Reacción absolutista

La década Absolutista (1823-1833):


A partir del golpe de Estado dirigido por Fernando VII, se produjo una segunda restauración absolutista, que duró hasta su muerte en 1833. La vuelta al absolutismo trajo consigo una ola de represión y la abolición de todo tipo de libertades políticas.
Muchos liberales fueron ejecutados, entre ellos Rafael del Riego, y otros tuvieron que exiliarse./La iglesia se convirtió de nuevo en el principal aliado de Fernando VII.
La represión provocó que miles de españoles (militares, profesores, escritores, personas que habían ocupado cargos públicos en el Trienio Liberal) tuvieran que exiliarse a Reino Unido, o haca las nuevas naciones americanas, que, en su mayoría, se habían independizado de acuerdo a las ideas liberales. /Esa década incorporó, no obstante, algunos cambios en la organización del Estado y cierta modernización de la Administración. Se instituyó el Consejo de Ministros y se reorganizó el sistema de la Hacienda Pública./
Se estableció un presupuesto para cada año. La economía española, después de ce casi dos décadas de inestabilidad y guerras, comenzó a despegar.
/El discurrir político de ese periodo no fue pacífico. Por un lado, permanecía la resistencia liberal en el interior, (a través de sociedades secretas, masonería) y en el exterior (a través de la acción internacional de amplios grupos de exiliados). A partir de 1825, lo sectores más reaccionarios del absolutismo, exigirán a Fernando VII un retorno al régimen señorial./Los ‘’agraviats’’ y ‘’malcontents’’ catalanes se sublevaron y exigieron la vuelta al régimen señorial absolutista. Por su parte, los liberales siguieron conspirando y preparando pronunciamientos: los casos de Torrijos y Mariana Pineda, ejecutados, representaban muy bien la aspiración de libertad.//La pérdida del Imperio Colonial:
Desde 1808 hasta la década de 1820 se produjo el proceso de emancipación de las colonias americanas. Los movimientos independentistas aspiraban a librarse de la autoridad del Gobierno español que impedían el ascenso social de las minorías criollas (agrupados en juntas). Exigían libertad económica para relacionase con otras potencias-especialmente Reino Unido-. Por otra parte, el ejemplo de Estados Unidos, era  muy alentador para los independentistas y Franceses, Se distinguen tres periodos:

Primera fase (1810-1816):

concurrió la gran parte con la guerra de la Independencia en España. En ella estallaron algunas insurrecciones capitaneadas por personajes muy populares, como el cura Hidalgo en México, Simón Bolívar en Venezuela y el doctor José Francia en Paraguay.

Segunda fase (1816-1818):

coincidió con la reacción absolutista de Fernando VII. Las autoridades españolas, con el apoyo de las tropas enviadas a las colonias, sofocaron los alzamientos rebeldes.

Tercera fase (a partir de 1818):

las campañas de  Simón Bolívar en Venezuela y José de San Martín en Argentina, Chile y Perú decidieron el final de la guerra, sobre todo después de la batalla de Ayacucho, Perú (1824). En 1824, casi todas las colonias se habían emancipado de la corona española, que mantenía el dominio en Cuba y Puerto Rico, y, en el Pacífico, con las islas Filipinas, las Marianas y otros archipiélagos.//La consolidación del liberalismo:
En 1830, Fernando VII tuvo, al fin, descendencia; en ese año nació Isabel, la primera de las dos hijas que tuvo con su cuarta esposa, María Cristina de las Dos Sicilias. Según la Ley sálica de 1713, las mujeres no podían acceder al trono, por lo que el sucesor de la Corona debía ser el hermano del Rey, Carlos María Isidro. Sin embargo, Fernando VII cambió la ley poco antes de morir y nombró heredera a su hija./A la muerte del Rey (1833), María Cristina se encargó de la regencia hasta que Isabel II alcanzara la mayoría e edad. Pero los partidarios del infante, pertenecientes a los sectores absolutistas más intransigentes, se negaron a aceptar el testamento de Fernando VII y se alzaron en armas contra la regente, quien se vio obligada a buscar el apoyo de los liberales./Las regencias, liberalismos y Guerra Carlista:
Los tres primeros años de regencia, en plena guerra carlista, sirvieron para que los liberales moderados, fueran afiliándose en la política. Comenzaron a colaborar moderados procedentes del absolutismo como Cea Bermúdez con doceañistas como Martínez de la Rosa o el conde de Toreno.

La regencia de María Cristina (1833-1840):

En 1833, María Cristina promulgó el decreto redactado por Javier de Burgos por el que se organizaba territorialmente el Estado en 49 provincias, organización que, en líneas generales, se ha mantenido hasta hoy./El principal instrumento político para la transición fue la carta preconstitucional, el Estatuto Real (1834)
, una especie de Carta Otorgada que no reconocía la soberanía nacional, ni las libertades política, ni la división de poderes y dejaba la iniciativa legislativa en manos del monarca. No satisfacía ni siquiera a los liberales más moderados y, por supuesto, era rechazado abiertamente por los carlistas.//La segunda Constitución Liberal:
Durante 1836 se produjeron revueltas y sublevaciones. En este clima de excitación popular, un grupo de suboficiales (sargentos en su mayoría) entró por la fuerza en el palacio de San Ildefonso de La Granja, lugar en la que María Cristina pasaba sus vacaciones de verano./Los militares obligaron a la regente a firmar un decreto por le que se restituía la Constitución de 1812 y se derogaba el Estatuto Real de 1834. Este hecho es conocido como ‘’Motín de la Granja’’./
Aunque inmediatamente se redactó una nueva carta magna, la Constitución de 1837, con algunos cambios con respecto a la de 1812 que la hacían bastante más moderada.

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