8.4 economia y sociedad en la españa del siglo xvi

8.3. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI: EL MODELO POLÍTICO DE LOS AUSTRIAS. LA UNIÓN DE REINOS

El absolutismo monárquico que implantaron los Reyes Católicos (origen divino de la autoridad) continuó en la época de los Austrias, pero adaptándolo a las nuevas necesidades que planteaba el Imperio y los territorios americanos.
El Estado siguió siendo una confederación de reinos que sólo tenían en común al rey.
Cada territorio mantenía sus fueros y sus instituciones, pero las circunstancias fueron empujando a la castellanización de la monarquía: Castilla era más extensa, estaba más poblada y contaba además con los ingresos de América. Poco a poco los reyes acaban residiendo en Castilla mientras los virreyes representan a la monarquía en los demás territorios.

Los Austrias no siguieron una política nacional sino imperial. Castilla, como base del imperio, sufragará dicha política, y el imperio la agotará. Cuando los reyes intenten romper con los privilegios forales o extender las obligaciones castellanas al resto de España, se encontrarán con una fuerte resistencia.

Carlos I y Felipe II gobiernan personalmente incrementando la importancia de los Consejos y disminuyendo el papel de las Cortes.Contaron con Secretarios de Estado, verdaderos especialistas en administración y hombres de gran prestigio.Consejos. Especie de ministerios modernos. Residían en la Corte, presididos por un gobernador y sus consejeros, nombrados por el Rey, eran nobles con experiencia en la diplomacia, la guerra o la Iglesia.Consejo de Estado. Creado por Carlos V era común a todos los reinos. Tenía un carácter consultivo y asesoraba al rey sobre política exterior.
Consejo de Castilla. Amplias atribuciones, nombraba corregidores, presentaba obispos.
Consejo Real de Aragón. Con competencias sobre los territorios históricos y sobre los territorios italianos.
Consejo de Hacienda. Era la organismo financiero de la Corona.
Consejo de Indias. Asuntos administrativos, judiciales y eclesiásticos.
Otros Consejos: Ordenes Militares, Inquisición, Cruzadas.Las Cortes. El absolutismo provocó su decadencia, juraban al heredero de la Corona, votaban subsidios o servicios para financiar los gastos del Estado. Carlos V redujo las ciudades con voto en las Cortes y suprimió la intervención del clero y la nobleza en las Cortes castellanas.Las decisiones del monarca a la población se trasladaban a través de las Juntas, corregidores (con competencias políticas, militares y judiciales.).

La política de los Austrias exigía grandes cantidades de dinero que venían de los bienes del Patrimonio Real, el oro y la plata americana, y los impuestos (los servicios de cuantía y duración limitada y que votaban las cortes, y los impuestos indirectos como la alcabala)

8.4.ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI

El siglo XVI se caracteriza por el crecimiento económico de Castilla. La expansión se debió al aumento de la población y el desarrollo comercial que experimentó un gran impulso con la explotación de las Indias.
La agricultura, actividad fundamental, tenía una baja productividad. El aumento de la producción se debía al aumento de la superficie cultivada. Además se enfrentaba a los intereses de la Mesta apoyada por el Rey y la nobleza.
La industria era poco competitiva. Los gremios controlaban el proceso productivo y eran poco proclives a las innovaciones. La industria textil tenía mayor importancia pero limitada por la exportación de la lana y la competencia extranjera.
El comercio tuvo un gran desarrollo debido a las relaciones con las Indias. De estas venían metales preciosos y demandaban todo tipo de productos para los españoles y sus descendientes allí afincados. Pero la parte negativa fue el aumento de los precios con lo que las condiciones de vida de los más débiles empeoraron notablemente.
La coyuntura económica pasó de la edad de oro (1500-1550) con Carlos I a la edad de plata (1550-1600) de Felipe II.
En la primera mitad del XVI, con Carlos V se produce una expansión demográfica: la demanda americana desarrolla la agricultura (grano, vino, aceite) y la ganadería (lana) y genera el crecimiento de la industria. Sevilla se convierte en un centro comercial de primer porque en ella se concentra todo el comercio americano. La riada de oro americano hace subir los precios, pero se mantiene el equilibrio con los salarios y la moneda castellana (escudo, ducado) es la moneda base de Europa y de todo el mundo.

