Insurrección de los españoles contra el Imperio napoleónico

La Restauración.
Evolución política: Antonio Cánovas del Castillo, consciente del rechazo del pueblo hacia Isabel II, consiguió que esta abdicara en su hijo Alfonso, cadete de la Academia Militar de Sandhurst. Será en esa academia, donde Alfonso firmaría el Manifiesto de Sandhurst, mediante el cual anunciaba un nuevo programa político basado en el restablecimiento de la monarquía constitucional. El deseo de Cánovas de que las Cortes aceptaran a Alfonso XII se adelantó gracias al pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto en Diciembre de 1874. La Restauración se dividíó en dos etapas: – En la primera (1875-85), predominaron los gobiernos conservadores dirigidos por Cánovas, que afianzaron el sistema a través de la censura, la restricción de las libertades de cátedra, el asociacionismo obrero y el derecho al voto. La mejora de la economía, los éxitos militares y la popularidad del rey consolidaron el nuevo régimen. – La segunda (1885-1902), se inició con el fallecimiento del rey y la regencia de María Cristina. En este contexto se produjo el Pacto de El Pardo (1885) que establecía el turnismo, por el cual Cánovas cedía el gobierno a Sagasta. En este periodo, los liberales llevaron a cabo una política de defensa de los derechos individuales con leyes como la libertad de expresión o el sufragio universal masculino. Carácterísticas del sistema canovista: Cánovas, verdadero artífice de la Restauración, pretendía con esta la continuación de la época moderada, por lo que las bases sociales y los fundamentos ideológicos fueron: – Las bases sociales: La Restauración debía asentar la Monarquía y crear un marco de conciliación lo más conservador posible. Por ello, la base social del régimen estaba compuesta por alfonsinos, hombres de negocios, militares y la Iglesia, los cuales defendían el orden, la propiedad, la Monarquía y el Catolicismo, e identificaban de la República con la anarquía. – Los fundamentos ideológicos: Se basaron en lo que Cánovas llamó “verdades madre”, unos principios políticos indiscutibles (nacíón, libertad, Monarquía y soberanía), que estaban formados por elementos contradictorios, de cuya confrontación surgía el equilibrio y con ello, la perdurabilidad y la aceptación social. De esta manera, a la soberanía del rey, se opónía la de las Cortes; a la existencia de un partido, se opónía la existencia de otro contrario, y así, sucesivamente. El sistema se puede resumir en los siguientes elementos


1. La restauraciónde los Borbones en la figura de Alfonso XII, un rey respetuoso con el liberalismo, defensor del catolicismo y vencedor del carlismo. 2. La Constitución de 1876, una constitución moderada pero con elementos de la del 69. Sus carácterísticas son:La soberanía residía en las Cortes y el rey; El rey nombraba a los miembros del Consejo y al presidente, era jefe del Ejército, tenía derecho a veto y podía disolver las Cortes. Estaba por encima del Gobierno y las Cámaras.;Las Cortes eran bicamerales. Los diputados del Congreso eran elegidos por sufragio censitario, más tarde, universal masculino. Los miembros del Senado eran nombrados por la Corona y el Estado; Establecía la religión católica como la oficial, aunque se toleraban el resto. 3. La existencia del bipartidismo. Por un lado, el Partido Liberal Conservador, que conectaba con el moderantismo isabelino y estaba dirigido por Cánovas; y por otro, el Partido Liberal Fusionista, heredero del progresismo y encabezado por Sagasta. Ambos representaban a dos grupos muy similares, si bien, los moderados estaban más relacionados con la oligarquía agraria y la defensa del catolicismo, y los liberales con los defensores de la tradición liberal y el sufragio universal. 4. La existencia del turnismo entre partidos con el fin de evitar enfrentamientos. 5. Un sistema electoral por un sufragio, que aunque será universal, admite las circunscripciones unipersonales que favorecen el bipartidismo. 6. El control social, político y económico por parte de la oligarquía, debido a su poder sobre el sistema electoral (diseñado por Posada Herrera ) y sobre el empleo. El turnismo y caciquismo: La esencia del sistema residía en el turnismo, un método mediante el cual los dos partidos se turnaban sin necesidad de recurrir al pronunciamiento. El mecanismo era siempre el mismo: Ante una crisis, ambos partidos y el rey se reunían para decidir quién sería el próximo en gobernar. El rey disolvía  las Cortes y se convocaban unas elecciones, en las que se recurría al fraude para garantizar la victoria del partido acordado. El encargado de cocinar las elecciones era el Ministro de la Gobernación, el cual atendía al reparto de escaños realizado por Sagasta y Cánovas, dejando siempre un porcentaje a republicanos y carlistas. Los jefes provinciales reproducían el encasillado, un proceso mediante el cual se colocaban en casillas los nombres de los candidatos de los distintos distritos. Estos distritos correspondían normalmente a zonas rurales controladas por un cacique. Decididos los candidatos, los Gobernadores Civiles de cada provincia se encargaban de que en las elecciones se alcanzasen los resultados establecidos. Para ello, contaban con la ayuda de caciques, los cuales se apoyaban en su poder económico para condicionar el voto. Si esto no era suficiente, se recurría al pucherazo (sustitución del contenido de las urnas mediante un pucherazo), a la coacción moral, al uso de matones o a la manipulación de los censos, haciendo votar a muertos.


