La Dictadura de Primo de Rivera y la II República en España

1. La Dictadura de Primo de Rivera

El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera hizo público un manifiesto en el que declaraba los motivos de la rebelión. En él, afirmaba que los militares se veían obligados a salvar a España y al rey de los políticos. Según Primo de Rivera, estos eran responsables del desastre del 98 e incapaces de acabar con la corrupción, la indisciplina social, el separatismo y el comunismo. Sin embargo, este manifiesto no aportaba soluciones ni definía el nuevo régimen a establecer.

Solo dos capitanes le dieron su apoyo, pero el Rey le encargó la formación de un nuevo Gobierno, lo que dio inicio a la Dictadura que se prolongaría hasta 1930. La mayoría de los sectores sociales y políticos no se opuso al golpe, que fue solo rechazado por anarquistas, comunistas y socialistas.

El golpe obedecía a la necesidad de los sectores más conservadores de frenar la posible democratización del sistema político. Su objetivo era neutralizar la exigencia de responsabilidades políticas que podrían afectar al Rey y al Ejército sobre el desastre de Annual.

En principio, la Dictadura se presentó como una solución política provisional, pero con el tiempo Primo de Rivera prolongó su poder creando un nuevo Estado que sustituyó al régimen parlamentario de la Constitución de 1876.

1.1. Medidas de la Dictadura

El dictador creó un directorio militar para gobernar el país. Este directorio:

  • Suspendió la Constitución.
  • Prohibió los partidos políticos.
  • Censuró la prensa.
  • Disolvió las diputaciones.
  • Cedió los gobiernos provinciales a los militares.

Los alcaldes fueron nombrados por el Gobierno. Además, Primo de Rivera concentraba en sus manos todos los poderes: dirigía el Estado, asumía funciones legislativas y tomó atribuciones judiciales. Para restablecer el orden social, se abolieron las libertades y se intensificó la represión contra el movimiento obrero. También se practicó una dura política contra los nacionalismos, especialmente anticatalanista.

1.2. Política exterior y consolidación del poder

Por otra parte, el problema marroquí se resolvió favorablemente gracias a la colaboración hispano-francesa. Esto animó a la construcción del nuevo Estado con paralelismos con el corporativismo de Mussolini. Para ello, se sustituyó el Directorio Militar por uno Civil dirigido por Primo de Rivera e integrado por militares y miembros de la Unión Patriótica. Este partido único representaba el apoyo social a la Dictadura.

Se creó una Asamblea Nacional Consultiva sin capacidad legislativa y de carácter corporativo que elaboró un anteproyecto de Constitución, terminado al final de la Dictadura.

1.3. Política económica y social

El estado desarrolló una política económica y social intervencionista que se favoreció de la economía internacional. Esta política se orientó a fomentar las obras públicas, a la creación de monopolios y a la práctica del proteccionismo arancelario. Esto supuso un enorme gasto público que desequilibró la Hacienda.

La política social se caracterizó por la represión de los sindicatos radicales y por el reformismo social de carácter paternalista. Se creó la Organización Corporativa Nacional para controlar el movimiento sindical y evitar la conflictividad social.

1.4. Caída de la Dictadura

Desde 1925, la oposición a la Dictadura fue creciendo, criticada por los intelectuales, sectores socialistas, anarquistas, sindicatos, el catalanismo y la Alianza Republicana. Estas críticas se endurecieron a partir de 1928 debido a la crisis económica, a las protestas universitarias y a la desconfianza de los oficiales del Ejército hacia el Dictador.

En consecuencia, el rey Alfonso XIII, preocupado por la identificación de la monarquía con la Dictadura, retiró su apoyo a Primo de Rivera. Este dimitió en 1930, siendo sustituido por un Gobierno provisional presidido por Berenguer en la llamada Dictablanda, que intentó volver al sistema de la Restauración.

2. La II República

Tras la dimisión de Primo de Rivera, el intento de Gobierno de Berenguer fracasó debido a la unidad de la oposición antimonárquica alcanzada en el Pacto de San Sebastián (1930). Este acuerdo, firmado por partidos republicanos y regionalistas, decidió impulsar un movimiento político para derrocar la monarquía e instaurar la república mediante la insurrección armada apoyada por movilizaciones populares.

El resultado del levantamiento fue desastroso, pero provocó la sustitución de Berenguer por Aznar. Este se vio obligado a convocar elecciones municipales en 1931, que se convirtieron en una consulta a favor de la monarquía o la república. Las candidaturas republicano-socialistas triunfaron, el Rey Alfonso XIII optó por el exilio y el 14 de abril de 1931 se proclamó la República.

2.1. El Gobierno Provisional y las Cortes Constituyentes

Se constituyó un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora. Este gobierno realizó la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes e inició una serie de reformas urgentes que provocaron el rechazo del Ejército, la oligarquía económica y la Iglesia, que no aceptaba la concepción laica del Estado.

La República permitió una mayor diversidad de opciones políticas:

  • Derechas: Contrarias a la república, formadas por católicos, monárquicos, carlistas y fascistas.
  • Centro: Constituidas por los republicanos (Partido Radical).
  • Izquierdas: También eran republicanos-socialistas, representados por Acción Republicana, PSOE, PCE y POUM.

También fueron favorables a la república los partidos regionalistas como ERC, ORGA y PNV.

Las elecciones a Cortes Constituyentes se celebraron el 28 de junio de 1931, proporcionando una mayoría republicano-socialista en el Parlamento. Esto permitió la formación de un Gobierno presidido por Azaña y el nombramiento de Alcalá Zamora como presidente de la República. Comenzaba el Bienio Progresista.

2.2. El Bienio Progresista (1931-1933)

Durante este periodo, el parlamento redactó una nueva Constitución que reflejaba:

  • Unas Cortes unicamerales (Congreso de los Diputados), elegidas por sufragio universal de mayores de 23 años, que concedía el voto a la mujer.
  • Las Cortes ejercían el poder legislativo y ejecutivo.
  • Reconocía una Jefatura de Estado ejercida por el presidente de la República, elegido por las Cortes.
  • El reconocimiento sin limitaciones de los derechos individuales.

Los apartados más polémicos fueron el derecho a la autonomía de los municipios y regiones, y la separación Iglesia-Estado con un régimen laico que suprimía toda ayuda económica oficial a la Iglesia y le prohibía ejercer la enseñanza.

Las reformas encontraron oposición en las fuerzas conservadoras y las organizaciones obreras. Esto provocó la convocatoria de elecciones municipales en abril de 1933, elecciones que ganaron radicales y derechistas, forzando la dimisión de Azaña y la convocatoria de elecciones generales. Estas dieron una amplia mayoría a la derecha.

2.3. El Bienio Conservador (1933-1936)

El Gobierno formado por el Partido Radical y la CEDA se caracterizó por el conservadurismo político y la anulación de las reformas. Esto llevó a las organizaciones obreras a una huelga general en 1934 que solo triunfó en Cataluña y Asturias. En ambos sitios se efectuó una dura represión.

Esta situación facilitó la unión de las fuerzas de izquierda republicanas y regionalistas, y la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936.

2.4. El Frente Popular y el camino hacia la Guerra Civil

El nuevo Gobierno, presidido por Azaña y después por Casares Quiroga, decretó una amplia amnistía política, restauró la Generalitat de Cataluña y reanudó las reformas. Estas encontraron de nuevo la impaciencia de la izquierda y la hostilidad de la derecha, que preparó una conspiración militar contra la República iniciada en 1936. Esta conspiración daría paso a la Guerra Civil.

2.5. Reformas del Frente Popular

Aun con tanta oposición, el Gobierno realizó importantes reformas como:

  • La reducción del poder de la Iglesia.
  • La profesionalización del Ejército.
  • Los Estatutos de autonomía para Cataluña y País Vasco.
  • La Ley de Reforma Agraria de 1932, que eliminaba el latifundismo y creaba medianos propietarios para la modernización de la agricultura y el aprovechamiento de las tierras. Para ello, el gobierno llevaría a cabo una serie de expropiaciones. La reforma no tuvo éxito debido a la falta de recursos, a la complejidad de la Ley y a la resistencia de los propietarios afectados.

También se llevaron a cabo reformas sociales para mejorar la situación laboral de los trabajadores agrícolas e industriales, y para ampliar los niveles educativos en un país con altos niveles de analfabetismo.

3. La España de la Posguerra

3.1. La consolidación del nuevo Estado

  • La consolidación del poder alcanzado por Franco se vio reforzada por la Ley de la Jefatura del Estado (1939) y los nuevos estatutos del partido único.
  • El nuevo régimen quedaba establecido como un sistema totalitario inspirado en los estados fascistas de Alemania e Italia, sin constitución y sin libertades democráticas, donde todos los poderes se concentraban en Franco.
  • El rechazo de Franco a la democracia liberal le llevó a no promover una constitución, sino unas leyes fundamentales que definían los principios antidemocráticos del régimen y el carácter autocrático del ejercicio del poder. Al Fuero del Trabajo se unieron las siguientes leyes fundamentales:
  1. Ley de las Cortes (1942): Franco nombraba una Cámara sin funciones legislativas que se limitaba a refrendar los proyectos de ley presentados por él.
  2. Fuero de los Españoles (1945): Fue una declaración de los derechos de los españoles que en la práctica no se podían ejercer.
  3. Ley de Referéndum Nacional (1945): Aparentaba reconocer el derecho al voto de los españoles.
  4. Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947): Reconocía el gobierno vitalicio de Franco y en ella se reservaba el derecho a nombrar sucesor al título de rey.

Franco construyó un régimen incorporando principios de todas las formaciones políticas y sociales que le habían elevado al poder, las llamadas familias del régimen. Estos principios se resumen en tres:

  1. Nacionalpatriotismo: Aportación de los militares con una visión unitaria de España.
  2. Nacionalsindicalismo: Aportación de la Falange de los elementos de imagen externa del régimen y de los principios antidemocráticos, antiliberales y antimarxistas, con la defensa de un poder totalitario.
  3. Nacionalcatolicismo: Aportación de la Iglesia, que apoyó a los sublevados calificando la guerra civil como una cruzada. A cambio, consiguió el Estado confesional, la supresión de toda la legislación laica de la República, el control de la enseñanza y la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica.

3.2. El control de la sociedad

  • El nuevo régimen fue respaldado por la oligarquía industrial, que vio peligrar sus propiedades durante la República y la guerra. Gracias a ello, recuperaron sus propiedades y se beneficiaron de la política económica intervencionista y del estricto control sobre la vida sindical.
  • El régimen se fundamentaba en la subordinación absoluta de los vencidos en la guerra mediante una brutal represión. Estos fueron relegados al exilio, a campos de concentración o a pelotones de ejecución, y fueron sometidos a una censura asfixiante. Los únicos grupos de resistencia fueron el PCE, PSOE, la CNT y guerrilleros o maquis.
  • A partir de los años 40, se intensificó el control social con la integración obligatoria en organizaciones como el Frente de Juventudes, la Sección Femenina de FET de las JONS, y las clases de formación política y de religión católica.

3.3. El aislamiento internacional

  • El régimen franquista estuvo aliado con Alemania e Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Se declaró país no beligerante para negociar su entrada en la guerra con pretensiones de nuevas colonias en África. Hitler rechazó estas pretensiones y España envió a la División Azul a luchar contra la Unión Soviética en Rusia. Pero la entrada de EE. UU. en la guerra y la derrota de Mussolini hicieron que volviera a un estado de neutralidad.
  • Acabada la guerra, España quedó marginada internacionalmente, ya que los demás países veían el régimen como fascista, vinculado a Hitler y Mussolini. Esto provocó la no admisión en la ONU y la condena del gobierno de Franco por la Asamblea General de la ONU. Como consecuencia, fueron retirados la mayoría de los embajadores de Madrid y se vetó su incorporación al Plan Marshall.

3.4. Autarquía y recesión económica

  • La España de los años 40 se encontraba en recesión económica. Durante la Segunda Guerra Mundial, el país pudo haber llevado a cabo un proceso de expansión económica que no fue posible debido al impacto de la guerra civil a nivel demográfico. Esto provocó que disminuyera la población activa y que hubiera una migración de la población urbana de vuelta al campo. A esto se sumó la política económica intervencionista y autárquica. El país no comenzó su recuperación económica hasta los años 50.

3.5. La rehabilitación internacional y la liberación económica (1950-1959)

  • La consolidación del Franquismo se vio favorecida por la Guerra Fría.
  • En 1953, España firmó un acuerdo bilateral con EE. UU. por el que, a cambio de ayudas económicas, estos podían establecer bases militares en territorio español. El mismo año se firmó el Concordato con la Santa Sede, lo que legitimó el régimen franquista internacionalmente. A partir de entonces, España fue admitida en la UNESCO, la ONU y el Fondo Monetario Internacional.

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