España 1975-1982: El Camino Hacia la Democracia y la Constitución de 1978

El Inicio de la Transición (1975)

En 1975 comienza el reinado de Juan Carlos I, que supone por un lado la restauración de la monarquía borbónica (eliminada con la II República) y el comienzo de una serie de transformaciones políticas que dan lugar a un sistema democrático. Es un periodo de transición de la dictadura a la democracia, basado en el consenso de las fuerzas políticas y en el apoyo del rey y de la mayoría de la población a este cambio.

Cuando muere Franco se inicia un periodo en el que no se sabía qué sistema político se instauraría en España. El 22 de noviembre, Juan Carlos es coronado tras jurar los principios fundamentales del Movimiento Nacional, y tanto franquistas como la oposición pensaron que era el continuador de Franco. Se esperaba su discurso para que se definiera políticamente. Sin embargo, el discurso del rey no tenía contenido político, era ambiguo. La posición de la mayoría de los países exteriores esperaba una transformación que llevara a España a ingresar en la OTAN y en la CEE.

Contexto Socioeconómico y Político

La coyuntura en que se desarrolló este proceso no fue favorable. La crisis del petróleo de 1973 tuvo como consecuencias una fuerte inflación y un aumento del paro, lo que se notó en la conflictividad social del momento.

Por otra parte, el panorama político era complejo, por la variedad de partidos y el enfrentamiento entre ellos. Era un panorama conflictivo.

Fuerzas Políticas

  • Franquistas: Mayoritariamente monárquicos seguidores de Juan Carlos, se dividían en dos sectores:
    • Integristas radicales (el «Búnker»): Pretendían mantener el sistema anterior.
    • Aperturistas: Cada vez más numerosos (Adolfo Suárez, Fraga), convencidos de la necesidad de un cambio político con apariencia de democracia. Seguidores del «espíritu del 12 de Febrero».
  • Grupos liberales de derechas: Opositores, pero reducidos. Incluían demócratas cristianos (Ruiz-Giménez) y otros monárquicos juan carlistas (Gil Robles).
  • Fuerzas nacionalistas:
    • Cataluña: Creciente fuerza de Convergència i Unió (Jordi Pujol), reivindicando el restablecimiento de la autonomía catalana.
    • País Vasco: Aumento de la influencia de ETA con continuos atentados, contando con el beneplácito de parte de la población. El PNV, opuesto a la violencia, no condenaba los atentados.
  • Oposición de izquierda:
    • PSOE: Mayoría en el exilio. En 1974, un grupo renovador (Felipe González) se impone en el Congreso de Suresnes, criticando a la antigua directiva y hablando de cambios, aunque con escasa influencia inicial en las calles.
    • PCE: Protagonismo indudable en la lucha contra el régimen franquista y durante la Guerra Civil. En el mundo sindical, predominaba Comisiones Obreras (CCOO), junto con UGT y CNT. En 1974, el PCE crea la Junta Democrática, y en 1975, el PSOE forma la Plataforma de Convergencia Democrática. Buscaban una ruptura democrática, desconfiando de la transición iniciada con Juan Carlos y promoviendo movilizaciones para forzar un gobierno provisional.

El Gobierno de Arias Navarro (1975-1976)

El rey opta por mantener como presidente del Gobierno a Arias Navarro, pero impuso como ministros a franquistas aperturistas, como Fraga o Suárez. Este gobierno comienza a tener enfrentamientos entre sus miembros, con contradicciones entre Arias y los aperturistas. Pretende continuar con el «Espíritu del 12 de Febrero», con una reforma limitada. Se aprueban leyes aperturistas, reguladoras del derecho de reunión y de prensa. Sin embargo, el ejército es reacio al cambio, y se produce la expulsión de los militares que forman parte de la Unión Militar Democrática (UMD).

En 1976 aumenta la conflictividad, con huelgas y manifestaciones (reprimidas por la policía) que buscaban convenios colectivos, mejoras de vida, amnistía y libertad. Estas manifestaciones llegaron al extremo en Vitoria, con una huelga general de dos meses que terminó con el encierro de obreros en una iglesia y un tiroteo policial. Otro hecho grave ocurrió en Montejurra, donde carlistas de extrema derecha dispararon contra carlistas democráticos en presencia policial pasiva. Tras estos acontecimientos, la imagen reformista del gobierno queda totalmente desacreditada.

