Reinado de Alfonso XIII éxitos

Alfonso XIII , sucedíó en el trono a su madre la regente María Cristina . Durante su reinado el sistema político de Cánovas siguió vigente y se sustentaba en una monarquía liberal, aunque no democrática. Su reinado significó la crisis del sistema de la Restauración canovista . Tras el desastre del 1898 y la liquidación del Imperio colonial español surgíó en la sociedad española el Regeneracionismo, una corriente política y cultural de crítica al sistema de la Restauración.
Joaquín Costa, líder del Regeneracionismo, propónía modernizar al país con reformas educativas, económicas y culturales como remedio a sus males. Los políticos conservadores y liberales del turno de partidos se apuntaron al regeneracionismo para modernizar España desde arriba sin alterar las bases fundamentales del sistema de la Restauración. A esta actuación se la denominó Revisionismo. El Siglo XX se inició por tanto con los intentos de reforma del sistema político de la Restauración, que se hallaba cada vez más desligado de la realidad social española.
La etapa del revisionismo político estuvo protagonizada por Maura desde el Partido Conservador y Canalejas desde el Partido Liberal. Ambos intentaron la «revolución desde arriba» para evitar la «revolución desde abajo». Esta revolución desde arriba aspiraba a sanear la vida política pero sin alterar las bases del funcionamiento del sistema. En el llamado gobierno largo del conservador Antonio Maura , este puso en marcha su «revolución desde arriba» impulsando reformas del sistema liberal-parlamentario, pero sin alterar las bases del régimen.

Su iniciativa más importante fue la creación del Instituto Nacional de Previsión, embrión de un futuro sistema de Seguridad Social. Por su parte, el liberal José Canalejas, emprendíó el intento más importante de regeneración del sistema para lograr su progresiva democratización y ampliar sus bases sociales. No obstante, a pesar de las reformas del revisionismo el sistema canovista contará con la oposición, cada vez más fuerte, de los partidos y asociaciones obreras, de los nacionalistas y del cada vez más poderoso movimiento republicano. El asesinato de Canalejas a manos de un anarquista, marcó el final de esta inicial etapa de reformas


En 1914 se inicia la segunda fase del reinado de Alfonso XIII. Este periodo coincide con el estallido de la Primera Guerra Mundial y alcanzó su punto más crítico con la crisis de 1917, para entrar en un declive progresivo del sistema que finalizó con la implantación autoritaria de la dictadura .
A.
Ante la Primera Guerra Mundial la postura oficial de España fue la neutralidad. Sin embargo, la sociedad se dividíó entre Germánófilos integrados por ejército y clases altas y, en general, los representantes de valores como el orden y la autoridad y los aliadófilos integrados por las clases medias, grupos republicanos y obreros, ya que para ellos estos países representaban los ideales de la democracia.
La guerra convirtió a los países contendientes en importadores ante la reconversión militar de sus industrias. España, gracias a su neutralidad se convirtió en suministradora de productos. Esto generó un aumento de las exportaciones españolas lo que provocó inflación e incluso escasez de algunos productos de primera necesidad.
El «trienio bolchevique» en Andalucía: Estalla en 1918 bajo la dirección de la Uníón General de Trabajadores y la Confederación Nacional del Trabajo , ante la situación de miseria de los jornaleros y la carestía de la vida. Se ocuparon campos, se procedíó al reparto de tierras, la toma de ayuntamientos, etc. Finalmente, la revolución social acabó en 1920 con la declaración del estado de guerra y una fuerte represión posterior.
Violencia en Cataluña: En Cataluña predominaba la corriente anarcosindicalista de la CNT más violenta y partidaria de la acción directa. Así huelgas, sabotajes y atentados se sucedieron continuamente. La respuesta de la patronal fue igualmente dura. Así frente al «terrorismo rojo» se contestó con el «terrorismo blanco» o contratación de pistoleros y bandas armadas para asesinar a dirigentes obreros y sindicales. En este contexto se aplicó la «ley de fugas» , por parte de las autoridades civiles y militares de Barcelona.

España inició su penetración en el norte de áfrica con la Conferencia Internacional de Algeciras y el Tratado Hispano-francés , donde España obtuvo el reconocimiento internacional a sus derechos sobre el norte de Marruecos. Bajo el influjo de Gran Bretaña se establecíó un protectorado Franco-español en Marruecos . El interés español por esta zona era por los beneficios económicos y por la voluntad política de restaurar el prestigio militar tras la pérdida del Imperio ultramarino. La presencia española en esta zona estuvo contestada por las tribus bereberes mediante constantes ataques de los rifeños, los cuales obligaron a mantener un fuerte contingente militar.
La cuestión de Marruecos provocó el descontento popular a causa de los reclutamientos forzosos de tropas para una guerra que sólo interesaba a un sector del ejército como forma de recuperar el prestigio profesional perdido y a los capitalistas interesados en la explotación de las minas de hierro del Rif. Por tanto, eran las clases bajas las que sufrían, en realidad, los estragos de la guerra. }y la guerra ya eran impopulares, el envío de los reservistas fue la chispa que provocó un importante movimiento de protesta que se inició en el puerto de Barcelona . Las autoridades respondieron declarando el estado de guerra y enviando refuerzos.
Esta ejecución levantó una ola de protesta internacional que provocó la dimisión del presidente del Gobierno, el conservador Maura. La impopularidad de la guerra aumentó con el desastre de 1921. En Julio de 1921 el general Silvestre, gobernador de Melilla, llevó a cabo una imprudente campaña para ocupar la zona que separaba Ceuta de Melilla. La consecuencia inmediata fue la rendición del líder rifeño que despejó el camino para la finalización de la guerra dos años después .
Este fue, sin duda, el mayor éxito que se apuntó el dictador, ya que satisfizo la demanda generalizada de acabar con la guerra y elevó al mismo tiempo el prestigio de los militares africanistas.


En 1902, Alfonso XIII llega al trono y se inicia la segunda etapa de la Restauración, en la que se intentó modernizar el sistema político, pero el miedo a la democratización plena frenó la reforma del sistema, y éste entró en su quiebra.
Fue la fuerza de oposición más importante en las primeras décadas del Siglo XX. Su ideario, algo confuso, defendía el progreso, la justicia social, el desarrollo de la ciencia y la extensión de la enseñanza, con un carácter anticlerical; si bien, desde posiciones menos radicales que los socialistas o anarquistas. Representaban el anhelo de intelectuales y algunos sectores de las clases medias Nacionalistas
El nacionalismo catalán era el de mayor relevancia en las primeras décadas del Siglo XX. Estuvo dominado por la Lliga Regionalista, fundada en 1901. Esta formación política propugnaba que se debía aunar regeneración política, modernización económica y autonomía para Cataluña. La Liga era el partido que defendía los intereses de la burguésía catalana, no contando con el apoyo de la clase obrera ya que no atendía a las reformas sociales.
El nacionalismo vasco sufríó un duro y largo enfrentamiento tras la muerte de Sabino Arana , fundador y líder del Partido Nacionalista Vasco Anarquistas
En 1907 crean el sindicato Solidaridad Obrera y en 1910 se llaman Confederación Nacional del Trabajo . Sus pilares ideológicos eran tres: apoliticismo, unidad sindical y voluntad de acabar con el capitalismo. Además de la huelga general revolucionaria no descartaban el empleo de acciones directas.

La crisis de 1917 se desarrolló en el momento en que el panorama internacional estaba presidido por la Primera Guerra Mundial en la cual España se convirtió en un país neutral. Los beneficios económicos generados por los negocios durante los años de la guerra fueron muy desigualmente distribuidos desde el punto de vista social. Esta coyuntura socioeconómica generada por los efectos de la I Guerra Mundial explica parcialmente alguno de los problemas de la crisis de 1917. Esta grave crisis se originó al producirse la convergencia y la superposición de tres problemas diferentes, pero cronológicamente coincidentes.
Los oficiales del ejército se enfrentaron al gobierno, descontentos por sus bajos salarios en años de fuerte inflación y por el favoritismo de los ascensos que propiciaba la promoción de los militares destacados en Marruecos en contra de la tradición que sólo admitían los ascensos por antigüedad. Con el propósito de presionar al gobierno, protestar y defender sus reivindicaciones crearon unos organismos denominados «Juntas Militares de Defensa», que agruparon a los jefes y oficiales y que rápidamente se extendieron por toda España, contabilizándose más de 30 Juntas en 1917. El gobierno arrestó en un principio a los cabecillas de esta protesta, pero finalmente consiguieron notables aumentos en sus salarios. Sin duda alguna, el desenlace de este asunto demostraba la debilidad del sistema político y la falta de autoridad del gobierno.
No obstante, las Juntas terminaron apoyando al régimen político contra el que se habían manifestado desde 1916. En 1917, el sistema político canovista estaba desacreditado. Por todo esto, en Julio de 1917 unos setenta diputados y senadores pertenecientes a los grupos políticos marginados del sistema bipartidista del turno se reunieron en Barcelona y constituyeron una Asamblea de Parlamentarios. De este modo, catalanistas de la Lliga, republicanos e izquierdistas efectuaban un acto de fuerza y rebeldía desafiando al gobierno para inducirle a renovar y reformar el sistema.
El desarrollo económico derivado de la neutralidad española durante la Ia Guerra Mundial atrajo hacia las ciudades a una gran masa de campesinos que, ante las pésimas condiciones laborales, rápidamente se proletarizó. Ambas centrales sindicales firmaron una alianza, uno de cuyos resultados fue la convocatoria de una huelga general revolucionaria contra el régimen político y contra el deterioro del nivel de vida de los trabajadores. Durante los días posteriores a la convocatoria de huelga se produjeron graves incidentes en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Asturias y Vizcaya, siempre en los grandes centros urbanos e industriales. Finalmente esta protesta obrera fracasó, pues no se logró movilizar a los trabajadores del campo.
El resultado fallido de esta huelga de 1917 contribuyó a dividir al movimiento obrero español, separando más aún a socialistas y anarcosindicalistas, que no volverán a colaborar juntos, profundizándose sus rivalidades y diferencias ideológicas. Tras las crisis de 1917 el régimen canovista seguía vivo, pero no había salido ileso. El sistema político se encontraba en pleno proceso de descomposición interna debido a la división existente entre los viejos partidos, a la reacción del rey inclinado a apoyar a los militares frente al poder civil por miedo a una radicalización social y, por último, porque el sistema era incapaz de renovarse y de integrar a las nuevas fuerzas sociales y políticas.

La crisis de 1917 se desarrolló en el momento en que el panorama internacional estaba presidido por la Primera Guerra Mundial en la cual España se convirtió en un país neutral. Los beneficios económicos generados por los negocios durante los años de la guerra fueron muy desigualmente distribuidos desde el punto de vista social. Esta coyuntura socioeconómica generada por los efectos de la I Guerra Mundial explica parcialmente alguno de los problemas de la crisis de 1917. Esta grave crisis se originó al producirse la convergencia y la superposición de tres problemas diferentes, pero cronológicamente coincidentes.
Sin duda alguna, el desenlace de este asunto demostraba la debilidad del sistema político y la falta de autoridad del gobierno. No obstante, las Juntas terminaron apoyando al régimen político contra el que se habían manifestado desde 1916. En 1917, el sistema político canovista estaba desacreditado. Por todo esto, en Julio de 1917 unos setenta diputados y senadores pertenecientes a los grupos políticos marginados del sistema bipartidista del turno se reunieron en Barcelona y constituyeron una Asamblea de Parlamentarios.
De este modo, catalanistas de la Lliga, republicanos e izquierdistas efectuaban un acto de fuerza y rebeldía desafiando al gobierno para inducirle a renovar y reformar el sistema. El desarrollo económico derivado de la neutralidad española durante la Ia Guerra Mundial atrajo hacia las ciudades a una gran masa de campesinos que, ante las pésimas condiciones laborales, rápidamente se proletarizó. Ambas centrales sindicales firmaron una alianza, uno de cuyos resultados fue la convocatoria de una huelga general revolucionaria contra el régimen político y contra el deterioro del nivel de vida de los trabajadores. Tras las crisis de 1917 el régimen canovista seguía vivo, pero no había salido ileso.
El sistema político se encontraba en pleno proceso de descomposición interna debido a la división existente entre los viejos partidos, a la reacción del rey inclinado a apoyar a los militares frente al poder civil por miedo a una radicalización social y, por último, porque el sistema era incapaz de renovarse y de integrar a las nuevas fuerzas sociales y políticas.


En el primer tercio del Siglo XX asistimos a la verdadera transición demográfica de España, pasando de un modelo demográfico propio del Antiguo Régimen a otro propio del Nuevo Régimen demográfico . Como el descenso de la mortalidad fue más rápido que el de la natalidad, también asistimos a un aumento importante de la población . Las mejoras en alimentación y vivienda, así como las actuaciones sanitarias, explican la disminución de la mortalidad cuyas causas tradicionales desaparecieron o disminuyeron de forma considerable. En cambio, la viruela, tan letal en el siglo anterior fue erradicada.
Por tanto, la esperanza de vida pasó de 35 a 50 años en el primer tercio de siglo. En datos vemos como la tasa de mortalidad descendíó del 29 por mil en 1900 al 16 por mil en 1936. Lo mismo sucede con la mortalidad infantil que pasa del 17,2 por mil al 11 por mil. Por tanto, uno de los primeros síntomas de modernización es el crecimiento sostenido de la población, pasa de 16,6 millones en 1877 a 23,5 en 1930.
Asimismo, en la segunda década del siglo predominaron los movimientos internos del campo a la ciudad , que estaban en plena euforia productiva por los efectos de la Primera Guerra Mundial. De esta manera, en 1930 más de la mitad de la población de Barcelona o Madrid era inmigrante. En cuanto a la distribución de la población por sectores económicos, la creciente demanda de mano de obra industrial provocó un aumento de la población ocupada en el sector secundario que pasó de 14 % en 1900 al 26 % en 1930, con el consiguiente descenso del sector primario, que pasó del 70 % al 47 %.


El 13 de Septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera dio un Golpe de Estado. Dos días después el rey Alfonso XIII mandó formar Gobierno a Primo de Rivera, que decidíó convertirse en dictador militar único, aunque contaría con la asistencia de un directorio militar. El nuevo régimen militar se presentó al país, a través de un Manifiesto, como un proyecto de regeneración, un «paréntesis de curación» de los males del país. La dictadura fue la solución autoritaria a una situación insostenible. La opinión pública, desengañada del régimen y exasperada por la corrupción política, el alza de precios y la cuestión marroquí. La dictadura contó con el apoyo del rey, un sector importante del ejército y el empresariado catalán que aspiraba a acabar con el peligro anarquista.

Con un gobierno formado exclusivamente por militares que tomó las medidas siguientes


Se disolvieron el Congreso y el Senado y se prohibíó a los partidos políticos y sindicatos. El orden público fue otra de las obsesiones de Primo de Rivera, para quien el movimiento obrero, las acciones anarquistas y la delincuencia eran una misma cosa. Sin duda, el gran éxito del Directorio militar fue terminar con la guerra de Marruecos. Solventó el conflicto de Marruecos mediante el desembarco de Alhucemas en 1925.
En 1927 España había ocupado totalmente su zona de protectorado. La victoria en Marruecos colocó a Primo de Rivera en la cumbre de su prestigio.

