Historia de la Península Ibérica: desde los pueblos prerromanos hasta la conquista y repoblación

Pueblos prerromanos

  1. Conjunto de sociedades indígenas que hallaron los romanos antes de la conquista de la Península Ibérica en el siglo III a.C.

Conjunto de sociedades indígenas que hallaron los romanos antes de la conquista de la Península Ibérica en el siglo III a.C., de los cuales tenemos constancia histórica por fuentes romanas y griegas. Se distinguen dos grandes áreas culturales: la ibérica y la celta o indoeuropea. La primera localizada en la costa del mediterráneo y el sur tenían influencia fenicias, griegas y cartaginesas, su economía se basaba en la agricultura aunque también en la minería, la metalurgia, la artesanía y el comercio; desarrollaron su propia escritura. En el sur, destacar a los Tartesios, floreciente cultura basada en agricultura, ganadería y comercio marítimo. La indoeuropea o celta, localizada en la Meseta y el norte, tuvo un menor grado de desarrollo, aunque destaca su habilidad para elaborar objetos de metal, artes decorativas y agricultura. En las zonas de contacto celtas e iberos se fusionaron formando el pueblo celtibero. Cántabros, astures y vascones, mucho más atrasados, habitaban el norte peninsular.


Vascones

Pueblo prerromano del norte peninsular que se situaba en torno al Pirineo Occidental antes de la llegada de los romanos (siglo III a.C.). Su rasgo diferencial es el idioma. Según fuentes romanas eran un pueblo muy primitivo y diferente del resto de las culturas ibérica o céltica. En la montaña practicaban una economía de subsistencia basada en la ganadería trashumante y vivían muy aislados; por ello, su romanización fue débil y lograron mantener su propio idioma. En la zona llana, practicaban la agricultura y vivían en poblados, llegando a colaborar con Roma frente a otros pueblos indígenas. Por ello, los romanos les cedieron territorios y ciudades del Ebro que antes habían sido celtibéricos como Calahorra (Calagurris) y Alfaro (Gracurris) y por el este las de los iberos hasta más allá de Jaca y de Alagón. Al no enfrentarse a los romanos no se registran batallas; incluso se sabe que fueron aliados y se hicieron fieles a Pompeyo. Éste fundó Pamplona en 75 a.C. como ciudad romanizada en una ciudad vascona, Iruña.


Conquista romana de Hispania

Acontecimiento histórico que se prolongó desde finales del siglo III a.C hasta finales del siglo I d.C. se llevó a cabo en diversas etapas, interrumpidas por periodos de inactividad bélica. La primera etapa (218-197 a.C) se produjo dentro del escenario general de la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago. Los romanos, con el fin de impedir el paso hacia la Italia de Aníbal, jefe del ejército cartaginés, enviaron a la península dos ejércitos que desembarcaron en Emporion y, hacia el año 197, lograron expulsar a los cartagineses y dominar la costa mediterránea y el sur peninsular. La segunda etapa (1973-133 a.C) comportó la conquista de la meseta, que se caracterizó por la feroz resistencia que opusieron los pueblos indígenas, sobre todo lusitanos y celtíberos. Finalizadas estas guerras, que se desarrollaron sobre todo entre los años 154 y 133 a.C, únicamente quedaron fuera del poder romano las tierras del norte. La última etapa tuvo lugar a finales del siglo I (29-19 a.C), ya en la época del emperador Augusto, cuando fueron sometidas las belicosas tribus de cántabros y astures, con lo que se dio por finalizada la conquista de la Península.


Romanización

Proceso que experimentaron los pueblos conquistados por Roma entre el siglo III a.C y el siglo V. Estos fueron asimilando los rasgos propios de la cultura romana: el latín, el derecho, las instituciones, las costumbres y las creencias religiosas (cristianismo). Los factores que favorecieron este proceso fueron la integración de los jefes indígenas en la administración romana, el asentamiento de colonos latinos, la urbanización del territorio y la concesión del derecho de ciudadanía romana. En Hispania fue muy desigual: más rápido y profundo en el sur y más tardío y menos intenso en el norte.


Andelos

Yacimiento correspondiente a una antigua ciudad romana situada en una terraza fluvial del río Arga, cerca de Mendigorría, construida sobre un sustrato prerromano vascón. Romanizado en el S.I, alcanzó su esplendor en el siglo II d.C. siendo incluso más extensa e importante que Pompaelo. Tuvo trazado el estilo de ciudad romana (cardo y decúmano), además de termas, torres de vigilancia, etc… Entre sus restos se aprecia una estructura urbana de calles en retícula y la planta de varias casas con pavimentos de mosaico, así como un complejo hidráulico formado por una presa un depósito regulador, el arranque de un acueducto y un depósito de distribución que abastecía de agua la ciudad.


Monarquía Visigoda

Régimen político establecido por los visigodos entre el 507 y 711 d.C. Tras la caída del Imperio romano dominaron el territorio peninsular y establecieron su capital en Toledo. Para su creación fue necesaria la unificación territorial, llevada a cabo por Leovigildo, la unificación religiosa (Recaredo) y la unificación jurídica (promulgación del Fuerzo Juzgo) por Recesvinto. Sus instituciones básicas eran la Monarquía, el rey era elegido entre la aristocracia guerrera y gobernaba con el apoyo de dos instituciones: el Aula Regia (se encargaba de los asuntos de la corte) y los Concilios de Toledo (asamblea de noble presidida por el monarca para proponer leyes). Aunque, como decimos, los visigodos lograron una unificación territorial, jurídica y religiosa de la península, los conflictos sucesorios facilitaron la invasión de los musulmanes.


Califato de Córdoba

Régimen político establecido en Al-Ándalus por Abd-Al-Rahman III en 929. Siendo emir rompió los vínculos con Bagdad y se proclamó califa, asumiendo así, además del poder político, militar y jurídico, el poder religioso. Fue la etapa más brillante de Al-Ándalus, no solo en el plano político y militar, sino también en el cultural y artístico. Este apogeo del principiado omeya en al-Ándalus fue de corta duración: tras el reinado de Al-Hackam II y las ofensivas militares de Almanzor contra los territorios cristianos desde Galicia hasta Barcelona, Córdoba asistió a una rápida descomposición política, en medio de múltiples luchas dinásticas y de clanes que desembocaron en la fragmentación del estado andalusí en los llamados Reinos de Taifas. La caída del califato supuso para Córdoba la pérdida definitiva de la hegemonía del Al-Ándalus y su ruina como metrópoli.


Reinos de Taifas

Entidades políticas independientes en las que se dividió Al-Ándalus tras la disolución del Califato de Córdoba (1031). La muerte de Almanzor en 1002, tras sufrir una derrota en Calatañazor, abrió en Al-Ándalus una larga etapa de fragmentación y disputa. En menos de 30 años 9 califas se sucedieron en el trono. Finalmente el califato de Córdoba terminó por desaparecer. En su lugar surgió un mosaico de pequeños reinos, llamados de taifas expresión que significa “banderías”. En un principio el califato se fragmentó en 27 reinos de taifas. Una vez rota su unidad, Al-Ándalus estuvo a merced de los cristianos del norte, que procedieron a la ocupación paulatina de los territorios que habían estado bajo el poder musulmán. No obstante, ese proceso no fue lineal, pues hubo momentos de corta duración en los que la unidad andalusí pudo reconstruirse. En esos casos, el impulso vino del norte de África, con las invasiones de los almorávides y los almohades. Pero, a partir de la derrota de estos últimos en las Navas de Tolosa (1212), el avance cristiano fue imparable y la España musulmana acabó reducida al pequeño reino de Granada.


Mozárabes

Grupo social minoritario de religión cristiana que vivía en territorio musulmán (Al-Ándalus) a partir del 711 d.C. Conservaron sus tradiciones, leyes y religión, así como sus propiedades, aunque debían pagar tributos. Vivían en barrios separados y no podían acceder a cargos públicos. Tuvieron épocas de tranquilidad durante el Califato, y otras mucho más conflictivas (llegada de los almorávides y almohades). En todo caso, debían prestar fidelidad a las autoridades islámicas. Cargos importantes entre los mozárabes eran el del “exceptor” o recaudador de impuestos para los musulmanes, el “comes” (conde) o Jefe de la comunidad y el “censor” o juez que aplicaba las leyes según el Líber Iodiciorum (Fuero Juzgo). Las conversiones al Islam y las migraciones hacia territorio cristiano fueron reduciendo su importancia numérica. Finalmente, los almohades decretaron su expulsión a comienzos del s.XIII.


Conquista y repoblación de Al-Ándalus

Proceso de recuperación del territorio llevado a cabo por los reinos cristianos del norte peninsular. Tuvo lugar entre los siglos VIII y XV en que los núcleos cristianos llevaron a cabo la conquista y repoblación de los territorios musulmanes de Al-Ándalus, dando lugar a la formación de los reinos de Castilla, Navarra, Aragón y Portugal. Se desarrolló en diversas etapas con periodos de enfrentamiento y de coexistencia pacífica o sumisión, avances y retrocesos. Hasta el S. XI, fue una etapa de resistencia, ocupación y colonización de zonas vacías, no sometidas directamente por los musulmanes. Con la desintegración en Taifas, los cristianos aprovecharon la debilidad para avanzar hacia el sur. A partir de las Navas de Tolosa (1212), el avance es muy intenso hasta quedar Al-Ándalus reducida al Reino de Granada (conquistado en 1492 por los reyes católicos)


Reino de Pamplona

Entidad política cristiana surgida a mediados del siglo IX en el Pirineo Occidental cuando la aristocracia local encabezada por Íñigo Arista, el primer rey (de dinastía vascona), logró expulsar a los francos, fundando la dinastía real y la entidad hacia el 824 con el apoyo de sus aliados de la familia de los Banu Qasi, señores de Tudela, y del obispado de Pamplona, constituyendo el antecedente hacia el siglo X, del Reino de Navarra. En 905, Sancho Garcés I logró la definitiva independencia frente a los musulmanes y extendió su territorio hacia la Rioja y Aragón. Su máxima expansión territorial, y hegemonía política y cultural (Camino de Santiago) las alcanzaría bajo el reinado de Sancho III el Mayor, en el primer tercio del siglo XI. En el siglo XII pasó a denominarse Reino de Navarra.


Cortes medievales

Instituciones políticas surgidas en los reinos cristianos durante los siglos XII y XIII. Las más antiguas son las de León en 1188. En ellas estaban representados los tres brazos o tres estamentos (nobleza, clero y burguesía urbana) que se reunían al ser convocados por el rey. Sus funciones incluían la presentación de quejas y la concesión de subsidios extraordinarios (“donativo”), además de aprobar impuestos, con cierto poder legislativo en Aragón y Navarra. Las cortes no eran permanentes, realizaban sus tareas y se disolvían. Por eso cada reino creó su Diputación General o Generalidad que eran comisiones permanentes de las Cortes con la finalidad de velar por el cumplimiento de lo acordado en ellas. En Castilla sólo tuvo un carácter consultivo.

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