Dictadura Miguel Primo de Rivera 1923

Intentos de modernización. El regeneracionismo


 Los dos políticos más destacados de esta etapa fueron Antonio Maura, del Partido Conservador, y José Canalejas, del Partido Liberal. Ambos aplicaron medidas reformistas, cercanas al regeneracionismo, pero sin afrontar las transformaciones que España necesitaba.

El primer intento modernizador fue obra de Antonio Maura. Su proyecto político era la revolución desde arriba, para impedir la revolución popular.

Durante su gobierno (1907-1909) se aprobaron medidas económicas  y sociales. Se promulgó una nueva Ley Electoral en 1907 que, aunque no democratizaba el sistema político, sí dificultaba el fraude electoral. Intentó llegar a acuerdos con el nacionalismo moderado, preparando una Ley de Administración Local, que concedía más autonomía a los ayuntamientos y diputaciones.

 La Semana Trágica de Barcelona truncó, en 1909, la labor de gobierno de Antonio Maura.

La ciudad de Barcelona entaba en tensión por las fricciones con los militares, la intervención en Marruecos, el malestar ante el sistema de quintas, las reivindicaciones anarquistas entre los obreros, el creciente anticlericalismo y el éxito de las consignas del Partido Radical de Alejandro Lerroux entre las clases medias.

Los disturbios se iniciaron por el envío de reservistas al Protectorado de Marruecos. Posteriormente se produjo el desastre militar del Barranco del Lobo. Maura decidíó enviar más soldados. Su error fue no enviar soldados de reemplazo ordinario sino reservistas de Madrid y Barcelona lo que provocó la resistencia de estos y sus familias a embarcarse.

 Se convocó en Barcelona una huelga general,  en la que se manifestaron todas las tensiones sociales acumuladas. Las autoridades declararon el Estado de Guerra y el ejército acabó con la revuelta. Durante una semana la población reacciónó levantando barricadas en las calles e incendiando iglesias y conventos.

La represión fue muy dura y arbitraria. La oleada de protestas provocó la caída de Antonio Maura y el traspaso de poder a los liberales. En las elecciones de 1910, una alianza electoral de socialistas y republicanos permitíó a Pablo Iglesias conseguir un escaño.

 El nuevo gobierno liberal (1910-1912) lo presidíó José Canalejas, con un programa regeneracionista. Suprimíó los impuestos de consumos, reformó el sistema de reclutamiento por quintas (Servicio Militar Obligatorio), aprobó la Ley del Candado que prohibía la instalación en España de nuevas comunidades religiosas si antes no habían recibido autorización del gobierno y se tramitó la Ley de Mancomunidades con la que pretendía canalizar las reivindicaciones autonomistas catalanas. José Canalejas fue asesinado en un atentado terrorista llevado a cabo por los anarquistas. 

En la Primera Guerra Mundial España se declaró neutral, manteniendo la actitud aislacionista adoptada desde 1898. La guerra estimuló la economía, ya que potenció la industria y multiplicó las exportaciones. Sin embargo, tuvo consecuencias sociales muy negativas:

El aumento de la demanda exterior provocó inflación dentro de España, que no fue compensada con un aumento equivalente de los salarios.

 Al terminar la guerra, el descenso de las ventas obligó al cierre de fábricas y minas, con el consiguiente aumento del paro y los conflictos sociales. Es la época también del triunfo de la Revolución Rusa, de tanta importancia para la clase obrera.


La Guerra de Marruecos

 Antecedentes

La política colonial marroquí influyó decisivamente en la vida española de la época: en 1909 el reclutamiento de reservistas (a consecuencia del Desastre del Barranco del Lobo con 1200 muertos) provocó la Semana Trágica de Barcelona y, en 1921 el Desastre de Annual aceleró el fin de la Restauración. España administraba el Rif – regíón del norte de Marruecos – desde la Conferencia Internacional de Algeciras de 1906 que le confirmó ese protectorado.

 En los primeros años de ocupación se habían producido incidentes, como el ataque a Melilla y la citada derrota española en el Barranco del Lobo (1909). Al finalizar la Primera Guerra Mundial España reemprendíó la ocupación del Rif, chocando con la resistencia de las cabilas indígenas. En 1921 el general Silvestre llevó a cabo una acción precipitada adentrándose en el Rif. El jefe rifeño Abd-el-Krim atacó las posiciones españolas e inflingió una gravísima derrota: desastre de Annual, en el que murieron 13.000 soldados españoles.

 Consecuencias.

La derrota aumentó la impopularidad de la presencia española en Marruecos. Se exigieron responsabilidades por esta derrota a los militares, al gobierno e incluso a Alfonso XIII, iniciándose el Expediente Picasso. La actitud de la oposición en las Cortes, defendiendo el abandono de Marruecos, dio gran popularidad al PSOE y a los republicanos. La reacción de los militares fue inmediata y se hizo efectiva en el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera en 1923. (Se iniciaba la etapa de la Dictadura, en la que se apuntaría un gran triunfo en Marruecos, Primo de
Rivera, cuando tras el desembarco de Alhucemas en 1925, logró la derrota y rendición de Abd-el –Krim

La dictadura de Primo de Rivera: el golpe militar de Miguel Primo de Rivera


 A principios de la década de 1920 España vivía una situación difícil. Fue el pretexto utilizado por Miguel Primo de Rivera (Capitán General de Cataluña) para proclamar la dictadura en 1923.

La Restauración se había desprestigiado por diversos motivos: Gobiernos ineficaces, División interna de los partidos y Corrupción política.

El movimiento obrero se radicalizó en sus reivindicaciones ante la recesión económica, con la consiguiente escalada de huelgas. Se añadían las consecuencias del desastre de Annual que había erosionado al ejército: en el Expediente Picasso se exigían responsabilidades a los militares por la derrota, exigencia que llegó al mismo rey Alfonso XIII. El ejército se quejaba también de la falta de medios para vengar la humillación de Marruecos. El 13 de Septiembre de 1923 el malestar del ejército se concretó en el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña. Miguel Primo de Rivera justificó su actuación como un intento regeneracionista. Su manifiesto hablaba de establecer una dictadura temporal para resolver los graves problemas pendientes que tenía España. El Golpe de Estado recibíó los apoyos del ejército, de la iglesia, de la burguésía y del propio rey. Éste, aceptando el Golpe de Estado, encargó formar gobierno a Primo de Rivera, ligando así su destino al de la dictadura.

 En las primeras decisiones políticas de la dictadura de Primo de Rivera fueron: Supresión de las garantías constitucionales, Disolución de las Cortes, Prohibición de las actividades de los partidos políticos yEstablecimiento de una rígida censura de prensa.


El Directorio militar (1923-1925)


El primer gobierno de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, formado exclusivamente por generales, se denominó Directorio militar (1923-1925). Sus actuaciones más destacadas fueron:

– Reorganización de los ayuntamientos y de las diputaciones provinciales. Los concejales serían elegidos por sorteo entre los mayores contribuyentes y los alcaldes serían nombrados por el Gobierno. Al frente de los gobiernos civiles de cada provincia se nombraría a mandos militares.

– Política centralista. Prohibición de la bandera catalana y limitación del uso del catalán al ámbito privado.

– Adopción de severas medidas de orden público. Se prohibieron las manifestaciones las huelgas, lo que redujo rápidamente el número de atentados y de conflictos laborales.

– Creación de la Uníón Patriótica a modo de partido único, sin ideología definida, cuya única misión era apoyar la dictadura de Primo de Rivera.

El éxito de los primeros años de la dictadura fue acabar con la guerra de Marruecos. Miguel Primo de Rivera era partidario de abandonar el Protectorado por los enormes gastos que acarreaba y por la oposición popular a la presencia española en Marruecos. Por ello, preparó la retirada de Marruecos pese las protestas de los militares africanistas. Pero en 1925, ante un ataque de Abd- el- Krim en la zona de soberanía francesa, se decidíó la acción conjunta Franco- española. El desembarco de Alhucemas constituyó un éxito completo y Abd-el-Krim se rindió a los franceses. Una vez controlado el Protectorado, Miguel Primo de Rivera decidíó reforzar el ejército de África y quitar emotividad popular al problema marroquí sustituyendo las tropas de reclutas españoles por regulares indígenas.

La sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil


 Las tensiones sociales y políticas de la República se acentuaron en la primavera de 1936, lo que propició que los militares contrarios al gobierno prepararan un Golpe de Estado. Como jefe de la sublevación se designó al general Sanjurjo, pero murió al estrellarse el avión que le traía a España desde Estoril, Portugal. El coordinador de toda la trama conspiradora era, desde Pamplona, el General Mola (el Director).

El General Mola organizó el Golpe de Estado contando con el apoyo de parte del Ejército y de los grupos políticos antirrepublicanos – monárquicos, carlistas y falangistas. El Golpe de Estado debía ejecutarse con gran rapidez y violencia para evitar cualquier resistencia del Gobierno o de las organizaciones izquierdistas. El régimen republicano sería sustituido por una dictadura provisional. Ante las sospechas y, para evitarlo, el ministro de Defensa había cambiado de destino a los generales más antigubernamentales, Mola, Franco, Goded, destínándolos a Pamplona, Canarias y Baleares respectivamente. Sin embargo los preparativos de la sublevación habían continuado. Los conspiradores sabían que era difícil que triunfara el Golpe de Estado debido a dos factores:

– División en el Ejército y las fuerzas de seguridad (Guardia Civil, Guardia de Asalto).

– Buena organización de las asociaciones obreras y campesinas.

 El Golpe de Estado estaba fijado para el 18 de Julio, pero la tensión creada por los asesinatos del teniente Castillo- Guardia de asalto y militante del PSOE – y del diputado monárquico José Calvo Sotelo, provocó que los conspiradores de Melilla y Ceuta se alzaran la noche anterior.


A lo largo del día 18 de Julio, los sublevados alzaron gran parte de la Península – Navarra, Álava, Castilla-León, Galicia y varias regiones de Aragón y Andalucía – además de Marruecos, Canarias y Baleares. Sin embargo, la acción conjunta de militares leales al Gobierno y organizaciones obreras consiguió sofocar la rebelión en las grandes ciudades del país salvo en Sevilla y, por consiguiente, se produjo el fracaso del Golpe de Estado. Los sublevados no se rindieron y organizaron una guerra relámpago para conquistar Madrid, dando comienzo entonces la Guerra Civil.

Tras el Golpe de Estado, España quedó dividida en dos bandos:

1. La República:

Económicamente, controlaba las zonas industriales y mineras, además de los recursos financieros del Banco de España. Militarmente, la República contaba con al apoyo de la Marina y la Guardia de Asalto; armó a las organizaciones obreras y campesinas (milicianos) y las agrupó con los militares leales para hacer frente a los sublevados.

2. Los sublevados:

Económicamente, dominaban las principales zonas agrarias. Militarmente, los sublevados contaban con las experimentadas tropas africanas (la Legión y los Regulares), la mayoría de los oficiales y la Guardia Civil, así como numerosos voluntarios de las milicias.

8.4.        Economía y sociedad en la España del Siglo XVI

Economía: El reinado de Carlos I fue de crecimiento económico:

  Sevilla se enriquecíó con el comercio indiano y los puertos del norte de España con la exportación de lana a Europa. Durante el Siglo XVI tuvo lugar la revolución de los precios por el aumento de la demanda y la llegada de metales preciosos de América. Los salarios no subieron al mismo ritmo que las mercancías. Es así como los propietarios se enriquecieron mientras que las clases populares se empobrecieron.

Sociedad: En la sociedad se distinguían los siguientes grupos:

– Nobleza. La alta nobleza era propietaria de latifundios y estaba asentada en la Corte; la pequeña nobleza se arruinó por culpa de la inflación.

– Clero. Los altos cargos de la Iglesia eran ocupados por los segundones de la nobleza y dispónían de buenas rentas. El bajo clero era pobre y carecía de cultura.

– Burguésía. Era escasa porque la artesanía y el comercio estuvieron controlados por extranjeros. Los burgueses optaron por inversiones seguras y la compra de tierras, vinculándose al comercio y la banca.

– Campesinos y trabajadores urbanos. Fueron los más perjudicados por la política fiscal y económica de la Monarquía. Los campesinos eran la inmensa mayoría de la población y podían estar sometidos a la jurisdicción del rey, de la nobleza o de la Iglesia.

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