Las Cortes de Cádiz se formaron en el Consejo de Regencia basadas en el programa político de la Junta Central y de una comisión creada en 1809,dicha Comisión se planteó como deberían convocarse dichas cortes y qué temas se deberían tratar en estas Cortes.En la primera cuestión se impuso ideas de antiguos ilustrados como Jovellanos por tanto las Cortes serian estamentales y que los liberales de la Comisión no estaba de acuerdo ya que consideraban que deberían reunirse como los representantes de la Soberanía nacional influenciados por la Revolución Francesa. Y sobre la segunda cuestión se impuso el mismo, dónde se tratarían temas que los españoles intentaban llevar a cabo durante la etapa el despotismo ilustrado, fue apoyado al principio por los liberales como Argüelles, por lo que no se profundizó el tema de libertad que después los liberales lo considerarían un gran error.Cortes de Cádiz duro hasta la primavera de 1814 y tuvo tres periodos:1810-1812 predominó la cuestión política;1812-1813 sé centro en la económiá y 1813- 1814 los asuntos sociales. Además de estar representantes peninsulares como americanos pero por la guerra los diputados no llegaron y fueron sustituidos por gaditanos de clases media y burguesas y partidarios de las reformas liberales.La mayoría del clero y nobleza quedaron en minoría,de los nobles quién destacó fue el conde de Torné mientras en el clero eran curas con tendencias liberales quién destacó Torreno. Con la llegada de los liberales americanos, se conformo las Cortes liberales que tendieron a hacer reformas de calado. Las Cortes se constituyeron en Asamblea Constituyente y asumieron la soberanía nacional por la ausencia de rey y la disolución del Consejo de Regencia, proclamando la igualdad jurídica de todos los ciudadanos incluyendo los americanos. Las cortes estaban divididas en los liberales y absolutistas mayor parte del clero y nobleza y un tercer sector Los jovellanistas o reformistas que pretendían conciliar los estamentos superiores con la consecuencia de la reforma por tanto su  posición  intermedia. Los liberales impusieron medidas para acabar con la estructura del antiguo régimen como: libertad de imprenta(1810) suprimiendo la censura excepto en los escritos religiosos; el fin de los señoríos sistema que supuso la dependencia de pueblos y ciudades respecto a la nobleza y el clero; qbolicon de los gremios qué supuso un obstáculo a la industrialización Y, abolición de la Inquisición que provocó  oposición de los diputados de la nobleza y el clero; desamortización de las tierras municipales y clero regular la que no llegaría a hacerse por la guerra y regreso de Fernando séptimo en 1819


La Constitución de 1812


Aprobada el 19 de Marzo de 1812 y popularmente conocida como “La Pepa”, este texto legal fue la primera constitución liberal del país. La constitución de 1812 es uno de los grandes textos liberales de la historia.Los diputados liberal Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y Pérez de Castro son las figuras más destacadas en su elaboración. Estos son los rasgos principales de la Constitución:Soberanía nacional. El poder reside en la nacíón, idea opuesta a la soberanía monárquica;División de Poderes.Poder legislativo: Cortes Unicamerales Poder judicial: tribunalesPoder ejecutivo: Rey, pero con importantes limitaciones:Sus órdenes deben ir validadas por la firma del Ministro correspondiente.No puede disolver las Cortes Veto suspensivo transitorio durante dos años, tras ello la decisión de las Cortes se convierte en ley.Nombra a los ministros, pero estos deben ser refrendados por las Cortes (“doble confianza”)Nuevo derecho de representación. La nacíón ejerce su soberanía mediante sus representantes en Cortes.Complicado procedimiento electoral por sufragio universal masculino indirecto en cuarto grado. Derecho de voto: todos los hombres mayores de 25 años, que elegían a unos compromisarios que a su vez elegían a los diputados.Igualdad de los ciudadanos ante la ley. Esto supuso el fiin de los privilegios estamentales.Se omite toda referencia a los territorios con fueros, lo que equivalía a su no reconocimiento. No obstante, los regíMenes forales de las provincias vascas y de Navarra no se derogaron esplícitamente.Reconocimiento de derechos individuales: a la educación, libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad.El catolicismo es la única confesión religiosa permitida. La necesidad de contar con la colaboración del clero en la lucha contra los franceses explica este rasgo intolerante que choca con el espíritu avanzado de la constitución.


El Bienio progresista (1854-1856) El poder cada vez más dictatorial de Narváez propició un creciente descontento que culminó en un pronunciamiento de complejo desarrollo. Iniciado por el general
O’Donnell en Vicálvaro, el golpe militar se radicalizó tras la publicación por los rebeldes del denominado Manifiesto de Manzanares, lo que hizo que consiguiera un amplio respaldo popular y animó a otros generales a unirse a la rebelión. Finalmente el golpe triunfó y propició la formación de un gobierno presidido por el progresista Espartero.La otra gran figura del gobierno, el general O’Donnell creó un nuevo partido, la Uníón Liberal, que trató de cubrir un espacio de centro entre moderados y progresistas, aunque gobernó junto a estos en el inicio del bienio. Durante este corto período destacaron las siguientes medidas:La desamortización general de Madoz en 1855 que culminó el proceso desamortizador, con los bienes de los municipios. Unas nuevas Cortes Constituyentes iniciaron la elaboración de una nueva constitución más progresista que no llegó a aplicarse.Se adoptaron medidas para propiciar la modernización económica del país como la Ley de Ferrocarriles de 1855.La vuelta de los moderados al poder (1856-1858)La agitación social creciente provocó la ruptura entre Espartero y O’Donnell. Nombrado el líder de la Uníón Liberal presidente del gobierno en Julio de 1856 se inició un proceso de revisión de la labor del bienio que finalmente trajo la vuelta de Narváez y los moderados al poder en Octubre de 1856. Se volvía así al régimen moderado de la Constitución de 1845.La Uníón Liberal de O’Donnell (1858-1863)Tras un período de dos años con Narváez y los moderados (1856-1858),  O’Donnell y la Uníón Liberal volvieron al poder en 1858. Esta época estuvo marcada por la euforia económica («boom» de los ferrocarriles) y por el intervencionismo exterior: guerra de Marruecos (1859-1860), intento fallido de recuperar Santo Domingo, expedición a México, guerra contra Perú y Chile… Esta amplia actividad bélica apenas dio ningún resultado práctico para el país.La vuelta de los moderados (1863-1868)La vuelta de Narváez al poder en 1863 marca el inicio del período terminal del partido moderado. La inestabilidad política y la deriva autoritaria de los gobiernos caracterizaron una etapa en la que la bonanza económica llegó a su fin tras la  crisis económica de 1864.Los intentos de insurrección como el motín de San Gil en Madrid en 1866 fueron duramente reprimidos. El creciente autoritarismo del anciano Narváez llevó a la formación del Pacto de Ostende: unionistas, progresistas y republicanos se aliaron para derribar a Isabel II y el régimen moderado.


