Historia de la industria textil en cataluña

3. Las transformaciones industriales
En España, la Revolución industrial afectó de lleno a dos zonas, Cataluña y el País Vasco, y, en menor medida a Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana y Castilla. Pero a finales del s.XIX España aun era un país con un pobre desarrollo industrial.
3.1. El atraso de la industria española
Cuando, a finales del siglo XIX, algunos países europeos iniciaban la Segunda Revolución industrial, nuestro país seguía siendo eminentemente agrario.
Causas del retraso industrial
Este retraso industrial puede explicarse por la falta de poder adquisitivo de la población, lo que generaba una escasa demanda de productos manufacturados, y excesivas medidas proteccionistas. Sin estas medidas (impuestos arancelarios que gravaran los productos procedentes de Europa) era difícil que hubiese industria. El excesivo proteccionismo no estimuló la renovación tecnológica, lo que hacia perder competitividad, con el encarecimiento consiguiente de los productos industriales.
La falta de inversiones, las malas comunicaciones terrestres y la falta de redes comerciales, no favorecieron el desarrollo industrial.
Evolución de la industria
Algunos de estos problemas se resolvieron a lo largo del siglo y se generó una expansión del sector industrial, pero a un ritmo más lento.
Por lo que respecta a la evolución económica en relación con la actividad industrial, hubo una expansión desde 1820 a 1850 seguida de un periodo de crisis durante el decenio siguiente. Las causas de esta crisis fueron , las nuevas posibilidades de inversión y el encarecimiento del algodón. La recuperación fue lenta y constante hasta 1898, fecha de la independencia de Cuba y Puerto Rico, mercados que entonces absorbían casi el 20% de la producción textil catalana.
3.2. La industria textil
Para que prosperase una industria textil en el siglo XIX, eran necesarias 3 condiciones: exigencia de capital (inversiones), suficiente mano de obra e innovación tecnológica. Además, se debía de disponer de materias primas o fuentes energéticas abundantes y baratas y tenia que haber una demanda suficiente de tejidos.
Unas condiciones adversas
El mercado español tenia poca capacidad de compra para importar algodón y carbón, pero, a pesar de esto, en Cataluña se creó una importante industria textil, sobre todo algodonera, gracias al avance de la economía catalana y al proteccionismo aplicado por casi todos los gobiernos liberales.
Los tejidos de algodón revolucionaron esta industria, por lo que la tradicional ropa fue sustituida por tejidos de este material. Los procesos industriales hicieron de fabricación de este tipo de tela un producto a la alcance de muchos bolsillos.
Espíritu de iniciativa
El espíritu de iniciativa y de riesgo de la sociedad catalana fue un elemento decisivo en el desarrollo de la industria textil. Un ejemplo fueron los hermanos Bonaplata que construyeron la 1º fábrica que funcionaba con energía de vapor. La innovación y el espíritu de iniciativa, el capital y la mano de obra abundante, así como la búsqueda de un mercado para la exportación, hicieron que la Revolución Industrial llegara a Cataluña. Ya a finales de 1840 se construyeron en los edificios grandes chimeneas de vapor.
Del carbón a los saltos de agua
La industria textil catalana siguió en sus inicios el modelo británico, basado en el uso del carbón para conseguir la presión del vapor necesaria en el movimiento de poleas, ruecas y telares. También compraron o imitaron la maquinaria y la tecnología inglesas, reprodujeron el modelo de fabrica y estudiaron sus estrategias comerciales. Pero a partir de 1860, ante el elevado coste del carbón (lo que encareció los tejidos debido a la importación de este material), se buscó el aprovechamiento de los saltos de agua de las corrientes de los ríos para mover las turbinas. Así se crearon muchas colonias industriales en las cuencas medias de los ríos Ter y Llobregat. A esta localización industrial contribuyó el hecho de que las colonias facilitaban el aislamiento y el control de los trabajadores, cuando ya empezaban a organizarse los primeros movimientos obreros.
El proteccionismo
Entre 1875 y 1886, los textiles vivieron su periodo de esplendor, coincidiendo, con el auge de la agricultura vinícola.La supervivencia y la expansión de esta industria fueron posibles gracias al proteccionismo comercial, para ello, contó con la ayuda de la Ley de Relaciones Comerciales con las Antillas de 1882, que le aseguró el mercado colonial hasta la derrota de 1898.
