Historia del siglo XIX: Restauración, Liberalismo y Nacionalismo

RESTAURACIÓN, LIBERALISMO Y NACIONALISMO

– La Restauración consistió en el regreso al sistema político del Antiguo Régimen impuesto por las potencias europeas (Austria, Prusia, Rusia y Reino Unido) tras vencer a Napoleón en 1815.

– El Liberalismo es la doctrina política que defiende las libertades del individuo, como el derecho a la vida, la libertad de expresión, de reunión, la posibilidad de elegir a sus representantes políticos, el derecho a la propiedad privada, etc.

– El Nacionalismo es la doctrina política que defiende el derecho de los pueblos a formar naciones independientes y crear su propio Estado.

– La Democracia era la doctrina que defendía la participación política de toda la población, a fin de acabar con las desigualdades sociales y económicas ocasionadas por el liberalismo burgués.

REVOLUCIONES POLÍTICAS DEL SIGLO XIX

El liberalismo, el nacionalismo y la democracia son la base ideológica de las revoluciones políticas que se produjeron a lo largo del siglo XIX:

1820

  • En Portugal y en España pretendían establecer monarquías constitucionales, pero solo en Portugal se consiguió de forma duradera.
  • Grecia deseaba la independencia del Imperio otomano. En 1829, Grecia consiguió su independencia.

1830

En 1830 vuelven a desencadenarse nuevas revoluciones:

  • Bélgica quería independizarse de Holanda, a la que estaba unida dentro del Reino de los Países Bajos. Los dos países presentaban diferencias en la lengua y la religión: Holanda imponía las directrices políticas a Bélgica, hasta que una revolución nacionalista logró la independencia en 1830.
  • En Francia, durante la Restauración, los Borbones volvieron a ocupar el trono. La revolución estalló cuando Carlos X promulgó varios decretos sin contar con la Asamblea Legislativa. La Asamblea, por votación, eligió como rey a Luis Felipe de Orleans, que estableció una monarquía constitucional.

1848

En 1848 las revoluciones se radicalizaron, ya que la pequeña burguesía y los obreros reivindicaron los principios democráticos para acceder al poder político. La revolución fracasó en todos los países (Italia, Alemania, Hungría, etc.) excepto en Francia.

UNIFICACIÓN DE ITALIA (1859-1870)

Las causas fueron:

  • La influencia de los ideales liberales y nacionalistas.
  • La actuación de personajes influyentes que apoyaron el proceso: Víctor Manuel II y su ministro, el conde Cavour.

El proceso de unificación lo iniciaron, desde el reino de Piamonte-Cerdeña, Víctor Manuel II y su ministro Cavour, que intentaban extender su sistema constitucional a toda Italia. El reino de Piamonte-Cerdeña expulsó a los austriacos del norte de Italia y continuó su expansión por la península. Por el sur, los nacionalistas italianos, bajo las órdenes de Garibaldi, conquistaron el reino de las Dos Sicilias y Roma, que fue ocupada por el ejército italiano. La anexión de Roma y de los Estados Pontificios generó un conflicto y la Iglesia católica se negó a reconocerlo. Italia se convirtió en una monarquía parlamentaria con Víctor Manuel II como rey.

UNIFICACIÓN DE ALEMANIA (1866-1871)

Las causas fueron:

  • Influyeron, al igual que en Italia, los ideales liberales y nacionalistas.
  • Desde 1834 se había creado, en torno a Prusia, una unión aduanera (Zollverein) que se convirtió en un estímulo para la unión política.

El proceso lo emprendió Bismarck, que fue canciller de Prusia; contaba con un gran ejército y un importante desarrollo económico. La unificación alemana expulsó a los austriacos de la Confederación Germánica. En una segunda etapa, Bismarck derrotó a Francia y se anexionó los territorios franceses de Alsacia y Lorena. En 1871 finalizó la unificación y Alemania se convirtió en el Segundo Reich (imperio), con Guillermo I como emperador y Berlín como capital.

