Comentario de texto estatuto de autonomía del País Vasco 1979

TEMA 7: La II República: Constitución de 1931 y reformas (1931-1936)


El cambio de régimen se realizó pacíficamente el 14 de Abril de 1931, tras la celebración de elecciones municipales el día 12 y el triunfo de candidaturas republicanas en los medios urbanos. Se proclamó la República en las principales ciudades españolas-Eibar fue la primera localidad en hacerlo-. El ministro de Estado, recomendó al rey abandonar España y negoció con el comité revolucionario el traspaso del Gobierno. El general Sanjurjo, jefe de la Guardia Civil, hizo saber a Alfonso XIII que sus hombres no lucharían por la monarquía, y este tomó el camino del exilio. 

El Bienio Republicano-Azañista {1931-1933)


Durante este período se plantearon un conjunto de reformas estructurales que pretendían la modernización social y política de España. Limitaban los privilegios históricos de las élites y responden a las expectativas de cambio democrático de las clases medias y el movimiento obrero. ·

– La reforma educativa

Basada en la secularización, la coeducación, la gratuidad y la escuela pública. La disolución de la Compañía de Jesús y la prohibición de la enseñanza a las congregaciones religiosas, supónían un grave riesgo de enfrentamiento entre la opinión católica y el régimen republicano. Se incrementó el gasto público en educación. Se aumentó el sueldo a los docentes y, con la reforma de estudio, se pretendíó formarlos con una mejor preparación para afrontar el reto del analfabetismo, superior al 40 % de la población. Otras medidas sociales relacionadas fueron la secularización de cementerios, la legalización del divorcio y el matrimonio civil, etc.

– La reforma militar

Se trataba de modernizar el Ejército, (numerosos mandos), escasa formación de los soldados y anticuado material le habían hecho perder capacidad técnica. Azaña, ofrecíó a los oficiales la jubilación anticipada con el sueldo íntegro. La mitad de los afectados eligieron esta ventajosa reconversión. Otras medidas importantes fueron la supresión de la Ley de Jurisdicciones de 1906 y el cierre de la Academia General de Zaragoza, dirigida por el general Franco. Se limitó la primacía de los militares africanistas y se prestigiaron las armas de Artillería e Ingenieros. Se creó la Guardia de Asalto, como policía urbana.


– La reforma agraria

Se buscaba una distribución más justa de la propiedad y una mayor atención a sus rendimientos, para lo que era necesario aprobar una ley que expropiara grandes fincas y las repartiera entre campesinos sin tierras. El proyecto de reforma agraria chocaba con la resistencia de los latifundistas y de los partidos de derecha y de centro, que hacían que se estancara en las discusiones del Congreso. Las tensiones sociales en la España rural impulsaban a conceder satisfacciones inmediatas: jornada laboral de 8 horas, prolongación de los contratos de arrendamiento de tierras, para evitar abusos de los patronos, y laboreo forzoso de tierras. En Agosto de 1932, el fracaso del levantamiento monárquico del general Sanjurjo contra la República fortalecíó a Manuel Azaña. Este aprovechó para quebrantar la oposición y hacer aprobar la Ley de Bases de la Reforma Agraria (9 de Septiembre de 1932). El Instituto de Reforma Agraria empezó a aplicarla en 14 provincias, autorizando la expropiación con indemnización de latifundios mal explotados. Solamente unas 12000 familias se llegaron a asentar en los dos años siguientes de aplicación de la Ley.

– Las leyes laborales

Siendo ministro de Trabajo Francisco Largo Caballero, se promulgó la ley de jurados mixtos, que establecía la negociación entre patronos y obreros y otras competencias. Esto hizo descender la conflictividad crónica bus­cando el sindicato socialista, UGT, el consenso con la patronal frente al radicalismo de anarquistas y comunistas. Todo ello supuso un incremento de las rentas del trabajo y nivel de los salarios que suavizó el impacto de la crisis general y la gran depresión en las clases trabajadoras.

– Los estatutos de autonomía

La Constitución definía a España como estado integral con opción a la autonomía para una o varias provincias limítrofes por decisión de dos tercios de los electores o ayuntamientos con la aprobación del Parlamento. En 1932, Azaña obligó la aprobación del Estatuto de Cataluña. En el País Vasco, nacionalistas y tradicionalistas sacaron adelante en 1931 un proyecto, el Estatuto de Estella, aprobado por los ayuntamientos de Bizkaia, Araba, Gipuzkoa y Navarra, que fue rechazado por su carácter confesional por el resto de fuerzas políticas y por el Gobierno central. En Galicia, la redacción del Estatuto comenzó ya en 1932 con el anteproyecto impulsado por la ORGA y apoyado en referéndum. Fue aprobado en Junio de 1936.


El Bienio Derechista {1933-1936)


Con la abstención de los anarquistas y la participación católica, los españoles incluidas, las mujeres acudieron a las elecciones, cuando la crisis económica alcanzó su mayor intensidad. La agitación social, la miseria, el desencanto del reformismo azañista y la división de las izquierdas, dieron un giro a la República. La derecha obtuvo un triunfo indiscutible, compartido con el centro representado por el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux. A pesar de ser la CEDA el grupo con mayor número de diputados, el presidente Alcalá-Zamora, con talante moderador, llamó a Lerroux a formar Gobierno, tratando de evitar una mayor radicalización.

El Frente Popular


Debilitado el Gobierno por numerosos escándalos y por la oposición política, Alcalá-Zamora convocó nuevas elecciones para Febrero de 1936. En esta ocasión, la derecha aparecíó dividida (CEDA, el Bloque Nacional, el Partido Radical y la Falange Española de las JONS). En cambio, las fuerzas republicanas, nacionalistas y de izquierda se unieron en el Frente Popular, cuyo programa consistía en volver a las reformas del bienio y promulgar una amnistía para los represaliados de Octubre de 1934. Pretendía una alianza de todas las fuerzas democráticas, burguesas y obreras frente al fascismo. En Francia, se constituyó un Gobierno del Frente Popular y emprendíó importantes reformas sociales. La disyuntiva estaba entre fascismo y democracia, que implican la alianza del proletariado con las clases medias, de los partidos socialistas y comunistas con los burgueses antifascistas, frente al enemigo común.
El programa del Frente Popular era socialdemócrata reformista y, entre otros objetivos sociales, exigía: amnistía total para los insurrectos de 1934; sustitución en de los trabajadores y empleados públicos despedidos por causas políticas; continuación de la reforma agraria;
Arrendamientos menores y mayor seguridad para los pequeños propietarios; reducción de los impuestos; protección de los productores y pequeños empresarios; estímulo a la producción; ampliación de las obras públicas. Restauración, en fin, de toda la legislación social de 1931-1933; aumento de salarios; amplio programa de viviendas sociales; extensión de la educación a todos los niveles


La Revolución de Octubre de 1934


El ascenso del nazismo en Alemania y la política represiva de los socialcristianos hacían aumentar los temores de quienes en España emparentaban estos movimientos con la CEDA. El día 1 de Octubre, la CEDA exigíó colocar a tres ministros en el Gobierno de Lerroux. Las ejecutivas socialista y ugetista lo consideraron una agresión contra la República, y cursaron a toda España la orden de huelga general revolucionaria, que fue un levantamiento popular en Cataluña, el País Vasco o Asturias.
Hubo levantamientos en Madrid y en numerosas ciudades, pero fueron más fuertes en Cataluña y en Asturias, donde los obreros tomaron el poder. En Cataluña, Lluís Companys, presidente de la Generalitat, proclamó el Estado Catalán de la República Federal Española. La falta de apoyo  hizo fracasar el levantamiento. En Barcelona, el general Batel dominó rápidamente la situación y poco después fue anulada la autonomía catalana. En el País Vasco, la huelga obrera tuvo fuerza, así como en las zonas mineras de León y Palencia, pero apenas llegó a la ocupación de algunos ayuntamientos y la formación de comités efímeros.
La Revolución de Asturias, protagonizada por la Alianza Obrera, llevó a violentos combates, tras la toma de las fábricas de armas y la ocupación de Oviedo por los obreros. La rebelión duró diez días y fue aplastada por unidades militares venidas de Marruecos al mando de López Ochoa y Franco. Las consecuencias de Octubre fueron importantes. La represión fue durísima, con numerosas muertes y encarcelados. Fueron detenidos importantes dirigentes políticos de la izquierda, como Largo Caballero e incluso Azaña. Fue nombrado ministro de la Guerra Gil-Robles, quien nombró a Franco jefe de Estado Mayor. La CEDA incrementó su poder e influencia y preparó un proyecto de reforma constitucional que presentó en las Cortes en 1935 con medidas como la restricción de las autonomías, la anulación del divorcio y la anulación de las políticas sociales. Se limitaron las actividades de los partidos de izquierda y se establecíó la censura previa.
Toda la actividad política quedó marcada por la Revolución de 1934, convertida en símbolo de la unidad de la izquierda española, cuya campaña a favor de la amnistía de los represaliados ayudó a promover la uníón política del Frente Popular.

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