La Gran Depresión: causas y medidas

Las causas de la crisis

Un crecimiento económico desequilibrado
La I.G.M provocó:
El alza de los precios de los productos agrarios.
La producción mundial se incrementó gracias a la mecanización y a un mayor consumo de abonos.
3 – Descenso de los precios y de las rentas agrarias.

frenar la caída de sus rentas, aumentaron la producción y los rendimientos. Esto supuso una disminución de los precios.

La crisis fue la diferencia del rendimiento entre los sectores industriales clásicos y los nuevos.

Las dificultades del sistema monetario internacional 
Los problemas monetarios y financieros se pusieron de manifiesto, por la inflación, es decir, la subida generalizada de los precios EEUU se convirtió en pocos años en el acreedor internacional más importante. 
Desde 1919, solo el dólar permaneció como moneda convertible en oro y de cambio fijo, convirtiéndose en la divisa internacional. Las restantes monedas entraron en un proceso de depreciación provocando grandes inquietudes en los mercados de divisas.
El máximo exponente del hundimiento del sistema monetario fue la gran inflación de los países de la Europa Central, en especial Alemania. El ahorro privado desapareció, provocando la falta de capital para financiar las empresas.

La producción industrial alemana estaba estancada desde 1927.
Desde comiendos de 1929, el índice de la Bolsa neoyorquina se fue estancando.
El jueves 24 de octubre se puso a la venta un número muy elevado de acciones, lo que se tradujo en una caída de los precios. Aquel día, bautizado como el jueves negro, señaló el final del proceso de alza permanente de los valores. Muchos inversores pusieron en venta sus acciones para devolver el dinero que habían pedido prestado, lo que acentuó la caída de Wall Street. El detonante de la crisis de 1929 fue el crash de la Bolsa de Nueva York. 
El pánico se apoderó de los inversores, que los lanzó a la venta masiva de valores, provocando el fracaso de los bancos de frenar la caida de las cotizaciones mediante la compra de acciones. En dos años y medio, Wall Street había reducido el valor de sus cotizaciones a una sexta parte del que tenían en el momento de producirse el crash. Solo a partir de 1933 comenzó una lenta recuperación.
La crisis se extiende a todos los sectores
La crisis, en un principio bursátil, se extendió:
La quiebra bursátil se convirtió pronto en financiera. La banca, se encontró atrapada entre unos inversores que no podían devolver los créditos recibidos antes del crash y unos ahorradores que corrieron a rescatar sus fondos. Lo que llevó a muchos bancos a la ruina.
La crisis se extendió a la economía productiva.La industria estadounidense pasó de la expansión a una situación de superproducción y almacenaje excesivos. La debilidad de la demanda facilitó la bajada de los precios, la caída de los beneficios y el cierre de muchas empresas industriales.
El campo vio acentuadas las dificultades que arrastraba desde el final de la Gran Guerra. El descenso de los precios y de la demanda, y la falta de créditos de los bancos, llevaron a la ruina.
La mayor consecuencia de la crisis fue el incremento del paro



Las consecuencias de la crisis: la Gran Depresión

Las consecuencias económicas de la crisis fueron la reducción de la producción y la quiebra de numerosas empresas. Pero mayor importancia tuvieron las consecuencias sociales, como el paro, o las políticas, como la crisis de la democracia.

El hundimiento de los sectores económicos
El sector industrial fue el más afectado por la crisis. La producción industrial en el mundo descendió casi un 40% entre junio de 1929 y julio de 1932.
En el sector agrario, la crisis se manifestó no por la caída de la producción sino por el total hundimiento de los precios y el descenso de la demanda.
Consecuencias sociales y políticas
El incremento del paro fue grave ante el escaso desarrollo de los sistemas de protección social. El desempleo prolongado suponía la miseria. La mendicidad, los asilos de noches y los comedores de caridad se multiplicaron.
El contraste entre rico y pobres era mayor, y las diferencias entre los que conservaban el trabajo y los que lo habían perdido eran enormes. La sensación de injusticia aumentaba.

Las medidas tomadas por los gobiernos para hacer frente a la crisis fueron un fracaso, provocando un acusado descontento popular. El balance político fue negativo para los regímenes parlamentarios. El autoritarismo se impuso en numerosos países europeos y latinoamericanos. Las formas más brutales de dictadura, los fascismos, se extendieron por Europa.
Las primeras medidas frente a la crisis
Los estados recurrieron al proteccionismo para defender la producción propia frente a la competencia externa.
Todos los países aumentaban los aranceles, ponían cuotas a las importaciones, imponían el control al movimiento de capitales, o, como Alemania o Italia, cerraban sus mercados al exterior. Todas estas medidas limitaron el comercio mundial, lo que profundizó y alargó la depresión.
A partir de 1931, se fueron creando zonas monetarias separadas, provocando la inestabilidad de los cambios y guerras monetarias.
Ante la crisis mundial, los países intentaron soluciones individuales en lugar de poner en práctica medidas solidarias, lo que empeoró la situación.

La búsqueda de soluciones

Las soluciones clásicas de las crisis
La evolución de la economía capitalista no había sido nunca uniforme. Los ciclos económicos de expansión y depresión se conocían desde el s. XIX y eran aceptados como una condición propia del sistema.
Para los economistas liberales, las crisis era desajustes pasajeros de la economía. El sistema parecía disponer de mecanismos correctores que garantizaban la superación de las crisis.
Otra de las normas fundamentales del liberalismo clásico era el papel secundario del Estado en la actividad económica. La política estatal ante la crisis era la deflación: fomentar la reducción salarial, equilibrar el presupuesto del Estado y defender el valor de la moneda.
El fracaso de las medidas tradicionales
Las políticas deflacionistas tuvieron graves consecuencias, en Alemania, favorecieron el triunfo de Hitler y su ascenso al poder. En EEUU, provocaron la estrepitosa derrota electoral de Hoover, ante su oponente demócrata, Roosevelt. Por encima de todo, la deflación se mostró como un intento de restablecer el antiguo orden económico, que la crisis destruyó. La gravedad de la depresión hacía necesarias nuevas salidas, que aparecieron con el pensamiento de Keynes, el New Deal del presidente Roosevelt, las pras primeras políticas socialdemócratas suecas o la política del Frente Popular francés.

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