REINADO DE FERNANDO VII (1814-1820)

Tras el triunfo de los españoles, José I tuvo que abandonar España y Fernando VII regresó al país. Su reinado se dividió en tres fases:

  • Sexenio absolutista (1814-1820): Fernando VII se encontró con el apoyo del pueblo español, de las Cortes de Cádiz y de los absolutistas, que le solicitaron la vuelta al Antiguo Régimen. Fernando VII apoyó las peticiones de los absolutistas y decidió suprimir las Cortes, abolir la Constitución de 1812 y restablecer la monarquía absoluta.
  • Trienio liberal (1820-1823): Se inició una etapa de inestabilidad política, puesto que algunos liberales recurrieron a pronunciamientos militares para derrocar el absolutismo. En 1820, el rey no tuvo más remedio que restablecer la Constitución de 1812 y las libertades que había suprimido durante el Sexenio absolutista.
  • Década ominosa (1823-1833): En 1823 Fernando VII pidió ayuda a los países de la Santa Alianza, que enviaron un ejército francés, los Cien Mil Hijos de San Luis, que derrotó a los liberales. Fernando VII restableció el absolutismo e inició la persecución de los liberales. Al final de su reinado, Fernando VII hizo pública una norma, la Pragmática Sanción, para anular la Ley Sálica que impedía reinar a las mujeres. De esta forma, el trono lo ocuparía su hija Isabel, lo que provocó el enfado de su hermano Carlos.

REINADO DE ISABEL II (1833-1869)

Con el reinado de Isabel II finalizó el absolutismo en España y se instauró una monarquía liberal constitucional.

  • La reina recibió el apoyo de los partidos políticos liberales: los moderados y los progresistas; aunque Isabel II siempre favoreció a los moderados.
  • La promulgación de varias constituciones (1837 progresista, 1845 moderada).
  • Los militares participaron activamente en la política: algunos fueron jefes de gobierno o ministros.

Desde 1833 hasta 1843, mientras Isabel II fue menor de edad, gobernaron dos regentes: su madre, María Cristina de Borbón, y el general progresista Espartero. La Primera Guerra Carlista (1833-1839) se produjo porque Carlos, hermano de Fernando VII y aspirante al trono, no aceptó la Pragmática Sanción. En 1839, se firmó el Convenio de Vergara, un acuerdo de paz que acabó con la Primera Guerra Carlista.

En 1843 se proclamó la mayoría de edad de Isabel II. Cabe destacar:

  • La alternancia en el poder de los moderados y los progresistas; al frente de estos gobiernos casi siempre se encontraba un militar, como Espartero, Narváez, O’Donnell, etc.
  • Segunda Guerra Carlista (1846-1849): la guerra terminó con la derrota de los carlistas (los isabelinos ganaron).
  • Para resolver los problemas económicos se realizaron varias desamortizaciones.

Los problemas políticos fueron la manipulación de los resultados electorales y el nacimiento de grupos políticos opuestos a la monarquía: los demócratas y los republicanos. En los últimos años tuvo lugar una grave crisis económica. Esta crisis aumentó el paro y provocó la ruina de muchos pequeños y medianos inversores, además de un descontento social que llegó a una revolución: la Revolución Gloriosa.

EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)

En 1868 estalló un pronunciamiento militar en Cádiz. El triunfo de esta sublevación, conocida como la Revolución Gloriosa, obligó a la reina a exiliarse, mientras un Gobierno provisional intentó establecer un sistema político democrático en España. Se sucedieron tres fases de gobierno:

  • El Gobierno provisional (1868-1870): La Constitución de 1869 fue la más democrática del siglo XIX español porque decretó el sufragio universal masculino, la libertad de cultos y una amplísima declaración de derechos.
  • La monarquía constitucional (1871-1873). Amadeo de Saboya: Amadeo I abdicó porque fue rechazado por los republicanos y los partidarios de Alfonso, el hijo y heredero de Isabel II.
  • La Primera República (1873-1874): Cuando Amadeo I renunció a la corona, las Cortes proclamaron como forma de gobierno la república. Las dificultades a las que se enfrentó la Primera República fueron el rechazo de los alfonsinos y la insurrección de Andalucía, Levante y Murcia, que reclamaban la creación de una república federal. El problema fundamental fue la propia división de los republicanos, al no ponerse de acuerdo en el tipo de república que querían:
    • La República federal.
    • La República centralista o unitaria.
    La inestabilidad política del período republicano conllevó a su fracaso.

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