Google la transición de la dictatura a la democracia en España:1975-1985

TEMA 12: EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1978. LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979 – 2000)

I: EL PROCESO DE TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1978

     Conforme a la propuesta de examen, he elegido la opción B, cuyo título es…

El paso de la dictadura franquista a la democracia se conoce como la «Transición«. Es un periodo difícil y complejo que abarca desde 1975 a 1978 (para otros autores hasta 1982) y supone el paso de una «democracia orgánica» a un democracia moderna. La primera etapa de la transición del franquismo a la democracia (1975-1978) abarcó desde la muerte de Franco hasta la promulgación de la Constitución y la segunda (1978-1982) se prolongó hasta la consolidación de la alternancia política, con el acceso al gobierno del Partido Socialista Obrero Español. En este proceso destaca la Constitución de 1978, única Constitución de la historia de España que se realizó a través del «consenso».

CarácterÍSTICAS GENERALES DE LA TRANSICIÓN

Para entender este periodo de nuestra historia tenemos que tener en cuenta varios aspectos. En primer lugar hay que entenderla estudiando lo ocurrido en la II República, la Guerra Civil, la larga dictadura franquista y el desarrollo de los años 60 que nos convirtió en una sociedad moderna y desarrollada. En segundo lugar existía un contexto internacional favorable, en donde los países occidentales presionaban para que se implantara una democracia en España. Por último hay que considerar el «apoyo» de sectores como la monarquía, la iglesia, la banca e incluso la actitud del ejército.

En 1975 a la muerte de Franco existían tres opciones como posible salida política: la primera el continuismo que pretendía el llamado «Búnker»; la segunda la ruptura democrática, línea preferida por la oposición (PSOE y PCE) y la tercera la reforma de la que era partidaria el Rey y las altas personalidades del Régimen,

El camino de la reforma fue el triunfante. Se hizo desde dentro del propio régimen, teniendo como artífices a Juan Carlos I, a Adolfo Suárez y a Torcuato Fernández Miranda, contando además con la colaboración de los nacionalistas y de la izquierda, a través del consenso. El protagonismo principal fue de los jóvenes reformistas provenientes del régimen, pero la oposición, que quería una ruptura democrática, aceleró el proceso uníéndose en la llamada Coordinación Democrática y promoviendo movilizaciones populares (manifestaciones, huelgas,…) que reclamaban las libertades democráticas y la amnistía para los presos políticos. En definitiva se realizó una ruptura por procedimientos reformistas o una reforma tan profunda que logró hacer desaparecer lo reformado; los historiadores se inclinan por el término ruptura consensuada.

La valoración de este proceso va desde un análisis muy positivo sobre el mismo por las circunstancias tan difíciles y complicadas que acompañaron al proceso, incluso considerándolo como modelo exportable a otros países. Pero también existen historiadores que analizan la transición como el triunfo de los sectores moderados del franquismo, en el que la oposición democrática tuvo un papel secundario y colaboracionista, influidos todos por el miedo a otro Golpe de Estado y otra Guerra Civil. También critican la mirada hacia otra parte sobre los críMenes y la represión fascista. Por último, consideran que la transición no supo solucionar problemas como el de la todavía discutida estructura de España y que la amnesia fue culpable de la permanencia de estructuras que tanto daño han hecho a nuestra democracia, como la guerra sucia del Estado por los GAL (Grupos Armados de Liberación).

ETAPAS Y PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA TRANSICIÓN

DE ARIAS NAVARRO A Adolfo Suárez

Tras la muerte de Franco, la instauración de la Monarquía ocurríó en unos momentos de confusión política, de profunda crisis económica y en medio de una crisis exterior provocada por la «Marcha Verde» marroquí. Se optó por la reforma del sistema dictatorial desde dentro. Estos fueron los pasos:

El 20 de Noviembre de 1975 muere Franco, el 22 del mismo mes jura D. Juan Carlos su cargo en las Cortes y en su discurso ya se vislumbran sus deseos de apertura política. Como Presidente del Gobierno continúa ARIAS NAVARRO que a pesar de algunas tímidas reformas, en el fondo su gobierno es continuista con respecto a la dictadura. En el año 1976 Juan Carlos I va a tomar tres decisiones de gran calado político:
La primera nombrar como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino a su antiguo profesor de derecho Torcuato Fernández Miranda; segunda forzar la dimisión de Arias Navarro (30 de Junio de 1976) y por último elegir a Adolfo SUÁREZ como presidente del gobierno en una terna presentada por el Consejo del Reino.

LEY PARA LA REFORMA POLÍTICA


El primer gran paso se dio en Noviembre de 1976 cuando la clase política franquista se suicidó al aprobar las Cortes la Ley para la Reforma Política, que abría el marco legal para la instauración de la Democracia.

Por dicha Ley se establecían los derechos fundamentales de los ciudadanos, la convocatoria de elecciones, la existencia de un Congreso y un Senado que elaborarían una Constitución así como un referéndum que aprobase estas modificaciones. Con la aprobación de esta Ley, el gobierno rompíó la estrategia de la oposición en lo referente a la convocatoria de elecciones generales. Esta Ley fue aprobada mediante referéndum el 15 de Diciembre de 1976. Los resultados fueron afirmativos, salvo en el País Vasco donde la abstención fue muy alta.

A partir de aquí empezaron a desaparecer instituciones franquistas (Secretaría General del Movimiento, Cortes, los Sindicatos Verticales y el Tribunal de Orden Público). Suárez culminaba esta primera fase de la transición con la neutralización de los inmovilistas, el desplazamiento de la legitimidad a la Corona y al gobierno, la abolición de las leyes e instituciones franquistas y el paso de la oposición de la presión en la calle a la mesa de negociación. Suárez inició contactos con las fuerzas democráticas y promulgó decretos que permitieron la libertad sindical, la legalización de los partidos políticos (a excepción del PCE) y un indulto para los presos políticos.

Una cuestión interesante fue el por qué las Cortes aceptaron su muerte política y la del franquismo. Esta se entiende dentro de la docilidad tradicional de esta institución, por su carácter honorífico y técnico, más que decisorio. También ante la habilidad de Fernández Miranda y Suárez al pactar esta ley con el sector aperturista del Régimen, agrupado después en torno a Alianza Popular.

LAS DIFICULTADES DE ESTE MOMENTO

1.-

El terrorismo

Iniciado el proceso tres sectores pretenden boicotearlo mediante el recurso a la violencia terrorista con el posible objetivo de que interviniera el ejército:

Extrema Derecha


Los grupos de extrema derecha, condenados a quedarse fuera del nuevo sistema, recurrieron a la violencia con objeto de extender un clima que recordara la Guerra Civil. Así Fuerza Nueva, Guerrilleros de Cristo Rey y otros cometieron una serie de atentados, altercados callejeros y enfrentamientos con otras fuerzas como los sucesos de Montejurra y la matanza de Atocha, donde murieron cinco abogados laboralistas vinculados a CCOO (Comisiones Obreras) y al PCE (Partido Comunista de España).

Extrema izquierda


El GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre), un grupo radical comunista maoísta, inició una espiral terrorista con secuestros y asesinatos indiscriminados de policías. Su justificación partía del odio a las fuerzas de seguridad por la represión en zonas de profunda crisis industrial como Cádiz, Vigo y Bilbao, y con el atentado indiscriminado como paso previo para que triunfase la revolución.

El nacionalismo radical


ETA siguió siendo el principal grupo terrorista de España, tanto por la cantidad de sus atentados, como por el apoyo social que tenía en el País Vasco. A partir de 1980 el monopolio terrorista lo tuvo ETA (Euskadi Ta Askatasuna), salvo esporádica y puntuales apariciones del GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) y el fenómeno de los GAL (Grupos Armados de Liberación).

2.-

La conflictividad social

Los efectos de la crisis económica influyeron sobre los acontecimientos políticos. La crisis del 73 tuvo unas consecuencias especialmente graves en España. La situación económica, con aumento del paro a niveles alarmantes (del 2% se pasa a rondar el 20%) provoca muchas huelgas con reivindicaciones laborales, pero con trasfondo político lideradas por CCOO, UGT (Uníón General de Trabajadores) y USO (Uníón Sindical Obrera).

3.-

La actitud de inmovilistas y el ejército

El ejército permanecía expectante, pero se opónía a la profundización democrática, sobre todo, a la legalización del PCE. El ejército constituyó, hasta 1982 con el golpe de Tejero y la llegada de los socialistas al poder, una “espada de Damocles” sobre el proceso democrático. El miedo a un Golpe de Estado estaba más que justificado, como se demostró posteriormente (23 de Febrero de 1981).

4.-

La actitud de los nacionalismos

El nacionalismo tomó una actitud expectante. Por un lado catalanes, vascos y gallegos querían que se le reconociera sus «hechos diferenciales», y, por otro, también se generó en el resto de las regiones una demanda generalizada de autonomía para ellas también.

Sin embargo la voluntad democrática de la mayoría de la sociedad española, la actitud de los partidos de la oposición y la actuación del gobierno con tres decisiones como fueron la legalización del PCE, la convocatoria de elecciones generales y los Pactos de la Moncloa abrieron el camino de la Constitución de 1978, elemento final de la Transición y clave para la democracia actual.

LA LEGALIZACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA

La serenidad del Partido Comunista ante las provocaciones de la ultraderecha le hizo ganar muchos enteros ante la sociedad española. Además Suárez necesitaba legalizarlo para que las elecciones fueran libres y democráticas. En estas circunstancias y aprovechando las vacaciones de Semana Santa, Suárez legalizó al PCE. Fraga calificó esta acción como Golpe de Estado (luego se retractó). El ejército la acató por disciplina, pero exprésó su descontento y el ministro de Marina dimitíó, sin que fuera posible sustituirle por ningún otro almirante. La legalización del PCE fue la primera decisión política de envergadura tomada desde la Guerra Civil contra el parecer mayoritario del ejército. El PCE, que ya había reaccionado de forma madura y moderada a los asesinatos de Atocha y a pesar de su carácter republicano, aceptó la monarquía de Juan Carlos I y la bandera bicolor.

LAS ELECCIONES DE Junio DE 1977

Se presentaron muchos partidos pero los básicos fueron:

Centro


Suárez lanzó una operación política creando una coalición de partidos de centro, la UCD (Uníón de Centro Democrático), integrada por democristianos, liberales, socialdemócratas y regionalistas. Suárez no exigíó, como Felipe González, la disolución de los grupos en un sólo partido.

Izquierda


El PSOE y el PCE eran los dos grandes partidos que rivalizaban por ocupar el espacio de izquierda. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) que había experimentado desde 1972 un gran proceso de renovación tomó la estrategia de no aceptar coaliciones y exigir la absorción bajo sus siglas, hecho que sería fundamental para su posterior éxito electoral (Ej. El Partido Socialista Popular de Tierno Galván). El PCE el partido mejor organizado y más activo durante la dictadura tendría en su contra su vinculación con la guerra y el exilio que presentaban sus dirigentes, también se presentó a las elecciones aunque tuvo que renunciar a su propuesta previa de gobierno provisional y referéndum entre monarquía o república.

Derecha


La derecha se presentó muy dividida, con varios grupos de ultraderecha. El partido más importante fue Alianza Popular.
Fraga abandonó su primer proyecto centrista y preparó un partido que acogiera a los marginados del proyecto de Suárez; lo que se llamó el franquismo sociológico.

Nacionalistas


Surgieron, en las regiones periféricas de cultura y lengua propias, partidos políticos nacionalistas. En Cataluña el catalanismo centrista estuvo representado por Jordi Pujol y más a la izquierda Esquerra Republicana.
En el País Vasco el PNV (Partido Nacionalista Vasco) y Euskadiko Eskerra eran las opciones de centro y de izquierda.

Celebradas las elecciones el 15 de Junio, ningún partido consiguió la mayoría absoluta. La UCD de Suárez ganó las elecciones con 166 escaños y detrás el PSOE con 118. El PCE con 20 escaños y AP con 16 sacaron peores resultados de los esperados. También es de destacar la presencia de los nacionalistas catalanes y vascos, con muy buenos resultados en sus circunscripciones. La condición de minoría mayoritaria de UCD obligaba a Suárez a buscar el consenso para las grandes cuestiones y para los pequeños asuntos pactar con uno u otro partido.

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