Transición democrática

TEMA 1: LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA(1975-1982) LA TRANSICIÓN (1975-1982)

 INTRODUCCIÓN: La transición española comenzó en 1975, con la muerte de Franco. Fue un cambio de régimen político, de la dictadura a la democracia, gradual, no violento y basado en el acuerdo de las principales fuerzas políticas. Supuso la llegada de las libertades y el reconocimiento del pluralismo y la convivencia pacífica como valores fundamentales, luego recogidos en la Constitución de 1978. La transición se realizó desde dentro de la sociedad española con el apoyo del Rey y de la mayoría de los ciudadanos. A lo largo de esos años de cambio, España conoció tres presidentes de gobierno: Arias Navarro, Adolfo Suárez (artífice de las reformas) y Calvo Sotelo, y un intento de golpe de Estado. Este delicado proceso de restauración de la democracia culminó en los años ochenta, con el acceso del PSOE al gobierno, en 1982.

LA SOCIEDAD ESPAÑOLA EN 1975 El 20 de noviembre de 1975, Arias Navarro, comunica a la nación la muerte de Franco. Se inicia una transición pacífica de la dictadura a la democracia. Dos días después de la muerte de Franco, Juan Carlos I era proclamado rey. Su primer discurso como jefe de Estado ante las Cortes estuvo presidido por una prudente cautela. Ninguna referencia a la Guerra Civil ni al Movimiento, y muchas a la reconciliación, a la tolerancia, a la libertad y al reconocimiento de las peculiaridades regionales. La sociedad española, empujada por la oposición democrática, se apoderó de la calle con manifestaciones y huelgas, reprimidas con dureza. Durante los primeros momentos de la transición, los militares de extrema derecha de alta graduación se opusieron a toda política de cambio. El Rey apostó todo a la baza de su jefatura suprema del Ejército y convirtió su pilotaje por el camino democrático en una causa personal. LAS FUERZAS POLÍTICAS TRAS LA MUERTE DEL DICTADOR EL GOBIERNO DE ARIAS NAVARRO: A la muerte de Franco el rey Juan Carlos prefirió mantener a Arias Navarro  en su puesto y designó a Torcuato Fernández Miranda en la presidencia de las Cortes y el Consejo del Reino para transformar la dictadura en un régimen parlamentario.

EL GOBIERNO DE ADOLFO SUÁREZ:

Adolfo Suárez fue nombrado presidente del gobierno en julio de 1976. El rey se fijó en él porque era un hombre de su generación, con experiencia tanto en el Estado como en los círculos católicos y los medios de comunicación. Los cambios democráticos alcanzaron un ritmo acelerado: amnistía para los presos políticos, reforma constitucional y elecciones generales libres en un año. Establecía contactos con Felipe González (líder del todavía ilegal PSOE), con Santiago Carrillo dirigente del Partido Comunista, y además incorpora a su gobierno al general Gutiérrez Mellado, militar liberal que sería fundamental en la reforma de las Fuerzas Armadas. Presentó al país por televisión el Proyecto de Ley para la Reforma Política que debía modificar el sistema político existente y regular la convocatoria de las elecciones. Esta ley fue aprobada por el pueblo en un referéndum. El camino hacia el régimen parlamentario estuvo plagado de obstáculos: terrorismo de ETA, GRAPO, concentraciones en el País Vasco en demanda de la amnistía, manifestaciones en demanda del restablecimiento de la autonomía de Cataluña, matanza de cinco abogados laboralistas en Atocha… En 1977 Suárez legaliza el PCE. Nueva amnistía en 1977.



EL GOBIERNO DE UCD

En julio de 1977 quedó constituido el segundo gobierno de Suárez, el primero avalado por las urnas. Las líneas primordiales del nuevo gobierno adelantaban el itinerario de la transición: ● Institucionalización de las regiones en regímenes autonómicos. ● Combatir la inflación y el déficit exterior. ● Afrontar el paro, reforma fiscal y consenso entre las diferentes fuerzas políticas. ● Establecer una Constitución ampliamente participada.

Entre los más grandes aciertos de Suárez y de la oposición se cuentan los Pactos de la Moncloa: acuerdos entre Gobierno, empresariado, partidos y sindicatos. Durante los últimos meses de la dictadura y los primeros años de la transición, una acusada sensibilidad autonomista se apoderó en España de la clase política. Adolfo Suárez, previa mediación del Rey, estableció contactos con Josep Tarradellas para que se pusiera al frente de la Generalitat, establecida por decreto en septiembre de 1977. En el caso del País Vasco la sociedad estaba más dividida que la catalana. Como muestra de la preocupación gubernamental por sujetar el Ejército nacía el Ministerio de Defensa, confiado a un civil con el encargo de desactivar la extrema derecha militar y extender en la milicia el espíritu democrático.

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

 Las fuerzas políticas pusieron manos a la obra para elaborar una Constitución que creara un nuevo tipo de Estado. Una comisión de siete personas, representantes de las distintas fuerzas políticas se encargan de realizar el borrador de la nueva Constitución. La comisión logró llegar a un acuerdo, y el texto pasó a debatirse en el Congreso y en el Senado, que acabaron aprobándolo por mayoría. La Constitución definía a España como un “Estado social y democrático de Derecho”, cuya forma es la monarquía parlamentaria.

LAS ELECCIONES DE 1979 Y EL SEGUNDO GOBIERNO DE UCD:

Suárez convocó elecciones para marzo de 1979. Aumentó la abstención, siendo interpretada como una muestra del desencanto ciudadano, fruto de la crisis económica y el clima de tensión generado por el terrorismo. El primer reto del gobierno de Suárez fue afrontar las elecciones municipales, al estar los ayuntamientos en manos de autoridades no elegidas democráticamente. UCD fue el partido más votado, el PSOE ascendió y después de un pacto con el PCE consiguió las alcaldías de Madrid y Barcelona. Fue aprobado el 25 de octubre de 1979, igual que el Estatuto de Cataluña. Otros problemas a los que se enfrentaba el segundo gobierno de la UCD eran la crisis económica y el terrorismo. A comienzos de 1981 hay rumores de las presiones militares para destituir a Suárez. Adolfo Suárez, sin mayoría parlamentaria y con los principales ayuntamientos en manos de la izquierda tuvo que afrontar no solo la reforma del Estado y sus aparatos, sino también el desarrollo de la Constitución en temas comprometidos como el divorcio, la enseñanza o el empleo. El comité ejecutivo de UCD se reunió urgentemente y nombró candidato a la presidencia del Gobierno a Leopoldo Calvo Sotelo.

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