El régimen de la restauración y el sistema canovista selectividad

Restauración BORBÓNICA

Ya durante el año 1874 la República había agotado sus posibilidades de mantenerse como el sistema de organización política de España. Poco a poco, todos los sectores sociales van a dar la espalda al régimen republicano. La inestabilidad política vivida durante el Sexenio provoca que la burguésía gire hacia posiciones conservadoras. Los trabajadores urbanos y los jornaleros no consideraban ya al régimen político nacido en 1868 como defensor de sus intereses. Además, la alta burguésía reclamaba disciplina y estabilidad política para el desarrollo de sus negocios, en peligro con las guerras. Los intereses coloniales de los dueños de ingenios azucareros en Cuba temían las reformas proyectadas por el régimen republicano, que podía abolir la esclavitud y poner en peligro sus negocios. Los grandes propietarios de tierras deseaban orden, seguridad, un gobierno enérgico que garantizara la propiedad privada frente al “hambre de tierra” de jornaleros y braceros. Para ellos la República y la  democracia supónían el reparto de tierras y la revolución social.
La Iglesia Católica, contraria a las medidas laicas del régimen republicano, también se opuso desde el principio.

Desde 1870 los alfonsinos ya habían empezado a organizarse. Se producirán dos hechos fundamentales, que propiciarán la aceptación del nuevo régimen: la renuncia al trono de Isabel II en favor de su hijo Alfonso y  que fuese Cánovas del Castillo quien encabezara a los monárquicos y se pusiera al frente de la operación de la Restauración.


El  cansancio  de  los  españoles  provocado  por  los  ensayos  políticos  que se sucedieron durante el sexenio democrático fue tomando cuerpo la idea hábilmente dirigida por Antonio Cánovas del Castillo de proclamar Rey de España  al  infante  Don Alfonso  de Borbón,  hijo  de Isabel II  y  restaurar  la Monarquía de los Borbones.

El Príncipe firmó  un manifiesto  el  1  de Diciembre  de  1874  en Sandhurst, pero ese mismo mes, el día 29, Martínez Campos proclama Rey a Alfonso de Borbón después de un pronunciamiento militar en la Plana de Sagunto. Contra  los  deseos  de  Cánovas,  la  Monarquía  Borbónica  había  sido restaurada mediante un golpe militar en contra de la idea de Cánovas. El nuevo rey no defraudó a nadie por su juventud, comprensión e inteligencia y se ganó la simpatía popular y de la clase política.

El sistema político de la Restauración fue ideado por Cánovas del Castillo quien contó con la ayuda de Sagasta.

Los principios doctrinales en que se basa la Restauración son:

• Supone el fin de la inestabilidad política del periodo anterior.

• Era necesario sintetizar las ideas progresistas del Sexenio y el legado de la  historia

• Civilismo contra militarismo. El poder civil es superior al militar, tiene la legitimidad a través del sufragio.

• Hay que buscar acuerdos para que todos se entiendan,  es preciso que unos y otros cedan.


• Se  impone  un  pacto  entre  todas  las  fuerzas  políticas  que  logre  una convivencia pacífica en el seno de una monarquía parlamentaria.

Una  comisión  formada  por  seis miembros  y  presidida  por  Alonso Martínez fue  la  encargada  de  preparar  el  anteproyecto.  La  nueva  constitución  se promulgaba el 30 de Junio de 1876 y supone un equilibrio entre la Constitución moderada de 1845 y la revolucionaria de 1869.

En primer lugar se restaura el liberalismo doctrinario, según la cual la soberanía reside en las Cortes con el Rey.

En segundo lugar se garantizaba el ejercicio del gobierno a fuerzas políticas.

En cuanto a los derechos de los españoles, se recogían derechos individuales del  liberalismo  progresista  como  la  seguridad personal,  inviolabilidad del domicilio,  la  libertad de enseñanza,  así  como  los  derechos de reuníón  y asociación.

Las  Cortes  se  dividen  en:  el  Senado  y  el  Congreso  de  los  Diputados. Los  miembros  del  Congreso  serían  elegidos  por  cinco  años,  pudiendo ser  reelegidos  indefinidamente.  Había  senadores  por  derecho  propio, vitalicios.

Esta  Constitución  se  considera  avanzada  por  el  sufragio  universal  masculino que  permitía  el  voto  a  todos  los  españoles  mayores  de  veinticinco  años  y  la libertad religiosa.


Es  la  Constitución  más larga  (1876-1931)  y  la  que  proporciónó  estabilidad política  y  aunque  es  de  carácter  moderado  es  lo  suficientemente  elástica para  ser  aceptada  por  los  progresistas.  Sin  embargo,  existía  un  desfase entre la Constitución de 1876  y la  realidad de una España en  su mayor parte campesina  y  analfabeta  que  dio  lugar  a  que  diferentes  clases  sociales  se aprovecharan en su beneficio.

Cánovas concibió el funcionamiento de la política española sobre dos partidos  que  aceptando  la  legalidad  se  alternarían  en  el  poder.  Son los  llamados  partidos  dinásticos:  Partido  Liberal  (Sagasta)  y  Partido  Liberal Conservador (Cánovas).

Ambos se entendieron perfectamente con los  reyes, ya que Cánovas  reuníó a los moderados y unionistas y Sagasta a la antigua izquierda progresista.

Fuera  del  sistema  quedaban  en  la  extrema  derecha:  los  carlistas  y  en  la extrema  izquierda:  los  republicanos  el  anarquismo  y  el  socialismo  de  Pablo Iglesias (fundador de la U.G.T.) y del Partido Socialista Español.

Estos  dos  últimos  (socialistas  y  anarquistas)  ganaron  poco  a  poco  el campesinado y el proletariado urbano.

