Crisis monarquia borbonica

11.1. La crisis de 1808. La Guerra de la Independencia y los comienzos de la revolución liberal



La crisis de 1808.*
-La crisis de la Monarquía venía larvándose desde el mismo momento de ascenso al trono de Carlos IV en 1788. La corte está fraccionada entre los partidarios del conde de Aranda y los del conde de Floridablanca, entre los que consideran obligación de la nobleza gobernar, por ser nobles, y los que piensan que el gobierno ha de estar en manos de los mejor preparados; los que aprecian positivo para los intereses de la Monarquía el fortalecer aún más los lazos con Francia y a los que parece impensable enemistarse con Gran Bretaña, señora de los mares y claro peligro para América y todas las riquezas que genera. Aquellos que desean reformas “reales” por temor al nuevo sujeto histórico que es el “pueblo” o los que se inclinan por pequeñas reformas para que todo continúe igual. *-Serán la concepción del poder del Antiguo Régimen, todo en la figura del monarca sólo obligado a respetar los privilegios y fueros concedidos por sus antepasados, y la revolución francesa, los aspectos históricos que alteren por completo la realidad española de finales del XVIII y principios del XIX hacia unas formas nuevas de organización política, económica, social, cultural e, incluso, de mentalidad.*-Aranjuez, Riofrío, el Palacio de Oriente, El Escorial o La Granja, los lugares de residencia principal de la corte de Carlos IV, son los escenarios de intrigas por el poder entre nobleza, Iglesia y altos burócratas . La concepción nobiliar y eclesiástica del poder es elitista por lo que no dudan, los que antes luchaban entre sí por el “poder real”, en aliarse contra la nueva estrella de la corte de Carlos IV: Manuel Godoy alzado a Secretario de Estado. Su encumbramiento sigue pautas patrimoniales del poder: el acceso a los monarcas, agradarlos y hablar de soluciones para el Reino.*-Mas ese acceso al poder se da en un contexto internacional y nacional muy complejo. A nivel internacional las ideas revolucionarias de Francia se expanden al son de los ejércitos napoleónicos y en el interno la crisis económica va a más: malas cosechas; comercio decadente ante la presión de Gran Bretaña a las colonias; hundimiento de la Hacienda Real ante las guerras y la venta de vales reales cada día más devaluados que disparan el déficit.*-Esos elementos provocan un malestar general incrementado por la política de alianzas con la Francia napoleónica que se habían traducido en gravísimas derrotas frente a Gran Bretaña, Trafalgar, 1805, y en la entrada de tropas francesas teóricamente en tránsito hacia Portugal por el Tratado de Fointenebleau, 1807. Finalmente esta situación desencadena el motín de Aranjuez, 19 marzo de 1808. Una revuelta palaciega dirigida por un sector de la nobleza partidaria del príncipe Fernando y opuesta a la influencia de Godoy en la corte. En esta revuelta participan también sectores populares que protestan contra Godoy y contra la entrada de tropas francesas. La presión de los amotinados obliga a Carlos IV a destituir a su ministro y dos días después a abdicar en su hijo Fernando VII. El destronamiento de un rey por una simple revuelta refleja la debilidad de la monarquía en estos momentos.*-Ante los sucesos de Aranjuez Napoleón decide hacerse con el trono español y acabar con la dinastía. Convoca a la familia real a la ciudad de Bayona, lo que inmediatamente acepta Fernando VII que ansía su legitimación por parte de la potencia que en esos momentos domina Europa. Una vez en Bayona, Napoleón presiona a Fernando VII para que entregue el trono a su padre, éste a Napoleón y, el Bonaparte a su hermano mayor José. Así, la breve dinastía Bonaparte se instala en España en la figura de José I. El nuevo monarca sólo es aceptado por una minoría de intelectuales ilustrados, los denominados afrancesados que entienden que lo único que sucede es un mero cambio dinástico y contemplan al nuevo rey como el más indicado para realizar las reformas necesarias para sacar al país del marasmo. Son partidarios de una monarquía autoritaria que realice reformas sin el desorden revolución. Con la promulgación del Estatuto de Bayona, conjunto de leyes redactado por Napoleón se suprime el régimen señorial, la vinculación de las tierras, las aduanas interiores y la Inquisición.
La guerra.*
-Cuando llegaron las noticias de lo sucedido en Bayona el pueblo de Madrid se amotinó (2 de Mayo). El alzamiento pronto se generalizó a toda España. La mayoría de los españoles no compartía la posición de los afrancesados y además la existencia de fuertes contingentes de tropas francesas hizo pensar a la población que la estrategia de Napoleón incluía la conquista de la propia España.*-La guerra fue larga y difícil, a pesar que el ejército francés dirigido en España por el general Murat, era más numeroso y sus técnicas de guerra más modernas. En un principio la resistencia fue mayor de la esperada y Murat tuvo grandes dificultades para avanzar (sitios de Zaragoza y Gerona -General Palafox-), incluso sufrió una derrota en campo abierto (general Castaños en la batalla de Bailén) que obligó al propio Napoleón a venir a España. Sin embargo, en 1810 sólo Cádiz permanecía libre de franceses. Pero la derrota del ejército español y la conquista del territorio no significaron el fin de la guerra, que continuo, contra todo pronóstico, con la resistencia popular organizada en guerrillas.*-La prolongada guerra de guerrillas, el inicio de la guerra con Rusia -que obligó en 1812 a sacar buena parte de las tropas estacionadas en España- y la ayuda de las tropas inglesas al mando de Wellington (victorias de Arapiles, Vitoria e Irún) inclinaron la suerte de la contienda a favor de los españoles. En 1814 fueron expulsadas las últimas tropas francesas.*-La guerra de la independencia presenta cuatro rasgos característicos: el de guerra patriótica al crear entre los españoles el sentimiento de pertenencia a la misma comunidad por encima de las adscripciones locales o regionales. De guerra civil pues una parte pequeña pero significativa (afrancesados) estuvo del lado de José I. De guerra internacional al ser España teatro de operaciones de enfrentamientos entre franceses e ingleses. Y una guerra que provocó una revolución política. Una parte de los patriotas, los liberales, aprovecharon el vació político para elaborar una Constitución que suprimía el absolutismo político y establecía una monarquía constitucional (Constitución de Cádiz, 1812).

Los comienzos de la revolución liberal

*-Ante el vacío de poder producido por la abdicación de los Borbones y dado que las autoridades no compartían la posición de la población, sino que colaboraban con José I, se formaron unas instituciones de poder paralelas, las Juntas Provinciales, que decidieron asumir la dirección de la guerra y de todos los asuntos en sus provincias. Las iniciales juntas locales, compuestas por grupos populares de artesanos y clases bajas urbanas, jornaleros y labradores, son desplazadas por nobles, burgueses y clero ante sus propuestas más radicales que suponían una revisión de las estructuras sociales, de propiedad y de la propia concepción del poder: o “sería desde abajo o no sería”.*-Sin embargo las clases pudientes logran controlar todas y cada una de las juntas locales, formar unas Juntas Provinciales, 18, y, desde estas una Junta Suprema Central y Gubernativa, en nombre de Fernando VII y con el poder de convocar Cortes del Reino.

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