El Ascenso de Adolfo Suárez (1976)

A finales de marzo, la oposición se une formando la Coordinación Democrática. Debido a la situación del país, el 1 de julio, Arias es convocado por el rey para pedirle su dimisión, a la que no opone resistencia. Se nombra a Adolfo Suárez. Para la oposición no era un cambio significativo, ya que había sido falangista y presidente del Movimiento Nacional. Suárez comienza sin apoyos y forma un gobierno con figuras menos conocidas, calificado como un gobierno de «PNNs» (Profesionales No Nombrados).

Primeras Reformas de Suárez

  • Las Cortes aprobaron la reforma del Código Penal, que permitía la legalización de partidos, salvo el PCE. La legalización del PCE era la verdadera prueba de fuego para el gobierno. Finalmente, el 9 de abril de 1977, el PCE sería legalizado, lo que originó una fuerte reacción de los sectores franquistas más inmovilistas.
  • Se aprobó una amnistía que permitió la liberación de algunos presos políticos, pero excluía a los condenados por delitos de terrorismo.
  • Se empieza a elaborar la Ley para la Reforma Política. Ante esta ley, Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva, reacciona atacándola por ir contra los principios del Movimiento. Miguel Primo de Rivera también defiende un poder fuerte frente a la transformación democrática.

La Ley para la Reforma Política (1976)

Presentada por Adolfo Suárez en 1976, esta ley establecía la creación de unas futuras Cortes bicamerales (Congreso de representación personal y Senado de representación territorial), ambas elegidas por sufragio universal. Suponía la liquidación de la estructura franquista, incluidas las propias Cortes franquistas, y marcaba el camino hacia un sistema parlamentario similar a los europeos. Era una pieza clave para la transición hacia la democracia. Establecía la soberanía nacional, sometiendo a todas las personas a la ley. Además, declaraba derechos inviolables de la persona (no del ciudadano) y una separación de poderes. Intentaba encauzar la reforma dentro de la legalidad vigente.

El Referéndum y la Tensión Política

Esta ley debía ser aprobada por la población en un referéndum, debido a la legalidad franquista aún vigente. Se presentó en un clima de máxima inestabilidad política, por los atentados de ETA, que comenzó a atentar contra las fuerzas del Estado. Debido a esto, el vicepresidente del Gobierno dimite, y se nombra a Gutiérrez Mellado, que apuesta por una reforma del ejército, a la que este se opone.

Además, en este momento se celebra en Madrid el congreso del PSOE. Santiago Carrillo dio una rueda de prensa clandestinamente, provocando una búsqueda policial masiva. El GRAPO secuestró al presidente del Consejo de Estado, exigiendo la liberación de presos. Los partidos de izquierda piden la abstención en el referéndum, por desacuerdo con la forma de la reforma y la imposibilidad de explicar sus posiciones políticas. Aumentan las manifestaciones. A pesar de esta oposición, el pueblo español aprobó la ley en el referéndum con una mayoría del 94% a favor del Sí y una abstención del 23% (no 33%). Suárez sale totalmente reforzado e intenta modificar el panorama político, estableciendo las bases del sistema democrático.

Hacia las Primeras Elecciones Democráticas (1977)

En 1977, la oposición cambia y empieza a apoyar el sistema de transición política a la democracia, abandonando las tesis rupturistas. Se dan dos acontecimientos importantes:

  • La Matanza de Atocha: El asesinato de cinco abogados laboralistas vinculados al PCE por parte de la extrema derecha, indignada por los cambios y el aumento de apoyos al PCE. Provoca una gran conmoción. Como respuesta, el PCE convoca una masiva manifestación silenciosa en Madrid, demostrando el control sobre sus militantes y su capacidad de convivencia democrática.
  • Legalización del PCE: Este evento, junto con la respuesta serena a la matanza, facilitó la legalización del partido. Santiago Carrillo se reúne con Suárez y con el rey. En sus mítines, comienza a aceptar la bandera bicolor, argumentando que el color morado no merecía otra guerra civil, aceptando así la monarquía, lo que crea enfrentamientos dentro del partido.

Por otra parte, Adolfo Suárez crea su propio partido, Unión de Centro Democrático (UCD), formado por la unión de fuerzas muy distintas, cuya principal baza era la trayectoria y figura del presidente, cada vez más popular.

El 15 de junio de 1977 se celebran las primeras elecciones democráticas en cuarenta años. Triunfaron las dos opciones de centro: UCD (con el 34.4% de los votos, no el 78%) y PSOE (29.3%), con una gran diferencia respecto al resto. Quedaron como minorías el PCE, Alianza Popular (AP), el Partido Socialista Popular (PSP) y la izquierda nacionalista. Los demás grupos de izquierda se ven perjudicados por la ley electoral y acaban disolviéndose. Estos resultados permitieron a la UCD formar un Gobierno en solitario.

El Primer Gobierno Democrático y los Pactos de la Moncloa

Se forma el primer gobierno del sistema democrático elegido por los ciudadanos. El panorama político se ha calmado, y Suárez empieza a atender el problema económico derivado de la crisis del petróleo: la inflación era muy alta (cercana al 26%, no 40%), el paro aumentaba y el déficit exterior crecía. Suárez propone un pacto a todas las fuerzas políticas: los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977). Se consiguió un acuerdo entre representantes de partidos políticos y, posteriormente, con las asociaciones sindicales.

Este pacto también tenía un sentido social, para eliminar la gran conflictividad. Los objetivos eran:

  • Reducir la inflación (devaluando la peseta y controlando el gasto público y privado).
  • Repartir los costes de la crisis.
  • Reformas estructurales (reforma fiscal, Seguridad Social, empresa pública).

Los sindicatos se comprometían a una moderación salarial en los convenios colectivos. Se acordaron ayudas para la Seguridad Social y una reforma fiscal (reforma de Hacienda) para redistribuir la carga económica. También se llegó a un acuerdo para devolver parte del patrimonio sindical histórico.

Estos pactos fueron impopulares por el control de salarios, pero se consiguieron los objetivos económicos y comenzó una recuperación. En octubre de 1977 se aprobó una amplia amnistía, aunque ETA pasó a dirigir sus atentados contra el Ejército. Las organizaciones de ultraderecha sembraban terror en las calles, y el gobierno toma las primeras medidas autonómicas.

La Elaboración de la Constitución (1977-1978)

Este apoyo al gobierno fue imprescindible para poder avanzar en el camino hacia la democracia. Esta política de consenso culminaría en la elaboración de la Constitución.

Tras constituirse las Cortes en julio de 1977, todos los grupos coinciden en la necesidad de elaborar una constitución. El borrador es elaborado por una comisión de siete ponentes representantes de las distintas fuerzas políticas: tres de UCD (Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez-Llorca), uno del PSOE (Gregorio Peces-Barba), uno del PCE (Jordi Solé Tura), uno de AP (Manuel Fraga) y un nacionalista catalán (Miquel Roca). El PNV no tuvo representante formal en la ponencia, quedando fuera del Pacto Constitucional inicial, aunque participó en los debates posteriores. Esta constitución fue aprobada en el Congreso, en el Senado y en referéndum el 6 de diciembre de 1978, con la abstención del PNV.

Esta constitución se ha llamado también constitución del consenso, ya que es la primera en la historia de España donde la mayoría de las fuerzas políticas llegaron a un acuerdo. Ha tenido una enorme vigencia, llegando hasta la actualidad.

Estructura y Contenido de la Constitución de 1978

La Constitución consta de un preámbulo, 169 artículos divididos en un Título Preliminar y diez Títulos, además de disposiciones adicionales, transitorias, derogatoria y final.

