La Guerra Civil: la dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra

Compara la evolución política y la situación económica de los dos bandos durante la guerra


1.-


La España republicana. La sublevación militar líberó todas las divergencias y tensiones internas que hasta ese momento habían permanecido contenidas. Salvo en el País Vasco, donde el PNV tomó las riendas de la situación. En el resto de la zona republicana fueron las organizaciones obreras, que se habían hecho con las armas, las que ejercieron realmente el poder. Las organizaciones obreras estaban divididas entre:

                                  Los partidarios de hacer la revolución al mismo tiempo que la guerra, la revolución anarquista y algunos grupos marxistas (como: el proletariado anarquista, el partido obrero unificado marxista (P.O.U.M.) o la 2º AIT).

                                 Socialistas y los comunistas: partidarios de unir todas las fuerzas para acabar con la guerra y derrotar a los sublevados, y una vez acabada la guerra hacer la revolución.

En Septiembre de 1936 se constituyó un nuevo gobierno presidido por el socialista Largo Caballero compuesto por republicanos, socialistas, comunistas y un nacionalista vasco, a los que se incorporaron dos meses después cuatro ministros anarquistas. En Mayo-1937 se formó el nuevo gobierno socialista de Negrín, que consistíó en dar la máxima prioridad a la guerra. Esto requería un control absoluto de las decisiones por parte del gobierno, así como garantizar los envíos de armamento soviético.

En 1938 se plantearon dos estrategias posibles de guerra: La de Negrín propónía continuar la resistencia a la espera de que estallara la previsible guerra en Europa.

La de amplios sectores republicanos e, incluso, la de algunos socialistas, que se inclinaban a favor de negociar una paz aceptable con el enemigo.

Con la Conferencia de Múnich (30-sept-1938), la República veía como se alejaban sus esperanzas de integrar la guerra española en un conflicto internacional que le proporcionase nuevos aliados.

Por último, el coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, el 5 de Marzo de 1939 precipitó el final de la contienda al sublevarse contra el gobierno republicano con la intención de negociar la paz con Franco (el cual solo aceptaba la rendición incondicional). El 28 de Marzo Franco entraba con sus tropas en Madrid.

Situación económica: Al comenzar la guerra, la República controlaba todas las zonas industriales y las principales ciudades. El desconcierto causado por la guerra en los primeros meses supuso la pérdida del control político y económico por parte de las instituciones legales de la República.

Las colectivizaciones de empresas privadas, que quedaban bajo la dirección de comités obreros, fue la práctica habitual en la zona de Cataluña y Levante donde el movimiento anarquista impulsaba a hacer la revolución al mismo tiempo que la guerra. Pero en el País Vasco, la propiedad fue respetada en la mayoría de los casos.

Pero lo más destacable de la experiencia revolucionaria se produjo en la agricultura, ya que los gobiernos republicanos aceleraron la reforma agraria. Primero expropiaron las tierras no cultivadas y después las de quienes habían apoyado el levantamiento militar, lo que alcanzó un volumen muy considerable. Pero en este sector la mala organización de los anarquistas en sus experimentos colectivistas provocó graves problemas en el abastecimiento de alimentos a las ciudades.

Para la financiación de los costes de la guerra, la República se vio obligada a recurrir a dos soluciones: la emisión de deuda pública y el depósito en Moscú de las reservas de oro del Banco de España.

2.-


La España en poder de los sublevados. Los sublevados necesitaban establecer alguna forma de organización política:
La Junta de Defensa Nacional, con sede en Burgos, presidida por el general Cabanellas. Sin embargo, el poder efectivo lo ejercía cada general destinado en su sector: Franco, en África; Queipo de Llano, en el sur; Mola, en el norte.

Las primeras medidas decretadas por la Junta para los territorios ocupados estaban dirigidas a acabar con las huellas de la República. Todo ello vino acompañado además de una brutal represión.

Franco consiguió tras unas reuniones de la Junta de Defensa en Salamanca, el 21 de Septiembre de 1936, que se le proclamara jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos. A partir de ese momento, se inició una nueva etapa política en el bando sublevado, se pasó a un poder concentrado y unipersonal en manos de Franco. La Junta de Defensa de Burgos se transformó en Junta Técnica del Estado, con funciones secundarias, y el verdadero centro de decisiones y de poder se situaba en el Cuartel General de Franco.

Situación económica de los sublevados. Si al comienzo de la guerra la industria estaba bajo el control republicano, los sublevados, en cambio, dispónían de la mayor parte de las tierras de cultivo. Por lo que no tenían problemas importantes de abastecimiento. Sus carencias industriales explican el interés mostrado desde el principio de la guerra por ocupar la franja norte de la Península, con sus recursos mineros y siderúrgicos.

El control de la producción fue estricto en las zonas ocupadas por los sublevados. En cuanto a las tierras expropiadas, se restituyeron a sus antiguos propietarios y se anularon todas las disposiciones y actuaciones del republicano Instituto de Reforma Agraria. Respecto a la financiación de la guerra, recibíó ayuda de los regíMenes fascistas de Italia y Alemania. Sus aportaciones de material militar alcanzaron una elevadísima cifra. El apoyo logístico de Portugal también fue decisivo ya que, en términos relativos, ningún otro país extranjero vivíó con tanta intensidad la evolución del conflicto ni hizo un esfuerzo tan grande para favorecer la victoria del fascismo español.

El Decreto de unificación. Las fuerzas políticas que habían apoyado la sublevación de Abril de 1937 son:

                       La CEDA (que se desintegró como organización) y las JONS.

                      Los monárquicos alfonsinos, que contaban con el apoyo de diversos altos mandos del ejército.

                      Los carlistas o tradicionalistas, que tenían cierto arraigo, especialmente en el norte.

                      La Falange, cuya implantación social antes de la guerra había sido muy minoritaria, pero cuyo protagonismo crecíó de forma constante con la progresión del conflicto.

Fue el discurso populista de La Falange el que proporciónó cierto apoyo popular y unas bases ideológicas a lo que inicialmente había sido solo un alzamiento militar. En consecuencia, Franco promulgó el Decreto de unificación en el cual se fusionaban todas las organizaciones políticas adeptas en una sola: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS).

Carácterísticas del nuevo régimen Franquista:

1. Era marcadamente personalista, en el que Franco acaparaba todo el poder y desempeñaba los más altos cargos

2. Definido como un régimen “nacionalsindicalista”, de inspiración fascista y católica

3. Su programa político se basaba en el elaborado en 1934 por Falange Española

4. Su actuación durante la guerra se basó en adoptar medidas provisionales

5. La 1º ley importante dada por el nuevo gobierno fue el Fuero del Trabajo, que regulaba los derechos y deberes de los trabajadores y el nuevo marco de relaciones laborales.

6. En 1962 se solicita la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, que no será concedida hasta 1985. Y se perderán los territorios de Guinea Ecuatorial (1968) y el Sáhara Español (1975).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *