Capitalismo, Gremio, Burguesía y más: Conceptos clave del siglo XIX

Capitalismo: Sistema económico característico del siglo XIX en el que el propietario de los medios de producción busca obtener el máximo beneficio a costa del trabajo de otros. Gremio: Asociación de artesanos de un mismo oficio que se agrupaba para regular la actividad industrial. Burguesía: Habitantes libres que viven en las ciudades y se dedican al comercio y a la artesanía. Parlamentarismo: Sistema político en el que una asamblea o parlamento representativo puede derrocar a un gobierno mediante una votación. Ilustración: Movimiento intelectual que surge en el siglo XVIII y realiza una profunda crítica al Antiguo Régimen. Características de la Ilustración: Desarrolla una visión crítica de la sociedad, el único motor de los cambios debía ser la razón humana, rechazaban la revelación divina y la tradición. Despotismo Ilustrado: Sistema político que surge de la aplicación de las ideas ilustradas por parte de la monarquía absoluta, se introducen reformas económicas y sociales. Fisiocracia: Teoría económica defendida por los ilustrados en la que decían que la riqueza procedía de la naturaleza especial de la tierra. Mercantilismo: Doctrina y práctica económica característica de Europa, consideraba que los metales preciosos eran la principal fuente de riqueza. Ludismo: Los trabajadores veían las máquinas como una amenaza. Taylorismo: Sistema de trabajo en el que cada obrero se especializaba en una tarea y recibía un salario proporcional a ella con el objetivo de aumentar la producción. Fordismo: Sistema de trabajo basado en la producción en serie en el que el producto pasa de un obrero a otro mediante una cadena, evitando los tiempos muertos. Cuadernos de quejas: Documento que recoge las reivindicaciones de los distintos estamentos previas a la convocatoria de Estados Generales. Sufragio censitario: Derecho al voto que solo podían ejercer las personas incluidas en una lista o censo. Sufragio general masculino: Derecho al voto para todos los varones. Nacionalismo: Derecho de los ciudadanos de formar cada nación y derecho a elegir a sus propios gobernantes. Liberalismo: Caracterizado por la separación de poderes y la soberanía nacional, libertad de comercio.



T1: Absolutismo: Encarnaba la integridad del Estado y concentraba todo el poder político en su persona. Era un aristócrata, contaba con un fuerte respaldo religioso y se consideraba que Dios era el origen del poder del rey. Su poder no tenía límites legales, contaba con un ejército y una administración muy costosa y profesional.

T3: Restauración: Ideología conservadora y contrarrevolucionaria basada en los principios de la tradición, la autoridad y la religión. Una reordenación completa del mapa de Europa llevada a cabo en el Congreso de Viena. Liberalismo doctrinario: Ideología que buscaba un punto medio entre el orden y la libertad, cuyos principios eran que la sociedad estaba formada por un conjunto de individuos iguales que competían entre sí, poseían una serie de derechos naturales que el Estado no podía o no debía legislar. Apoyaban a los grupos sociales que lo debían todo al enriquecimiento personal, como la burguesía, y desconfiaban de la nobleza, de la iglesia y de los trabajadores. Propugnaban un gobierno que representase los intereses individuales votado o formado por propietarios. Eran partidarios de gobiernos formados por élites, creían en la monarquía constitucional y confiaban en un parlamento bicameral. Apoyaban el sufragio censitario.

T4: Revolución del 48: Fue la última de las 3 grandes revoluciones, compartía su inspiración en los principios de la Revolución Francesa. Su expansión e influencia fueron mayores. Las revoluciones del 48 señalaron la apertura de un nuevo periodo histórico, sin embargo, aunque la difusión de la revolución fue rapidísima, su fracaso resultó igualmente fulgurante. Las revoluciones del 48 se distinguieron por su carácter democrático y social.

T4: 2 Estados nacionales pioneros: Gran Bretaña y Francia: En la segunda mitad del siglo XIX, es conocida en Gran Bretaña como era Victoriana debido al reinado de la reina Victoria. Los rasgos principales eran la prosperidad económica: fue la pionera de la industrialización y el comercio. Gran estabilidad política: gracias al parlamentarismo y al bipartidismo, en el gobierno se alternaban dos partidos, el conservador liderado por Benjamin Disraeli, y el liberal liderado por William Gladstone. Reformismo electoral y social: se amplió el derecho al voto y se eliminó el derecho de veto, lo que provocó un aumento de los gastos estatales que obligó a aprobar un impuesto progresivo sobre la renta. Presencia del nacionalismo irlandés. En Francia se habían sufrido convulsiones y cambios de régimen, pero estos regímenes políticos no lograron suscitar un consenso político y social suficiente. El Segundo Imperio: Napoleón dio un golpe de estado y se coronó emperador. Participó en conflictos bélicos para restaurar la grandeza de Francia y defender los intereses de los movimientos liberales y nacionales. En ultramar, Napoleón III dio los primeros pasos de una política imperialista en África, Asia y México. En el Segundo Imperio se proporcionó estabilidad política en una época de crecimiento económico, París transformó su fisonomía. Napoleón III compaginó un gobierno autoritario y personalista con el impulso a las instituciones democráticas. Mantuvo un congreso elegido por sufragio general masculino. La Tercera República: Tras la abdicación de Napoleón III, estalló una revolución conocida como la Comuna de París, impulsada por los republicanos radicales y los obreros. Se proclamó una república federal de contenido socialista y se eligió por sufragio general masculino una Asamblea Nacional en Versalles conservadora que sometió a una represión terrible. Existía un parlamento elegido por sufragio general masculino, se apoyaba en los acomodados agricultores de provincias y en una clase media urbana en expansión. Comenzó siendo conservador. La supremacía del parlamento provocó inestabilidad en los sucesivos gobiernos, algunos socialistas pasaron a colaborar con los gobiernos burgueses. Hubo un crecimiento económico modesto y protegido frente a una política imperialista muy activa. Se idearon reformas sociales con la intervención del Estado. La educación se hizo pública, gratuita y laica, la Iglesia se separó del Estado, apareció un sindicato revolucionario apolítico, la Confederación General del Trabajo. Los Imperios multiétnicos del este: Existían 3 grandes imperios: el Ruso, el Otomano y el Austriaco. Tenían regímenes absolutistas. Austria tenía muchos pueblos entremezclados entre sí, por ello Francisco José I se convirtió en monarca constitucional y el Imperio quedó dividido en dos zonas autónomas. El sufragio general masculino no se estableció hasta 1907. El Imperio Ruso también acogía diversos pueblos, pero este problema no amenazaba al zar. Rusia era un enorme y atrasado país de campesinos. El objetivo de Rusia era alcanzar el Mediterráneo a través del Mar Negro. El Imperio Turco tenía una mezcla de etnias y era políticamente inestable. Se crearon múltiples estados «tampón» en los Balcanes. El Imperio Turco estuvo marcado por la independencia de Grecia, la Guerra de Crimea y la Guerra Ruso-Turca.

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