Situación política jurídica de Venezuela 1830

La unificación de Alemania


* El territorio alemán estaba dividido en 39 estados en el año 1815.
* Estos estados quedaron agrupados tras el CONGRESO DE VIENA en una organización que se llamó CONFEDERACIÓN GERMÁNICA presidida por Austria.
El estado más poderoso de la Confederación germánica fue Prusia y en torno a él se llevó a cabo la unificación alemana.
En 1834, Prusia organizó una uníón aduanera en la que no participó Austria. La uníón aduanera permitía el libre comercio entre los estados alemanes que lo formaban.
Aunque en 1848 se produce una revolución de carácter nacionalista que ofrecíó la corona de una Alemania unificada al rey de Prusia (Guillermo I), este no la aceptó ya que la propuesta implicaba aceptar una monarquía federal de carácter liberal.
Las pretenciones de Guillermo I y de su canciller Bismarck implicaban un sistema de gobierno centralizado y conservador.
A partir de 1862, Guillermo I y Bismarck agilizaron el proceso de unificación alemán por la vía militar.

Las fases de la unificación


La unificación alemana se desarrolló en pocos años. Se distinguen tres fases en la unificación:
* 1a Fase (1864). Un problema sucesorio en dos ducados bajo la autoridad de Dinamarca, pero con mayoría de población alemana permitíó a Prusia invadir y anexionarse estos territorios en 1864.
* 2a Fase (1866-1869). Prusia se enfrenta a Austria aprovechando la revuelta de los estados italianos bajo dominio austriaco. Bismarck invade y Prusia se anexiona el ducado de Holstein tras la batalla de Sadowa (1866) y crea la Confederación de la Alemania del Norte (1866-1871).
* 3a Fase (1870-1871). Bismarck firmó una alianza militar con los estados de Alemania del sur en contra de los deseos de Francia que se sentía amenazada por una Alemania unificada.
Por este motivo, Bismarck provoca una guerra contra Francia y derrota a Napoleón III en la batalla de Sedán en 1870.
Como consecuencia de esta derrota Francia tiene que ceder a Alemania los territorio de Alsacia y Lorena.
Los estados del sur se unieron al resto de Alemania.
En 1871 se proclama el Segundo Reich y Guillermo I es coronado emperador. De la mano de Bismarck el nuevo estado alemán de convierte en una potencia militar y económica hasta la I Guerra Mundial.

LOS NACIONALISMOS


En el Siglo XIX, se empezó a reivindicar que las fronteras de los Estados coincidieran con las fronteras religiosas, étnicas, lingüísticas, así nacíó la ideología nacionalista.
En algunos casos, las reivindicaciones nacionalistas supónían la disgregación de grandes imperios pues reclamaban la independencia de las distintas nacionalidades que estaban englobadas en ellos (Imperio austro-húngaro e Imperio otomano).
El austro-húngaro resistíó durante el Siglo XIX pero el otomano fue fragmentándose lentamente: Grecia se independizó en 1829 y luego le siguieron Rumanía, Serbia, Montenegro, Bulgaria y Albania.
En 1830 Bélgica se separó de los Países Bajos y se convirtió en un estado independiente en 1831.
Otros movimientos nacionalistas fueron unificadores ya que integraron poblaciones que estaban divididas. Este fue el caso de Italia y Alemania.

La unificación italiana



En el Siglo XIX la península itálica estaba dividida en muchos estados y algunos de ellos estaban dominados por potencias extranjeras como Austria.
No obstante, toda la península itálica tenía una historia y una lengua comunes que se tradujo en un fuerte sentimiento de unidad entre todos los italianos.
La unificación fue liderada por el reino de Piamonte y su rey Víctor Manuel II, su ministro Cavour y el revolucionario Garibaldi.
Se inició en 1859 hasta 1870 y atravesó por varias fases:
1.- 1859: los franceses apoyan al reino de Piamonte frente a los austríacos que dominaban el Véneto y la Lombardía a cambio de la cesión de Saboyá y Niza.
El ejército de Piamonte con la ayuda de los franceses derrotan a los austríacos y estos entregan Lombardía al reino de Piamonte.
2.- 1860-1861: gracias a Garibaldi el sur de Italia queda vinculado a Piamonte. Los camisas rojas de Garibaldi se apoderan de Nápoles y Sicilia.
En 1861 se reúne el primer parlamento italiano en Turín y nombra a Víctor Manuel II rey de Italia.
3.- 1866: Piamonte apoya a Prusia que había entrado en guerra contra Austria y a cambio se anexiona Venecia.
4.- 1870: Piamonte aprovecha la retirada de los franceses que habían entrado en guerra con Prusia y ocupa Roma. Aunque el papa no reconoce la ocupación la ciudad se convierte en la capital de Italia.


La Restauración. Carácterísticas


La restauración monárquica tras la caída de Napoleón supuso:
La vuelta a los principios del equilibrio europeo quebrantados por la Revolución Francesa y la política expansionista de Napoleón.
El intento de reafirmación de los pilares del Antiguo Régimen que se asentaban en el absolutismo monárquico y la preponderancia socioeconómica de los viejos grupos privilegiados.
Las potencias más interesadas en la vuelta al pasado fuero Austria (Metternich) y Rusia (Alejandro I), que se apoyaron en otras como España y Prusia. Francia participó en menor medida en esta política. En cuanto a Gran Bretaña, no secundó las tesis absolutistas.
La creación de un ambiente contrarrevolucionario que negaba la limitación de poder de los monarcas e impedía la libertad de reuníón y de expresión, al tiempo que coaccionaba los derechos de los ciudadanos conseguidos a raíz de la Revolución.
La identificación con una Cultura ROMántica que sobreestimaba los modelos y valores de la Edad Media y la tradición
expresados a través de un arte y una literatura que alentaba lo irracional y subjetivo frente a la lógica de la Ilustración y el enciclopedismo.

El Congreso de Viena fue convocado en 1814 con el objetivo de proceder al reajuste territorial de Europa.
En él participaron las principales potencias, representadas por sus respectivos embajadores:Austria (Metternich), Gran Bretaña(Castlereagh),Rusia (Alejandro I),Prusia (Humbolt) y Francia (Talleyrand). España intervino superficialmente como potencia de segundo orden.
Su ideario se puede resumir en los siguientes puntos:
El intento de restaurar el Antiguo Régimen, pretensión que no fue secundada por el Reino Unido.
La idea de legitimismo que reafirmaba el origen divino del poder de los reyes. En virtud de este principio Talleyrand logró reponer en Francia a los Borbones en la figura de Luis XVIII.
Éste sería considerado un monarca revestido de lícita autoridad frente a los que habían alcanzado el poder por el uso de la fuerza, caso de los revolucionarios franceses y Napoleón.
La solidaridad entre los estados, lo que implicaba la cooperación mutua a través de una política común capaz de neutralizar
los potenciales movimientos revolucionarios.
La búsqueda de un equilibrio entre las cinco grandes potencias.
Se configuró un nuevo mapa de Europa
En la reordenación de las fronteras, que habían sido alteradas por las conquistas napoleónicas, no se tuvieron en cuenta las aspiraciones nacionalistas, tampoco los derechos de algunos príncipes que habían sido despojados de sus tronos por los franceses en años precedentes.
Se impusieron los intereses de las cinco grandes potencias:
.- El Reino Unido, sin ambiciones territoriales concentró sus esfuerzos en conseguir el dominio marítimo.
.- Rusia obtuvo, entre otros, el control de gran parte de Polonia y la anexión de Finlandia.
.- Austria penetró en las italianas Lombardía y el Véneto e intentó mantener la preeminencia centroeuropea frente a Prusia. .- Prusia recibíó Renania, Sarre y Sajonia.
.- Francia, tras el «Imperio de los Cien Días» y el definitivo destierro de Napoleón en Santa Elena fue rodeada de “Estados- Tapón”con el objeto de evitar el posible Renacimiento de su expansionismo. Entre éstos destacó el de los Países Bajos y Bélgica.
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La Santa Alianza


Fieles al principio de solidaridad entre reyes, los monarcas ruso (ortodoxo), austríaco (católico) y prusiano (protestante), que se
consideraban a sí mismos reyes por la «Gracia de Dios», firmaron el Pacto de la Santa Alianza. Se trataba de un documento que, invocando los principios del cristianismo, pretendía sustentar las relaciones internacionales.
Inglaterra no suscribíó dicho texto, pero promovíó una «Cuádrupe Alianza» que se fundamentó en los siguientes extremos:
•El compromiso de mantener el estatus territorial vigente.
•Extremar la vigilancia para detectar y sofocar las iniciativas revolucionarias liberales. •Celebrar periódicamente congresos y reuniones con el fin de actualizar las pautas a seguir. •Crear una fuerza armada lista para intervenir en caso de necesidad.
La Cuádruple se transformó en Quinta Alianza en 1818.Ésta incorporó a Francia como nuevo integrante e intervino en Nápoles
y España (1823) con el objetivo de sofocar las experiencias liberales que estaban teniendo lugar en dichos países. Los aliados proyectaron incluso intervenir en América con el objetivo de restablecer la autoridad del rey de España en los nuevos estados independizados recientemente de ésta, pero se encontraron con la frontal oposición de los Estados Unidos de América cuyo presidente Monroe, en 1823, proclamando la política de «América para los americanos», dejó bien explícito su rechazo a cualquier tipo de intervención europea en el continente.


Nuevas oleadas revolucionarias (1820 – 1848)

Las revoluciones de 1820, 1830 y 1848.
Los intentos de la Restauración para volver a la situación previa a la Revolución Francesa no tuvieron éxito. De hecho en
muchos lugares de Europa surgieron revoluciones en las que influyen dos fundamentos ideológicos:
1.- El nacionalismo: la invasión de muchos territorios europeos por parte de Napoleón había disparado el sentimiento nacionalista entre las poblaciones invadidas por los franceses.
Cuando en el Congreso de Viena se reorganiza el mapa de Europa, las potencias vencedoras no tienen en cuenta la división de territorios con la misma etnia, lengua y cultura.
De la misma forma unen en un mismo Estado a pueblos con culturas diferentes, motivo por el que algunos pueblos reivindican su independencia.
2.- La defensa del liberalismo: en cuanto a que esta doctrina política rechazaba el absolutismo y trataba de recuperar los derechos y libertades que se reconocieron en la Revolución francesa.
Los poderes del rey tenían que estar limitados por una constitución en la que se reconociera la soberanía nacional y las libertades individuales.
Las revoluciones de 1820 y 1830.
La primera oleada revolucionaria se inicia en España.
En 1820 el comandante Riego se alza contra la monarquía de Fernando VII, comenzando una etapa de gobierno liberal en la que el rey fue obligado a respetar la Constitución de 1812.
Ante esta situación la Santa Alianza interviene y sus ejércitos invaden el país restaurando el absolutismo.
Movidos por un fuerte sentimiento nacionalista, los griegos se sublevan en 1821, logrando su independencia del Imperio otomano en 1829.
En 1830 comienza en Francia una segunda oleada revolucionaria.
Carlos X que había tratado de gobernar de forma absoluta, es depuesto y sustituido por Luis Felipe de Orleans que impone una monarquía liberal.
Bélgica se rebela ante el poder del rey de los Países Bajos y consigue su independencia en 1831.
Pero hay revoluciones que fracasan como la rebelión de Polonia ante el Imperio ruso en 1831 o las revueltas en algunos de los
estados italianos (Módena, Parma o los Estados Pontificios)
Las revoluciones de 1848.
En las revoluciones de 1848 se producen algunas diferencias con respecto al anterior periodo revolucionario ya que al sentimiento nacionalista y a la defensa del liberalismo; se unen las demandas sociales de las clases populares.
En algunos lugares además se reclaman además la mejora de la democracia a través del sufragio universal masculino.
Comienzan en Francia en 1848 con el derrocamiento del rey constitucional francés y el establecimiento de la Segunda República.
Se elabora una constitución muy avanzada y se convocan elecciones que son ganadas por Luis Napoleón Bonaparte que se convierte en presidente de la República.
Con el tiempo su gobierno se vuelva cada vez más autoritario hasta que da un Golpe de Estado y proclama el Segundo Imperio en 1852.
En las principales ciudades del centro y el sur de Europa se produjeron movimientos revolucionarios que pedían básicamente una constitución y el respeto de las libertades individuales aunque la mayoría de estas revueltas fracasaron.
Quedaron no obstante, en algunos países avances como el sufragio universal masculino.

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