La República fue proclamada por unas Cortes en las que no había una mayoría de republicanos. Las ideas republicanas tenían escaso apoyo social y contaban con la oposición de los grupos sociales e instituciones más poderosos del país. La alta burguésía y los terratenientes, los altos mandos del ejército, la jerarquía eclesiástica eran contrarios al nuevo régimen.Os escasos republicanos pertenecían a las clases medias urbanas, mientras las clases trabajadores optaron por dar su apoyo al incipiente movimiento obrero anarquista.  La debilidad del régimen republicano provocó una enorme inestabilidad política. Cuatro presidentes de la República se sucedieron en el breve lapso de un año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.En este contexto de inestabilidad, los gobiernos republicanos emprendieron una serie de reformas bastante radicales que, en algunos casos, se volvieron contra el propio régimen republicano. Estas fueron las principales medidas adoptadas:Supresión impuesto de consumos. La abolición de este impuesto indirecto, reclamada por las clases más populares, agravó el déficit de Hacienda. Eliminación de las quintas. De nuevo una medida popular propició el debilitamiento del estado republicano frente a la insurrección carlista.Reducción edad de voto a los 21 añoseparación de la  Iglesia y el Estado. Este dejó de subvencionar a la Iglesia.Reglamentación del trabajo infantil. Prohibición de emplear a niños de menos de diez años en fábricas y minas.Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.Proyecto constitucional para instaurar una República federal. 


Este programa reformista se intentó llevar a cabo en un contexto totalmente adverso. Los gobiernos republicanos tuvieron que hacer frente a un triple desafío bélico:La nueva Guerra Civil carlista.Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro, encabezó una nueva insurrección carlista en el País Vasco y Navarra. Aprovechando el caos general, los carlistas llegaron a establecer un gobierno en Estella, Navarra. Las sublevaciones cantonales.Los republicanos federales más extremistas se lanzaron a proclamar cantones,  pequeños estados regionales cuasi independientes en Valencia, Murcia y Andalucía, sublevándose contra el gobierno republicano de Madrid. El ejército consiguió reprimir la insurrección. La resistencia del cantón de Cartagena le convirtió en el símbolo de este movimiento en el que las ideas republicano-federales y anarquistas se entremezclaron.La guerra de CubaEn 1868 se inició en isla caribeña una insurrección anticolonial que derivó en lo que los cubanos denominan la “Guerra Larga”. Tuvieron que pasar diez años hasta que las autoridades españolas consiguieron pacificar la isla con la firma de la Paz de Zanjón en 1878.Las conspiraciones militares alfonsinasEntre los mandos del ejército se fue imponiendo la idea de la vuelta de los Borbones en la figura del  hijo de Isabel II, Alfonso. Pronto empezaron las conspiraciones para un pronunciamiento militar.La república del año 1874: el golpe del general Pavía y el camino a la Restauraciónl 4 de Enero de 1874, el general Pavía encabezó un golpe militar. Las Cortes republicanas fueron disueltas y se establecíó un gobierno presidido por el general Serrano que suspendíó la Constitución y los derechos y libertades.El régimen republicano se mantuvo nominalmente un año más, aunque la dictadura de Serrano fue un simple paso previa a la restauración de los Borbones que planeaban los alfonsinos con su líder Cánovas del Castillo. La restauración se vio finalmente precipitada por un golpe militar del general Martínez Campos el 29 de Diciembre de 1874. El hijo de Isabel II fue proclamado rey de España con el título de Alfonso XII. Se iniciaba en España el período de la Restauración.


