor. Para la regulación del comercio con América en España se crearon la Casa de la Contratación (1503) y el Consejo de Indias (1524). Carlos V, en 1542, influido por la campaña del dominico Bartolomé de las Casas, promulgó las Leyes de Nuevas Indias que reconocían a los indígenas como súbditos de la Corona prohibíéndose el sistema de laencomienda.


7.4. Impacto de América En España

Descubierta América, España y Portugal fijaron los límites del territorio firmando el tratado de Tordesillas (1494). América fue considerada una expansión de Castilla. Para centralizar las relaciones comerciales se creó el Consejo de Indias y la Casa de Contratación, ubicada en Sevilla. La Flota de Indias era el mecanismo de funcionamiento del monopolio comercial que englobaba el comercio y la navegación. Se traían productos agrarios, desconocidos hasta entonces, como el maíz, el cacao, la patata, aunque el oro y la plata fueron las riquezas más relevantes. Esto provocó la subida generalizada de los precios. España exportaba productos como frutas, aceites y tejidos, lo que estimuló la industria textil peninsular. Este comercio desplazó la actividad económica desde el Mediterráneo hacia el Atlántico y fue una importante fuente de ingresos para Castilla y para el Imperio en la primera mitad del Siglo XVI.  Pero, el elevado endeudamiento de la Corona con bancos europeos hizo que estos ingresos se agotaran con rapidez. Para explotar las tierras se empleó mano de obra indígena, obligada a trabajar de forma forzosa por medio del sistema de la encomienda. La oposición y campaña del dominico Bartolomé de las Casas hará que sea abolido en 1542 por Carlos V al promulgar las Leyes de Nuevas Indias.  Desde el punto de vista demográfico se destaca la emigración de muchos castellanos provocando el mestizaje y el intercambio de epidemias que hizo disminuir la población indígena.


8. LA ESPAÑA DEL Siglo XVI

8.1. El Imperio de Carlos V. Conflictos internos: Comunidades y Germánías

Al morir Fernando el Católico su nieto Carlos de Habsburgo (1517 – 1556) le sucede. Su Imperio estará formado por la herencia materna: Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos le transmitirá los territorios castellano-aragoneses con sus posesiones: Canarias, Nápoles, América… Su padre, Felipe el Hermoso, fallecerá pronto, por lo que a la muerte de su abuelo Maximiliano será candidato al Sacro Imperio Romano–Germano. Al llegar a Castilla nombró consejeros extranjeros y forzó a las Cortes a aprobar impuestos extraordinarios con los que financiar su elección como emperador. Ante esto, las Comunidades urbano-castellanas estallaron en una revuelta nacionalista y antiseñorial que comenzó en Segovia y se extendíó a toda Castilla. Los enfrentamientos terminaron en Villalar (1521) con la ejecución de sus cabecillas Juan Bravo, Padilla y Maldonado. Paralelamente, en Valencia se produce un movimiento similar, las Hermandades o  Germánías formadas por artesanos y clases populares que se rebelarán contra la injerencia del Monarca en los fueros municipales. Este fue sofocado castigando a estos territorios con fuertes impuestos. El triunfo en estos conflictos reforzará el poder imperial. Carlos será nombrado emperador por el Papa  en Bolonia (1530).  En política exterior el Emperador se enfrentará con Francia, con el Papa (saqueo de Roma), con los luteranos y  con los otomanos. Abdica en su hijo Felipe en 1556.


8.2. La Monarquía hispánica de Felipe II. La unidad ibérica

Carlos V abdicó en su hijo Felipe II en 1556. El Imperio de Felipe II (1556-1598) tendrá un carácter eminentemente hispano, pues la herencia austroalemana pasó al hermano de Carlos V, Fernando, dejando a Felipe II Castilla (a la que pertenecía Navarra desde 1513), Aragón, la Borgoña, Países Bajos, Milán, Nápoles, Sicilia y las posesiones en Oceanía y América. En 1580, a la muerte del rey Sebastián, reclamó la Corona portuguesa siendo coronado Rey en las Cortes de Thomar en 1581, quedando incorporado Portugal a la Monarquía Hispánica junto con sus dominios de ultrama hasta 1640. Madrid será la capital del reino. Felipe II tendrá que hacer frente a importantes problemas internos como el conflicto de los moriscos en las Alpujarras (1568-1571) causado por el recrudecimiento de la Inquisición, y a la crisis foral aragonesa (1591) por la traición de su secretario Antonio Pérez. En política exterior, la defensa de la fe católica le llevó a luchar en distintos frentes: en Flandes, contra los protestantes, que serán apoyados por Francia en la batalla de san Quintín (1559), cuya victoria se conmemora con la construcción del monasterio de El Escorial; contra los turcos, en la batalla de Lepanto (1571), y contra Inglaterra, que protegía a las protestantes de los Países Bajos y hostigaba los dominios españoles en América, pero la escuadra enviada, la Armada Invencible, fue derrotada en 1588.


