La crisis constitucional y la dictadura de Primo de Rivera en España

LA CRISIS DE 1.917.
     La crisis de 1.917 debe entenderse en el contexto internacional.
El impacto de la Primer Guerra Mundial (1.914 – 18), conflicto ante el que España se mantuvo neutral, supuso una reactivación económica al aumentar la demanda de productos industriales por parte de los países beligerantes. Los principales beneficiados fueron las clases burguesas que vieron aumentar sus beneficios, mientras que los obreros lo que percibieron fue un aumento generalizados de los preciso y una carestía de productos debida a la caída de las importaciones y al aumento de las exportaciones. Por otro lado después de la revolución rusa el socialismo español tomó nuevo impulso. Socialmente se vuelve a convocar una huelga general por parte de los sindicatos obreros (UGT y CNT).
Otro sector social descontento era la oficialidad del ejército, que se agrupó en las llamadas Juntas de Defensa en defensa de sus intereses.
La crisis de 1.917, además de su vertiente social, tuvo una vertiente política. Políticamente los sectores nacionalistas (con la burguésía catalana dirigida por Cambó al frente) y de izquierda convocaron en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios que tenía como objetivo exigir una reforma de la constitución. Se pedía una convocatoria a Cortes constituyentes que preparara el cambio de la estructura política de país.
Es fácil advertir la gravedad de la situación; la monarquía se veía en este momento atacada por tres fuerzas distintas: la burguésía catalana, el ejército y el proletariado. La acción conjunta de las tres fuerzas hubiera muy probablemente ocasionado una revolución profunda.
El movimiento revolucionario fue duramente reprimido por el gobierno conservador apoyado por el ejército, que apoyó a la Corona contra las otras instancias; también fue decisiva para explicar su fracaso la no participación de las clases medias ante el matiz radical de la revuelta social ni del campesinado que seguía siendo muy abundante en España. Finalmente la burguésía pactó con la monarquía pactando un gobierno de concentración, con Cambó como ministro, que prometíó elecciones para 1.918. Todas las cuestiones planteadas quedan sin solucionar.

LA DICTADURA DE Primo de Rivera (1.923 – 30)


A partir de 1.917 fracasaron todos los intentos civiles de solucionar la difícil situación del país y parecía evidente la incapacidad del sistema para frenar la creciente inestabilidad política, la conflictividad social y la desastrosa marcha de la guerra de Marruecos. El 13 de Septiembre de 1.923 el General Miguel Primo de Rivera dio un Golpe de Estado que suspendía la constitución, disolvía las Cortes, prohibía la actividad de los partidos políticos y se nombraba presidente del Directorio Militar que asumía todos los poderes.
En esta situación Primo de Rivera contó con el apoyo de la corona y una buena acogida por importantes sectores del país como la burguésía industrial, las clases medias, la iglesia y el ejército. Incluso el partido socialista aceptó la dictadura sin excesiva oposición. La Dictadura había sido generalmente bien aceptada cuando se presentó como un medio provisional para solventar los problemas, robustecer las instituciones y frenar la revolución social
Algunos de los ideólogos del nuevo régimen exaltaron el fascismo italiano de Mussolini, que había subido al poder en 1.922; pero la dictadura de Primo de rivera no fue un régimen fascista porque no accedíó al poder con un partido de masas con credo doctrinal y un programa concretos, sino que establecíó una dictadura militar autoritaria, fuertemente condicionada por la personalidad de dictador. La dictadura se apoya en la popularidad personal de Primo de Rivera y se caracterizó por su carácter conservador, católico, patriótico, antiliberal y autoritario. La búsqueda de la eficacia le hace ser eminentemente pragmático.
La consecuencia inmediata fue la disminución de la conflictividad social (se abolieron las libertades y se intensificaron las acciones represivas contra los sectores más radicales del movimiento obrero) y la pacificación de Marruecos (ofensiva conjunta hispano-francesa con el desembarco en la bahía de Alhucemas, rendición de Abd-el Krim) y ocupación del territorio rifeño). Paralelamente se vive en el país un periodo de aumento demográfico, expansión industrial, crecimiento urbano y modernización social favorecido por la positiva coyuntura económica internacional de los años 20.
La dictadura tomó un rumbo económico claramente intervencionista, favoreciendo fuertes inversiones en infraestructuras (carreteras, pantanos, electrificación…), protegiendo nuestra producción con medidas arancelarias que encarecían las importaciones y creando monopolios como CAMPSA o Telefónica. Esta política fue espectacular a corto plazo, pero a largo plazo supuso un enorme gasto público que desequilibró la Hacienda del Estado.
La política social se caracterizó por un cierto reformismo de carácter paternalista, que introdujo algunas mejoras en la situación de los trabajadores (seguro de enfermedad, descanso dominical, viviendas protegidas, enseñanza profesional…)
El Estado creó la Organización corporativa Nacional, a semejanza de las corporaciones fascistas italianas, que integraban obreros y patronos en comités paritarios, agrupados por oficios y profesiones, a nivel local, provincial y nacional. Su objetivo era regular las condiciones laborales, controlar el movimiento sindical y evitar la conflictividad social.
A partir de 1.925 Primo de Rivera sustituye el Directorio Militar por un Directorio Civil e intenta perpetuar la dictadura en el poder. Para ello creó un partido político, la Uníón Patriótica, (único partido legal con el que pretendía ampliar las bases sociales del régimen y que apoyase incondicionalmente sus iniciativas) y una Asamblea Nacional Consultiva que legitimasen el sistema. En definitiva, intentó poner las bases de un Estado Fascista siguiendo los pasos de la Italia de Mussolini. Estas iniciativas hicieron surgir las primeras voces de oposición al régimen entre intelectuales, estudiantes, obreros y líderes de los antiguos partidos políticos, que se vieron acompañadas del endurecimiento de las medidas represivas.
Las repercusiones de crisis económica internacional de 1.929 en España precipitó la dimisión de Primo de Rivera en Enero de 1.930. Alfonso XIII intentó volver al sistema político liberal previo a la Dictadura, pero la monarquía que había apoyado a la dictadura estaba desprestigiada y crecían los partidarios de la República como solución a la crisis institucional.

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