El Sexenio Democrático (1868-1874): Intento fallido de consolidación democrática

El Sexenio Democrático (1868-1874)

Última etapa de la revolución liberal. Fracasado por los levantamientos carlistas, la guerra de Cuba, el movimiento obrero tras la revolución del 98 y la crisis económica. Supone el fracaso de la burguesía al estabilizar el sistema político: se suceden la monarquía de Amadeo de Saboya, la república federal y unitaria, y la vuelta a la monarquía borbónica tras el golpe de Pavía.

La Revolución Gloriosa (1868)

Causas:

Crisis económica:
  • Financiera: bajada de acciones en bolsa, originada a raíz de la crisis del ferrocarril.
  • Industrial: la industria textil se abastecía con algodón importado de Estados Unidos, pero la guerra de secesión encareció la importación.
  • De subsistencias: malas cosechas que dieron como resultado escasez de trigo y aumento del precio del pan.
Deterioro político:
  • Desprestigio de la reina: descontento contra el sistema isabelino, se reclamaba un gobierno que salvara sus inversiones en bolsa.
  • Autoritarismo de Narváez: en 1866 tras la revuelta del cuartel de San Gil, O’Donnell es apartado del gobierno por la reina, pero el partido moderado (Narváez y Bravo) siguieron gobernando, cerraron cortes e hicieron oídos sordos a los problemas del país.
  • Pacto de Ostende: algunos partidos practicaron la política de retraimiento, se negaron a participar en las elecciones y defendieron la conspiración como único medio para poder gobernar, por lo tanto el Partido Progresista (Prim) y el Partido Demócrata se unen con la voluntad de unificar sus actuaciones para acabar con el moderantismo. El compromiso proponía el fin de la monarquía isabelina y dejaba la decisión sobre una nueva forma de gobierno en manos de unas cortes constituyentes.
  • Descontento militar: se les une la Unión Liberal (Serrano) mediante el pacto de Bruselas. Los unionistas aportaron una buena parte de la cúspide del ejército, pero su carácter conservador y opuestos a todo cambio redujo el levantamiento a un simple pronunciamiento militar.

El 19 de septiembre de 1868 se produjo un pronunciamiento militar en Cádiz a manos del brigadier Topete contra el gobierno de Isabel II. Los desterrados Prim y Serrano se reunieron con los sublevados para defender la libertad y el orden. El gobierno de Isabel II defendió el trono con las armas, y se produjo el encuentro en el puente de Alcolea. El gobierno de Isabel II no tuvo otra salida que dimitir y la reina se exilió a Francia. En la revolución tuvieron gran protagonismo las fuerzas populares dirigidas por los progresistas, demócratas y republicanos. Se constituyeron juntas revolucionarias y organizaron levantamientos y llamamientos al pueblo.

El radicalismo de las juntas no era compartido por los progresistas y unionistas que ya habían conseguido el objetivo de derrocar la monarquía. Los sublevados propusieron a la junta un gobierno provisional, Serrano fue proclamado regente y Prim presidente.

El gobierno provisional promulgó una serie de decretos y convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Decretos: emancipación de los hijos de esclavos, libertad de imprenta y enseñanza, derecho de asociación, inviolabilidad del domicilio, libertad de cultos. Las Cortes se reunieron y crearon una comisión parlamentaria encargada de redactar una nueva Constitución aprobada en 1869.

Es la primera constitución democrática de la historia de España: amplios derechos y libertades, soberanía nacional, estado monárquico con poderes limitados y legislación por las Cortes, libertad religiosa pero culto católico, sufragio universal, juicios con jurado. Tras la proclamación del gobierno provisional los republicanos mostraron su descontento, los carlistas volvieron a su actividad insurreccional, la situación económica empeoraba y era necesario encontrar un nuevo monarca para la corona española.

Amadeo de Saboya (1871-1873)

Prim fue el encargado de sondear los candidatos, el idóneo fue Amadeo de Saboya ya que tenía una gran concepción democrática de la monarquía. Tras el asesinato de Prim las Cortes se disolvieron para iniciar una nueva etapa democrática, pero la nueva dinastía contaba con muy pocos apoyos. Tenía la oposición de la aristocracia y del clero. También tuvo la oposición de los moderados que consideraban la monarquía ilegítima y eran fieles a la dinastía de los Borbones, por lo que no tardaron en organizar la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII hijo de Isabel II. Cánovas fue el principal dirigente de este grupo. Por otro lado Amadeo dio argumentos al sector carlista para volver a llevar a cabo una insurrección y sentar en el trono a Carlos VII. El monarca tampoco contaba con el apoyo de los republicanos ni de los populares. El problema se agravó con la guerra de los Diez Años llamada Grito de Yara que se inició en Cuba, estaba dirigida por los criollos (blancos nacidos allí) en contra de la esclavitud. Finalmente en 2 años se formaron 6 gobiernos. Amadeo presentó su renuncia al trono y abandonó España dejando una sensación de país ingobernable.

La Primera República Española (1873-1874)

  • Proclamación de la República por las Cortes monárquicas, convocatoria de las elecciones bajo la presidencia de Figueras.
  • República Federal: presidencia de Pi y Margall, proyecto de Constitución. Presidencia de Salmerón.
  • República Unitaria: presidencia de Castelar.
  • Golpe del general Pavía.
  • Coalición de unionistas y progresistas. Pronunciamiento de Martínez Campos.

Problemas de la República: carlismo, guerra de Cuba, cantonalismo: combina el ideal federalista con los deseos de revolución social inspirados en el anarquismo. La iniciativa parte de un grupo radical de las Cortes, se extiende por Andalucía y Castilla, es sofocado por Pavía y Martínez Campos, la represión forzará la dimisión de Pi y Margall y Salmerón, provocando la presidencia de Castelar y el fin de la República Federal.

Causas del fracaso: radicalismo de los movimientos sociales (anarquistas y socialistas). Presidentes intelectuales escasamente prácticos. Presión exterior del carlismo y de la guerra de Cuba que aumentaban la frustración del ejército.

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