Filósofos de la revolución industrial

. Las bases del “milagro holandés”, que los convirtieron en la primera potencia económica europea fueron varias: 1. El comercio internacional desbancaron a Portugal (sector manufacturero). 2. La agricultura holandesa era una de las más destacadas de Europa. El drenaje de pantanos y la fertilización de las tierras, fueron beneficiosos para el comercio internacional. Todos los Países Bajos tuvieron en las finanzas uno de sus pilares de su gran crecimiento. El éxito holandés se basó en la creación de las instituciones que protegieron los derechos de la propiedad y no pusieron pegas para el movimiento de individuos. Todo el continente aportó sus conocimientos  a la economía de los Países Bajos. La inmigración benefició a Holanda como a los países receptores. También lo hizo Inglaterra pero en menos medida.
Inmigrantes con conocimientos comerciales, financieros, empresariales recalaron en Gran Bretaña contribuyeron también en el crecimiento de las manufacturas. Multiplicaron por 6 las exportaciones del s. XVII y s. XVIII debido a varios factores: gran dotación de capital en sus diferentes variantes, organización financiera y mercantil. Tras varios conflictos entre la corona y la nobleza. El gobierno y parlamento  poseyeron instituciones de capital de gran importancia para la industrialización. La expansión del comercio, aumentó la demanda de productos británicos y materias primas, acumulación del capital, la creación de instituciones que favorecieron el crecimiento.
Inglaterra y Holanda pasaron de la crisis del s. XVII, progresaron hacia la industrialización y el desarrollo de la expansión en la centuria siguiente. Francia le seguía detrás y España e Italia salieron de la crisis en el s. XVIII inician la industrialización.España aumentó la población debido a la evolución de la agricultura que fue parecida temporal y especialmente a la demográfica. En las manufacturas aumentó la producción impulsado por la expansión de la demanda.

De la protoindustria a la industria:

El pionero de la “REVOLUCIÓN INDUSTRIAL”  fue Inglaterra, no fue una revolución explosiva sino gradual y con profundas raíces históricas. No se produjo en todos los lugares a la vez ni de la misma forma. El sistema de fábrica carácterístico de la sociedad industrial surgíó en el caldo de cultivo llamado “sistema protoindustria”.
La protoindustria se le llama al sistema constituido por un conjunto más o menos amplios de pequeños talleres familiares, zonas rurales y/o urbanas organizados por comerciantes que le abastecían de materias primas y comercializaban los productos acabados.  En el s. XVIII la protoindustria ya estaba extendida en buena parte de Europa occidental.
Esto venía de atrás con el sistema de encargo a domicilio, surgido en la Edad Media. Los comerciantes llegaron a controlar una gran cantidad de talleres dispersos. La poca inversión en capital fijo, se fueron convirtiendo en limitaciones a medida que las protoindustrias iban creciendo, además aumentaban sus costes, por esos algunos comerciantes advirtieron que era más rentables que los artesanos se desplazaran todos a un lugar, en vez de trabajar cada uno en sus domicilios.
Esto contribuyó el surgimiento de nuevas tecnologías ahorradoras de trabajo y generadoras de las economías de escala. Estos dos factores influyeron en la aparición del moderno sistema de fábrica y por tanto, la REVOLICÍON INDUSTRIAL.La primera fábrica modera fue una factoría de hilados de seda en 1719. 

Lo interesante de esto es que se demuestra que la industrialización


inglesa se había puesto en marcha desde la primera década del s. XVIII.  La seda previamente organizado en el sistema protoindustrial. La revolución industrial se notó bastante en el sector algodonero ya que este sector a principio del s. XVIII era pequeño y estaba poco organizado, lo que dio ventaja, ya que al estar menos sujeto a la tradición, tuvo más libertad para innovar. 

La primera fábrica algodonera surgíó en 1771

A partir de aquí empezaron a crear se muchas otras, se “industrializó” y crecíó rápidamente. Las fábricas atraían muchísima mano de obra. En 1780 tuvo lugar la primera máquina de vapor, que trajo consigo las primeras ciudades industriales. Su difusión hacia otros sectores y sus implicaciones son el núcleo de la llamada Revolución Industrial.