En la segunda mitad del XVI se inicia la crisis. La industria española, atada por la reglamentación gremial, con talleres pequeños y técnicas poco avanzadas, y poco variada en sus productos, no consigue satisfacer en calidad ni cantidad la demanda americana, y eso genera escasez y una fuerte subida de precios que se solventa importando mercancías extranjeras. Al ser éstas más variadas, de mejor calidad y más baratas que las castellanas provocaran la crisis progresiva de la industria autóctona y la inundación de productos extranjeros.
Las malas cosechas de la segunda mitad de siglo por causas climáticas provocarán la escasez, la subida de precios, el hambre, la ruina de colonos y propietarios que se convierten en jornaleros, la despoblación del campo y el aumento de vagabundos y mendigos.
El comercio americano fue cayendo progresivamente en manos extranjeras. La causa de esta invasión es que los burgueses castellanos no podían competir con ellos ni en relaciones internacionales, ni en experiencia ni en capitales, en que no se fomentó el desarrollo industrial como en Holanda e Inglaterra, sino por el contrario se frenó con trabas gremiales y excesivos impuestos, y en que la corona española, debido a sus campañas bélicas para mantener el imperio y a los gastos excesivos de la corte y de una burocracia corrupta, se endeuda con los banqueros alemanes y genoveses y concede nacionalidad o permisos para comerciar con América para que éstos se cobren sus deudas.
Se venden cargos nobiliarios, se alquilan a extranjeros minas en América, o se les cede el cobro de impuestos durante un tiempo a la población. A medida que avanza el siglo todo el país está en venta y el imperio más rico de Europa, en teoría, se empobrece hasta declararse en quiebra, tres veces con Felipe II, arruinando primero a los acreedores españoles y luego a los banqueros extranjeros, como la banca alemana de los Fligger.
El siglo XVI coincide con un periodo de crecimiento demográfico, aunque este crecimiento fue desigual, Castilla vio aumentar su población de forma rápida y era el reino más densamente poblado. El crecimiento de la Corona de Aragón fue menos destacadado, con lo que el dominio demográfico era castellano.

La sociedad era estamental, dos estamentos privilegiados y un tercer estamento que englobaba al resto de los integrantes de la sociedad. La gran aspiración de esta sociedad era llegar a tener un título nobiliario, y el desprecio por cualquier actividad productiva.
La nobleza estaba formada por la alta nobleza, los grandes de España (Alba, Mendoza.) eran muy pocos con un alto nivel de vida y grandes patrimonios. Ocupaban los puestos más importantes de la sociedad. La nobleza intermedia formada por caballeros y oligarquía urbana, así como la nobleza de toga (los que habían comprado el título). La baja nobleza la formaban los hidalgos muchos de los cuales estaban en la pobreza.
El alto clero formado por obispos, cardenales y abades. El bajo clero (curas, monjes y monjas) con unas condiciones de vida parecidas a las del pueblo llano.
El pueblo llano abarcaba el 85% de la población. Lo componían los campesinos dueños de tierras extensas, los burgueses dedicados al comercio, profesiones y oficios, con unas condiciones de vida parecidas a las de la nobleza media y baja. Otro grupo lo formaban los pequeños propietarios agrícolas, los jornaleros y las clases populares urbanas. La mayor parte carecía de rentas o propiedades, por lo que tenían una situación precaria.

En conjunto era una sociedad patriarcal en la organización familiar. En donde el honor estaba por encima de todo; otro valor fundamental la limpieza de sangre, es decir no haber tenido ningún antepasado judío, musulmán o converso.

8.5.CULTURA Y MENTALIDADES. LA INQUISICIÓN


En España se vivió también la renovación cultural que se había iniciado en Italia
y que se conoce como el Renacimiento. La secularización de la cultura marcó aquellos tiempos a la vez que se fueron debilitando las preocupaciones teológicas que habían caracterizado la Edad Media.

El humanismo prendió con fuerza a mediados del siglo XV en el Reino de Nápoles, y desde allí se difundió a los restantes reinos de la monarquía hispánica, interviniendo en ello varios factores como:

·La fluidez de las relaciones económicas y políticas entre Italia y España favoreció las relaciones intelectuales, culturales y artísticas. La difusión de la imprenta en España.

·La puesta en marcha de varias universidades. La universidad de Salamanca siguió siendo la más famosa, pero la novedad fue la fundación de la de Alcalá de Henares por el Cardenal Cisneros, con el objetivo de formar un clero culto, de orientación humanista que buscaba mejorar la Iglesia. La primera tarea de la nueva universidad fue la edición de una Biblia políglota.

·Pero el saber, en general fue impulsado por los mecenas, como los Mendoza, en los palacios reales y señoriales.


La Inquisición actuará duramente tras la Contrarreforma. Ya el miedo a la contaminación protestante había hecho a Carlos I a practicar una política más represiva. Con Felipe II continuará. Obsesionado por el mantenimiento de la pureza religiosa en sus territorios españoles tras la rebelión de la Holanda calvinista, cerró el país a toda influencia exterior quemando libros, prohibiendo la salida al extranjero de estudiantes españoles, cerró el país a toda influencia exterior e hizo actuar duramente a la Inquisición.

A pesar de ello, desde 1.570 la victoria de Lepanto contra los turcos y la tranquilidad religiosa aparente del país, permitieron el surgimiento de todo el reformismo místico de un san Juan de la Cruz y una Santa Teresa de Jesús. Fue el último brote de progresismo.

A partir del siglo XVII la censura inquisitorial tuvo sus efectos en el triunfo de una religión conservadora, amante del ceremonial exterior, y vacía de toda crítica.

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