España y el ferrocarril

LEY GENERAL DE FERROCARRILES Se trata de un texto jurídico de contenido económico. Es una fuente directa, primaria, a Través de la cual conocemos las disposiciones del gobierno progresista en 1855 en su Propósito de impulsar la creación del ferrocarril en España. Para los progresistas, el ferrocarril Fue el progreso por excelencia, en palabras de Madoz, «el progreso del progreso». Era una Cuestión prioritaria, y no dudaron en presentar un proyecto de ley para reglamentar de forma Clara y precisa su construcción. España necesitaba el ferrocarril para poder estructurar un mercado interior inexistente por las Malas comunicaciones, pues la red de carreteras era mala y había sido dañada por las guerras. No hubo en el país viajes regulares de pasajeros hasta mediados de siglo, cuando aparecen las Primeras diligencias de pasajeros, que podían llevar hasta a 20 pasajeros a 10Km/h. La Navegación de cabotaje sólo compensaba en parte el problema. Antes de 1855 había muy pocos kilómetros abiertos al público, unos 440 Km. (1848, Barcelona – Mataró, y en 1851, Madrid – Aranjuez; la línea Madrid – Albacete – Alicante estaba bastante Avanzada también). Estos kilómetros habían sido concedidos arbitrariamente por el Estado, Que corría con el 50% del coste de producción, en una exhibición de clientelismo y amiguismo. La Ley General de Ferrocarril de 1855 permitíó la construcción acelerada de más de 5.840 Km. Solo en la siguiente década. Se habla del «despegue ferroviario». Hubo, eso sí, una serie de Regiones que quedaron descolgadas, fuera del ámbito ferroviario, lo que sin duda perjudicó su Desarrollo económico: Galicia, Extremadura, La Mancha, Andalucía Oriental. La mayoría de los Tramos eran radiales desde Madrid hacia la costa, y unas pocas líneas transversales (hacia 1865). La Ley, clasificaba las líneas en dos categorías, de servicio general (de interés general), Enlazaban Madrid de forma radial con las costas y las fronteras del reino, con un diseño más Político que económico y social. De servicio particular (resto de líneas). El Estado facilitaba la construcción a través de medidas legales y con la utilización de fondos Públicos. Las concesiones se hacían a través de las Cortes. Asimismo se exigía al concesionario Un porcentaje del monto total de la obra, para garantizar la solvencia del contratista, también Había un plazo máximo para comenzar la construcción adjudicada, de lo contrario se perdía la Concesión a cambio la línea era explotada por 99 años, revertiendo posteriormente al Estado. Las garantías de la ley progresista del 55, hizo que los capitales europeos encontraran en España un lugar donde rentabilizar sus inversiones.
El ferrocarril sería financiado con capital Extranjero, especialmente francés, las subvenciones del Estado salieron de la desamortización De Madoz. En 1855 Pascual Madoz, ministro de Hacienda promulgó su Ley de Desamortización General que puso en venta todos los bienes de propiedad colectiva: eclesiásticos pero sobre Todo municipales. El Estado daría subvenciones en la construcción de las líneas de servicio general, pero todas las Compañías, tanto las que realizasen líneas de servicio general como particular tendrían Subvenciones para realizar las expropiaciones necesarias. Se les permitíó la importación de Toda clase de materiales y artículos relacionados con la construcción, estando libres de Aranceles bajo un régimen especial de franquicia aduanera. Además se les garantizaba un Beneficio mínimo del 6% de interés a los inversores. En la real orden se mantuvo el ancho de vía de los ferrocarriles ya construidos y que era Distinto del resto de Europa, entre 1848 y 1855 se construyen los primeros tramos, cortos y Con un ancho de vía mayor que el europeo. La decisión de imponer este ancho la tomó el Gobierno de Narváez en 1844, no sólo por motivos militares, sino también para dar solución al Problema que ofrecía la compleja orografía nacional. De cualquier manera, la diferencia del Ancho de vía fue un problema que complicó las comunicaciones con Europa, obligando a un Costoso trasbordo de mercancías y personas. La construcción del ferrocarril fue tan rápida como las necesidades de los terratenientes lo Exigían, en este sentido ayudó a la expansión agrícola, permitiendo articular mejor el mercado, Además de abaratarlo, apareciendo agriculturas, sobre todo mediterráneas, que se podían Comercializar. Favorecíó la movilidad de la población, acortando el tiempo de viaje (el expreso Madrid-Hendaya a 34Km/h tardaba solo 19 h. De Madrid a Barcelona solo 24 h) y reduciendo El precio del trayecto en un tercio. Los efectos fueron sin embargo negativos para la siderurgia Española, que se vio privada de lo que podía haber sido su principal mercado, debido a la Franquicia aduanera. Convirtiéndose en la ocasión perdida (según Tortella) de potenciar la Industria española. El ferrocarril no fue un gran negocio que se pretendía debido al atraso económico español. La Baja rentabilidad de las compañías fue el origen de la crisis bursátil de 1866 que originó la Paralización temporal de la construcción de nuevas vías (hasta 1875) y la devaluación de las Acciones de las empresas, provocando su quiebra. Sólo las más fuertes resistieron. Así, dos Grandes compañías, los Ferrocarriles del Norte y la MZA, acapararon dos tercios de la red. El Poder económico de estas compañías era muy importante, de ahí su influencia política, que se Reforzaba con la tradicional corruptela existente en la España de la Restauración. La Ley la podríamos encuadrar en el proceso de industrialización que se produce en el Siglo XIX En España: El proceso industrial español se inició en la década de 1830. Pero este inicio nace marcado por La falta de condiciones previas: • La agricultura es tradicional. No aportó excedentes de capital, ni líberó mano de obra Ante la ausencia de maquinismo. La mayoría de la población estaba formada por Campesinos pobres, lo que ahoga el mercado, por su falta de capacidad adquisitiva.. • El mercado interior estaba desarticulado, a pesar de las reformas legales, por la Deficiente red de transportes terrestres y por la agricultura de subsistencia. • La situación social es negativa. Las clases medias, protagonistas del proceso industrial, Son débiles, y la riqueza estaba mal repartida. La clase baja es enorme y tiene un Elevado índice de analfabetismo (el 80% de la población era analfabeta en 1860). • Falta de capitales a causa de las guerras, la pérdida de las colonias y la agricultura Tradicional. Los pocos capitales, en manos de las clases altas, eran invertidos en tierras (desamortización). Esto provocó la dependencia del capital extranjero en el proceso Industrial español. • Debilidad del crecimiento demográfico, lo que origina que ni aumente el mercado, ni Haya mano de obra barata. Este contexto determinó el fracaso de la industrialización española en el Siglo XIX y sólo Permitíó un cierto desarrollo industrial, desequilibrado regional y sectorialmente, centrado en La industria textil catalana, el ferrocarril, la siderurgia, y la minería.

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