Demócratas cimbrios

TEMA 3. CONSTRUCCIÓN Y CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874)


GRÁFICA: Composición de la Asamblea Constituyente en 1869


Se trata de una gráfica de sectores semicircular que expresa la distribución de diputados en las Cortes Constituyentes de 1869. Es de naturaleza política y se trata de una fuente secundaria.


En la gráfica aparecen los siete grupos políticos que obtuvieron representación parlamentaria. Ninguno de ellos obtuvo una mayoría absoluta: la minoría parlamentaria que obtuvo más representación fue la del Partido Progresista, con 159 diputados, seguida de lejos por dos fuerzas con representación similar: republicanos y Uníón Liberal, con 71 y 69 diputados respectivamente. Más alejados, demócratas, carlistas e isabelinos tienen una presencia modesta en la Cámara, que oscila entre los 20 y los 14 diputados.


Las elecciones representadas en el gráfico se sitúan en el contexto del Sexenio
Revolucionario: fueron las primeras que se celebran en España por sufragio universal masculino, un año después de la revolución de Septiembre de 1868 (La Gloriosa).


En Septiembre de 1868 estalla “La Gloriosa”, debido al descontento de amplios sectores con el régimen moderado, autoritario y excluyente, que dejaba sin derechos políticos a la mayoría de la población, y contra Isabel II que no supo desempeñar el papel de neutralidad y favorecíó a los moderados. Las actuaciones represivas del régimen incrementaron el descontento (noche de San Daniel y fusilamiento del cuartel de San Gil). Ya en 1866, progresistas, demócratas y un grupo de unionistas habían firmado el Pacto de Ostende, que tenía dos compromisos: derrocar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal.

En Septiembre de 1868 inicia la revolución con un pronunciamiento militar de Topete en Cádiz, al que se unen Dulce, Serrano y Prim. La insurrección se extendíó por Cataluña, Valencia y Andalucía y se crearon Juntas Revolucionarias. La victoria en Alcolea significó el triunfo de la Revolución; Isabel II y su familia se exiliaron a Francia.

El nuevo Gobierno Provisional, dirigido por Serrano y Prim, que representaba a los partidos monárquicos antiborbónicos, emitíó una serie de reformas democratizadoras (amplias libertades, democratización de los Ayuntamientos, emancipación de los hijos de los esclavos), entre ellas la convocatoria de Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino.


Por consiguiente, correspondía a la Cámara representada en el gráfico la decisión sobre el futuro régimen político que iba a sustituir a la monarquía borbónica. Su composición refleja las cuatro tendencias políticas principales en aquel momento:

La conjunción de unionistas (Ríos Rosas, Serrano), progresistas (Prim, Sagasta) y demócratas, coaligados en el Pacto de Ostende (1866) tiene una clara mayoría, con 248 de los 350 escaños. Al ser la fuerza dominante, pudo llevar adelante su proyecto: impulsó la Constitución de 1869, que creaba una monarquía liberal democrática, bajo los principios de la soberanía nacional, la estricta separación de poderes, el sufragio universal masculino y una muy amplia declaración de derechos y libertades. Este proyecto se plasmó en la monarquía de Amadeo de Saboyá, elegido por Prim, pero fracasó: apenas duró dos años, por el rechazo de distintos sectores, los problemas de orden (Cuba, insurrecciones republicanas y levantamiento carlista) y, ante todo, por la falta de apoyo y la desuníón de los grupos monárquicos que le trajeron.

La segunda tendencia dominante es la del republicanismo, que en la gráfica tiene 70 diputados: se trata de una fuerza muy joven, desgajada del Partido Demócrata, que representa la corriente jacobina: son sus ideales la República, la democracia y el laicismo. A pesar de su reciente creación, cuenta con 71 diputados, de los que casi todos pertenecen a la corriente federal (Pi i Margall), partidaria de un modelo de Estado basado en la libre federación de los territorios y regiones históricas de España, y opuesto al modelo de Estado uniforme y centralizado de los unitarios (Castelar). Esta tendencia protagonizará el segundo proyecto del Sexenio: la I República, de muy escasa duración, que tampoco se consolidó.

En tercer lugar, el carlismo alcanza 18 diputados. Defensor de los principios tradicionalistas y católicos, incrementó su peso político en el Sexenio y optó pronto por la vía insurreccional en sus feudos tradicionales (ámbito vasconavarro, montañas de Cataluña y Castellón), iniciando la tercera guerra carlista.

Por último los isabelinos, recién expulsados del poder, obtuvieron una representación muy exigua (14 diputados). Estaban liderados por Cánovas del Castillo, que comenzó a preparar sin prisas la restauración de los Borbones en torno a Alfonso XII, lo que tendrá lugar en 1875, tras el fracaso del Sexenio Revolucionario.

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