Democracias y Dictaduras en la Europa de Entreguerras
Factores que llevaron a la crisis de las democracias:
- La amenaza de organizaciones de derecha conservadoras, antidemocráticas y nacionalistas, y el surgimiento de los movimientos fascistas.
- La amenaza del comunismo soviético.
El contexto de la crisis de las democracias
En 1920, Europa estaba formada por veintiocho Estados, y casi todos eran democracias o sistemas parlamentarios.
Sin embargo, las democracias no eran capaces de resolver los problemas sociales, económicos y políticos; por ello, gran parte de la población defendía Estados fuertes y totalitarios.
Con la crisis de los años treinta, los regímenes liberales fueron cuestionados y se experimentó un retroceso político y cultural de los valores democráticos.
El triunfo de las dictaduras
La democracia solo subsistió en las naciones en las que estaba más asentada. Aun así, en estos países también surgieron partidos fascistas, como fue el caso del Reino Unido.
En Francia, llegó al poder una gran coalición de izquierdas, el Frente Popular (1936), dentro del marco parlamentario y democrático.
En Europa central, oriental y balcánica, la grave crisis pronto llevó a la implantación de dictaduras nacionalistas radicales de derecha entre los años 1922 y 1939. En Austria, España, Hungría y Rumanía, las organizaciones fascistas tuvieron un papel importante, pero solo en Italia (1922) y en Alemania (1933) se impusieron dictaduras plenamente fascistas.
Conceptos Clave
Antisemitismo: Hostilidad hacia los judíos basada en una combinación de prejuicios de tipo religioso, racial, cultural y étnico.
Autarquía: Sistema económico según el cual un país busca la autosuficiencia, reduciendo al mínimo los intercambios comerciales y los flujos de capital con otros países, e intentando abastecerse exclusivamente a partir de sus propios recursos económicos. La autarquía es sinónimo de «economía cerrada».
Fasci Italiani di Combattimento (Fascios Italianos de Combate): Movimiento político creado por Benito Mussolini.
Ideología y Bases Sociales del Fascismo
La ideología fascista
- Defendía un Estado totalitario, propugnando la primacía del Estado sobre el individuo.
- Apoyaba un sistema dictatorial de partido único.
- Radical anticomunismo y, en un principio, anticapitalismo. Defendía el «socialismo nacional».
- Nacionalismo agresivo, expansionista y militarista. Las ideas expansionistas orientaban a los fascismos hacia la guerra.
- Racismo. El racismo y el antisemitismo se convirtieron en la doctrina central, como elemento aglutinador de la unidad nacional, basada en la supuesta superioridad de la raza aria, que tenía derecho a subyugar a las razas inferiores.
- Defendía la violencia frente a los oponentes políticos.
- Pretendían la movilización de las masas, encuadrándolas en el partido y el sindicato único, así como en las organizaciones paramilitares.
- Exaltaban los principios masculinos, relegando a la mujer a la crianza de los hijos y las labores del hogar.
Las bases sociales del fascismo
- Los primeros seguidores fueron excombatientes y oficiales desmoralizados tras la Primera Guerra Mundial.
- Jóvenes activistas frustrados por la ineficacia del sistema liberal.
- Miembros de las clases medias afectados por la crisis económica y temerosos de la expansión del comunismo.
- Un importante sector de la clase obrera que encontró atractivo el mensaje extremista y violento del fascismo.
- Los grandes empresarios y terratenientes también apoyaron el fascismo.
- Las propias instituciones del Estado liberal (el ejército y la policía) toleraron e incluso colaboraron en las acciones violentas que las organizaciones fascistas realizaban para atemorizar a sus enemigos y conquistar el poder.
Conceptos Clave
Gestapo: Policía secreta de Alemania, creada por Hermann Göring el 26 de abril de 1933.
Holocausto: Proceso que involucró la deportación sistemática y el exterminio de toda persona clasificada como judía por los nazis, independientemente de la religión que profesara.
La Italia Fascista
La crisis del régimen liberal italiano
El final de la guerra tuvo en Italia grandes efectos económicos y sociales: más de dos millones de desempleados, una inflación disparada, una oleada de huelgas obreras para lograr el aumento de los salarios y la reducción de la jornada laboral, y revueltas de campesinos pobres exigiendo el reparto de tierras.
En los años 1919 y 1920, durante el llamado «Bienio Rojo», las huelgas se extendieron y dieron lugar a la ocupación de fábricas y tierras, atemorizando a empresarios y terratenientes que temían una revolución de tipo bolchevique.
La guerra acrecentó la crisis del sistema de monarquía liberal y parlamentaria, así como la de los partidos tradicionales (conservadores y liberales). Con el sufragio universal masculino, implantado en 1913, crecieron los partidos de masas: el Partido Socialista y el Partido Popular, de signo católico.