Los Pueblos Prerromanos Tartesos Civilización muy brillante que se desarrolló en el suroeste peninsular en la primera mitad del primer milenio a.C. Rodeada aún de misterio. Textos griegos y bíblicos hablan de una civilización muy rica. Se han encontrado restos importantes como el Tesoro de Carambolo (600-550 a.C.) pero no a la altura de lo que describen los textos de la época.
  de cualquier manera, se piensa Tartesos tuvo un importante comercio que benefició a una poderosa aristocracia. A mediados del primer milenio, Tartesos se derrumbó. ¿Por la acción militar de los cartagineses? ¿Por problemas internos? Los Iberos: los pueblos del sur y del este En la zona mediterránea y meridional se asentaron diversos pueblos (indigetes, turdetanos…) que rasgos comunes. Muy posiblemente con una lengua común o similar. El contacto con los colonizadores impulsó su desarrollo cultural. Tenían una economía agrícola-ganadera que también practicaba el comercio y la minería. Tenían pequeñas ciudades en zonas fácilmente defendibles y poseían una sociedad muy jerarquizada (aristocracia – esclavos). Gobernados por reyezuelos que gobernaban una o varias ciudades. Los iberos produjeron un arte muy refinado, el mejor ejemplo es la Dama de Elche. Los pueblos del centro y del oesteAquí la influencia de los colonizadores mediterráneos llegó muy débilmente y la presencia celta (pueblos de lengua indoeuropea) fue importante. Se les denominó «celtíberos» (ilergetes, carpetanos, lusitanos…) Su economía era agrícola-ganadera, con menor peso del comercio. Su sociedad mantenía una fuerte cohesión tribal y habitaban poblados fortificados como Numancia. En el aspecto artístico, destaca la cultura de los verracos entre los vetones del valle del Tajo. Los verracos son grandes esculturas de animales ligadas a cultos ganaderos. El más célebre ejemplo son los Toros de Guisando. Los pueblos del norte Galaicos, astures, cátabros, várdulos, vascones…. Se asentaron desde Galicia al Pirineo Aragónés. Pueblos muy atrasados, tenían una economía basada en la ganadería, la recolección y la pesca. El peso de la agricultura era escaso.Como restos arqueológicos, destacan los castros, poblados de viviendas circulares construidos por los galaicos. Un buen ejemplo es el Castro de Coaña. Entre este pueblo tuvo un gran desarrollo las prácticas mágicas y de adivinización.


Etapas de la conquista de la península ibérica por RomaLa conquista de Roma se inició en el siglo III a.C. Y concluyó, tras un proceso largo y complejo, en el siglo I a.C Podemos distinguir tres etapas principales:1ª etapa: Conquista del este y el sur peninsular (218-197 a. C) El inicio de la conquista se enmarcó en el contexto de la Segunda Guerra Púnica (guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía en el mediterráneo occidental).Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante peninsular y desde allí atacaron Roma a través del sur de Francia y los Alpes. Roma contraatacó invadiendo las posesiones cartaginesas en Hispania a fines del siglo III. La victoria romana de Ilipa (209 a.C.) puso fin a la presencia cartaginesa en Hispania y consagró el dominio de Roma sobre el este y el sur peninsular.2ª etapa: Conquista del centro y el oeste peninsular (155-133 a. C.)Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona. Los mejores ejemplos son las guerras lusitanas(155-136 a.C) en las que destacó Viriato, líder lusitano, y la férrea resitencia celtíbera en Numancia hasta su rendición en el 133 a.C.La República romana vivíó diversas guerras civiles que llegaron a la península. Las luchas internas de Roma dieron lugar a enfrentamientos bélicos en la península. Un buen ejemplo es el enfrentamiento entre Pompeyo y César (49-45 a.C.). Estos conflictos aceleraron el dominio romano sobre la península.3ª etapa: Conquista del norte peninsular (29-19 a.CEl fin de la conquista llegó en tiempos de Augusto, primer emperador romano, con la dominación de galaicos, astures, cántabros y vascones (guerras cántabras).El proceso de romanización: el legado culturalEl concepto de romanización: integración plena de una sociedad determinada, en este caso la hispana, en el conjunto del mundo romano (economía, sociedad, cultura, religión). Por este proceso, los pueblos indígenas (iberos, celtíberos…) fueron asumiendo la cultura romana.La romanización es un momento clave de la historia cultural de los pueblos de la península. En ella podemos distinguir varios aspectos:El latín se impuso como lengua comúnEl derecho romano (leyes, concepción del estado…)La religión politeísta romana (Júpiter, Saturno…) y, posteriormente, en el siglo I el cristianismo se difundíó por el Imperio romano y también por Hispania.El proceso de romanización llegó a su máxima expresión cuando el emperador Caracalla en el siglo III extendíó la ciudadanía a todos los habitantes libres del Imperio.Hispania fue una de las provincias del Imperio más romanizadas. Buena prueba de ello fue que varios emperadores nacieron en la península (Trajano, Adriano). También hubo importantes filósofos como Séneca y escritores como Quintiliano y Marcial.El proceso de romanización: las obras públicasLa cultura romana tuvo un carácter eminentemente práctico y por ello fueron grandes ingenieros y grandes constructores de obras públicas. En la península podemos destacar los siguientes ejemplos:Acueductos como el de Segovia.Murallas como las de LugoMúltiples puentes como el de Alcántara o Mérida.Además de estas obras públicas, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad pública como:Arcos conmemorativos como el de Bará en Tarragona.Templos como el de Diana en Mérida.Anfiteatros como el de Itálica (Sevilla).Teatros como el de Mérida.La dominación de Roma dejó en Hispania una tupida red urbana (Tarraco, Cesar Augusta, Emérita, Toletum…) ligada por un complejo sistema de calzadas y otras infraestructuras públicas