La superioridad inglesa en cuanto a precios y control del mercado obligó a la industria catalana a proteger su producción. Por eso se evitó la importación de los tejidos británicos a España y a las colonias que aun mantenía. Este proteccionismo perjudicó la expansión de su mercado, ya que, fuera del ámbito nacional, los precios elevados le impedían competir con los tejidos británicos en otros países.
3.3. La industria siderúrgica
En 1831 se instaló en España el primer alto horno, el de La Constancia, en Málaga. La familia Heredia impulsó esta actividad y Andalucía, con Marbella y Sevilla, fue la primera región con siderurgia moderna. La escasez de mineral y la falta de carbón la hizo inviable en 30 años.
En la década de 1840 se desarrolló la siderurgia en Asturias. Asturias tenía la ventaja del carbón, que, gracias a los aranceles proteccionistas, era mas barato que el de importación. En 1868 todavía un 50% del hierro español se producía en Asturias.
La siderurgia vasca
Los primeros altos hornos en el País Vasco se instalaron en 1841, a iniciativa de la familia Ibarra. Los comerciantes vascos aprovecharon la política proteccionista de los gobiernos liberales y la supresión parcial de los fueron, que permitía el libre comercio con el resto de España.
La actividad comercial desarrollada en los puertos vascos facilitó que un sector de los comerciantes orientara su negocio a la explotación de mineral de hierro de las tradicionales minas de la cuenca bilbaína. Este sector se enriqueció exportando el mineral a Reino Unido. Esta circunstancia propició la aparición de importantes astilleros en la ría de Bilbao para construir barcos que transportaran el mineral.
A partir de la década de 1860 se levantaron altos hornos para la fabricación de hierro. Una de las ventajas de esta inversión era la importación de carbón británico (muy abundante y barato). Los industriales vascos aprovechaban el viaje de vuelta a Bilbao de los barcos que llevaban el hierro a Reino Unido para traer carbón. Por ello, el coste del transporte del carbón era bajo.
Causas del despegue de la siderurgia vasca
La causa para explicar el despegue de la siderurgia vasca fue la sustitución del hierro dulce por el acero. La producción de acero necesitaba menos carbón y exigía un mineral de hierro sin fosforo, el cual se extraía de las minas vizcaínas de Somorrostro. Y como además el carbón lo importaban de Reino Unido, a muy buen precio, la viabilidad de estas industrias era evidente.
Entre 1856 y 1871, la producción de acero se quintuplicó en Bizkaia. Pero la gran expansión se produjo a partir de 1875.
Entre 1880 y 1900 se produjo un gran avance en la industria siderúrgica con la creación, sobre todo en Gipuzkoa, de numerosas empresas metalúrgicas de transformados del acero.
Además de este factor tecnológico, el auge de la siderurgia vasca también se explica por el proteccionismo del último tercio del siglo XIX. La casi imposibilidad de importar el acero y hierro británico o alemán, por los elevados costes arancelarios, hacía que casi todo el mercado español consumiera el acero y la mayoría de los productos derivados de las industrias metalúrgicas vascas.
Por ultimo, hay que señalar los efectos que tuvo sobre la economía vasca la existencia de las industrias del hierro. Se crearon industrias subsidiarias, como es el caso de las industrias químicas y las de maquinaria industrial y de transporte, sobre todo con la potenciación de los astilleros.
3.4. Otros sectores industriales
Además de la industria textil y de la siderúrgica, la industrialización afectó a otros sectores que no llegaron a alcanzar tanta importancia.
La minería: La extracción minera creció, en especial a partir de la Ley de Bases Mineras de 1868, que permitió la entrada de importantes inversiones extranjeras en el sector. Se potenció la explotación de las minas de mercurio, cobre y plomo. En 1869, España se convirtió en la primera exportadora mundial de plomo. La mayoría de la producción se exportaba al extranjero.
Otras industrias: En la industria agroalimentaria destacan las fabricas de harina, las empresas de elaboración de vinos y alcoholes y la producción de aceite de oliva, proceso que avanzó técnicamente con la sustitución de la tracción animal de las prensas por la maquina de vapor.
La industria química se distingue por la producción de colorantes y lejías, necesarios para la industria textil, y la fabricación de dinamita utilizada en las explotaciones mineras.
La industria papelera, tuvo que renovarse, lo que supuso una reorganización de la producción; en Gipuzkoa y en Burgos se crearon las primeras fábricas para elaborar papel continuo. A partir de 1876 se sustituyó la pasta de papel por la de la madera.
Otras industrias de la época eran fábricas de paño y la industria lanera.

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