En 1895 estalló en Cuba un nuevo movimiento independentista. Se prolongó hasta 1898, cuando EEUU declaró la guerra a España tras el hundimiento del acorazado Maine en La Habana.

Contexto internacional: En esta época la tendencia imperialista de los países europeos había dado lugar a un proceso colonizador que se iba agrandando cada vez más. La amplitud de estas colonias tuvo como consecuencia el enfrentamiento entre ellas en la II Guerra Mundial. A partir del choque producido en ella, las colonias empezaron a luchar por su independencia, poniéndose así en marcha el proceso descolonizador. Las pérdidas de las colonias arrasaron fuerte a los países europeos, pero también a EE.UU que había tenido colonias en Asia Oriental. /En esta época, España tuvo que enfrentarse a 3 conflictos. El primero tuvo lugar en Melilla debido a que España quería imperiar África; el segundo tuvo lugar en Puerto Rico, que en 1872 consiguió la autonomía, la abolición de la esclavitud, y una economía saneada, pero no la independencia, el tercer conflicto tuvo finalmente lugar en las Islas Filipinas, donde, debido a que los únicos españoles que habían eran misioneros de la Iglesia Católica, los mestizos y nativos llevaron a cabo un movimiento emancipador. El líder de este movimiento fue José Rizal, sin embargo, no se consiguió la independencia hasta la posterior ayuda de EE.UU. La principal consecuencia de estos tres conflictos fue la formación de tres corrientes. Por un lado estaban los españolistas, que estaban a favor de pequeños cambios pero que querían seguir bajo el control español; por otro lado estaban también los autonomistas, que querían adoptar leyes propias bajo el mando de España, finalmente estaban los independentistas, los cuales estaban dirigidos por José Martí y querían lograr a toda costa su independencia. Estos últimos fueron los que iniciaron la II Guerra Cubana. La guerra se puede dividir en dos etapas. La primera abarca 1895 – 1898, y estuvo liderada por radicales revolucionarios. En esta etapa tuvo lugar la muerte de José Martí. En paralelo, Martínez Campos se vio incapaz de frenar el avance de las tropas. La segunda etapa tuvo lugar en 1898, cuando EE.UU intervino de forma directa en la guerra. El objetivo que perseguía EE.UU fue el de hacerse con el control del comercio cubano y desarrollar su imperialismo. Tomó entonces como excusa para su intervención directa la explosión del acorazado estadounidense Maine, anclado en el puerto de La Habana. La guerra finalizó con el Tratado de París, firmado el 10/12/1898. En él, España reconocía la independencia de Cuba, y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla Guama a EE.UU. Quedó finalmente así liquidado el Imperio Colonial. /La derrota generó un nuevo espíritu conocido como el regeneracionismo, el cual fue un examen de conciencia cuyos ejes básicos eran la dignificación de la política, la modernización social, y la superación del atraso cultural. Como resultado de ese ambiente se formó en marzo de 1899 un gobierno regeneracionista presidido por Francisco Silvela, partidario de reformas que se intentaron sin éxito en Hacienda, ejército y organización territorial. Por ello hubo otro movimiento regeneracionista, protagonizado por intelectuales entre los que destacó un grupo de escritores conocido como la generación del 98. Algunos de estos escritores eran Unamuno, Machado, Azorín y Baroja. Se caracterizaron por un gran pesimismo debido a que cuestionaban la capacidad del pueblo español para progresar, consideraban la falta de educación uno de los males fundamentales causantes del atraso del país, y criticaban el sistema de la Restauración y su funcionamiento debido a la corrupción. Además, excluían la participación de la reforma de obreros y campesinos, y reducía el protagonismo a las clases productivas intelectuales. Este regeneracionismo encontró finalmente apoyo en los conservadores, los liberales, los republicanos y el propio monarca Alfonso XIII.
Los intentos de regeneración abarcan 1902 – 1912. En esta época, el turnismo entre los partidos políticos seguía vigente. Además, el regeneracionismo continuaba haciendo ontentos de reformas, los cuales, sin embargo, fracasaron. Estos intentos fueron los que propiciaron la organización definitiva del movimiento obrero. Es esta situación, ambos partidos optaron por reforzarse eligiendo nuevos líderes. Estos fueron Antonio Mura, que era conservador, y José Canalejas, liberal. Comenzó el gobierno Maura, desde 1907 – 1909. Las principales reformas fueron la aprobación de la Ley electoral para propiciar la limpieza electoral y la erradicación del caciquismo. Sin embargo, ambas fracasaron. Además, se quiso implantar la Ley de Administración, pero no consiguió ser aprobada. Por último, se implantó el descanso dominical y el derecho a huelga, para mejorar las condiciones de los trabajadores. En esta época, además, España estaba ampliando sus colonias en Marruecos. Debido a esa lucha, el gobierno movilizó a los reservistas en Cataluña, lo que dio lugar a una huelga general contra la guerra de Marruecos conocida como la Semana Trágica de Barcelona. Los levantamientos fueron reprimidos muy violentamente, lo cual llevó al surgimiento de fuertes oposiciones que forzaron la dimisión de Maura. Tras este acontecimiento, el monarca llamó a José Canalejas para formar gobierno. Este duró desde 1909 – 1912. Canalejas tenía como objetivo mejorar el sistema parlamentario y para ello puso en marcha una serie de reformas. A nivel religioso, se separó la Iglesia y el Estado, se implantó la libertad religiosa, y se aprobó la llamada Ley del candado, que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España. Las reformas sociales se utilizaron para mejorar las condiciones de vida y trabajo de las clases trabajadoras. Las medidas que se tomaron fueron la ley de accidentes de trabajo y el derecho a huelga. En cuanto a Marruecos, la política de Canalejas obtuvo buenos resultados. Su mandato terminó cuando fue asesinado en 1912./Políticamente, los años 1917 y 1918 abrieron la breve etapa de los llamados gobiernos de concentración en los que participaron tanto el Partido Conservador como el Liberal. Esto junto con el influjo de la revolución rusa, favoreció un gran crecimiento de los sindicatos que dirigían el movimiento obrero. Socialmente, hubo varios conflictos en Andalucía y en Cataluña. En la primera, el conflicto tuvo lugar en el medio rural como consecuencia de la ocupación y el reparto de tierras, por lo que los campesinos se manifestaban. Por otro lado, el Conflicto de Cataluña estuvo motivado por los levantamientos de obreros industriales. En respuesta a estos conflictos, el gobierno declaró el estado de guerra, con la consiguiente represión. Sin embargo, la crisis más grave tuvo lugar en 1921 en Marruecos, concretamente en la región de Yebala. Allá, el general Silvestre había recibido la orden de que detuviese su ofensiva en el Rif. Sin embargo, este reanudó un avance precipitado sobre el corazón del Rif. En consecuencia, se perdieron en pocos días todas las zonas que habían sido ocupadas durante años. Se abrió entonces una investigación de lo sucedido, conocida como expediente Picasso. Esta fue culpando todos los mandos militares hasta atribuir finalmente al rey toda la responsabilidad del desastre. En consecuencia, el general Primo de Rivera encabezó un golpe de estado por el que se imponía una dictadura militar como solución a la crisis del régimen.

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