Liberalismo durante el reinado de Isabel II apuntes

Isabel II

Durante el reinado de Isabel II se conoslidó el sistema político liberal. Los liberales, divididos en moderados (soberanía compartida, sufragio muy restringido, recorte de libertades, proteccionismo y centralización) y progresistas (soberanía nacional, sufragio menos restringido, medidas librecambistas) se irán sucediendo en los gobiernos. Fuera del sistema quedan los absolutistas, partidarios del Antiguo Régimen, que reclamaban el trono para Carlos. Debido a estos España se verá envuelta en tres guerras civiles. Desarrollaré a lo largo de este tema el periodo de transformación entre 1833-68, ya que se consolida el paso del Antiguo Régimen al liberalismo bajo tres aspectos: la consumación de la revolución liberal, la Guerra Civil y la conquista del poder político por parte de los militares.
-Resistencia al liberalismo. En Octubre de 1830 nace Isabel II, hija de Fernando VII y Ma Cristina de Borbón. Unos meses antes, aprobó la Pragmática Sanción por la qué se abolía la Ley Sálica y así podían reinar las mujeres. Carlos no lo aceptó al igual que los seguidores ultra realistas, iniciándose la primera guerra mundial. Tendrán su foco en el norte peninsular. 
La I Guerra Carlista (1833-39) coincide con la regencia de Ma Cristina. Tras morir Fernando VII, se inician levantamientos armados a favor de Carlos. Este, a través del Manifiesto de Abrantes reclamaba el trono. Comienza así la primera guerra carlista, este conflicto dividíó política y socialmente al país. 
En el bando isabelino se agruparon las altas jerarquías del ejercito, la iglesia y el estado, y se unieron los liberales. En el bando carlista, los pequeños nobles rurales, parte del bajo clero y muchos campesinos de determinadas zonas rurales. La posición internacional fue favorable a los liberales debido a la oleada revolucionaria europea de 1830. 
La guerra, en el terreno bélico, tuvo dos grandes personajes: el carlista Zumalácarregui y el liberal Espartero. A partir de 1837, las derrotas carlistas fueron continuas y Don Carlos huyó a Francia. La guerra terminó con el abrazo de Vergara (1839), firmado por Espartero y Maroto. Aunque el convenio alcanzado no resolvía los problemas y se sucedieron la segunda y la tercera guerras carlistas.
-Implantación del liberalismo. La reina regente recurríó a los liberales para defender los derechos de su hija, pero boicoteó los intentos de restablecer un auténtico régimen liberal. La regente promulgó el Estatuto Real (1834) aunque solo los moderados se vieron satisfechos. Ante la desamortización de los bienes eclesiásticos por Mendizábal se inicia el levantamiento de los sargentos progresistas en el Palacio de la Granja, obligando a Ma Cristina a aceptar un gobierno liberal más radical, que impuso la Constitución de 1837, basada en principios progresistas pero manteniendo algunos tintes moderados, como el bicameralismo.
Tras el intento en 1840 de aplicar la Ley Municipal hay una revolución progresista que obliga a la regente a exiliarse, quedando Espartero en la regencia (1840-43). Se retomaron las reformas progresistas y fue perdiendo apoyos por su posición autoritaria y personalista. El asedio a la ciudad de Barcelona lo enfrentó con las Cortes. Éstas le retiraron su apoyo y declararon a Isabel II mayor de edad con 13 años. En 1843, bajo la dirección del general Narváez se inicia una década protagonizada por el partido moderado (1844-54). Las principales refomas fueron la Constitución de 1845 que recogía los principios del liberalismo doctrinario; la creación de la Guardia Civil, la reforma educativa..
En 1854, se produce un pronunciamiento liberal liberado por O’Donell (la vicalvarada) que dio paso al Bienio Progresista (1854-56) Se elaboró una nueva Constitución en 1856, conocida por non nata, esta recogía a los principales postulados del progresismo. Destaca su reforma de la desamortización civil de Madot de 1855.
Aparecieron nuevos partidos a la izquierda del progresismo, como los partidos demócrata y republicano. El carlismo volvíó a promover partidas armadas. Además, de los moderados y los progresistas se escindieron un nuevo grupo, la uníón liberal, de corte centrista. En 1856 dieron un golpe de fuerza liberados por O’Donell que restablecíó la Constitución de 1845.
Los años posteriores (1856-68), suponen la descomposición del sistema isabelino. Los problemas más destacados fueron: la oposición de los carlistas y las protestas campesinas. En Agosto de 1866 se reúnen demócratas y progresistas, además de algunos miembros de la Uníón Liberal, y llegan al Pacto de Ostende, por el cual se comprometen a derrocar a Isabel II e instaurar un nuevo régimen que deje atrás el corrupto sistema isabelino.
El reinado de Isabel II (1833-68) vivíó periodos de gran inestabilidad política. Las conjuras, las conspiraciones y los pronunciamientos marcaron los cambios de gobierno. Su reinado pudo ser el periodo decisivo para la modernización. En 1868, la revolución de La Gloriosa, puso fin al reinado de Isabel II, quien exiliada en París ve como la España que deja redacta una nueva Constitución, la de 1869, que resultará la más progresista de todas, anunciando un cambio político al tiempo que se busca un nuevo rey. 

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