Grandes transformaciones de la Revolución Industrial:


La Revolución Industrial inglesa fue acompañada por un aumento de la productividad agraria, una mayor producción de alimentos y un crecimiento demográfico.  Esto generó un “sobrante” de mano de obra agraria que se vio obligada a emigrar en busca de sustento. Algunos emigraron a distintos países, pero otros emigraron a las ciudades, absorbidas por las nuevas fábricas. Estas localizadas en zonas rurales se fueron concentrando en cada vez zonas más urbanas, transformándose en ciudades más populosas que atraían a la población. La economía británica dejo de ser predominantemente rural para convertirse en una economía industrial.
Fue convirtiéndose en el principal sector, y de los servicios, que con el tiempo acabarían superando a la industria. La caída del peso del sector agrario fue paralela a un aumento de su productividad, esto permitíó alimentar a la creciente población y elevar el consumo de alimentos por habitante.
Grandes transformaciones fueron la inversión en nuevas máquinas que fueron sustituyendo al trabajo manual. Exigían recintos grandes para poder tener las grandes máquinas dentro de ellas, esto fue decisivo para las economías de escala. La actividad artesanal no pudo competir con las máquinas y fue decayendo. El símbolo de transformación fue la máquina de vapor.
La fábrica supuso un cambio drástico en la forma de trabajo al pasar de un entorno familiar a otro personalizado, bajo la supervisión de capataces, con unos horarios y ritmos de trabajo impuestos por la maquinaria y en condiciones a veces infrahumanas. Desplazarse diariamente de la vivienda al trabajo y viceversa, fue otro cambio importante en la forma de vida. Al obligar a emigrar a toda la familia, forzada a iniciar una nueva vida en un entorno hostil, en viviendas y en condiciones infrahumanas. Este fenómeno acabó dando origen al llamado proletariado, que autores marxistas habían contrapuesto a la burguésía. 
El proletariado industrial atravesó circunstancias difíciles que en ocasiones provocaron brotes de violencia. Pero con el tiempo las condiciones y el nivel de vida de los obreros mejoraron.
El uso de minerales fósiles, exactamente el carbón de piedra, tuvo efectos revolucionarios sobre el desarrollo industrial. La hulla se empleó más fue para modernización de la metalurgia, en especial del hierro. El hierro cada vez más demandado, en el s, XVIII se inventó en Inglaterra una técnica que permitíó empezar a usar el carbón de piedra en la siderurgia. Este y otros avances  tecnológicos que se sucedieron permitieron aumentar la producción del hierro y el acero, disminuir su coste y aumentar la calidad. Esto fue clave para el desarrollo de otros sectores. El carbón de piedra fue esencial para la energía de vapor.
Las grandes transformaciones en las vías y medios de transportes, en el caso británico hubo u importante avance en el sistema de canales y carreteras que facilitó el tránsito de mercancías y personas. También ayudó ampliar los horizontes en el mercado internacional y nacional. Estos avances fueron posibles debido a la expansión de las fábricas, los factores de la demanda, la expansión del mercado que ayudó a afianzarlo y difundirlo. Las mejoras en el transporte fomentó la división del trabajo entre regiones, lo que mejoró la productividad y la eficiencia de la economía británica en su conjunto.
Todas estas transformaciones fueron acompañadas por nuevas ideas y políticas que favorecieron una mayor libertad económica. Adam Smith apoyaba esta libertad económica frente al mercantilismo. Estas ideas tardaron en calar en la sociedad, pero en conjunto promovieron el desarrollo industrial y económico al favorecer la eliminación de muchas de las trabas mercantilistas.

La Revolución Industrial no fue revolucionaria


por rápida, sino por sus consecuencias. El sistema de fábrica revoluciónó la industria y lo convirtió en el sector líder. La Revolución Industrial británica se inició a principios del s. XVIII y no se culminaría hasta bien entrados el s. XIX, los siguientes fueron Bélgica, Francia y Suiza que fue en el último tercio del s. XVIII, le siguen EE.UU y Alemania, que se industrializaron a partir de la década de 1830.

Antecedentes de la Revolución Industrial:

La primera fue en Inglaterra y no en otro lugar. En Inglaterra se dieron toso los factores y en un grado significativo.
Hubo una mejora de la educación se redujo su tasa de analfabetismo. Una mentalidad más flexible y una mayor capacidad innovadora. La Revolución Industrial no procedíó de los hombres de la ciencia, sino de los artesanos que aplicaron su ingenio a mejorar sus productivos. Las mejoras educativas inglesas fueron esenciales para explicar tanto la oleada de novedades técnicas, como su difusión y aceptación por la sociedad.
El afianzamiento del parlamento delimitó claramente el poder del rey. Esto supuso el traspaso del control de las finanzas públicas al Parlamento, lo que redujo notablemente la deuda pública y líberó capital para la inversión privada y estatal. Se produjo una disminución del poder absoluto del rey. Desde el punto de vista económico, esto significó que las medidas que se tomaron en Inglaterra fueron menos arbitrales y más favorables para los intereses de la sociedad.
En 1624 se prohibieron los monopolios, lo que estimuló la inversión y la actividad económica  del país. La política económica británica durante los s. XVII y s. XVIII fue más racional y favorable al desarrollo económico.
Las innovaciones agrarias introducidas en Inglaterra desde el s. XVI permitieron que en el s. XVII se alcanzaran unos niveles de productividad similares a los de Holanda. Aquellas innovaciones fue la agricultura convertible: la alternancia entre cultivos y pastos con el fin de mejorar la producción ganadera así como la fertilidad del suelo. Ambos procesos cercado y consolidación de parcelas permitieron una explotación más empresarial o capitalista de las tierras, lo que llevó a incrementos en la productividad. En definitiva, la modernización de la agricultura inglesa contribuyó de forma decisiva a la Revolución Industrial porque aportó mano de obra y capitales a la industria, fue un mercado significativo para los productos industriales, permitíó alimentar a la creciente población no agraria  y generó la entrada de divisas vía exportaciones.Inglaterra en el s. XVII también desarrolló el comercio y las finanzas, estos contribuyeron a la industrialización. La modernización del campo estimuló la expansión del comercio interior, y además fue participando más en el comercio internacional, hasta que finalmente sobrepasaron a los Países Bajos. Entre el s. XVIII y s. XIX la renta nacional inglesa aumentó un 50%.Londres era la ciudad más poblada del mundo.
El sistema bancario londinense inició una notable modernización a partir de la restauración monárquica, diferentes oferentes empezaron a actuar como banqueros, se empezaron a conceder préstamos, admitían depósitos de valores y metale.
Una importante creación fue en 1694 del Banco de Inglaterra, que  obtuvo el monopolio de la emisión de billetes en Londres. Pero el Banco de Inglaterra no abríó sucursales fuera de Londres y la casa Real de la Moneda no acuñaba monedas en cantidad. Los ingleses vieron una oportunidad en un obstáculo.
Empezaron a surgir por todo el país “bancos rurales”, que cumplieron con la inestimable función de abastecer de crédito a los pequeños comerciantes, agricultores y artesanos.

El transporte y las comunicaciones, su clima y su orografía,

Inglaterra goza de grandes ventajas naturales para ese tipo de transportes (barco), ya que tiene bastantes ríos navegables, así como mucho puertos naturales.
La gran ventaja para el comercio interior y exterior fue debido a la inversión en obras públicas. En el s. XVII y mediados del s. XVIII el Parlamento promulgó infinidad de leyes para mejorar ríos y puertos, a partir de 1750  la construcción de canales que conectarían con ríos, minas y pueblos con sus mercados.  También se hicieron grandes inversiones para mejorar las carreteras y los caminos.
Hubo una gran mejora en las comunicaciones que hizo que se dedujera la idea de que la “división del trabajo depende de la extensión del mercado”, es decir una mayor facilidad de intercambio, mayor será la tendencia a la especialización productiva entre regiones y/o empresas y, por tanto mayor estímulo para crear innovaciones que incrementen la productividad.

Las grandes innovaciones tecnológicas:


El aspecto central, habría de dirigirse hacia una serie de innovaciones tecnológicas del s. XVIII y s. XIX que revolucionaron la industria y que fue el detonante de la transformación económica y social de la Revolución Industrial.
La revolución en la siderurgia fue determinante  la transformación del carbón piedra en hulla, esto permitíó que se usara de forma eficiente en la fundición del hierro. Las grandes reservas británicas de hulla, fue decisivo para el horno de pudelado y laminación que permitíó aumentar notablemente la calidad y escala de producción del hierro, esto permitíó expandir enormemente la producción y las exportaciones de hierro británico.
Las innovaciones en la energía de vapor estuvieron vinculadas en su origen a la minería, debido a las inundaciones, esto estimuló la creación de la máquina de vapor, que tras varios intentos fallidos en 1780 se creó la primera máquina de vapor. Esto permitíó usa la energía de vapor en todo tipo de sectores.

La máquina de vapor sirvió de estimulante para otros inventos

Como el sector algodonero que acabaron mecanizando la producción y estableciendo el sistema fabril. La lanzadera volante se difundíó con rapidez en este sector. La mula de hilar facilitó la producción de hilo fino y resistente en grandes cantidad.
El telar mecánico no empezó a difundirse de forma significativa hasta 1810, sobretodo en 1820 donde empezó a ser más competitivo que los tejedores manuales, que empezaron a descender rápidamente.
La plantaciones de algodón no podían producir al ritmo de la demanda, por eso inventaron la desmontadora mecánica de algodón en 1793, esto hizo que las plantaciones de algodón se incrementaran y poder abastecer a la demanda. Los productores recurrieron a la mano de obra esclava.
Los avances en el sector químico no estuvieron tan concentrados en Gran Bretaña como los sectores ya vistos. La industria textil fu la gran beneficiada de los productos químicos y la que más estimuló la innovación.

Los inventos que revolucionaron el transporte: la locomotora y la navegación a vapor

El ferrocarril surgíó en el s. XVIII en algunas minas  para corto recorridos impulsados por fuerza animal.
Hubo varios intentos del ferrocarril pero el primero fue en 1825. El ferrocarril llegó cuando la Revolución industrial estaba en su fase final que no quiere decir que no mejorara la economía británica, si lo hizo pero en menor medida, sobretodo se beneficiaron sectores del hierro, el acero, carbón… además abarató el coste del transporte.
La máquina de vapor de navegación fue un invento norteamericano, su expansión se inició en la segunda mitad del s. XIX a raíz de la introducción de la hélice y de la máquina de vapor compuesta. Se redujo costes y hubo una expansión del comercio internacional.

Efectos sociales y económicos de la Revolución Industrial:


El paso duna economía agraria a una economía industrial supuso una distribución geográfica y sectorial de los trabajadores y sus familias, así como en sus condiciones de vida. Las desigualdades económicas disminuyeron en el mismo periodo, hay que concluir que a largo plazo la industrialización no sólo benefició a unos pocos sino al conjunto de la sociedad.
A largo plazo la primera mitad del s. XIX las duras condiciones del trabajo, los problemas de vivienda y salubridad en las  ciudades hizo que se notara más los aspectos negativos de la industrialización.
Los nuevos inventos también dejaron sin empleo a muchos trabajadores tradicionales. Ese malestar llegó a ser tanto que se manifestaron esporádicos brotes de violencia. El ferrocarril supuso el declive de las empresas de transporte. El telar mecánico abarató el coste de los tejidos, las nuevas fábricas acabaron contratando a los tejedores manuales y a otros muchos lo que crearon más empleos que los que destruyeron. El ferrocarril benefició más que lo que perjudicó.
El ambiente creado por los grupos sociales perjudicados y las dificultades del s. XIX generaron bastantes ambientes una sensación negativa con respecto a la industrialización. A mitad del s. XIX era claro que el nivel de vida medio inglés era el mayor del mundo, razón por la cual la revolución proletaria vaticinada por Marx nunca sucedíó.
Es indiscutible que la Revolución Industrial generó problemas y dificultades para los obreros y sus familias, especialmente en las décadas centrales de la transición hacia la sociedad industrial, 1790-1820. La dureza del proceso migratorio, la falta de preparación inicial de las ciudades para acoger tantos nuevos habitantes, el adaptarse a los ritmos de trabajo, la regulación del horario… fueron los problemas ligados a la industrialización


Los nuevos inventos también dejaron sin empleo a muchos trabajadores tradicionales. Ese malestar llegó a ser tanto que se manifestaron esporádicos brotes de violencia. El ferrocarril supuso el declive de las empresas de transporte. El telar mecánico abarató el coste de los tejidos, las nuevas fábricas acabaron contratando a los tejedores manuales y a otros muchos lo que crearon más empleos que los que destruyeron. El ferrocarril benefició más que lo que perjudicó.
El ambiente creado por los grupos sociales perjudicados y las dificultades del s. XIX generaron bastantes ambientes una sensación negativa con respecto a la industrialización. A mitad del s. XIX era claro que el nivel de vida medio inglés era el mayor del mundo, razón por la cual la revolución proletaria vaticinada por Marx nunca sucedíó.
Es indiscutible que la Revolución Industrial generó problemas y dificultades para los obreros y sus familias, especialmente en las décadas centrales de la transición hacia la sociedad industrial, 1790-1820. La dureza del proceso migratorio, la falta de preparación inicial de las ciudades para acoger tantos nuevos habitantes, el adaptarse a los ritmos de trabajo, la regulación del horario… fueron los problemas ligados a la industrialización que se irían resolviendo con el tiempo.

El triunfo de las ideas liberales en la Gran Bretaña del s

XIX prohibían las uniones de los trabajadores y culminado con la abolición de las leyes del cereales, se implantó unas medidas para regular el trabajo en las fábricas y proteger a los sectores sociales más desfavorecidos. Se creó el movimiento obrero que instauró el sufragio universal masculino,  se impulsaron medidas reformadoras desde diversos ámbitos políticos.
El socialismo conservador, la promulgación de la ley de fábricas 1833, la reducción de la jornada laboral, limitación del trabajo infantil, inspectores para cumplir las leyes.
Mejorando la situación de los obreros y de la sociedad británica se elevó enormemente la productividad económica. En el s. XIX no hay duda que Gran Bretaña fue la principal potencia económica del siglo.

El país con mayor renta per cápita del mundo

La Revolución Industrial ha producido enormes beneficios económicos y sociales, especialmente para la clase trabajadora.

