Comentario texto regionalismo y nacionalismo movimiento obrero


2.- Oposición Política al Régimen

El sistema de la Restauración marginó a amplios sectores políticos y sociales .Aunque estas fuerzas de oposición eran numerosas, su diversidad impidió plantear una alternativa al régimen.

1.-El Carlismo


La derrota militar del carlismo en 1876 no supuso su desaparición como opción política, pero provocó una crisis que no superó hasta la década de los noventa. Durante la restauración podemos diferenciar dos etapas en el carlismo:

·En un primer momento, muchos carlistas permanecieron en el exilio y practicaron una política de retraimiento. Hasta 1888 hubo una gran desorganización y divisiones internas. La disgregación se consumo en 1888 con la escisión de los integristas, que eran partidarios de la no participación en la vida política.

·A partir de 1888-1890 hubo una segunda época en la que triunfaron los neocatólicos, partidarios de participar en la vida política. Se organizaron en el partido de la Unión Católica, que participó en alguno de los gobiernos conservadores de Cánovas.

2.-El Republicanismo


Después del fracaso de la I república, el republicanismo tardó mucho tiempo en rehabilitarse y constituir una alternativa política. Sin embargo, el ideario republicano, basado en una posición anticlerical, en la fe en el progreso y en la defensa de  políticas reformistas en materia social, se mantuvo vivo en los casinos y ateneos. La fragmentación de los republicanos obedecía a  razones ideológicas  y personales. Pi y Margall acaudilló al Partido Federal; Ruiz  Zorrilla al Partido Progresista; Castelar al Partido Histórico; y Salmerón al Partido Centralista. Las grandes divergencias se centraban en torno a la organización centralista o federal del Estado y a la estrategia para alcanzar el poder. La unificación no se produjo hasta la aparición de la Unión Republicana (1903). Surgieron nuevos movimientos republicanos como el lerrouxismo, dirigido por Lerroux y el blasquismo dirigido por Blasco Ibáñez.

3.-El movimiento obrero


La mayor parte de la clase obrera mantuvo una actitud pasiva durante buena parte del siglo XIX. A pesar de las duras condiciones de vida y de trabajo, no fue hasta 1868 cuando surgió una toma de conciencia que dio inicio al movimiento organizado de las clases trabajadoras.

El movimiento obrero en España pasó por dos etapas separadas por el Sexenio Democrático.

·Hasta 1868, se desarrolló en pocas zonas y tuvo escasa repercusión, en gran medida por la reducida industrialización del país.

·A partir de ese año, se reconoció la libertad de asociación y penetró en España la influencia de la I Internacional. En este período se inició la agitación social bajo la doble influencia ideológica del anarquismo y del socialismo.


El anarquismo


  Fue la ideología más influyente, introducida durante el Sexenio por Giuseppe Fanelli, discípulo de BaKunin, fundador del anarquismo. Su oposición a toda forma de poder, la acción violenta y el ataque a las instituciones del Estado hicieron del anarquismo una amenaza al poder establecido.

Se reorganizó en 1881 a través de la creación de la Federación de Trabajadores de la Región española (FTRE), con gran implantación en Cataluña y Andalucía. Fue precisamente en Andalucía donde  tuvo lugar el episodio de la Mano Negra (1883), una supuesta organización clandestina, considerada responsable de delitos y asesinatos. Esto provocó una represión del anarquismo en Andalucía. La estrategia política anarquista se centró en tres acciones:

·La acción violenta como el asesinato de Cánovas en 1897 y los atentados en Barcelona.

·La acción sindical, a través de la huelga general y la reivindicación de la jornada laboral de ocho horas.

·La producción cultural.

El socialismo


En 1879 se fundó en Madrid el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuyo primer secretario fue Pablo Iglesias. En 1888 se creó en Barcelona el sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT). El arraigo social del sindicalismo fue débil, salvo en Asturias. Una de sus principales iniciativas fue la celebración, a partir de 1890, de la Fiesta del 1 de Mayo.

4.-Regionalismos y Nacionalismos


A finales del siglo XIX se produjo la aparición de los nacionalismos periféricos en Cataluña, País Vasco, Galicia y Comunidad Valenciana. Hasta entonces, los movimientos regionalistas se había centrado en el ámbito cultural, pero la especificidad cultural empezó a tomar dimensión política, ya que la centralización administrativa del Estado y el reforzamiento de la identidad nacional española parecían poner en peligro las culturas periféricas.

      EL CATALANISMO: El catalanismo sufrió a finales del siglo XIX importantes transformaciones. En la década de 1880 destacó Valentí Almirall, que defendía el proteccionismo industrial y el derecho de Cataluña frente a la uniformización del derecho español. En 1891 se creó la Unió Catalanista, que dio a conocer en las Bases de Manresa el primer programa del catalanismo. Planteaban un ideario político de claro contenido conservador, en el que derivaban hacia un nacionalismo basado en orden, tradición, religión y propiedad. Hacia finales del siglo XIX, la burguesía catalana pasó a defender el catalanismo moderado, esto se plasmo en 1901 con la aparición de la Liga Regionalista, sus figuras principales fueron; el líder Francesc Cambó y el ideólogo Enric Prat de la Riba. Este partido representaba la opción conservadora y moderna de las clases medias, que condenaban el centralismo pero no se oponían al modelo de sociedad existente. El partido Catalán, nunca fue separatista, hablaba de autonomía.

      EL NACIONALISMO VASCO: En 1895, con la fundación del Partido Nacionalista Vasco (PNV), por Sabino Arana Goiri, que  extrajo del fuerismo su consecuente última, el independentismo. El idealismo de Arana se basaba en el radicalismo antiespañol y la exaltación de la etnia y patria vasca.

Los vascos llamaban maketos a los “españoles” residentes en el País Vasco. Sabino Arana estaba en contra de los matrimonios entre vascos y “españoles”. Se caracterizó por un integrismo religioso católico (niegan cualquier religión que no sea la católica), la promoción del idioma (euskera), el mundo rural como modelo ideal de vida, estar en contra del liberalismo y socialismo y la denuncia del carácter españolista del carlismo.

A diferencia de las posiciones autonomistas de catalanes y gallegos, el nacionalismo vasco propugnaba desde el principio la independencia política.

LOS REGIONALISMOS GALLEGO Y VALENCIANO: El regionalismo gallego fue apoyado por los propietarios agrarios y los comerciantes. Integró una tendencia tradicionalista, con planteamientos antiliberales que mitificaban la sociedad tradicional gallega; y una tendencia liberal-democrática, responsable de la defensa en clave racial de Galicia como ente nacional. En los años noventa se realizaron los primeros intentos organizativos, pero las divisiones internas y la escasa base social del movimiento limitaron su capacidad. El regionalismo valenciano fue un fenómeno tardío y minoritario. Su punto de partido se halla en el renacimiento cultural de los años setenta.

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