  • Preámbulo: Marca los objetivos principales: justicia, libertad, seguridad, bienestar, promover el progreso de la cultura y de la economía, crear un Estado de Derecho y garantizar la convivencia democrática.
  • Título Preliminar: Define España como un Estado social y democrático de Derecho basado en la soberanía nacional. Establece una monarquía parlamentaria y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones.
  • Título I: De los derechos y deberes fundamentales: Recoge la igualdad de los españoles ante la ley. Comprende la parte dogmática.
    1. Derechos fundamentales y libertades públicas: Derecho a la vida, libertad, seguridad, honor, intimidad, libre circulación, educación, libertad de enseñanza, tutela judicial efectiva, integridad física y moral. Libertades ideológica, religiosa y de culto (aconfesionalidad del Estado), de expresión, cátedra, asociación, sindicación, huelga, reunión y participación política (sufragio universal).
    2. Derechos y deberes de los ciudadanos: Derecho a contraer matrimonio, trabajo, libertad de empresa, negociación colectiva laboral, propiedad privada y herencia. Deber de contribuir al sostenimiento del gasto público y defender España. Derecho a la objeción de conciencia.
    3. Principios rectores de la política social y económica: Informan la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos, pero su alegación directa ante tribunales depende de lo que dispongan las leyes que los desarrollen. Incluyen protección social, económica y jurídica de la familia, derecho al trabajo, régimen público de Seguridad Social, protección de la salud, acceso a la cultura, vivienda digna, medio ambiente, protección de consumidores, tercera edad, disminuidos. Pretenden promover el bienestar dentro de una economía mixta, con influencia de las fuerzas de izquierda.
    4. Garantías de las libertades y derechos fundamentales: Sistema de protección a través de los Tribunales Ordinarios (procedimiento preferente y sumario) y el Tribunal Constitucional (recurso de amparo).
    5. Suspensión de los derechos y libertades: Regula los estados de alarma, excepción y sitio.
  • Parte Orgánica (Títulos II al VI): Órganos del Estado.
    • Título II: De la Corona: El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de unidad y permanencia. Es inviolable y no está sujeto a responsabilidad. Tiene carácter moderador y arbitral. Su función principal es representar al Estado, sancionar y promulgar leyes, convocar y disolver las Cortes, y proponer el candidato a la Presidencia del Gobierno.
    • Título III: De las Cortes Generales: Bicamerales.
      • Congreso de los Diputados: Representación popular, elegido cada 4 años. Cámara fundamental.
      • Senado: Representación territorial. Defensa teórica de las provincias. Funcionalidad limitada en la práctica.
      • Funciones: Principalmente legislativa (elaboración y aprobación de leyes), aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, control del Gobierno (preguntas, interpelaciones, mociones de censura).
    • Título IV: Del Gobierno y la Administración: Formado por Presidente, Vicepresidentes (si los hubiere) y Ministros. Funciones: dirigir la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria. Puede elaborar decretos-leyes en caso de extraordinaria y urgente necesidad.
    • Título V: De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales: Regula la investidura, la cuestión de confianza y la moción de censura.
    • Título VI: Del Poder Judicial: Independiente, sometido únicamente al imperio de la ley. Administra justicia. Órganos: Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Supremo, Tribunales de Justicia. El Tribunal Constitucional (Título IX) es el intérprete supremo de la Constitución.
  • Título VIII: De la Organización Territorial del Estado: Municipios, provincias y Comunidades Autónomas. Fue el más original, debatido y ambiguo, enfrentando a sectores del ejército defensores de la unidad y a los nacionalistas. Estableció diferencias entre vías de acceso a la autonomía: la «vía rápida» (art. 151) para las «nacionalidades históricas» (Cataluña, País Vasco, Galicia) y otras que lo solicitaran, y la «vía lenta» (art. 143). La solución de compromiso fue el establecimiento de la indisoluble unidad de la Nación española, garantizando el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones.
  • Título X: De la reforma constitucional: Establece los procedimientos para modificar la Constitución.

Características y Valoración de la Constitución

Es una constitución democrática liberal, muy progresista en su contexto, inspirada en parte en la Constitución de 1931. Tiene aspectos sociales y económicos avanzados, reconoce las autonomías (dentro de la unidad de España) y, aunque reconoce la propiedad privada, permite expropiaciones por causa justificada de utilidad pública o interés social. Establece medidas sociales y de protección que debe adoptar el Estado.

Es fundamentalmente una constitución de consenso. Sin embargo, se asentó en la preferencia sucesoria masculina en la Corona, contraviniendo el principio de igualdad. Aspectos polémicos (como el divorcio o el aborto) se dejaron para desarrollo por ley ordinaria, lo que ha contribuido a su estabilidad. Su vigencia y la estabilidad otorgada al país indican su éxito. Actualmente, se debate la reforma de aspectos como las funciones del Senado y la sucesión a la Corona.

El Segundo Gobierno de UCD y la Crisis del Partido (1979-1981)

Una vez aprobada la Constitución, en marzo de 1979 se celebran nuevas elecciones generales. Hay menos variedad de partidos y un aumento de la abstención (32%). UCD consigue una segunda victoria, pero sin mayoría absoluta. La primera medida que toman es convocar elecciones municipales (abril de 1979), las primeras democráticas desde la II República. Los resultados dan mayoría de concejales a UCD, pero las alcaldías de las grandes ciudades son mayoritariamente para el PSOE con el apoyo del PCE. Además, se consigue un acuerdo con los nacionalistas vascos respecto al Estatuto de Autonomía. Se aprueban por referéndum los Estatutos de Autonomía del País Vasco y Cataluña (octubre de 1979), pero con una abstención cercana al 40%.