9. LA ESPAÑA DEL Siglo XVII

9.1- Los Austrias del s. XVII. Gobierno de validos y conflictos internos

Los reyes del Siglo XVII, denominados Austrias menores,  Felipe III, Felipe IV y Carlos II, gobiernan en la etapa de profunda crisis interna y de decadencia del Imperio.  Los monarcas desatendieron sus tareas encargándoselas a los validos, primeros ministros, que actuaron frecuentemente de forma corrupta buscando un enriquecimiento personal. El rey depositaba en los validos su confianza, estos tomaban todas las decisiones de gobierno, por lo que toda la responsabilidad o las críticas recaían sobre ellos. En el orden social, se produjo un proceso de refeudalización, que supuso el crecimiento de los grupos privilegiados. Uno de los conflictos internos más importante fue la expulsión de los moriscos (1609) por el duque de Lerma, valido de Felipe III, que tuvo graves consecuencias demográficas y económicas. En este periodo se producirá agotamiento económico de Castilla provocado por la presión fiscal del siglo anterior. El valido más relevante será, con Felipe IV, el conde-duque de Olivares, quien intentó moralizar la vida pública, luchando contra la corrupción, sanear la Hacienda y mantener la hegemonía en Europa. Para ello creo la Uníón de Armas, proyecto que pretendía repartir de forma equilibrada las cargas fiscales y el reclutamiento de soldados en los territorios hispánicos. Este proyecto fue rechazado, provocando una sublevación en 1640 de Cataluña (El Corpus de Sangre) y Portugal. Entre los validos de Carlos II destacan Juan José de Austria y el Conde de Oropesa, quien también intentará sanear la Hacienda.


9.2. La crisis de 1640

1640 será un año crítico para la Monarquía hispánica, que parecíó desintegrarse y marcará el fin de la hegemonía en Europa. La entrada de España en la Guerra de los Treinta Años (1618)planteó la creación  de la Uníón de Armas, proyecto del conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, que pretendía repartir más equitativamente las cargas fiscales del Imperio y el reclutamiento de soldados, ya que solamente contribuía Castilla. Esto provocó un fuerte rechazo en la Corona de Aragón y Portugal, que se negarán a contribuir más allá de lo que establezcan sus fueros alegando argumentos nacionalistas y antiautoritarios. Cataluña se sublevó en Junio, durante el denominado Corpus de Sangre, aprovechando la procesión del Corpus: un grupo de segadores se apoderaron de Barcelona, la Generalitat les apoyó y llevó a cabo la Proclamación Catalana entregando el condado al rey Luis XIII de Francia para no caer en manos de Castilla, provocando la guerra y después la derrota catalana, aunque les permitirán conservar sus instituciones. Portugal, descontento por la gestión de sus intereses coloniales y por la Uníón de Armas, llevó a cabo una conspiración encabezada por la nobleza proclamó rey de Portugal al duque de Braganza con el nombre de Juan IV. El Ejército, enviado para sofocar el movimiento separatista, fue derrotado y Portugal se desgajó de la Monarquía Hispánica, en 1668, con todo su Imperio colonial, excepto Ceuta.


9.3. La España del Siglo XVII: el ocaso del Imperio español en Europa

La política exterior se caracterizó por las dificultades internacionales. Los Países Bajos volverán a la Monarquía Hispánica por la falta de descendencia de Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II. En el reinado de Felipe III (1598-1621) se disfrutó de tranquilidad gracias al acuerdo con Inglaterra, a la Paz de Vervins (1598) con Francia y a la Tregua de los Doce Años (1609-1621) con Holanda. En el reinado de Felipe IV (1621-1665) se tendrá que hacer frente a una flota inglesa en Cádiz y posteriormente a enfrentamientos en el Caribe. El Conde Duque de Olivares intentó recuperar el liderazgo perdido, pero la hostilidad con Francia lo impidió. Esta, intervino a favor de los protestantes en la Guerra de los Treinta Años comenzada en 1618, por motivos religiosos y políticos, y finalizada en 1648 con el Tratado de Westfalia que reconocía la independencia de Holanda. Pero las hostilidades con Francia continuarán hasta el Tratado de los Pirineos en 1659, donde se le cederá el Rosellón, la Cerdaña, el Artois, además se estipulará el casamiento de la Infanta María Teresa, hija de Felipe IV, con Luis XIV, imponiéndose la hegemonía francesa sobre los Habsburgo. Esta hegemonía se sellará en la Guerra de Sucesión (1702) que enfrentará a las monarquías europeas y finalizará con la dinastía de los Austrias en la Monarquía hispánica. Portugal recuperará su independencia en 1668.


9.4. La España del Siglo XVII: evolución económica y social

El Siglo XVII se caracteriza por la crisis económica y demográfica. La quiebra económica de Castilla será consecuencia de la enorme presión fiscal soportada durante el siglo anterior y por el descenso de las remesas de oro y plata americanos, que llegaban con dificultad por los corsarios holandeses e ingleses. Fue necesario emitir juros (títulos de deuda pública) y pedir préstamos a banqueros La producción agrícola descendíó por la sucesión de malas cosechas, la falta de mano de obra por el descenso demográfico y por la mala distribución de la propiedad de la tierra, concentrada en los nobles y el clero. Esto produjo una refeudalización. El cambio agrícola más importante fue la especialización de cultivos como el maíz en el norte peninsular y de la morera y por tanto la sedería en Valencia. La ganadería continuó protegida y controlada por una minoría rica y poderosa, la Mesta. La sociedad estamental y el incremento de los señoríos obligó a muchos campesinos a abandonar la tierra e irse a las ciudades, pero no existíó una clase media, similar a la burguésía anglosajona, que impulsara la industria que seguía controlada por los gremios. La mentalidad valoraba la forma de vida de los nobles, rechazando la actividad productiva y extendíéndose el pillaje y la mendigad. El descenso demográfico se producirá por las epidemias, las malas cosechas, la expulsión de los moriscos (1609), la emigración  hacia América y por la elevada proporción de eclesiásticos y de hombres enrolados como soldados. Este comportamiento demográfico no será homogéneo, ya que la población disminuirá en el interior peninsular y aumentará en la periferia.


10. LA ESPAÑA DEL Siglo XVIII


10.1. La España del Siglo XVIII: La Guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht


En Mayo de 1702 se desarrolló una guerra internacional y civil por la sucesión al trono español, vacante al morir Carlos II sin descendencia. De un lado estaría el candidato francés Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, apoyado por Castilla, Navarra y el territorio vasco; del otro el Archiduque Carlos de Habsburgo apoyado por la Corona de Aragón, Gran Bretaña, Holanda, Saboyá y Portugal, que formaron la Gran Alianza de la Haya y declararon la guerra a los Borbones. Ésta tuvo un desarrollo irregular: los primeros años fueron favorables al bando austriaco y desde el primer momento Inglaterra ocupó Gibraltar. En 1711 el Archiduque será nombrado emperador de Alemania y la Gran Alianza de la Haya se rompe ante el temor de reconstruir un Imperio similar al de Carlos V. Este hecho y las victorias de Almansa, Briguega y Villaviciosa llevarán a firmar en 1713 el Tratado de Utrecht y de Rastadt (1714) por el que se reconocía a Felipe de Borbón rey de España a cambio de su renuncia al trono francés, así como la cesión de Bélgica, Nápoles y Cerdeña al Imperio Alemán, y Milán y Sicilia a Saboyá. Además se cederá Gibraltar y Menorca a Inglaterra y se le harán concesiones comerciales con América, como el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos) y el navío de permiso (derecho a comerciar con grandes barcos).  En definitiva, España quedará relegada a una potencia de segundo orden.


10.3. La España del Siglo XVIII: Reformas en la organización del Estado. La monarquía centralista


Por el Tratado de Utrecht (1713) se establece en España la dinastía de los Borbones. Felipe V consolidará el absolutismo regio y la centralización mediante los Decretos de Nueva Planta, impondrá en la Corona de Aragón y en toda España el modelo político, jurídico y administrativo de Castilla. Solo los territorios vascos y Navarra, partidarios suyos en la Guerra de Sucesión, conservaron sus fueros. Las reformas consistieron en la supresión de: los fueros, autonomía municipal, diputaciones generales, el Justicia Mayor y las Cortes de la Corona de Aragón. Se abolíó el sistema de Consejos establecido por los Austrias, excepto el de Castilla. Se crearon  las Secretarías de Estado o de Despacho: Guerra, Marina, India, Hacienda, Justicia, Estado y Asuntos Exteriores. Se sustituyeron los virreyes por capitanes generales, se generalizaron los corregidores castellanos e implantaron las Audiencias como altos tribunales de justicia. Se reestructuró la Hacienda, introduciendo las Intendencias Provinciales que atendían a cuestiones económicas, recaudación de impuestos y fomento de las obras públicas y urbanismo. Se establecíó el impuesto de catastro para hacer más equitativas las cargas fiscales. Se creó el Giro Real, precursor del banco de San Carlos, para realizar las transferencias fuera de España.Se impulsó y liberalizó el comercio americano. Se transformó el Ejército, sustituyendo el tercio por el regimiento. Se instauró la Ley Sálica que excluía a las mujeres del trono. Se establecíó la política regalista obteniendo el derecho de patronato universal que permitía el control de la Corona sobre el clero.


10.4. La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III


Carlos III (1759-1788), hijo de Felipe V y hermanastro de Fernando VI, venía de ser Rey de Nápoles y Sicilia. Llevará a la práctica el despotismo ilustrado, que consistíó en utilizar el poder de la Monarquía absoluta para realizar un amplio plan de reformas, de acuerdo con el programa de la Ilustración. Sus primeros ministros Grimaldi y Esquilache se encontraron con la oposición a sus reformas culminando en el Motín de Esquilache en 1766. Los Jesuitas, acusados de fomentar el motín, fueron expulsados. Las mayores reformas corresponden a los gobiernos del Conde de Aranda, Floridablanca y Campomanes: Se produjo un crecimiento económico. Se llevaron a cabo los primeros catastros con la finalidad de conocer las potencialidades económicas y fiscales. Se emprendieron reformas en la agricultura, que ocupaba a la mayoría de la población y estaba muy atrasada. Para ello se crearon las RealesSociedades Económicas de Amigos del País, el Memorial Ajustado de Campomanes y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos. Sin embargo, el Clero y la Nobleza, paralizaron dichas reformas. Las únicas medidas que se llevaron a cabo fueron el reparto de tierras comunales en Extremadura, la repoblación (fallida) de Sierra Morena, la reducción de los derechos de la Mesta y algunas obras de regadío (Canal Imperial de Aragón, Canal de Castilla…) Se fomentó el desarrollo de la Industria. Se rompíó el monopolio de los gremios. Se fundaron las Reales Fábricas, con apoyo del Estado (armas, astilleros, vidrio, tapices). Se fomentó el comercio mejorando las vías comunicación, suprimiendo las aduanas interiores y liberalizando el comercio con América. Se crearon el Banco de San Carlos (antecedente Banco de España), la lotería nacional, el himno y la bandera.


10.7. La Ilustración en España


La Ilustración es el movimiento filosófico imperante en el Siglo XVIII que nace en Francia y se caracteriza por la confianza en la capacidad de la razón para resolver los problemas humanos  y por promover el progreso. Sus pensadores Montesquieu, Voltaire y Rousseau criticaron el Antiguo Régimen, defendieron la división de poderes, la igualdad y la libertad individual y la soberanía nacional. Es consecuencia del Racionalismo y su aplicación política será el despotismo ilustrado, cuyo máximo exponente será Carlos III. Influirá en todos los aspectos de la vida: el pensamiento, las letras, las ciencias experimentales y las artes. Los ilustrados fueron una minoría culta formada por nobles, funcionarios, burgueses y clérigos: padre Feijoo, José Cadalso, Pedro Rodríguez de Campomanes y Gaspar Melchor de Jovellanos. Ocuparon importantes cargos, analizaron los males políticos y sociales y defendieron la educación, la ciencia y el progreso económico y científico. Esto les llevó a chocar con la Iglesia y la aristocracia. Crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País. Crearon las Reales Academias (Lengua, Medicina, Historia, Bellas Artes de San Fernando, el Jardín Botánico y Gabinete de Historia Natural). Desarrollaron las ciencias experimentales biología, Astronomía, Cartografía y Medicina. Crearon el Colegio de Cirugía, Escuela de Mineralogía, Escuela de Ingenieros de Caminos y reformaron las Universidades. Manifestaron una nueva estética literaria, artística (arte neoclásico) y del periodismo. Éste, y los salones literarios divulgarán las noticias y del saber científico.   


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