Directorio Civil


En Diciembre de 1925, cuando ya eran claros los resultados positivos del desembarco de Alhucemas, Primo de Rivera propuso al Rey la sustitución del Directorio Militar por un Gobierno civil. Para ello necesitaba transformar la dictadura en un nuevo régimen a su medida. El proceso de institucionalización de la Dictadura se realizó mediante la formación de una Asamblea Nacional Consultiva, convocada en 1927. Creó un partido político sin ideología llamado Uníón Patriótica que perseguía dar apoyo social a la dictadura. No obstante, si la dictadura se mantuvo hasta 1930, las causas hay que buscarlas en la prosperidad de la segunda mitad de la década, un periodo de especial bonanza en la economía mundial, que permitíó en España un crecimiento importante. Al final de la década la mala coyuntura económica de 1929 impide la continuación de las obras públicas. El régimen entra en crisis. Alfonso XIII retira su apoyo a Primo de Rivera que dimite en Enero de 1930.
Al margen del sistema, los partidos de la oposición establecieron el Pacto de San Sebastián , integrado por republicanos y autonomistas catalanes, a los que se incorporaron después socialistas y anarquistas. Finalmente la caída de la monarquía se produjo por los resultados de las elecciones municipales que tuvieron lugar el día 12 de Abril de 1931, donde los partidos monárquicos fueron derrotados. Ante la victoria de los partidarios de la República el rey decidíó abandonar España.


Básicamente la República contó con el apoyo de los partidos republicanos , la mayor parte de nacionalistas y de socialistas.
Partido Nacionalista Vasco: Conservador y católico
Lliga Catalana: Igualmente conservador.
Esquerra Republicana de Cataluña: Partido izquierdista y nacionalista.
Partidos contrarios a la República
Falange. Fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, que logró ser elegido diputado. En 1934, Falange se uníó a las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista Fuerzas políticas de derecha
Carlistas. Monárquicos tradicionalistas, se negaban a aceptar el régimen republicano que organizaron grupos de choque paramilitares formados por cientos de hombres armados y entrenados .
Renovación Española. Grupo creado en 1933 que reunía a los monárquicos alfonsinos. Algunas de sus carácterísticas ideológicas posteriormente inspiraron al Estado franquista: voluntad de acabar con la República recurriendo a un golpe de fuerza; rechazo de la democracia; defensa del autoritarismo cuasi fascista; exaltación de la grandeza de España «como brazo de Dios» y tradicionalismo católico . Los dirigentes de RE pertenecían a la aristocracia y a medios financieros, bancarios, industriales y latifundistas. Entre sus simpatizantes se encontraban José Calvo Sotelo y el intelectual Ramiro de Maeztu.
CEDA . Se trataba de un partido posibilista cuya estrategia era conquistar el poder para convertir la República de izquierdas en una República conservadora.


Las primeras elecciones republicanas fueron las más democráticas de las celebradas hasta entonces en la historia de España. Tiempo después se formó el primer gobierno constitucional, presidido por Manuel Azaña e integrado principalmente por republicanos de izquierdas y socialistas. En un gesto conciliador se cedíó la presidencia de la República al conservador Alcalá Zamora. El nuevo gobierno se propuso la tarea de realizar una profunda transformación de la realidad española, con el fin de satisfacer las amplias expectativas sociales depositadas en él.
Amplios sectores del clero interpretaron estas medidas como una provocación. Esto significó una constante oposición entre la Iglesia, apoyada por el partido de Acción Popular, y la República. Para resolver este problema Azaña propuso el retiro, con el sueldo íntegro, de todos los oficiales que no quisieran prestar juramento de fidelidad a la República. Con ello se aseguró, teóricamente, la lealtad del ejército.
Paralelamente, se creó la Guardia de Asalto, como cuerpo afín a la República y encargado del orden público, con el fin de sustituir al ejército en esta función. No obstante, la política autonómica levantó el recelo de un sector del ejército y de los sectores sociales más conservadores temerosos de la posible división de España. Sin embargo, el principal problema del campo afectaba a la estructura de la propiedad con amplios latifundios al sur del Tajo, que colocaba a amplios sectores sociales en una situación de miseria y paro. Por ello, periódicamente se producían ocupaciones ilegales y estallidos de violencia social.
La Ley de Reforma Agraria establecía la expropiación con indemnización de las grandes fincas que no fuesen cultivadas según las costumbres de la zona, para ser repartidas entre las familias de campesinos o entre colectividades de agricultores. Para llevar a cabo la redistribución de las tierras se creó el Instituto de Reforma Agraria. Sin embargo el sistema de redistribución presentó muchos problemas, a los que hay que unir la oposición de los terratenientes expropiados, el carácter excesivamente burocrático del Instituto, la falta de estudios previos sobre calidad y rendimientos de la tierra, etc. La tan anhelada reforma agraria supuso una considerable frustración para los campesinos que habían depositado la esperanza de un futuro mejor. A mediados de 1933, la oposición de los partidos de derechas y la postura violenta de los anarquistas en la cuestión agraria, hicieron aparecen síntomas de inestabilidad.En 1933, Azaña dimitíó como jefe del gobierno y Alcalá-Zamora decidíó convocar nuevas elecciones, que desembocará en el bienio radical-cedista.


La dictadura de Primo de Rivera se mantuvo hasta 1930. Las causas hay que buscarlas en la prosperidad de la segunda mitad de la década, un periodo de especial bonanza en la economía mundial, que permitíó en España un crecimiento importante. Sin embargo, el gran defecto de esta ambiciosa política económica de modernización de España es la gran generación y acumulación de Deuda Pública. La mala coyuntura económica de 1929 impide la continuación de las obras públicas.
Cuando Alfonso XIII se convence de que la dictadura es un peligro para su régimen retira su apoyo a Primo de Rivera que dimite en Enero de 1930. Alfonso XIII decidíó restablecer el viejo sistema parlamentario, pero los dos Gobiernos que se sucedieron fueron incapaces ya de resucitar lo que podía considerarse un cadáver político. Al margen del sistema, los partidos de la oposición establecieron el Pacto de San Sebastián , integrado por republicanos y autonomistas catalanes, a los que se incorporaron después socialistas y anarquistas. La amplitud del movimiento popular llevó a que el rey Alfonso XIII, aislado y sin apoyos, abdicara de la corona y se exiliara en Italia.
La crisis económica internacional de los años treinta, cuya primera manifestación fue el crack de la bolsa de Nueva York en el año 1929, ha sido la más profunda de las experimentadas por el sistema capitalista. No obstante, sus efectos en España se notaron en mucho menor grado debido principalmente al carácter cerrado de su economía, ya que se encontraba fuertemente protegida del exterior por la política arancelaria, puesto que su producción se destinaba al mercado interior. De hecho, la depresión tardó más tiempo en afectar a España . Colapso de las inversiones industriales extranjeras que se agravó con la crisis política en el interior de España.
Modificación de los flujos migratorios entre España y el extranjero, pues se interrumpieron a causa de la crisis en los países de destino y el aumento de los retornos que contribuyó al aumento del desempleo en España. En suma, las dificultades internas se definían por paro agrícola, reparto desigual de la tierra, escasa financiación empresarial, escasa competitividad internacional, déficit comercial y escasa confianza de los empresarios en el régimen republicano . Por otra parte, la política de los sucesivos gobiernos republicanos de disminuir el gasto público para equilibrar el déficit heredado de la Dictadura de Primo de Rivera tuvo efectos desastrosos para la industria pesada .

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