El debate entre el librecambismo y el proteccionismo:


La libertad económica, dentro de un adecuado orden institucional, servía mejor a los objetivos del desarrollo económico y la mejora del bienestar. El comercio internacional probó que la libertad también eran beneficiosa para todos los que participaba en los intercambios; existirían mercados más amplios, y mayores oportunidades para ahondar en la división del trabajo, con las respectivas ganancias de productividad, emplear los factores de producción disponibles de un modo más eficiente, producir con un menos coste relativo, obtener muchos bienes, cuya elaboración no tenían ventaja comparativa, más baratos que se intentaban producirlos ellos mismos.
Gran Bretaña desde principios del s. XIX por el librecambio para hacer campaña contra unos elevados aranceles. 1860 sólo quedaban vigentes algunos pocos derechos de aduanas.
Otro paso significativo hacia el librecambio fue el tratado Cobden-chavalier  ente Gran Bretaña y Francia. Gran Bretaña eliminaría todos los aranceles a la importación de productos franceses, a excepción del vino y el brandy, y Francia eliminaría la prohibición de importar textiles británicos y reduciría los aranceles para los productos británicos. Lo curioso de esta cláusula  de “nacíón más favorecida” era que si Gran Bretaña o Francia negociaban con otro país, la otra parte se beneficiaría de forma automática.
El tratado anglo-francés le siguió una cadena de numerosos tratados entre distintos países europeos. El grado de libre comercio en Europa alcanzó niveles sin precedentes, dando lugar a incrementos en el volumen global de intercambios durante varios años. Asimismo favorecíó la reducción de los costes en los transporte.
El último cuarto del s. XIX se volvería al proteccionismo, argumentando la defensa nacional y el mantenimiento de los sectores estratégicos, y la garantía del empleo nacional. Sin embargo sede  a la crisis financiera de 1873:
la I gran depresión (1873-1890): debido a la caída de los precios, producidos por un incremento de la producción agrícola y de un descenso de los precios debido a los avances de las nuevas tecnologías.
La situación depresiva reclamaron más proteccionismo ante el aumento de la competencia que se asociaba al alcance del librecomercio los agricultores hicieron la producción mundial de amplias áreas vírgenes en el Medio Oeste americano


sus cosechas en los mercados europeos a precios muy competitivos gracias a la notable reducción de los costes del transporte.
Fueron desarrollándose políticas de protección en distintos países. Algunas naciones como los Países Bajos, Bélgica y Dinamarca e Inglaterra mantuvieron la política librecambista.
En primer lugar, la tasa de crecimiento anual del comercio internacional siguió siendo positiva. En segundo lugar, a comienzos del s. XX las economías europeas dependían más que nunca de su sector exterior.  Hay que dejar claro que solo el sistema proteccionista tiene efectos negativos.

La Segunda Revolución Industrial y los cambios en el mundo empresarial (1870-1913):


La II Revolución Industrial abarca el conjunto de innovaciones técnicas desde mediados del s. XX,  incrementaron significativamente, tanto en variedad como en cantidad, la capacidad de los países industriales o en vías de industrialización. Los nuevos desarrollos técnicos requerían grandes inversiones, pero contrapartida permitían una notable reducción de los costes unitarios gracias a la posibilidad de las economías de escala. Las innovaciones técnicas estaban ahora apoyadas directamente en el conocimiento científico.
Los adelantos tecnológicos fue muy especial la electricidad, forma de energía con múltiples aplicaciones industriales que se desarrollarían con mucha rapidez. La energía sucesiva mejoras introducidas en la máquina de vapor. El empleo del petróleo como combustibles.
La fabricación masiva de acero barato fue otro de los logros decisivos de la segunda mitad del s. XIX. El acero es una variedad superior al hierro en dureza, resistencia, elasticidad y maleabilidad, que permite además una mayor presión en el funcionamiento de mecanismos.
En química los adelantos más importantes se dieron probablemente en los tintes sintéticos o colorantes científicos. Los trasportes, el ferrocarril conocíó su gran era constructiva en Europa y otras partes del mundo durante la segunda mitad del s. XIX. El barco de vapor solo consiguió desbancar a la vela gracias a la acumulación de una serie de innovaciones técnicas previas. La aparición del teléfono, iban a suponer una completa revolución en la trasmisión de información a larga distancia de forma rápida y eficaz
.En el ámbito empresarial se dieron también cambios importantes durante el último tercio del s. XIX y comienzos de XX, la oleada de innovaciones técnicas a la que se acaba de hacer referencia, el modelo de “empresa moderna” nacidos en los sectores del ferrocarril  y las telecomunicaciones, y caracterizados por una tendencia a la separación entre la propiedad. La organización científica del trabajo (taylorismo), nuevas formas de distribución, la exigencia de grandes capitales que impónían las tecnologías de la II revolución Industrial, se impusieron canales  de financiación más amplios y sólidos. En general, la mayor dimensión empresarial buscaba un mayor control del mercado y un mejor aprovechamiento de las economías de escala y de diversificación, y supuso un incentivo más para la concentración poblacional en grandes urbes y la formación de grandes sindicatos sectoriales.

La movilidad de los factores. La primera globalización:


El s. XIX y comienzos del XX los movimientos internacionales de la población alcanzaron cotas sin precedentes. Hubo flujos de población dentro de Europa desde las zonas más atrasadas hacia las económicamente más avanzadas, los inmigrantes se dirigieron fundamentalmente a zonas con tierra abundante, como los EE.UU. La mayoría de los que se fueron no regresaron.  La vieja Europa, lo cierto es que las migraciones tuvieron un efecto positivo en los países de procedencia, pues aliviaron la presión demográfica dando un respiro a los salarios reales. Fueron positivas para las zonas receptoras, ya que carecían de mano de obra.

Los movimientos internacionales de capitales

La inversión externa se convirtió por primera  vez un fenómeno de gran importancia, motivado por la búsqueda de ganancias más altas que en el propio país de origen. Se desempeñó un papel positivo y estabilizador en la economía internacional.
Los países donantes destacaron poderosamente Gran Bretaña de la inversión externa mundial, la primera mitad del s. XIX dirigíó sus capitales a la compra de deuda pública, en la segunda mitad del siglo los concentró en el desarrollo de ferrocarriles, minas de EE.UU, Iberoamérica.También Francia en la primera mitad del s. XIX centró también sus inversiones en la compra de deuda pública  de países vecinos, en la segunda mitad invirtió sobretodo en el fenómeno del ferrocarril y de


 de empresas industriales  en el sur y este de Europa.
Otros países se situaron en una situación intermedia, pasando de deudores a acreedores netos. Alemania, que si bien en las décadas centrales del s. XIX era aún receptora del capital británico, francés y belga, en el último tercio del s. XIX pasó a ser un importante inversor en su área de influencia del este y sudeste de Europa, así como de EE.UU. Los EE.UU también pasaron de ser un destacado receptor de capitales durante la mayor parte del s. XIX, a convertirse en acreedor neto hacia finales de la década de 1890.

Hubo países que siempre fueron receptores

El mayor de todos fue Rusia, fondos para el desarrollo de la industria metalúrgica, la banca y los ferrocarriles. Los países europeos mediterráneos y balcánicos fueron receptores importantes del capital externo, a diferencia de  lo ocurrido en los países escandinavos. En África r Iberoamérica la inversión extranjera sólo sirvió para desarrollar fuentes de materias primas.

El patrón oro. Teoría y práctica:


El patrón oro fue un sistema monetario internacional liderado por Gran Bretaña en el que el oro era la unidad de valor monetario a la que eran convertibles todas las monedas integradas en el sistema. Se cambiaban entre sí a tipos de cambio fijos. Había varias reglas básicas de funcionamiento: los países no podían poner restricciones a la importación y exportación de oro, sus bancos centrales estaban obligados a cambiar por billetes y depósitos si así se lo solicitaban, y la casa de la moneda debía estar dispuesta a comprar y vender cantidades ilimitadas del metal precioso a un precio fijo.
La oferta monetaria tenía como base la cantidad de oro disponible en el banco central, el patrón oro contribuía a la estabilidad interna a un nivel general de precios en los países en los que funcionaba. Además el mecanismo de flujos del s. XVIII, también favorecía la autorregulación de la balanza externa, no pudieran darse grandes desequilibrios en la misma: los movimientos de entrada y salida de oro en un país determinado se reflejaban en las fluctuaciones del nivel general de precios interno, influyendo de un modo cambiante en las posibilidades de exportación-importación de mercancías, y dando lugar consiguientemente a nuevos flujos de oro. Es decir, el patrón oro funciónó de forma mucho más compleja y menos automática de lo esperado, y las autoridades monetarias tuvieron un papel más relevante.
El primer país en adoptar el patrón oro fue Gran Bretaña, que a lo del último tercio del s. XIX y dada la evolución de G.B llegó el patrón  a otros países importantes. En 1875 toda Europa, salvo España había adoptado el patrón oro.
La Primera Guerra Mundial supuso el fin de este sistema monetario que tanto había favorecido el orden y la estabilidad de la economía internacional. Aunque durante el periodo de entreguerras se restauró el patrón oro en muchas naciones, ya no volvíó a ser como antes. Finalmente, la crisis de 1929 puso fin definitivo al patrón oro.

Imperialismo y Colonialismo:


Un nuevo episodio de expansión geográfica que esta vez iba a centrarse sobre todo en África y en menor medida en Asía. Pero el imperialismo decimonónico no iba ser ya un fenómeno exclusivamente europeo, sino que también lo acabarían practicando países como EE.UU o Japón. Hubo imperios que no tuvieron colonias.
En África los países europeos iban a crear colonias por todo el continente a lo largo del s. XIX con el pretexto de llevar la civilización a los “pueblos salvajes”. Gran Bretaña y Francia fueron las grandes potencias coloniales de África.

En Asía, también G

B y Francia fueron de nuevo las dos grandes potencias coloniales.
Se ha tenido a presentar el imperialismo como necesidad económica, la mayor parte de la inversión externa tuvo como destino países independientes o dominios autónomos, y no colonias en sentido estricto.
También se ha dicho que los países europeos buscaban la posesión de colonias como fuente de materias primas para abastecer sus pujantes industrias nacionales. Ha visto  en las colonias la válvula de escape a las presiones demográficas en Europa, pero en realidad los europeos prefirieron emigrar en mayor medida a países independientes en Américas o dominios autónomos británicos.
El imperialismo del s. XIX y comienzos del XX es un fenómeno complejo, en el que tendrían cabida factores económicos, sociopolíticos y culturales.
Es probable que las sociedades europeas tomadas en su conjunto no obtuvieran grandes beneficios de imperialismo en determinados sectores económicos. Los países industrializados obtuvieron sin duda ganancias sustanciales de una explotación


colonial. Del colonialismo de África desde una perspectiva a largo plazo, cabe calificarlo en general de lamentable.

Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial:

En 1919, Alemania firmó un tratado por el que reconocía su culpabilidad en la ruptura de las hostilidades y se comprometía a pagar elevadas reparaciones de la guerra.
Francia fue la gran beneficiada, al hacerse acreedora. Al fin y al cabo, el conflicto bélico se había centrado entre alemanes y franceses. Las tropas francesas y belgas se apresuraron a ocupar el Ruhr en 1923 para cobrarse en especie. Adolf Hitler para manifestar su protesta por la situación.  La crisis bávara coincidíó con el momento álgido del fenómeno de hiperinflación que estaba golpeando a Alemania desde 1922.
La situación de Alemania era desesperada y los aliados decidieron crear un comité por el norteamericano Charles Dawes. El plan Dawes fue aprobado en 1924 y supuso la evacuación del Ruhr, nuevo calendario de pagos, la posibilidad de obtener préstamos extranjeros, principalmente de EE.UU.  Plan Young en 1929 concedían 58.5 años a Alemania para hacer los pagos y se pedía la creación de un banco internacional para gestionarlos.
El plan Young se vio dificultado por el “crac”, e hizo imposible que EE.UU  desembolsara los créditos comprometidos. La situación de Alemania durante los años de la Gran Depresión se deterioró tanto que, al final,  en la conferencia de Lausana se aceptó rebajar la deuda. Alemania dejó de pagar en cuanto Hitler accedíó al poder, “rompiendo las cadenas de Versalles”.
Keynes se anticipó denominó que el tratado de Versalles fue una “paz cartaginesa”, donde se buscaba la destrucción completa del enemigo. Esto llevaría al odio y se dificultaría la restauración del orden económico y social. La delicadeza con la que los norteamericanos abordaron el tema de las reparaciones hizo que, durante los 20 años, hubiera muy buenas relaciones entre Alemania y EE.UU. Producíéndose una intensa corriente inversoras de dólares en marcos. Cuando estalló el crac, se produjeron desinversiones y repatriaciones de capital que arrastraron a la economía alemana a una gravísima crisis.

La crisis de 1929 y la depresión de los años treinta: origen, carácterísticas y consecuencias:

En Octubre del 29’ se derrumbó la bosa de Nueva York, toda la economía experimentó una crisis de enormes proporciones durante los años 1930, 1931 y 1932,  se conoce como la Gran Depresión.  Los niveles de producción cayeron a la mitad y el paro se elevó hasta alcanzar a una cuarta parte de la población activa.
Única medida que se tomó por el presidente Herbert Hoover fue la promulgación de un arancel proteccionista. Las importaciones americanas cayeron muchísimo. El arancel no fue la causa de la Gran Depresión, pero, sin duda, contribuyó a su extensión por todo el mundo.
Las causas de la Gran Depresión han sido y son el fenómeno se produjo por factores relacionados con el sector del a economía. Los factores monetarios en los años 20, se había creado un burbuja especulativa en el mercado bursátil que poco tenía que ver con la realidad. La crisis bursátil provocó una crisis de inversión que se sumó a lo anterior e hizo que la demanda efectiva se hundiera estrepitosamente. El banco central norteamericano debería haber apoyado con decisión una política de tipos de interés bajos y dinero abundante que sirviera para devolver la confianza a los inversores tras el crac de la bolsa. El carácter internacional de la gran depresión contempla como una consecuencia inevitable de la incapacidad para restaurar el orden económico de la preguerra.
La principal consecuencia de la Gran Depresión fue el deterioro del clima económico mundial, dio alas a los extremistas de izquierdas y derechas y a toda suerte nacionalistas, lo que finalmente condujo de forma inevitable de a la Segunda Guerra Mundial.

La gran crisis financieras de 1931:

La Gran Depresión se vio agravada por la fuerte crisis financiera en 1931. Esta crisis se noto en todo el mundo. Pero los casos más importantes se registraron en Alemania, Reino Unido y EE.UU. En Alemania, la súbita retirada de capital extranjero  dejó sin fuentes de financiación a la economía, que disminuyó de forma imparable.
En el Reino Unido, la crisis tuvo como principal consecuencia el abandono del Patrón Oro, lo que significaba que el paladín de este sistema durante más de un siglo dejaba de creer en él y optaba por practicar políticas expansivas para salir del atolladero. En EE.UU, miles de bancos se vieron enfrentados a los impagos de sus clientes, que habían quedado sin empleo o veían como sus negocios iban

derechos a la quiebra.
Alemania, las reparaciones se habían hecho más gravosas ahora que el país se encontraba sumido en una crisis fiscal. A este estímulo de circunstancias negativas se sumaron los rumores sobre la difícil situación del Danatbank, el segundo banco de Alemania, muy comprometido con una gran empresa textil en quiebra.
El banco central alemán, los bancos privados vieron como la clientela se apresuraba a retirar depósitos. Desató una ola de pánico. Las autoridades tuvieron que imponer el control de capitales. Se fusiónó a cambio, el sistema bancario fue sometido a una regulación más estricta.  
La crisis financiera de 1931 ocurríó en medio de un grave proceso de deterioro de la economía real alemana. Se ha buscado a Brüning de practicar políticas monetarias ortodoxas que eran inconvenientes para enfrentarse a la recesión y elevar la tasa de paro. El partido nazi se fuera imponiendo en el electorado. Brüning fijó como objetivo la estabilidad del marco y se encontró con una gran crisis fiscal.
James afirma que todo el desastre ocurríó por la debilidad estructural de la banca alemana. Los propios alemanes lo sabían y perdieron su confianza en el sistema financiero alemán antes que los inversores extranjeros. Temin observa la retirada de los depósitos bancarios fue claramente más interna entre los extranjeros. Las desinversiones extrajeras que se produjeron en depósitos bancarios y otros activos no fueron compensados con ninguna ayuda internacional. Para Temin, todos estos acontecimientos están relacionados con la firme adherencia de Alemania al Patrón Oro, que arruinó su economía y destruyó su democracia.
La crisis financiera alemana de 1931 tuvo repercusiones en los países del Este de Europa y también contribuyó a la desestabilización de la libra esterlina. Cuando la libra abandonó el patrón oro, pesaron a practicar políticas expansivas que contribuyeron a paliar en el Reino Unido los efectos de la Gran Depresión. En EE.UU, a pesar de la grave crisis bancaria incluida por los impagos, se mantuvo la disciplina cambiaría has la implantación del New Deal en 1933

.A partir del 1931 el patrón oro ya no existía


La crisis de 1973

La crisis económica del ’73 fue la crisis del petróleo. Ésta comenzó por una guerra entre Israel y los países Árabes, y tanto EEUU como Holanda decidieron apoyar a Israel. La respuesta de los árabes fue el embargo en el abastecimiento del petróleo a esos dos países. Aumentó el precio del petróleo, dando lugar al ascenso en cascada del precio de otros bienes y servicios. La recesión junto al empleo y la inflación dio lugar a la estanflación. Los países emprendieron políticas monetarias y fiscales expansivas que condujeron a una progresiva recuperación de sus economías a partir de la segunda mitad del 75.

El New Deal (1933):

Roosevelt elaboró un programa para enfrentarse a la crisis económica en todos los frentes; el New Deal.
En la agricultura, el gran problema era la deflación persistente en los mercados mundiales de alimentos durante los años de la posguerra. La solución radicaba en reducir la oferta. La administración Roosevelt puso en marcha el planificar las reducciones y ofrecer subsidios a los agricultores por aceptarlas. Todo un programa de intervención en el campo. Se hizo cargo de las deudas de los agricultores con los bancos. Esto hizo que los precios agrarios se recuperaran.
En la industria, Roosevelt, recupero la paz social otorgando reconocimiento de los sindicatos. La suspensión de la política de competencia  muchos empresarios, ante una situación de verdadera emergencia, quisieron tener las manos libres para concertar sus actuaciones y el presidente Roosevelt accedíó a ello.
Las actividades bursátiles, la intervención rooseveltiana supuso el fin de la completa autorregulación de las bolsas con la introducción de las bolsas con la introducción de seguridad. Esto exigía transparencia a las sociedades cotizadas y que perseguiría el uso de información privilegiada. El objetivo fundamental es proteger al pequeño inversor y evitar los “pánicos bancarios”.
Roosevelt el proteccionismo del Arancel Smoot-Hawley y sacó de los EE.UU del patrón oro en 1933. La caída del dólar y la posibilidad de practicar política expansiva, cabe atribuirla a los programas de empleo público. Proporcionar trabajo temporal a los desempleados en actividades impulsadas por el gobierno. El juicio positivo que merecíó Roosevelt  sacó a la economía americana de la Gran Depresión.

La incorporación de las mujeres a la educación, al trabajo y al sufragio universal:

El más importante fue la incorporación de las mujeres a la educación, el trabajo y

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