Anticomunismo franquista

2.FUNDAMENTOS  IDEOLÓGICOS DEL RÉGIMEN.

Así como Hitler o Mussolini fueron creadores de una ideología concreta, no existe propiamente una ideología franquista. Es decir, Franco carecía de un programa político claro sobre cómo se iba a organizar el Nuevo Estado español surgido tras la guerra. El Franquismo debe entenderse más que como una ideología, como un modo (el que empleó Franco) de ejercer el poder político y mantenerlo en sus manos sin ningún tipo de limitaciones.

A pesar de esta falta de ideología clara, sí hay una serie de principios en los que se asentó el régimen y en cuya defensa coincidieron tanto Franco, como los distintos grupos sociopolíticos vencedores de la guerra. Entre ellos, destacan como más importantes:

  •  EL AUTORITARISMO. Es decir, el ejercicio de manera autoritaria del poder político, que recae en la persona de Franco. Autoritarismo necesario para luchar contra los “enemigos” de España y para resolver los problemas. Un autoritarismo que desembocará en la exaltación continúa de la figura de Franco, que se presenta como el Caudillo, el salvador de la patria en la guerra civil y el que la guía con mano firme.
  • EL ANTILIBERALISMO. El franquismo se declaró contrario a las ideas e instituciones del liberalismo político y de la democracia parlamentaria, que serán identificados por el régimen como la Masonería. El sistema liberal y los partidos políticos liberales fueron señalados como los causantes de la decadencia de España. Fruto de este antiliberalismo será:
  • La negación del principio de la División de Poderes y la defensa del Autoritarismo.
    • La negación de la participación libre y directa de los ciudadanos en los asuntos del Estado a través del Sufragio. Fue Franco quien eligió siempre a los puestos políticos más importantes. Con el tiempo, se concedió el voto a los ciudadanos para elegir a parte de sus representantes en las Cortes o para decidir sobre asuntos importantes mediante referendos, aunque siempre amañados.
    • La negación de los derechos y libertades individuales de los ciudadanos. Éstos quedan supeditados al Estado, que para los teóricos del franquismo es el representante de los intereses supremos de la patria y en el que confluyen los intereses y deseos de la sociedad y de las regiones.
    • La negación de un sistema político multipartidista. Los partidos políticos fueron prohibidos y se estableció un régimen de partido único, la Falange, identificada luego con el Movimiento Nacional a cuyo frente estuvo Franco como líder indiscutible y que era de pertenencia obligatoria entre los funcionarios. El partido se convirtió en el trampolín para la promoción social y para ejercer un control total de los medios de comunicación (radio y prensa), a través de los cuales se difundían continuamente los principios del régimen y se exaltaba la figura de Franco. También controlaba el partido la vida familiar, municipal y laboral, a través de una serie de organizaciones como el Frente de Juventudes, el Auxilio Social, el Sindicato Único…etc.
  • EL ANTICOMUNISMO. En el que se engloban no sólo a los comunistas, sino a     todas las fuerzas defensoras del movimiento obrero, es decir, socialistas, anarquistas, ugetistas…etc. El Franquismo fue un sistema contrarrevolucionario que negó a la clase trabajadora sus instrumentos de defensa y todas sus reivindicaciones. Así, la huelga fue entendida como una traición a la patria y las demandas obreras fueron, durante la 1ª etapa del Franquismo, completamente desoídas. A lo largo de todo el período, solía hacerse responsable al comunismo de estar conspirando contra el régimen, lo que justificaba una represión continua y muy dura contra los líderes sindicales y activistas de izquierda, las declaraciones del estado de guerra y la utilización del ejército para reprimir las huelgas o cualquier tipo de reivindicación obrera. Además, cualquier tipo de expresión, movimiento progresista o democrático fue inmediatamente identificado con el comunismo y, por tanto, duramente reprimido.
  • EL NACIONALISMO. Un nacionalismo que presenta dos características básicas:
  • Es profundamente centralista, lo que implica la represión de cualquier tipo de idea o sentimiento autonómico. Así, todo sentimiento nacionalista que no fuera español fue descalificado y perseguido; Se prohibió el uso de otra lengua que no fuera el castellano; Se abolieron los órganos de autogobierno y se prohibieron los símbolos de los nacionalismos periféricos, a los que se consideró separatistas y antiespañoles.
    • Se basa en el tradicionalismo, añorándose y exaltándose épocas anteriores de la Historia de España, como la de los Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas fueron empleados por el régimen, o la época de Felipe II, cuando España dominaba el Mundo. Por todo esto, la “unidad de la patria” se convirtió en un valor sacrosanto del régimen,    basado en principios históricos.
  • EL CATOLICISMO O NACIONALCATOLICISMO. La religión católica se convirtió en la religión oficial del Estado y se la consideraba como parte esencial del “alma española”. Así, el dominio que ejerció la iglesia en la vida social española fue total: Todos los actos civiles y militares estuvieron acompañados de una fuerte simbología religiosa; Las escuelas, institutos y universidades tenían la religión como asignatura obligatoria; El matrimonio eclesiástico fue el único válido desde 1939; La Iglesia tenía grandes poderes en materia de censura y una presencia constante en los medios de comunicación; Se impuso una estricta moral católica, pública y privada, cuyo incumplimiento era castigado por el código penal; La Iglesia contó con un elevado presupuesto pagado por el Estado y sus altas jerarquías (obispos y arzobispos) fueron miembros natos de las Cortes y del Consejo del Reino. El nacionalcatolicismo, basado en una serie de principios muy sencillos, fue bien asimilado por las masas y se convirtió en una de las mejores armas del régimen para controlar al pueblo llano.
  • EL NACIONALSINDICALISMO. En el terreno económico, contra el capitalismo y el comunismo, el régimen franquista planteó en el terreno ideológico (teórico) una tercera vía, el nacionalsindicalismo, que quedó reducido a la formulación de algunas leyes y el desarrollo de algunos de sus principios en varios discursos de Franco.En la práctica, el régimen franquista fue una mezcla de principios del capitalismo sobre la propiedad y del fascismo sobre el control del Estado de sindicatos y el mundo laboral. De ahí, por ejemplo, que surgieran los sindicatos verticales que unían a obreros y patronos y que estuvieron dirigidos por la Falange.


3.  BASES SOCIALES DEL RÉGIMEN.

Es innegable que una dictadura militar como la franquista pudo mantenerse dentro de la Europa Occidental tras la II Guerra Mundial gracias a que una parte importante de la sociedad española la apoyó o, al menos la apoyó. Eso hizo posible que el régimen sobreviviera a las presiones externas, la oposición interna y a las agitaciones estudiantiles, obreras o regionalistas durante largos años.

El Franquismo tuvo gentes que lo apoyaron o toleraron en casi todas las regiones de España y entre casi todas las clases sociales. Entre los grupos más significativos, destacan:

1.- EL EJÉRCITO. Fue siempre fiel a Franco. Aportaron la fuerza para resistir a los intentos de acabar con el régimen. Fue un grupo muy influyente en los primeros años del régimen, luego su influencia se hizo menor aunque se mantuvo durante todo el período.

Los militares ocuparon puestos en el gobierno y asesoraron a Franco en todo tipo de problemas. Su actividad no se ceñía sólo a la defensa del territorio nacional, sino que poseían jurisdicción sobre los delitos políticos mediante los consejos de guerra. Por otra parte, no tuvo Franco problemas con los oficiales jóvenes, pues se formaron en academias militares donde se les educó en la fidelidad al Caudillo y en el servicio a España, tan sólo al final del régimen se formaría la UDM (Unión Democrática Militar), cuyos miembros fueron expulsados del ejército, aunque readmitidos en 1986.

2.- LA IGLESIA. Para el Franquismo, el catolicismo era algo consustancial al ser español y Estado e Iglesia eran inseparables. Se produce, así, una estrecha alianza entre Iglesia y Estado en la que se defendieron mutuamente. El Estado se declaró confesionalmente católico y adoptó la doctrina social vaticana. La Iglesia recibió nuevamente la ayuda material estatal, recuperó la influencia en la enseñanza y su prestigio social. Es lo que se conoce con el término “nacionalcatolicismo”.Así, la Iglesia tuvo todo lo que deseó: bienestar económico, poder social, dominio de la enseñanza, grandes facilidades para la práctica y difusión de su doctrina y participación en el poder político, ya que las altas jerarquías eran miembros natos de distintos organismos. Además, dos organizaciones católicas tendrán también poderosa influencia política: La ACNP (Asociación Católica Nacional de Propagandistas) y el Opus Dei.

En contrapartida, la Iglesia legitimó al régimen franquista convirtiendo la Guerra Civil en una Cruzada y a Franco en el Caudillo de esta cruzada. Por otra parte, se convirtió en una importante propagadora de los principios del régimen a través de su control de la enseñanza y su constante presencia en los medios de comunicación. Pero estos privilegios tenían su contrapartida: el Jefe del Estado restauraba el antiguo derecho de presentación, confirmado en el Concordato de 1953.

A pesar de estos privilegios, la Iglesia española, o una parte de ella, se irá alejando del régimen a raíz del Concilio Vaticano II (1962-65). En él, se establecieron dos principios básicos:

a) Que las relaciones Iglesia-Estado debían basarse en la independencia y autonomía de ambas instituciones.

b) El reconocimiento de la libertad religiosa como un derecho de la persona humana. Ambos principios chocaron frontalmente con algunos de los principios del régimen y comenzaron a producirse problemas entre el Estado y la Iglesia.

3.- TERRATENIENTES Y GRANDES EMPRESARIOS INDUSTRIALES Y FINANCIEROS. Con el Franquismo recuperaron no sólo la propiedad de sus tierras y empresas, sino también su dominio en la vida social.

Formaron una clase alta y rica. Fueron, además, beneficiados por la economía intervencionista (autarquía) de los primeros años del Franquismo y por la ausencia de una resistencia sindical organizada durante los largos años de la posguerra.

4.- PEQUEÑOS Y MEDIANOS PROPIETARIOS AGRÍCOLAS. En ellos predominaba una mentalidad tradicionalista, en la que jugaba un papel básico el respeto a la religión y a la propiedad individual de la tierra, ambos defendidos también por el régimen. Fue un grupo que predominaba en la mitad norte peninsular.

 Los grupos anteriores apoyaron de manera entusiasta al régimen de Franco. Frente a ellos nos encontramos con amplios grupos sociales que si no apoyaron al Franquismo, al menos lo toleraron como mal menor. En estos grupos se incluyen:

  • Los campesinos jornaleros y los obreros industriales que durante la II República habían apoyado o pertenecido a las fuerzas políticas del Movimiento Obrero: PSOE, UGT, PCE, CNT….
  • Las clases medias urbanas que habían pertenecido o apoyado a los partidos republicanos.

En un primer momento, estos grupos toleraron la dictadura por varias razones: La represión sistemática que encarceló, exilió o asesinó a sus principales líderes; El miedo a ser delatados; El hundimiento moral por la derrota en la guerra; La miseria generalizada en la que vivían o el miedo a una nueva guerra civil.

Posteriormente, la propaganda, el aumento del bienestar a partir del crecimiento económico de los años 60 y el relevo generacional hicieron que surgieran una clase media urbana muy numerosa y una “nueva clase proletaria” de obreros y campesinos que toleró la dictadura a cambio de un nivel de vida aceptable. Formaron lo que la oposición al régimen llamó los “estómagos agradecidos” por adoptar una posición de acomodamiento, de aceptación del régimen y de total apoliticismo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *