Conflictividad obrera y pistolerismo

5.5.- Los trabajadores y la llegada de la república. El aumento de la conflictividad social

La república nacíó especialmente por trabajadores y sus asociaciones, que tuvieron gran protagonismo en el tránsito y los primeros momentos de vida del régimen. Incluso en ciudades en las que el movimiento obrero no había desempeñado un papel importante, la Casa del Pueblo destacó por su protagonismo en los festejos republicanos, fiesta que adquiríó un matiz específicamente popular y obrero en la celebración posterior del primero de Mayo.

En Valladolid el socialista Fernando de los Ríos va a ser acogido a su llegada por una multitud entusiasta que llevaba las banderas de la Casa del Pueblo, pero también de la república, lo cual expresaba el acuerdo y la simbiosis que se dio entre el régimen republicano y las sociedades obreras. En una regíón como Castilla y León la república va a propagar un despertar de la conciencia obrera que se va a ver en el surgimiento de sindicatos como la Uníón General de Trabajadores, sindicato predominante en la regíón a pesar de que en alguna provincia como Soria se dejó notar también la organización rival, la CNT.

En cualquier caso, seis meses después de la proclamación de la república, la central socialista contaba casi con 45.000 afiliados, 4 veces más que en 1928, con la particularidad de que la afiliación al sindicato se concentraba en dos provincias: Valladolid con más de 13.000 afiliados y Salamanca con cerca de 10.000. Dentro de las diferentes federaciones que estaban integradas en la UGT, la Federación Nacional de Trabajadores de la tierra fue la que experimentó un crecimiento mayor. En Septiembre de 1932 va a celebrarse el segundo congreso de esta federación, contabilizándose más de 600 sociedades de obreros agrícolas que totalizaban casi 42.000 afiliados, dato importante si se tiene en cuenta la pervivencia en el mundo rural de las viejas redes caciquiles. Se ha interpretado el gran crecimiento de esta federación como la culminación del despertar de la conciencia obrera en Castilla y León y como una superación de obrerismo organizado.

El Sindicato Nacional Ferroviario, con presencia importante en Valladolid, Salamanca o León, así como el Sindicato Minero Castellano, influyente en provincias como León o Palencia, fueron otras organizaciones destacadas dentro de la UGT con escasa competencia por parte de otros sindicatos.

Paralelamente al crecimiento de los sindicatos tuvo lugar un aumento de la conflictividad, inicialmente motivado por el estancamiento en los niveles de vida, trabas al movimiento huelguístico durante la dictadura de Primo de Rivera, lo cual llevó a que una vez proclamada la república las huelgas crecieran casi de inmediato con la sustancial mejora en las posiciones obreras que va a traer la república. Es verdad que si se centra solo en la UGT, al menos durante los dos primeros años, esta organización se esforzó por moderar el recurso a la huelga, y esto se puso de manifiesto en un conflicto significativo como el llevado a cabo por los obreros que trabajaban en los saltos del Duero, donde el sindicato anarquista contaba con bastante fuerza, pero a pesar de todo las huelgas registradas que van a contabilizarse entre 1931 y 1933 van a ser mucho más numerosas que en años precedentes.

El sector de la construcción fue el protagonista de los conflictos más importantes, sobre todo en lo que se refiere a las ciudades y ámbitos urbanos, con huelgas en diferentes ciudades, la huelga general de Diciembre de 1932 en Salamanca en relación con el paro en la construcción; en la ciudad de León también hubo paro en la construcción en Agosto y Septiembre de 1932; en primavera de 1936 fue convocada otra huelga de construcción en Valladolid, etc. El paro obrero en este sector estaba agudizado por la propensión de los patronos a contratar obreros de otras localidades y fue uno de los principales motores de la conflictividad en este sector, donde la Confederación Nacional del Trabajo tuvo cierto predominio.

La intervención de los ayuntamientos en la línea tradicional de organizar trabajos durante el invierno o abrir suscripciones públicas para ayudar a obreros parados, tan solo facilitó algunos paliativos a este problema del paro, incluso en municipios donde gobernaba la izquierda.

Se conoce también la intensa movilización de los mineros del principal núcleo minero palentino, Barruelo de Santullán, donde el sindicato minero castellano de la UGT contó durante los años de la república con cerca de mil afiliados, lo que justificó que el jurado mixto de la minería en la provincia de Palencia se ubicara en esta localidad en lugar de en la capital provincial. Esta movilización de los mineros afiliados al Sindicato Minero Castellano alcanzó su punto culminante a lo largo de 1934, en que el congreso del sindicato se inclínó de forma entusiasta por la revolución, una exaltación revolucionaria que se puso de manifiesto en un mitin antifascista celebrado el 22 de Julio con la presencia de unos 10.000 trabajadores.


En este ambiente de exaltación revolucionaria no debe extrañar que la orden de movilización general dada por la UGT el 4 de Octubre de 1934, después de la entrada de miembros de la CEDA en el gobierno, tuviera una acogida entusiasta, sucedíéndose escenas de gran violencia en Barruelo y otros pueblos de las cuencas mineras palentinas, con 7 obreros muertos (entre ellos el alcalde socialista del pueblo). Como consecuencia de la represión, 130 mineros van a ser enviados presos al penal de Burgos y van a huir del pueblo y la represión numerosos trabajadores.

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an solo después de la victoria del Frente Popular, el Sindicato Minero y la Casa del Pueblo van a reanudar sus actividades, volviendo a readaptar su línea comprometida radical, pero la conflictividad iba a tener en el medio rural en los conflictos entre jornaleros y patronos agrícolas, más fuertes pero su menos conocida incidencia, y una de las razones principales de esta elevada conflictividad consistíó en la aplicación al medio rural español de la legislación de trabajo decretada por Largo Caballero, y su rechazo por los patronos y por sus organizaciones.

Hay que recordar que esta legislación, además de ser rechazada por los patronos agrícolas y terratenientes, no resultaba demasiado asumible por parte de medianos y pequeños campesinos a pesar de apoyo brindado inicialmente a la república por asociaciones con bastante audiencia como la Uníón Agraria Salmantina. Así en provincias como León, Zamora, Palencia, Salamanca o Valladolid, tuvo lugar una proliferación de conflictos agrarios que en algunas provincias superaron incluso en número por los promovidos por trabajadores de la industria y los servicios. Estos conflictos estuvieron generalmente centrados y tuvieron como detonante la negociación de las bases de trabajo rural, así como de su interpretación y su puesta en práctica una vez aprobadas. De hecho muchas de las huelgas de jornaleros de Castilla y León se debieron al supuesto incumplimiento de las bases de trabajo previamente acordadas, o también se debieron a la negativa de ciertos patronos a contratar a obreros afiliados a sindicatos.

En el caso concreto de la provincia de Salamanca, la estrategia de la patronal salmantina ante las demandas obreras constituyo además un elemento clave en la reorganización de la derecha en esa provincia, y se ha dicho que contribuyó a que Salamanca se convirtiera en la cuna del movimiento Cedista. Así el Bloque Agrario Salmantino (patronal agraria de la provincia que agrupaba a los terratenientes salmantinos) y el duro enfrentamiento que mantuvo con la federación provincial obrera de UGT desempeñaron un papel importante, debiendo situar aquí los llamamientos del bloque agrario a boicotear las labores de siembra en el otoño de 1932, que iban a ser contestados posteriormente por los trabajadores de la tierra con el anuncio de una huelga general en la primavera de 1933 en Salamanca, para la que solicitaron el apoyo solidario de los jornaleros de otras provincias de la regíón.

Sin embargo el paro que convocó el Sindicato de Trabajadores de la Tierra de Salamanca, iniciado en el comienzo del verano de 1933 no logró un gran seguimiento, lo cual evidenciaba la fuerza creciente de la patronal y los partidos agrarios que lograron imponer sus puntos de vista y además lograron atraerse a los pequeños y medianos campesinos. Se puede citar a título de ejemplo el acercamiento de la Uníón de Agricultores Salmantinos al Bloque Agrario Salmantino, gran patronal agrícola constituida por grandes terratenientes. En cualquier caso, este duro conflicto entre patronos agrícolas y jornaleros ha sido considerado como el acontecimiento más importante ocurrido en Salamanca durante el periodo republicano.

También conviene señalar que este proceso dado en Salamanca de acercamiento al bloque agrario derechista, se dio probablemente en otras provincias como Zamora, donde otro tipo de organización de pequeños y medianos agricultores, las Alianzas de Labradores, cercanas en principio a la órbita de Galarza, respecto de formaciones o partidos políticos agrarios de signo derechista.

Otro episodio importante fue la huelga general de Octubre de 1934, que vino precedida de una clara radicalización de las organizaciones obreras, y de hecho en los órganos de prensa de sindicatos que habían seguido una línea moderada y prudente, se va a mencionar cada vez más a la lucha de clases, la revolución, a partir de la consideración o la idea de  que la república se había mostrado incapaz de satisfacer las demandas obreras e incluso estaba al borde de abrir sus puertas al fascismo.

Es cierto con todo, que la huelga general constituyo más bien un fracaso en Castilla y León si se compara con otras regiones, a excepción de sectores concretos radicalizados, como la minería de carbón de la montaña leonesa y palentina, aunque estudios provinciales como los llevados a cabo en Valladolid muestran que fue, sobre todo, en el medio rural más que en la capital donde se prodigaron los incidentes más graves, especialmente en Medina de Rioseco. Lo que es más significativo es que la detención de militantes, destitución de socialistas y clausuras de casas del pueblo fue en las zonas rurales.

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