Estructura económica y social de Venezuela 1830 y 1936

El 14 de Abril de 1931 se proclamó la Segunda República, tras la victoria de los republicanos en las elecciones municipales y la abdicación y abandono de España por Alfonso XIII. El comité revolucionario creado en el Pacto de San Sebastián se convirtió en gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora. Su misión principal era la
convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes, celebradas el 28 de Junio, en las cuales la izquierda alcanzó una clara mayoría (destacaron el PSOE, el Partido Radical Socialista -Marcelino Domingo-, y el Partido Radical de Lerroux). La República tuvo que afrontar problemas y resistencias: la declaración de la República catalana por Francesc Macià, la hostilidad de la alta jerarquía eclesiástica y el vandalismo anticlerical.
Las Cortes elaboraron la Constitución de 1931, de carácter democrático. Carácterísticas: se definía a España como “una república democrática y de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de libertad y justicia”, incluía la declaración de derechos y libertades (destaca el voto femenino y el derecho a la educación), estricta separación de poderes (el legislativo en unas Cortes Unicamerales, elegidas por sufragio universal; el ejecutivo en el Gobierno, q debía contar cn la aprobación de las Cortes; y en el poder judicial se introdujo el jurado popular); el Presidente de la República era de elección indirecta; el Estado se declaraba laico; el Estado era único, pero admitía posibles autonomías regionales. La Constitución reflejaba las ideas de la mayoría existente en las Cortes pero no contaba con el consenso de todas las fuerzas políticas.
El primer gobierno constitucional (Bienio reformista), presidido por Manuel Azaña fue de coalición republicano-
socialista y desde (1931-1933). Emprendíó un amplio programa de reformas, en un contexto económico desfavorable. Los efectos de la crisis económica del 29 se empezaron a sentir, a pesar del carácter cerrado de la economía española (las inversiones extranjeras se redujeron, se interrumpieron las emigraciones, el paro alcanzó cifras desconocidas, etc.). Entre las acciones reformistas destacaron: la reforma religiosa (prohibición de ejercer la enseñanza o Ley del Divorcio); reforma educativa y cultural (la escuela primaria fue declarada obligatoria y gratuita, se trató de elevar el nivel de la cultura popular); reforma del modelo territorial de Estado (aprobación del Estatuto de Cataluña); reforma militar (someter al ejército a la autoridad civil y asegurar su lealtad, se creó la Guardia de Asalto –para mantener el orden público-); reformas sociales (mejoras en la legislación laboral);
política de obras públicas; y reforma agraria (buscaba acabar con el latifundismo de bajo rendimiento y redistribuir la tierra) q, tuvo una escasa aplicación por la lentitud del procedimiento y la dificultad para indemnizar a los propietarios.
La radicalización popular y la oposición conservadora obstaculizaron la labor reformadora del gobierno. Los anarquistas (el grupo extremista de Buenaventura Durruti) y también el minoritario PCE, consideraron las reformas lentas e insuficientes, por lo cual organizaron movilizaciones populares, cuyo culmen fue la sublevación campesina en Casas Viejas –la respuesta desproporcionada por parte de la Guardia de Asalto desacreditó al gobierno-. Desde algunos sectores del ejército se prepararon conspiraciones que cristalizaron en la sublevación del general Sanjurjo en 1932, siendo sofocada con facilidad. La derecha se reorganizó, destacando la tendencia posibilista de la CEDA –coalición liderada por Gil Robles en torno a la defensa del catolicismo y el conservadurismo-, y la derecha monárquica representada por
los carlistas y Renovación Española -Calvo Sotelo-. Los minoritarios grupos de inspiración fascista se unieron en Falange Española, dirigida por José Antonio
Primo de Rivera.
Los sucesos de Casas Viejas, las maniobras políticas del Partido Radical para expulsar a los socialistas del gobierno, la crisis económica, etc., provocaron que el presidente Alcalá Zamora terminara forzando la dimisión de Azaña. Ante la imposibilidad de formar un nuevo ejecutivo estable que contara con el apoyo parlamentario suficiente,
disolvíó las Cortes y convocó elecciones.