Para  gobernar  era  necesaria  la  mayoría  en  el  resultado  electoral,  pero  para lograr  la  alternancia  entre  los  partidos  conservador  y  liberal  se  llegó  a  un acuerdo mutuo que ambos partidos se cederían el poder llegado el momento, desencadenando un fraude en las elecciones, el partido encargado de formar el


gobierno y de convocar elecciones siempre resultaba ganador.

El procedimiento fue el siguiente:

Convocadas  las  elecciones,  el  Ministro de la Gobernación  realizaba  “el encasillado”, es decir, decidía los diputados que iban a  ser elegidos por  cada circunscripción electoral. A continuación, el  Gobernador Civil de cada provincia manipulaba las elecciones previo acuerdo con los caciques a los que compraba los votos. Si estas medidas no daban  resultado se  recurría al  “pucherazo”, es decir, aparecían más votos que electores, votaban hasta vecinos muertos.

La  alternancia en el poder  estaba  predeterminada  por  la  oligarquía  y  el caciquismo. La primera formada por los dirigentes políticos de ambos partidos, terratenientes  y  burguésía  adinerada.  A  su  servicio  estaba  el  cacique,  una persona de gran poder económico en la comarca o pueblo y que empleaba su poder para dominar políticamente a los habitantes de dicha zona.

Esta  situación  muestra  el  desfase  entre  la  España  oficial,  la  de  la  legalidad constitucional  y  la  España  real,  la  de  la  oligarquía  y  el  caciquismo.  Este fenómeno es propio de una sociedad rural, subdesarrollada y analfabeta.

Al morir Alfonso XII el Pacto del Pardo  entre Cánovas  y Sagasta  aseguro  la continuidad del sistema por medio de la Regencia de María Cristina. El  caciquismo  y  la  farsa  electoral  eran  inmorales    y  pronto  serían  señalados como uno de los “males de la patria”.


El  sistema  del  encasillado  propiciaba  la  imposición por  parte  de  la administración central de diputados cuneros (no nacidos en el distrito electoral que no se preocupaban de la realidad socioeconómica. Este sistema dio lugar a la aparición del enchufismo, el padrinazgo y la subordinación.

Aunque  el  caciquismo  se  dio  en  toda  España,  fue  en  Andalucía donde  tuvo mayor arraigo. Se distinguían tres tipos de políticos:

• El  cunero: procedía  del  medio  urbano.  Ligado  a  la  oligarquía  y  era elegido en distritos pobres con muchos analfabetos.

• El  notable:  era  un  personaje  muy  vinculado  al  distrito  por  tener intereses en la regíón.

• El  cacique: era  un  político  profesional,  conocido  con  apelativos populares.

Cada provincia tenía sus propios caciques. En Málaga destaca Romero Robledo y la familia Larios, en Almería Cervantes.

En  el  caciquismo  se  daba  la  ausencia  de  motivación  ideológica  y  la conversión  de  la  política  en  el  reino  del  favor,  la  recomendación  y  el enchufismo.

La  pacificación social  fue  el  principal  objetivo  de  la  Restauración  y  para conseguirlo, Cánovas procuró llegar a un consenso con los principales poderes fácticos de la nacíón: el ejército y la iglesia.

El ejército y el trono  se  reencontraron  ya  que  Alfonso XII  era  un  Rey soldado  y  el  ejército  abandonó  las  prácticas  del  pronunciamiento  y  se profesionalizó. Así el civismo se impuso al militarismo.


La Iglesia  recobró  su  prestigio,  sobre  todo  en  la  enseñanza,  aunque  el anticlericalismo se intensificó. Aunque el Papa León XIII apoyó la Restauración y el posibilismo de Cánovas aplicado a la libertad de  cultos, no fue bien  visto por amplios sectores de la Iglesia.

En  1987 Cánovas  muere  asesinado  por  un  anarquista  y Sagasta  muere  en 1903. La muerte de ambos personajes fue un duro golpe para la Restauración.

El  sistema  canovista  procuró  terminar  la  Tercera  Guerra  Carlista  y  la Pacificación  de  Cuba,  y  gracias  a  Alfonso  XII,  Carlos  VII  tuvo  que  huir  a Francia.

En cuanto a la Guerra de Cuba, el General Martínez Campos consiguió la Paz en 1878 con el Convenio de Zanjón.

En  la  labor  legislativa  surgieron  la  Ley Provincial  y  Municipal  y  en  política económica  se  creó  una  comisión  de  reformas  sociales  que  desarrolló  una importante labor de información acerca de las condiciones de vida de las clases trabajadoras.


Consec


El reinado de Alfonso XIII (1902-1923) estuvo marcado por la división interna de los partidos de “turno”, las denuncias del caciquismo realizadas por los regeneracionistas y el fraccionamiento del parlamentarismo.

Los hechos que marcaron el reinado de Alfonso XIII fueron La Semana Trágica de 1909; una insurrección social en Barcelona, El incremento de las protestas y la radicalización del movimiento obrero; que generó importantes tensiones sociales, En la I Guerra Mundial, la llamada Gran Guerra, España se mantuvo neutral, lo que generó un boom económico al convertirse España en suministradora de los países en contienda. Esta crisis aceleró la caída de la monarquía parlamentaria. Desde 1917 hasta 1923 hubo 13 gobiernos. Los partidos dinásticos (Conservador y Liberal) se consumían en luchas internas por el liderazgo y el propio rey participaba en la vida política de forma muy activa. Con este panorama, y como consecuencia directa del desastre de Annual en Marruecos, donde 120.000 soldados españoles fueron masacrados, el 13 de Septiembre de 1923 el general Primo de Rivera dio un Golpe de Estado y anuló la Constitución de 1876.

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