Raíces del español: De la Prehistoria a los Visigodos

Raíces históricas del español: De la Prehistoria al final de la Hispania romana

1. Introducción: En este tema se expondrá una larga etapa de la prehistoria y de la historia de España. Comenzaremos hablando del extenso periodo de la prehistoria, desde los primeros restos del primer homínido en nuestro país hasta el final del Neolítico, con la aparición de la agricultura y la ganadería.

A continuación, se mencionará la protohistoria, protagonizada por íberos y celtas, así como otros pueblos del Mediterráneo.

Finalmente, tras la llegada de Roma, entraremos en el periodo histórico, concluyendo con el reino visigodo.

2. La Prehistoria de la península ibérica: Las muestras más antiguas del género Homo se hallaron en Atapuerca (Burgos). El resto más antiguo, una mandíbula de hace 1,2 millones de años, se encontró en la Gran Dolina. Este homínido se conoce como Homo antecessor.

Posteriormente, el Homo neanderthalensis habitó la península entre 230.000 y 20.000 a.C. Adaptado al frío de las glaciaciones, conocía el fuego y practicaba ritos funerarios.

Nuestra especie, el Homo sapiens sapiens, llegó hace 40.000 años y superó a los neandertales.

Estos grupos vivían de la caza, recolección, carroñeo y pesca, con una economía depredadora y nómada.

Desarrollaron herramientas de piedra, asta, hueso y concha. Vivían en pequeños grupos con organización social elemental, en cobijos y cuevas tras dominar el fuego.

El arte rupestre surgió en el Paleolítico Superior, hace 25.000 años, con pinturas policromadas de animales en Altamira, Tito Bustillo y El Castillo.

En el Neolítico (7000-4000 a.C.), el arte rupestre levantino mostró figuras humanas estilizadas y monocromas.

El Neolítico trajo la domesticación de animales y plantas, la elaboración textil, la cerámica y la pulimentación de la piedra.

El megalitismo funerario se manifestó con dólmenes y sepulcros de corredor.

Se desarrollaron el comercio, la minería y una organización social más compleja. La Cultura de los Metales usó cobre (Calcolítico, Los Millares, vaso campaniforme), bronce (El Argar, campos de urnas, cultura talayótica).

3. Los pueblos prerromanos. La etapa protohistórica: En el primer milenio a.C., surgieron las culturas celta e íbera. Los celtas, de Centroeuropa, se asentaron en la Meseta Norte y el noroeste, en castros, organizados en tribus y dedicados a la ganadería. No conocían la escritura.

Los íberos, en el sur y este, eran pueblos heterogéneos con rasgos comunes. Su cultura se desarrolló entre los siglos VII y II a.C. Era una sociedad tribal jerarquizada, con un rey. Conocían la escritura y destacaron en arte (Dama de Elche, Dama de Baza).

La cultura celtíbera, en la confluencia de celtas e íberos, se dedicó a la agricultura y ganadería, con guerreros y tecnología armamentística.

Desde el tercer milenio a.C., llegaron colonizadores mediterráneos. Los fenicios, mercaderes de Oriente Próximo, fundaron Gadir (Cádiz) en el siglo IX a.C., buscando metales y comercio con los íberos.

En el siglo VIII a.C., los griegos fundaron Emporion (Ampurias). En el siglo VI a.C., los cartagineses del Magreb buscaron alianzas, pero desde el siglo III a.C. conquistaron militarmente, con capital en Cartago Nova (Cartagena).

4. La Hispania Romana: La conquista romana se realizó en tres etapas. En la primera (218-197 a.C.), durante la segunda guerra púnica, Roma conquistó el sur y este, pactando con los íberos.

En la segunda (197-31 a.C.), conquistaron el interior, enfrentando a celtíberos y lusitanos.

En la tercera (31-19 a.C.), las guerras cántabras sometieron a cántabros, astures y galaicos.

La economía hispana prosperó hasta el siglo III d.C., con la agricultura mediterránea (trigo, olivo, vid) y exportaciones como el garum. Introdujeron innovaciones como el arado y canales de riego. La villa era la unidad de explotación, con esclavos.

La minería explotó cobre, mercurio y oro. La economía se basaba en esclavos, el denario de plata y una red de comunicaciones para el comercio, con la urbe como centro.

La sociedad se dividía en:

  • Ciudadanos romanos (orden senatorial).
  • Caballeros (aristocracia local).
  • Plebe (pequeños propietarios y artesanos).
  • Esclavos.

La familia era patriarcal, con el paterfamilias al mando. La mujer dependía del marido y se reguló el divorcio.

Hispania se dividió en provincias: Ulterior y Citerior; luego, Bética (Córdoba), Lusitania (Emérita Augusta) y Tarraconense (Tarraco); y en el siglo III d.C., Gallaecia, Cartaginense, Tarraconense, Lusitania, Bética y Baleárica.

La civilización romana era urbana, con una red de calzadas (Vía Augusta, Vía de la Plata, Vía Transversal).

La romanización incluyó el latín, el derecho romano y las creencias religiosas (culto al emperador, triada capitolina, cristianismo desde el siglo III).

5. El reino visigodo: El Imperio Romano entró en crisis en el siglo III d.C. por causas económicas y políticas. Los pueblos bárbaros, como los visigodos, penetraron en la península. En 410, Alarico I tomó Roma.

Se asentaron en el sur de las Galias y, tras Vouillé (507), en Hispania, creando el Reino Visigodo de Toledo. La monarquía electiva causó inestabilidad hasta Leovigildo (569-586), quien unificó el territorio, derrotando a los suevos, y promovió la integración de hispanorromanos y visigodos.

Recaredo logró la unidad religiosa al convertirse al cristianismo en 589. Recesvinto promulgó el Liber Iudiciorum. La inestabilidad política desde el siglo VII facilitó la invasión árabe en 711.

La sociedad visigoda era rural, con rasgos feudales.

6. Conclusión: La península ibérica ha sido habitada por diversos pueblos. Roma buscó la unidad territorial, seguida por visigodos y árabes. Los grupos humanos siempre han buscado la autonomía, algo que persiste en la actualidad con los nacionalismos periféricos.

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