15.2 la consolidación del régimen. las transformaciones económicas. de la autarquía al desarrollismo. los cambios sociales.

15.2 LA CONSOLIDACIÓN DEL RÉGIMEN. LAS TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS: DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO. LOS CAMBIOS SOCIALES

            Finalizada la Guerra Civil en 1939 quedó instaurado en España un nuevo régimen político que ha pasado a denominarse “franquismo”, término derivado a partir del nombre del vencedor de la contienda, Francisco Franco. Con él se inauguró una etapa política fundamentada en una Dictadura que perduró hasta su muerte en 1975. Entre 1939 y 1975 se desarrollaron dos grandes etapas
: primera, hasta 1959, caracterizada por el esfuerzo de crear y consolidar un estado autoritario, apoyado en la autarquía económica y la segunda hasta 1975, en la que se inició un cierto aperturismo político apoyado en el desarrollismo económico.

LA CONSOLIDACIÓN DEL RÉGIMEN

            Desde el punto de vista de política interior, el inmovilismo caracterizó la década de los años sesenta, si bien en el gobierno nombrado en 1959 se percibe la creciente influencia de los tecnócratas vinculados al  Opus Dei ( Carrero Blanco y López Rodó) que sustituyen a falangistas, haciéndose cargo de la necesaria modernización económica a través del Plan de Estabilización.

El marco legislativo se basó en las siguientes leyes:


▪ Ley de Prensa e Imprenta (1966) impulsada por el ministro de Información y Turismo Manuel Fraga, en la que se suprimía la censura previa.

▪ Ley Orgánica del Estado (1967) buscaba dotar al régimen de una apariencia de Estado de derecho sin modificar el autoritarismo del mismo. Otorgaba al jefe del estado un poder omnímodo e ilimitado. Nombraba al presidente de gobierno (nueva figura política), sancionaba y promulgaba las leyes, convocaba Cortes y era el jefe supremo de todos los ejércitos. Asimismo podía vetar lo aprobado en Cortes y la justicia se administraba en su nombre.

▪  En 1969 el príncipe Juan Carlos de Borbón fue designado sucesor “a título de Rey” tras jurar fidelidad a la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958). Se instauraba una nueva monarquía continuadora del régimen franquista obviando al heredero legítimo D. Juan de Borbón.

En política exterior, el período se caracterizó por los acuerdos establecidos con EEUU en 1953 que permitieron finalizar el aislamiento internacional de España tras la Guerra Civil. Se inscribe el cambio en el marco de la Guerra Fría y en el interés norteamericano de que el país sirviese de baluarte contra el comunismo soviético. Por otro lado, al final de la década de los 60, se produjo la independencia de las colonias africanas: Guinea Ecuatorial y la cesión de Ifni a Marruecos. Sin embargo el Sahara continuó bajo control español aunque a raíz del descubrimiento de yacimientos de fosfatos, era reclamado por Marruecos, Mauritania y Argelia.

TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS: DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO

            El franquismo buscó en este ámbito el desarrollo con el fin de acabar con la oposición y lograr el reconocimiento internacional e integrarse en Europa. El Plan de Estabilización de 1959 puesto en marcha por los tecnócratas abría el país hacia una economía de mercado, que se centraba en el impulso industrial como base para la modernización y recuperación de los niveles de renta anteriores a la guerra. Los objetivos eran conseguir estabilidad de los precios, flexibilización de la actividad económica y liberalización. El coste fue alto: disminución de salarios, quiebra de empresas no rentables y aumento del paro.

El llamado “desarrollismo económico” se logró con la puesta en marcha de los Planes de Desarrollo entre 1964 y 75. En el interés de fomentar un crecimiento económico equilibrado se crearon los polos de desarrollo, que consistieron en elegir ciertas zonas atrasadas pero con potencial económico para instalar en ellas empresas que dinamizaran la región. Para ello se concedieron subvenciones y ventajas fiscales. (Vigo, Oviedo, Burgos, Valladolid, Zaragoza, Huelva o Sevilla entre otros). La mano de obra necesaria para el sector industrial fue proporcionada gracias al cambio en la agricultura, lo que motivó el fortísimo éxodo rural. La balanza comercial seguía siendo deficitaria, no así la balanza de pagos que salía beneficiada por la entrada masiva de turistas, las remesas de los emigrantes españoles y el capital extranjero. El período significó un espectacular crecimiento demográfico, pasando de 25 a 35 millones de españoles, es lo que se conoce como “baby boom”, propiciado por la política pronatalista del régimen, así como la tasa de urbanización se disparó sobre todo Madrid y Barcelona, con graves repercusiones en su desarrollo (chabolismo periférico).

            Ahora bien, el crecimiento económico arrastraba claras deficiencias
: dependencia de la situación económica exterior, fuertes desequilibrios regionales, escasa inversión social dado la inexistente reforma fiscal, florecimiento de la banca privada y consolidación en pocas manos del poder económico. Muestra de un crecimiento desequilibrado lo fue el hecho de que casi tres millones de españoles se vieron obligados a emigrar hacia Europa (Alemania, Suiza, Francia) o a América Latina en la década de los 60.

LOS CAMBIOS SOCIALES

En primer lugar, hay que subrayar el fenómeno migratorio como uno de los hechos sociales mas importantes de la sociedad española de los años sesenta. El éxodo rural hacia las zonas industriales, polos de desarrollo y focos turísticos represento unos 3 millones de personas. Consecuentemente la tasa de urbanización se disparo, y ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao se fueron transformando en áreas metropolitanas, en las que se instalaba la población bien en ciudades dormitorio o en barrios de chabolas. En el capitulo de emigraciones exteriores el periodo entre 1960 y 1973 alcanzo una media de españoles en el extranjero de cerca de 2 millones. Fundamentalmente se dirigieron a Europa occidental, Francia, Alemania o Suiza ya que se encontraban en plena expansión económica. Significo una válvula de escape para España tanto desde el punto de vista económico como social.

El crecimiento económico repercutió en varios aspectos:


▪ cambios en la población activa, incrementándose la población ocupada en el sector secundario y el de los servicios, mostrando un perfil de país desarrollado.

▪ reducción de la población rural y aumento de la clase media urbana


▪ aumento de los salarios y de la renta per capita, favorecieron el aumento del nivel de vida y la capacidad de consumo.

▪ transformaciones en la mentalidad de los españoles, debido a la apertura hacia el exterior y la llegada de turistas que ofrecían modelos de conducta muy distintos a la moral conservadora de España.






















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