La desaparición de la URSS y el fin del comunismo

5.- La desaparición de la URSS y el fin del comunismo

En 1953, tras la muerte de Stalin, Nikita Khrushchev se hizo cargo de la presidencia, manteniendo la política de bloques y alianzas y acelerando la carrera armamentista, aunque trató de mejorar las relaciones con EEUU. Se intentará cambiar el llamado ‘comunismo duro’ por el llamado ‘comunismo con rostro humano’, pero la situación no mejorará mucho. Entre 1964 y 1985 gobernaron la URSS Brezhnev, Andropov y Chernenko. A partir de 1973 los problemas de la economía soviética se agudizaron, originados en gran medida por el mantenimiento de una descomunal maquinaria bélica y estatal, debido al mantenimiento de la Guerra Fría, que impedían que el país progresara económicamente. En 1985, Mikhail Gorbachev es nombrado Secretario General del PCUS y al poco tiempo planteó una ambiciosa política de reformas políticas y económicas: la Perestroika y la Glasnost, a fin de modernizar la anquilosada economía soviética. Así pues, se reanudaron las conversaciones de desarme y cooperación con EEUU y se aceptó la intervención norteamericana en la Guerra del Golfo en 1990. La caída del muro de Berlín en 1989 y la transformación democrática de los antiguos regímenes comunistas de la Europa del Este se interpretaron como una consecuencia directa y positiva de la Perestroika, pero en el interior del país fracasó económicamente debido a las dificultades internas y a la eclosión de los nacionalismos. El 14 de agosto de 1991, los sectores más conservadores del ejército, el KGB y el PCUS dieron un golpe de Estado apartando a Gorbachev de la dirección; pero la reacción internacional, la actuación de líderes renovadores como Yeltsin y el levantamiento popular, sobre todo en Moscú y Leningrado, hicieron fracasar el golpe, en un proceso conocido como ‘La Revolución de Agosto’. El 24 de agosto Gorbachev firmaba la disolución, ilegalización y confiscación de los bienes del PCUS, arrastrando en su caída al movimiento comunista internacional. En 1992, la URSS dejó de existir oficialmente, fragmentada en multitud de Estados independientes entre los que destaca la poderosa Federación Rusa, heredera del poder soviético, cuyo presidente Yeltsin fue sustituido en 1999 por Vladimir Putin. Hoy en día, Rusia es un estado pluripartidista y totalmente democrático.

6.- La desintegración de Yugoslavia

El territorio yugoslavo estaba habitado por un mosaico de pueblos y etnias muy diferentes:

  • Los serbios: ortodoxos y vinculados al mundo bizantino
  • Los eslovenos y croatas: católicos y vinculados al mundo latino y germánico
  • Los bosnios: croatas-bosnios, musulmanes-bosnios y serbio-bosnios

Tras la 2ª Guerra Mundial, Yugoslavia fue liberada de los nazis por Josip Broz Tito, con el apoyo de soviéticos y búlgaros, y este organizó un estado descentralizado bajo la denominación de República Federativa de Yugoslavia, rompiendo con los soviéticos en 1948. El estado se configuró mediante 6 repúblicas: Serbia, Croacia, Eslovenia, Bosnia, Montenegro y Macedonia, y 2 provincias autónomas integradas en Serbia: Kosovo y Vojvodina. La constitución de 1974 sentó las bases de la ruptura y desintegración actuales, ya que reconocía que todas las nacionalidades (eslovenos, croatas, serbios, montenegrinos, macedonios y musulmanes) tenían garantizados todos sus derechos nacionales. Pero no se pudo evitar una dicotomía entre un norte desarrollado (Eslovenia, Croacia y Vojvodina) frente a un sur pobre y rural (Serbia, Bosnia, Montenegro, Macedonia y Kosovo). El radicalismo e intolerancia de líderes oportunistas y sin escrúpulos como Milosevic (Serbia), Tudjman (Croacia) y Karadzic, que defendían un ultranacionalismo reaccionario, unidos a la inoperancia de la UE, precipitaron a los yugoslavos a un enfrentamiento civil desconocido en Europa desde la 2ª Guerra Mundial.



6.1. El desarrollo del conflicto yugoslavo

Desde 1981, 1 año después de la muerte de Tito, los albaneses de Kosovo (que eran el 80% de la población) pretendían ser reconocidos como república ante la oposición de los serbios que reprimieron duramente el intento. A lo largo de los 80, los recelos entre las repúblicas se multiplican y en 1989 se producirá el desencadenante cuando los serbios se niegan a reconocer como presidente rotativo de la Federación a un croata. 1 año después, la Liga Comunista Yugoslava, el partido fundado por Tito, dejó de existir. Se celebraron elecciones que ganaron los nacionalistas, salvo en Serbia y Montenegro donde triunfaron los comunistas (Milosevic). En mayo de 1991, Eslovenia y Croacia votaron la separación de la Federación Yugoslava y proclamaron su independencia. El ejército federal, formado en su mayoría por serbios, sitió y bombardeó salvajemente varias ciudades. En marzo de 1992, Bosnia-Herzegovina, con un 43% de población musulmana, proclama la independencia a la que se oponen los serbobosnios. Las milicias serbias sitian Sarajevo. La respuesta internacional fue el embargo de armas a los contendientes, lo que perjudicó a los musulmanes bosnios y el bloqueo de la República Federal Yugoslava, reducida a Serbia y Montenegro y liderada por Milosevic, comunista y defensor de la idea de la gran Serbia.

a) La guerra de Bosnia

La guerra de Bosnia, junto con la de Kosovo, fueron los episodios más dramáticos y sangrientos de la crisis yugoslava. La primera se trataba de un conflicto debido al afán del nacionalismo serbio por controlar el territorio de la ex-república yugoslava por medio del genocidio colectivo conocido como ‘limpieza étnica’. En un principio, el dominio serbio en el campo de batalla fue completo, ocupando la mayor parte del territorio de Bosnia y sometiendo a un cerco permanente a Sarajevo, pero después se produjeron varias circunstancias que contribuyeron a que la situación cambiara de signo, como:

  • La contraofensiva croata que supuso la conquista de amplios territorios del norte
  • La cooperación entre musulmanes bosnios y croatas bosnios
  • El bombardeo de posiciones serbio-bosnias por parte de la OTAN
  • El mayor compromiso de intervención de la UE y de EEUU

En julio de 1995, debido al horror de las matanzas de musulmanes de Srebrenica perpetradas por los serbo-bosnios, la OTAN intervino decididamente obligando a los serbios a replegarse y aceptar las condiciones del negociador norteamericano Holbrooke. En noviembre de 1995 se reunió la conferencia sobre Bosnia entre representantes de Bosnia, Serbia y Croacia, tomando los Acuerdos de Dayton.

b) El conflicto de Kosovo

A comienzos de 1990, de los 2 millones de habitantes de Kosovo, la región más pobre de Yugoslavia, menos de 200,000 eran serbios, y la gran mayoría (80%) albanesa. En 1981 ya se había producido una revuelta popular albanesa, duramente reprimida por Belgrado, que intentaba que se le reconociese como 7ª república de la federación. La llegada de Milosevic al poder en 1989 supuso la reafirmación del nacionalismo en todo el territorio balcánico, que se saldó con una auténtica ‘limpieza étnica’. En 1990, la mayoría de diputados albaneses del parlamento de Kosovo proclamaron la soberanía y posterior independencia del territorio, creando después una organización terrorista que sería el origen del ELK (Ejército de Liberación de Kosovo). Tras el conflicto con Bosnia, la situación se recrudece, ya que Serbia quiere afirmar su dominio sobre los Balcanes. A mediados de 1999, la situación se hizo insostenible (asesinatos masivos, deportación, …). Ante tal genocidio, la ONU, la OTAN y EEUU intervienen en el conflicto bombardeando las principales ciudades serbias, lo que produjo la derrota de Milosevic y la concesión de una gran autonomía a Kosovo bajo protección internacional.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *