La Revolución Francesa: Causas, Desarrollo y Consecuencias

Las causas de la Revolución

A finales del siglo XVIII, muchos sectores sociales querían un cambio en Francia. A lo largo del siglo se había producido una subida de los precios y una elevación de negocios e industria. La burguesía tenía muchos beneficios económicos, pero había reglamentos que impedían el libre comercio y la libre producción. La burguesía se animó por las ideas de la Ilustración, reclamaban cambios políticos que acabasen con el intervencionismo estatal, los privilegios aristocráticos y el absolutismo. Una fuerte aristocracia se aferraba al viejo modelo feudal. En este contexto, una grave crisis económica complicó la situación, las condiciones de vida de los campesinos empeoraron por los feudos ya que los señoritos tenían menos ingresos, las malas cosechas afectaron mucho también. Las finanzas reales estaban en déficit, sobre todo la aristocracia que no pagaba impuestos y el tercer estado cargaba con todos los tributos. La convocatoria de los Estados Generales: Calonne propuso que la nobleza pagase impuestos para aliviar la situación. La nobleza se opuso a estas reformas. La situación de descontento en Francia hizo que se produjesen representantes de cada estamento para elaborar el cuaderno de quejas que recogían las peticiones del rey. Durante 1788-89, los sectores más ilustrados de la burguesía tuvieron su primera reivindicación: contar en los Estados Generales con el mismo número de representantes que la nobleza y el clero juntos. La ruptura de julio de 1789: Los representantes del 3º estado, en claro desafío a Luis XVI, se reunieron el 20 de junio en un pabellón de París y se constituyeron en Asamblea Nacional y juraron no abandonar el lugar sin haber dotado a la nación una constitución que reflejase sus derechos. El monarca cedió a las demandas y los Estados Generales se transformaron en Asamblea Nacional Constituyente el 9 de julio. La llegada de unos 20,000 soldados a París, la idea de una intervención militar para acabar con la asamblea. Los diputados llamaron a la movilización, que acabó el 14 de julio con el asalto a la Bastilla, que era símbolo del absolutismo. Los revolucionarios crearon cuerpos armados de defensa que se llamaban Guardia Nacional. Hubo revueltas antiseñoriales.



Asamblea Nacional Constituyente

Se procedió a la abolición jurídica del feudalismo. Los estamentos, la servidumbre personal, las rentas, los diezmos y la justicia señorial fueron suprimidos, y los campesinos tuvieron que pagar una indemnización a los antiguos señores. En segundo lugar, se aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, que otorgaba a los franceses la condición de ciudadanos libres e iguales ante la ley. Se instauró una monarquía constitucional. Se impuso una nueva división territorial y se estableció la libertad de comercio, aumentaron los impuestos directos sobre fortunas y propiedades y todo ciudadano tenía igualdad fiscal. Las empresas eran libres y se prohibieron los gremios. Para resolver el déficit se llevó a cabo la desamortización de la iglesia.



La radicalización de la Revolución: La caída de la monarquía

Los nobles emigrados al extranjero y los eclesiásticos refractarios alentaban la intervención de las potencias europeas para establecer el antiguo régimen, especialmente en Austria. Un grupo de monárquicos liberales y burguesía intentaba frenar las conspiraciones de los absolutistas y, al mismo tiempo, las demandas revolucionarias. La burguesía reclamaba una organización más democrática en los políticos. El 20 de abril de 1792, la Asamblea decidió declarar la guerra a Austria porque era un punto de contrarrevolución. Las primeras acciones bélicas fueron muy malas para los franceses porque casi todos los oficiales se pasaron al otro bando. El asalto de las Tullerías, donde estaba refugiada la familia real, triunfó por el arresto del rey y se hicieron elecciones de sufragio universal masculino.



La Convención Nacional: Una república democrática

La nueva asamblea se formó en septiembre de 1792. Su primera medida fue la abolición de la monarquía y establecieron una república. La Convención girondina: el gobierno estaba en manos de los girondinos, quienes adoptaron posiciones moderadas que disgustaron a las masas populares. Una serie de problemas enfrentaron a los girondinos con los montañeses. El primer problema era qué hacer con el rey Luis XVI. Lo ejecutaron e impulsaron una coalición europea antirrevolucionaria. La situación se agravó con la insurrección campesina del departamento de la Vendée, provocada por el hambre y las nuevas levas. Mientras en París, los sans-culottes reclamaban reformas sociales y económicas igualitarias ante la falta de alimentos, el acaparamiento y la especulación. La Convención jacobina: El Terror. Los jacobinos arrestaron y ejecutaron a algunos de los principales dirigentes girondinos e inauguraron la etapa de la Convención jacobina, la más radical de la Revolución. Aprobaron una nueva constitución que estableció soberanía popular y sufragio universal masculino. Establecieron un gobierno revolucionario, que suspendió las garantías constitucionales e inició un gobierno revolucionario con una política de terror, cuyo objetivo era acabar con los enemigos revolucionarios y satisfacer los sectores más populares más radicalizados. El Comité de Salvación Pública, controlado por Robespierre, concentró todos los poderes y tomó medidas excepcionales: detenciones, ejecución de sospechosos que pensasen diferente, reorganización del ejército y segunda leva en masa. Y se implantaron reformas sociales. La República burguesa: Se aprobó una constitución que restableció el sufragio censitario, definió un nuevo poder ejecutivo, el Directorio, y estableció un legislativo dividido en dos cámaras, el Consejo de Ancianos y el Quinientos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *