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CRISIS DEL 98:


Para muchos historiadores, la crisis del 98 representó el inicio de la propia crisis del sistema de la Restauración.A finales del Siglo XIX, España sólo contaba con las colonias de las islas Marianas (Guam parte sur del archipiélago), islas Carolinas, Palaos y Filipinas en el Pacífico,  así como Cuba y Puerto Rico en el Atlántico.Las colonias americanas eran un importante caldo de cultivo para las ideas independentistas que se materializarían en Cuba, sobre todo tras la independencia de la República Dominicana y la Guerra de los Diez Años.Junto a estas ideas defendidas por José Martí, considerado Padre de la Patria Cubana, convivían otras de carácter autonomista (Rafael Montoso) y reformistas (Juan Antonio Saco)..Tras la firma de la Paz de Zanjón que puso fin a la Guerra de los Diez Años (1878), los cubanos esperaban que la Administración española les otorgase los mismos derechos de representación política en las Cortes que tenían los españoles peninsulares, también la participación en el gobierno de la isla, la libertad de comercio y la abolición de la esclavitud. Ninguna de estas reformas se llevo a cabo. En Cuba, y siguiendo el bipartidismo de la Península, se crearon dos grandes partidos: El Partido Autonomista, integrado en su mayoría por cubanos, y la Uníón Constitucional, partido españolista. El primero demandaba autonomía para la isla, pedía un programa de reformas sin llegar a la independencia y había conseguido una amplia representación en el Parlamento español.
Sagasta se mostró favorable a introducir mejoras , pero sólo llegó a concretar la abolición de la esclavitud (1888).La ineficacia de la Administración estimuló los deseos de emancipación. En 1893, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano cuyo objetivo era conseguir la independencia de la isla; de inmediato consiguió apoyo exterior así como de la base social y de los caudillos revolucionarios que habían luchado contra los españoles en la Guerra de los Diez Años.En 1891, el gobierno español elevó las tarifas arancelarias para los productos importados que no procediesen de la Península. Estados Unidos,  principal comprador del azúcar y tabaco cubano, manifestó, a través de su presidente W. McKinley, su protesta y amenazó con cerrar las puertas del mercado estadounidense a dichos productos si España no modificaba esta política arancelaria.El temor a una nueva insurrección y a que ésta contase con el apoyo de EE.UU. Aumento.

Más cerca de la independencia

En 1879 se había producido una nueva insurrección de los mambises contra la presencia de los españoles, la denominada Guerra Chiquita (179-1880), y que fue un fracaso para los sublevados.En 1895 tiene lugar el Grito de Baire, un levantamiento generalizado que comenzó en el este de la isla y se extendíó con rapidez hasta la zona occidental. Para eliminar el levantamiento, Cánovas envió un ejército al mando del general Martínez Campos que entendía que la pacificación requería tanto una fuerte acción militar como un esfuerzo político de conciliación. No consiguió controlar la rebelión y fue sustituido por Valeriano Weyler que inició una dura represión y organizó la concentración de campesinos.En el plano militar la guerra no era favorable a unos españoles mal aprovisionados, enfermos de fiebre amarilla que luchaban en territorio hostil y desconocido frente a un enemigo que  conocían a la perfección la selva en la que se concentraba y dispersaba con enorme rapidez haciendo la victoria final un objetivo cada vez más difícil de alcanzar.En 1897, tras el asesinato de Cánovas, el nuevo gobierno liberal sustituye a Weyler por el general Blanco que inició una estrategia de conciliación para atraerse a los separatistas y evitar un conflicto con EE.UU. Para ello decretó la autonomía de Cuba (también de Puerto Rico, que permanecía en paz), el sufragio universal, igualdad de derechos entre insulares y peninsulares y la autonomía arancelaria. Pero las reformas llegaban demasiado tarde.Paralelamente, en 1896 se produjo una rebelión en las islas Filipinas una colonia con débil presencia militar y escaso interés económico para España salvo por  su producción de tabaco y el ser una puerta para los  intercambios comerciales con Asía. Donde la presencia española estaba la formaban mayoritariamente por misioneros.El independentismo fraguó en la formación de la Liga Filipina de José Rizal, y en la organización clandestina Katipunan, que contaban con el apoyo de la burguésía mestiza hispanoparlante y de grupos indígenas.La insurrección se extendíó por la provincia de Manila ante lo que el capitán general C. García Polavieja llevó a cabo una política represiva (ordenó el fusilamiento de Rizal). El nuevo gobierno liberal lo sustituyó por Fernando Primo de Rivera que, tras negociación indirecta con los jefes de la insurrección, principalmente con Emilio Aguinaldo, consiguió una pacificación momentánea (pacto de Biac-Na Bato, 1897).El independentismo fraguó en la formación de la Liga Filipina de José Rizal, y en la organización clandestina Katipunan, que contaban con el apoyo de la burguésía mestiza hispanoparlante y de grupos indígenas. La insurrección se extendíó por la provincia de Manila ante lo que el capitán general C. García Polavieja llevó a cabo una política represiva (ordenó el fusilamiento de Rizal). El nuevo gobierno liberal lo sustituyó por Fernando Primo de Rivera que, tras negociación indirecta con los jefes de la insurrección, principalmente con Emilio Aguinaldo, consiguió una pacificación momentánea (pacto de Biac-Na Bato, 1897).Ya se había dejado sentir en Hawái y Japón. Tanto en una zona como en otra se encontraban valiosas colonias españolas que fueron una presa fácil debido a la fuerte crisis política y económica que sacudía su metrópoli desde el final del reinado de Isabel II. En el caso de Cuba, su fuerte valor económico, agrícola y estratégico ya había provocado numerosas ofertas de compra  por parte de varios presidentes (Adams, Polk, Buchanan y Grant), que el gobierno español siempre rechazó.El compromiso americano con la causa cubana fue evidente a partir de 1895, cuando McKinley envió armas y tropas de apoyo a los insurrectos.La ocasión para intervenir en la guerra la dio el incidente de acorazado USS Maine que estalló en el puerto de La Habana en Febrero de 1898. Estados Unidos culpó falsamente a los españoles y envió a España un ultimátum en el que se exigía la retirada de Cuba. El gobierno español negó su intervención y rechazó el ultimátum amenazando con declarar la guerra en caso de invasión de la isla. Eran conscientes de su inferioridad pero también que lo era aceptar el ultimátum. Comenzaba así la guerra hispano americana (25 de Abril a 12 de Agosto de 1898 en el mar Caribe y el Pacífico)Desde España fue enviada a Cuba una escuadra compuesta por tres destructores y cuatro cruceros al mando del comandante Cervera, quien consiguió salvar el bloqueo norteamericano y entrar en la bahía de Santiago donde la flota fue derrota sin llegar a suponer ningún peligro para los estadounidensesOtra  escuadra fue enviada a Filipinas al mando del almirante Montojo a la que Estados Unidos derrotó en la batalla de Cavite (bahía de Manila 1 de Mayo 1898). Tras esto, comienzan las negociaciones y se firma la paz en Santiago el 16 de Octubre de 1898, y en Diciembre la Paz de París por la que España se comprometía a abandonar Cuba, Puerto Rico y Filipinas que pasaron a ser protectorado norteamericano. La soberanía española en Filipinas terminó en Enero de 1899. Sin embargo, los compromisarios que firmaron el Tratado de París se olvidaron de incluir en las negociaciones las islas de Sibutú y Cagayán en el archipiélago de Joló. Advertido EE.UU. De esto, España debíó firmar el 7 de Noviembre de 1900 un nuevo tratado para incluir la cesión de dichas islas a EE.UU. El texto definitivo fue publicado en el nº 236 de la Gaceta de Madrid (T. III, pág. 983 el 24 de Agosto de 1901).

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