Problemas del Gobierno de Suárez

  • Debilidad parlamentaria: No tenía mayoría absoluta y carecía de poder en los principales ayuntamientos y en las comunidades autónomas históricas.
  • Crisis interna en UCD: Se produce una desmembración del partido con la aparición de diferentes corrientes y líderes «barone»), entrando el partido en crisis.
  • Oposición creciente: El PSOE y el PCE, que hasta entonces habían apoyado o consentido las reformas, comienzan a oponerse frontalmente. El PSOE se convierte en una oposición férrea, llegando a plantear una moción de censura en mayo de 1980 (que no prosperó, pero desgastó al gobierno). Continuaron las medidas de reforma, como la Ley de Divorcio o la Ley Orgánica del Estatuto de Centros Escolares (LOECE).
  • Terrorismo y violencia: Aumenta la actividad de ETA, que comienza a atentar indiscriminadamente, también en lugares públicos. Esto genera enfrentamientos y críticas por la aparente incapacidad del gobierno para controlarlo.

Esto hace que Suárez pierda apoyos y dimita en enero de 1981. Se piensa en Leopoldo Calvo-Sotelo como sucesor.

El Golpe de Estado del 23-F (1981)

El día que Calvo-Sotelo iba a ser investido presidente (23 de febrero de 1981), se produce un golpe de Estado, dirigido visiblemente por el teniente coronel Antonio Tejero, el capitán general de Valencia Jaime Milans del Bosch y el general Alfonso Armada. Sin embargo, no se conocen con certeza todos los implicados y las ramificaciones exactas.

El golpe se inició a las seis de la tarde con la irrupción de Tejero y un grupo de guardias civiles en el Congreso, reteniendo al poder legislativo y ejecutivo. Entretanto, Milans del Bosch sacaba los tanques a las calles en Valencia y publicaba un bando similar al de Mola en 1936. La operación descansaba en la ocupación de Madrid por la División Acorazada Brunete y en el supuesto apoyo del rey para formar un Gobierno de Salvación Nacional presidido por Armada. Se pretendía que las principales capitanías generales del país se sumaran.

Se esperaba la respuesta del rey. Las horas pasaban y se produjeron tensiones entre los propios dirigentes del golpe. A la una de la madrugada del día 24, el rey Juan Carlos I intervino en televisión, vestido con uniforme de Capitán General, desautorizando el golpe y defendiendo el orden constitucional. Debido a esto, el golpe fracasó. Los militares implicados tuvieron que rendirse y fueron juzgados. El rey pasó la tarde y noche contactando con las diferentes capitanías generales para asegurar su lealtad. Este golpe mostró la fragilidad del joven sistema democrático.

El Gobierno de Calvo-Sotelo (1981-1982)

El gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo duró un año y medio, marcado por el golpe de Estado. Tuvo que afrontar:

  • Las presiones de la Iglesia y sectores conservadores por la Ley de Divorcio.
  • El escándalo del aceite de colza adulterado, que causó miles de afectados y muertes.
  • El Caso Almería, donde tres jóvenes fueron torturados y asesinados por la Guardia Civil tras ser confundidos con etarras. Supuso un gran impacto en la opinión pública.
  • La creciente preocupación social por la aparición del SIDA.

Calvo-Sotelo también tuvo que afrontar el juicio del 23-F, que se saldó inicialmente con penas relativamente leves para los implicados. Más tarde, el Tribunal Supremo elevó las penas. El peligro de involución militar fue disminuyendo.

Se produjo la polémica integración de España en la OTAN (mayo de 1982), con la fuerte oposición del PSOE y el PCE. También se profundizó en el desarrollo autonómico con la aprobación de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) -posteriormente declarada parcialmente inconstitucional- y se completó el mapa autonómico de España con 17 Comunidades Autónomas y dos Ciudades Autónomas.

El gobierno, debilitado por la crisis interna de UCD y la fuerte oposición del PSOE, no pudo agotar la legislatura. Calvo-Sotelo decidió adelantar las elecciones a octubre de 1982.

Fin de la Transición

En las elecciones de octubre de 1982, el PSOE, liderado por Felipe González, consiguió una amplia mayoría absoluta. UCD sufrió un hundimiento espectacular. A partir del primer gobierno socialista, se considera generalmente que finaliza el periodo de la Transición Democrática.

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