las colonizaciones en el primer milenio a.C. La zona mediterránea de la península va a recibir la llegada de oleadas colonizadoras de pueblos procedentes del mediterráneo que contaban con una cultura mucho más evolucionada que los aborígenes.Fenicios, griegos y cartagineses llegarán, por este orden, a las costas mediterráneas. Su propósito era económico: buscaban metales (cobre, plata, estaño, oro) y otros productos (salazones, pesquerías…)los fenicios, procedentes de fenicia, actual líbano, llegaron en el siglo ix a.C. Fundaron diversas colonias entre las que sobresalíó gades (cádiz) en el 800-750 a.C.Los griegos, procedentes de su colonia de massalia (marsella), fundaron diversas colonias en el litoral mediterráneo a partir del siglo vi a.C. Destacan  emporion  (ampurias) y rhode (rosas)los cartagineses, procedentes de cartago, colonia fenicia en el actual túnez, crearon colonias muy activas como ibiza, cuyo auge comercial se desarrolló del siglo v al iii a.C, o cartago nova.El legado de la colonizaciones fue importante, aunque solo afectó a la costa mediterránea y el valle del guadalquivir ¿qué aportaron estos pueblos mediterráneos?Nuevos cultivos, como el olivo y el espartotorno del alfarero (desarrollo de la cerámica)acuñación de monedas, clave para el desarrollo comercial.Alfabeto. El fenicio y, posteriormente, el griego.Restos artísticos: sarcófago fenicio antropoide de cádiz, tesoro fenicio de aliseda, la ciudad griega de ampurias…


Sexenio Democrático (1868-1874):Las prácticas dictatoriales de Narváez y González Bravo en los últimos gobiernos moderados extendieron la impopularidad del régimen moderado y de la reina Isabel II, que siempre les había apoyado. La crisis económica iniciada en 1866 acrecentó el descontento de la población. Finalmente, la muerte de Narváez en la primavera de 1868 descabezó al partido que había detentado durante tantos años el poder en España.La muerte de O’Donnell en 1867 propició el acercamiento de la Uníón Liberal, ahora encabezada por el general Serrano, a los progresistas con el propósito cada vez más definido de poner fin al reinado de Isabel de Borbón. Los progresistas, dirigidos por el general Prim, y los demócratas, partidarios del sufragio universal, habían firmado en 1866 el llamado Pacto de Ostende por el que se comprometían en el objetivo de derrocar a Isabel II.Finalmente la sublevación estalló en Septiembre de 1868. Iniciada por el unionista almirante Topete en Cádiz, al pronunciamiento militar se le unieron rápidamente sublevaciones populares en diversas zonas del país. Isabel II huyó a Francia. La que los progresistas vinieron a denominar «Revolución Gloriosa» había triunfado con gran facilidad en el país.El Gobierno provisional (1868-1871)Inmediatamente establecíó un gobierno presidido por Serrano, con el general Prim en el ministerio de Guerra. Unionistas, progresistas y demócratas conformaban el gabinete. El nuevo gobierno convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal. Los progresistas vencieron en unos comicios bastante limpios para lo normal en la época y marcaron con su ideología la nueva constitución que se aprobó alaño siguiente.La Constitución de 1869La más radicalmente liberal de las constituciones del Siglo XIX, así, se habla de constitución“ democrática” de 1869.Estas son sus principales carácterísticas:Soberanía nacional Sufragio universal directo para los varones mayores de veinticinco años.Monarquía democrática, con una serie limitación de los poderes del rey Poder ejecutivo en manos del  Consejo de Ministros Poder legislativo en unas Cortes bicamerales. Ambas cámaras, Congreso y Senado, son elegidas por el cuerpo electoral Poder judicial reservado a los Tribunales.Amplia declaración de derechos, reconocíéndose por primera vez los derechos de reuníón y asociación.Libertad de cultos religiosos.La Monarquía democrática: Amadeo I (1871-1873)


Tras aprobarse la constitución en la que se establecía la monarquía como forma de gobierno, el general Serrano fue nombrado Regente y Prim pasó a presidir un nuevo gobierno. Desechada la opción de los Borbones, se inició  la búsqueda de un candidato adecuado a la Corona entre las familias reales europeas. Finalmente las Cortes eligieron como nuevo rey a Amadeo de Saboyá, hijo del Víctor Manuel II, rey de la recién unificada Italia, y perteneciente a una dinastía con fama de liberal.El mismo día de la llegada de Amadeo a España fue asesinado el general Prim. El general progresista era el principal apoyo del nuevo rey. Su ausencia debilitó grandemente la posición del nuevo monarca.Amadeo se encontró inmediatamente con un amplio frente de rechazo. Aquí estaban grupos variopintos y enfrentados: los carlistas, todavía activos en el País Vasco y Navarra; los «alfonsinos», partidarios de la vuelta de los Borbones en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II; y, finalmente, los republicanos, grupo procedente del Partido Demócrata que reclamaba reformas más radicales en lo político, económico y social y se destacaba por un fuerte anticlericalismo.Mientras la alianza formada por unionistas, progresistas y demócratas, que había aprobado la constitución y llevado a Amadeo al trono, comenzó rápidamente a resquebrajarse. Los dos años que duró su reinado se caracterizaron por una enorme inestabilidad política, con disensiones cada vez más acusadas entre los partidos que habían apoyado la revolución.Impotente y harto ante la situación, Amadeo I abdicó a principios de 1873 y regresó a Italia.Sin otra alternativa, era impensable iniciar una nueva búsqueda de un rey entre las dinastías europeas, las Cortes proclamaron la República el 11 de Febrero de 1873


La Corona de AragónEl reino de Aragón más que un reino unificado fue una confederación de reinos, Aragón, Valencia y Mallorca, y el Principado de Cataluña que poseían distintas instituciones y leyes.A menudo se caracteriza la monarquía aragonesa como una “monarquía pactista”, en la que el poder del monarca era débil y el rey debía de pactar con los estamentos privilegiados y respetar las leyes de cada reino a la hora de tomar una decisión.Al frente de cada reino había un lugarteniente del Rey que actuaba como su delegado.Otras instituciones eran el Consejo Real y la Audiencia.En el Siglo XIII nacieron las Cortes en los reinos de Cataluña, Aragón y Valencia. Fueron organismos independientes en cada reino y fueron adquiriendo un creciente poder.Las Cortes eran asambleas estamentales donde se reunían representantes de los dos estamentos privilegiados y del patriciado urbano (alta burguésía de las ciudades). Dominadas por la nobleza y el clero, controlaron el poder del monarca y velaron por los intereses feudales del clero y la nobleza limitando el poder del monarca.Las Cortes catalanas crearon una institución, la Diputación del General de Cataluña o Generalitat, que se convirtió de hecho en una especie de gobierno del Principado. En Valencia y Aragón se crearon posteriormente Diputaciones del Reino, instituciones similares a la catalana.En Aragón existíó la institución del Justicia de Aragón, cargo asignado a un miembro de la nobleza que velaba por el mantenimiento de los privilegios estamentales frente al poder del rey.La Administración territorial se organizó en merindades o veguerías. El órgano de poder en las ciudades fue el municipio que a fines de la Edad Media quedó bajo el control de las oligarquías locales (Concell de Cent de Barcelona)


Felipe II fue hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. Desde muy joven fue preparado para desempeñar su cargo de rey.Tras la abdicación de Carlos I en 1556 gobernó el  Imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón, Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos territorios se le uníó Portugal y su Imperio afroasiático en 1580. Con Felipe II (1556-1598) la hegemonía española llega a su apogeo.Carlos I había cedido en su abdicación a su hermano Fernando el Imperio Alemán y las posesiones de los Habsburgo  en Austria. En adelante, dos ramas de la misma dinastía gobernarán en Madrid y Viena.Tras viajar por Italia, los Países Bajos. Felipe II se asentó en la nueva capital, Madrid, desde donde gobernó con plena dedicación su enorme Imperio. A diferencia de lo que ocurríó con su padre Carlos I, con Felipe II el centro de gravedad del Imperio se asentó en la península, especialmente en Castilla.Los principales problemas internos del reinado de Felipe II fueron la muerte en 1568 del príncipe heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus contactos con los miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por parte de la nobleza contra Felipe y la poderosa figura de su secretario Antonio Pérez, quien finalmente fue destituido y acusado de corrupción. Huyó del país y se convirtió en un activo propagandista contra Felipe II. Apoyado por los enemigos exteriores del rey, fue un elemento clave en la formación de la «Leyenda Negra».Sus sucesivos matrimonios fueron parte importante de su política exterior. Se casó por con María de Portugal en 1543 y, tras su muerte, con María I Tudor, reina de Inglaterra, en 1554. La pronta muerte de la reina que trajo de volver al catolicismo en la isla, llevó a que Felipe se casara con la francesa Isabel de Valois en 1559. Al quedarse nuevamente viudo y sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina Ana de Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II.No dudó en intervenir ante la amenaza de las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas. Felipe II obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular el monarca reprimíó duramente las sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas.


En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el Milanesado). La paz en Cateau-Cambrésis en 1559 fue favorable a los intereses españoles en la península italiana.Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible acabó con un gran fracaso que inició el declive del poder naval español en el Atlántico.Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político (mayor autonomía)  y religioso (revuelta calvinista) generado en los Países Bajos. Ninguno de los sucesivos gobernadores pudieron impedir que la rebelión se asentara y llevara finalmente en el Siglo XVII  a la independencia de las Provincias Unidas (actuales Países Bajos)Uno de sus mayores triunfos fue conseguir la unidad ibérica con la anexión de Portugal y sus dominios, al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las Cortes de Tomar, tras morir sin descendencia el rey portugués Sebastián.En 1578 moría el rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir. El rey carecía de descendencia y varios candidatos aspiraban al trono que detentaba la dinastía Aviz.Felipe II, rey de España ytío del fallecido y descendiente directo del rey Manuel I de Portugal por línea directa, reclamó sus derechos al trono.Parte importante de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses favorecía la pretensión española. La uníón ibérica podía traer importantes beneficios políticos y económicos. Las clases populares portuguesas, sin embargo, no veían con buenos ojos la anexión a España.Finalmente, Felipe II decidíó la invasión de Portugal que encargó al Duque de Alba. Las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas resistencia. Finalmente las Cortes portuguesas reunidas en Tomar proclamaron rey a Felipe II en 1581. El que sería conocido como Felipe I de Portugal permanecíó tres años en Lisboa.Para conseguir la anexión, Felipe se comprometíó a mantener y respetar los fueros, costumbres y privilegios de los portugueses. También se comprometíó a mantener en sus cargos a todos los funcionarios de la administración central y local. También se comprometíó a mantener a todos los efectivos de las guarniciones y armadas que controlaban el Imperio portugués. Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las aduanas con Castilla.La anexión significó la uníón de dos enormes imperios. Las posesiones portuguesas en Brasil, África y Asía pasaron al Imperio de Felipe II. Un Imperio “en donde nunca se ponía el sol”.

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