Las elecciones se desarrollaron en un clima de confrontación. Triunfó la derecha, cuya organización principal era la CEDA, seguida del Partido Radical de Lerroux. La derrota de los partidos de izquierda se debíó al desgaste del gobierno anterior, la abstención propugnada por los anarquistas, y la división entre republicanos y socialistas. La respuesta anarquista a la victoria de la derecha, supuso la insurrección más violenta llevada a cabo hasta el momento.
Bienio radical
Cedista(1933-1936). Los dos primeros gobiernos estuvieron presididos e integrados por miembros del Partido Radical , aunque apoyados y presionados en  por la CEDA. Esto trajo como consecuencia una revisión de las reformas del bienio anterior: paralización de la reforma agraria y del proceso autonómico, rectificación de la política religiosa, revisión de la reforma educativa y Ley de Amnistía para los participantes en la Sanjurjada. Estas medidas provocaron una fuerte conflictividad social y una radicalización en la izquierda (en el PSOE se impusieron las posturas revolucionarias de Largo Caballero).
En Octubre de 1934 la CEDA exigíó su entrada en el gobierno. Esto fue la señal para que se formara un comité revolucionario socialista (sin apoyo de los anarquistas), q ante el miedo a un supuesto fascismo, comenzó una insurrección con la convocatoria de una huelga general revolucionaria. La incidencia fue escasa, salvo en Madrid, Vizcaya, Barcelona y Asturias. El ejército sofocó con facilidad los focos huelguistas a excepción del asturiano donde se llevó a cabo una revolución socialista. La rebelión fue sofocada por las tropas de Franco, tras una lucha encarnizada, a lo que le siguió una dura y arbitraria represión con torturas, encarcelamientos y condenas a muerte. La revolución determinó la evolución del bienio dando lugar a una derechización del gobierno –ahora mayoría de la CEDA- que aceleró la rectificación de las reformas, y una polarización y radicalización de las posiciones políticas (Calvo Sotelo fundó el Bloque Nacional –propónía una monarquía tradicional basada en una autoridad fuerte, con participación del ejército-, los grupos de izquierda tendieron a concentrar su fuerzas). Las disensiones en el seno del ejecutivo eran frecuentes pero la crisis definitiva se produjo a finales de 1935 por el hundimiento del Partido Radical tras el escándalo del estraperlo, y la acusación de corrupción económica contra varios gobiernos radicales. Los sucesivos gobiernos de derecha fueron breves por falta de apoyo parlamentario y el Presidente convocó nuevas elecciones para el 16 de Febrero de 1936.
Para las nuevas elecciones las fuerzas de la izquierda, formaron el Frente Popular, obteniendo una mayoría absoluta con el 59% de los escaños. Azaña se convirtió de nuevo en jefe de gobierno, compuesto por republicanos de izquierda, adoptando las siguientes medidas: amnistía para los represaliados en 1934, restauración plena del Estatuto de Autonomía de Cataluña, y reanudación de las reformas, especialmente la agraria. Por último, el Congreso destituyó a Alcalá Zamora, y eligió como presidente de la República a Azaña. Éste pretendíó que los socialistas entraran en el gobierno para fortalecerlo, pero el grupo parlamentario no quería un gobierno de coalición-, y finalmente eligió a Casares Quiroga (ORGA).
Durante la primavera de 1936 se vivíó un clima de radicalización social y política. Los obreros y los campesinos protagonizaban un movimiento constante de agitación social y acción revolucionaria (huelgas, ocupación de tierras, etc.). Los pistoleros falangistas realizaban actos violentos y asesinatos para crear un clima de alarma social, a lo que muchos militantes obreros, respondían con represalias. El miedo a un Golpe de Estado estaba presente en el gobierno y se decidíó alejar a los militares sospechosos de los centros de poder (Goded fue destinado a Baleares, Franco a Canarias y Mola a Pamplona). Sin embargo, estas medidas no sirvieron para frenar la
rebelión militar. El 12 de Julio se produce el asesinato de José Castillo, socialista y teniente de la Guardia de Asalto, a lo que compañeros suyos respondieron con el de Calvo Sotelo. El doble crimen provocó un fuerte impacto en la opinión pública y sirvió a los conspiradores para justificar la sublevación militar que daría origen
a la Guerra Civil.

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