El Partido Socialista Italiano no logró aglutinar masas debido a las fricciones entre los reformistas (partidarios de colaborar con los grupos de izquierda en el Parlamento) y los maximalistas, quienes defendían la revolución. Esta última corriente fundó el Partido Comunista de Italia.
La marcha al poder del fascismo
El fundador del fascismo fue Benito Mussolini. En 1919, fundó los Fascios Italianos de Combate, un grupo paramilitar ultranacionalista identificado por sus camisas negras. Se erigieron como defensores de las reivindicaciones nacionalistas dentro de un programa socialista revolucionario (por ejemplo, en 1919, destruyeron las oficinas del diario socialista Avanti).
Aunque inicialmente minoritario, poco a poco logró aumentar sus apoyos sociales. El partido se nutrió de sectores obreros descontentos con la situación política y social, pero, sobre todo, de la pequeña burguesía atemorizada por la crisis y el ascenso de las fuerzas revolucionarias.
El golpe definitivo para hacerse con el poder fue la «Marcha sobre Roma», ante la supuesta debilidad del gobierno. Las camisas negras ocuparon los edificios públicos de la capital. El gobierno dimitió y el rey Víctor Manuel III pidió a Mussolini, nombrado primer ministro, que formara un nuevo ejecutivo.
La etapa parlamentaria
En un primer momento, se mantuvo formalmente la vida parlamentaria. Como primer ministro, Mussolini organizó un gobierno de coalición. En 1924, se aprobó una nueva ley electoral. Los fascistas y quienes apoyaban al gobierno lograron el 64% de los votos en las elecciones. Mussolini asumió plenos poderes y silenció toda oposición.
La dictadura fascista
Entre 1925 y 1926, Mussolini, sin oposición alguna, desarrolló las «leyes fascistísimas»:
- Creación de un tribunal de delitos políticos y una policía política secreta, la OVRA (Organización de Vigilancia y Represión del Antifascismo).
- Eliminación de los demás partidos y sindicatos.
- Implantación de la censura de prensa.
Todo ello condujo a un régimen totalitario de partido único: el Partido Nacional Fascista. El poder residía en Mussolini, asistido por el Gran Consejo Fascista. En 1938, se abolió la Cámara de los Diputados y se sustituyó por la Cámara de los Fascios y de las Corporaciones.
Con la firma de los Pactos de Letrán en 1929, se puso fin al litigio entre el Estado italiano y la Iglesia católica. Nacía oficialmente el Estado del Vaticano, y se reconocía el catolicismo como la única religión del Estado.
Adoctrinamiento y control social
La educación, base del adoctrinamiento: desde los 10 años, los niños entraban a formar parte de las Juventudes Hitlerianas, inculcándoles el racismo, el antisemitismo y el militarismo. Los profesores tenían que pertenecer a la Asociación de Profesores Nazis. Se suprimió la libertad de expresión y se censuraron actividades literarias y artísticas. La propaganda nazi utilizaba los medios de comunicación y la cultura.
El corporativismo y el dirigismo político
Mediante un sistema corporativista, el Estado pretendía organizar la economía y gestionar las organizaciones sociales.
La Carta del Lavoro de 1927 fue una ley laboral que solo permitía los sindicatos fascistas y declaró ilegal la huelga.
La Alemania Nazi
El emperador Guillermo II abdicó en noviembre de 1918. Mientras la Primera Guerra Mundial continuaba, el Partido Socialdemócrata proclamó la república, y Friedrich Ebert fue nombrado canciller y jefe del Gobierno.
La República de Weimar
La república se enfrentó desde el principio a diversos problemas: la firma del armisticio con los aliados, las insurrecciones de la izquierda radical y de la derecha nacionalista, y los graves problemas económicos y políticos de la posguerra. Se celebraron elecciones a una Asamblea Constituyente, reunida en la ciudad de Weimar. La Asamblea elaboró una constitución que estableció una república federal con principios democráticos. El socialdemócrata Ebert, elegido presidente de la república, designaba al canciller o jefe del Gobierno, quien necesitaba el apoyo del Reichstag (Parlamento). Los partidos moderados formaron un Gobierno de Coalición. La primera decisión del Gobierno, la firma del Tratado de Versalles, fue una carga para la República, lo que agravó la crisis posbélica. Los años 1922 y 1923 fueron de grave crisis para el país: hiperinflación, paro… lo que hizo crecer el clima de radicalización y desconfianza del sistema republicano. Entre 1924 y 1929, la República de Weimar conoció un periodo de estabilización, ya que las potencias vencedoras decidieron ofrecer ayuda para que Alemania saliera de la crisis.
Los comienzos del nazismo
En 1919, se había fundado el Partido de los Trabajadores Alemanes (DAP). Hitler ingresó en el partido. En 1920, cambió su nombre a Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). Se formaron las SA, una organización paramilitar que ejerció la violencia contra los adversarios. Las ideas centrales del programa fueron:
- Defensa de un socialismo nacional, anticapitalista, pero que, a diferencia del marxismo, superara la lucha de clases en beneficio de los intereses de la nación.
- Establecimiento de una dictadura nacionalista que preservara la pureza racial, eliminando a los demócratas, los marxistas y los judíos.
- El deseo de unir a todos los alemanes en una Gran Alemania, dotada de un espacio vital.
Hitler, elegido líder en 1921, impuso al NSDAP una estructura jerarquizada, con él como Führer.
En 1923, periodo de hiperinflación y ocupación francesa del Ruhr, Hitler y grupos ultranacionalistas prepararon un golpe de Estado. El Putsch de Múnich fracasó, y Hitler fue encarcelado.
La crisis de la república y el ascenso del nazismo
La Gran Depresión incrementó el apoyo electoral a los nazis. El partido nazi experimentó un gran crecimiento al presentarse como la solución a los problemas mediante un gobierno fuerte y autoritario.
En 1933, se formó un gobierno de coalición entre los nazis y la derecha clásica. El 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller (jefe de Gobierno) por Hindenburg, el presidente de la República. Entre 1933 y 1934, Hitler convirtió el régimen democrático alemán en una dictadura: el Tercer Reich.
La dictadura nazi y el nacimiento del Tercer Reich
Hitler empezó la construcción de un Estado autoritario. Consiguió el permiso del presidente para disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones. Prohibió la prensa y las reuniones; la violencia de sus seguidores en las calles era frecuente. En 1933, se produjo el incendio del Reichstag, del que fueron falsamente culpados los comunistas. Se reinstauró la pena de muerte. Los nazis transformaron Alemania en un Estado totalitario controlado por Hitler y el partido. Fueron disueltos todos los demás partidos y sindicatos, y se suprimieron las libertades individuales. La policía fue sustituida por las SS y la Gestapo. En 1933, se crearon los primeros campos de concentración. Solo quedaba la sumisión del sector de las SA, partidarios de la abolición del capitalismo, que mantenían diferencias con Hitler y que fueron neutralizadas en la «Noche de los Cuchillos Largos» (1934).
La política nazi: adoctrinamiento y propaganda
A través de la educación: desde los 10 años, los niños entraban a formar parte de las Juventudes Hitlerianas, inculcándoles el racismo, el antisemitismo y el militarismo. Los profesores tenían que pertenecer a la Asociación de Profesores Nazis. Se suprimió la libertad de expresión y se censuraron actividades literarias y artísticas. La propaganda nazi utilizaba los medios de comunicación y la cultura.
Racismo y antisemitismo
El objetivo primordial era la pureza racial. Un elemento clave era asegurar la pureza racial, para lo que eliminaron minorías étnicas o discapacitados y tomaron medidas de tipo eugenésico.
La cuestión que alcanzó mayor magnitud fue la persecución de los judíos, a quienes culparon de todos los infortunios alemanes. En 1938, se les obligó a llevar un distintivo y el 9 de noviembre de ese mismo año tuvo lugar la «Noche de los Cristales Rotos», en la que fueron detenidos miles de judíos, muchos de ellos asesinados, y sus comercios y sinagogas destruidos. El último paso sería la llamada «Solución Final», por la que se decretó su exterminio durante los años de la guerra (Holocausto), resultando en la muerte de más de seis millones de judíos.
La expansión territorial
La política exterior del régimen nazi iba encaminada a la implantación de un nuevo orden en Europa bajo el dominio alemán, relacionado con la formulación de la superioridad racial. Rechazaron las cláusulas del Tratado de Versalles y pretendían la creación del Gran Reich Alemán, que comprendería todos los territorios de habla alemana. Este proyecto llevaría a la ocupación de nuevos territorios (Polonia, Ucrania, etc.) y a la aniquilación de su máximo enemigo, el bolchevismo ruso. Además, sería el origen de la Segunda Guerra Mundial.
Conceptos
Lebensraum: Término alemán que significa «espacio vital».
OVRA: «Organización para la Vigilancia y la Represión del Antifascismo». Policía secreta del Reino de Italia, fundada en 1927 bajo el régimen de Benito Mussolini durante el reinado de Víctor Manuel III.
SA: Sección de Asalto. Tropas de choque del partido nazi hasta 1933.
SS: Grupo de protección del Führer. Cuerpo paramilitar que obedecía directamente las órdenes de Hitler. Se ocuparon de los campos de concentración.